• Excursión 1512. 14 Septiembre de 2023. Jueves.
Bajada a barranco El Rio. El Rio
Municipios: Granadilla
ENP: Parque Natural Corona Forestal
De 9.40 a 17.40h. De 590 a 1260 a 1050 a 1080 a 1050 a 1260 a 440 a 460m.
Distancia: 18,2k. Duración: 8h.
Ascenso desde Las Vegas (Granadilla) hasta el borde del barranco de El Río por pistas y senderos con una vista panorámica brutal del profundo barranco. Después descenso por un viejo camino hasta el cauce y breve recorrido por el interior. El retorno bastante similar.
Hace cuatro años (excursión 1011, octubre del 2019) me quedé a media en un intento de bajar al cauce del barranco de El Río. Una bajada desde Granadilla, más arriba de la montaña Tames. Hoy, por fin, lo voy a intentar, me parece increíble que haya pasado tanto tiempo. Esto puede haber sido porque entonces (excursión 1011) llegué a un lugar donde no vi como continuar y con la sospecha de que el sendero se podría haber colapsado o hundido. En sí mismo no parece gran dificultad: volver a ese lugar, pero es que acceder a ese lugar es una excursión en sí misma, hay que vencer un desnivel de unos 700 metros, ir después por senderos poco claros hasta el borde del barranco y bajar hasta el lugar, en resumen: entre tres y cuatro horas. Entre ambas cosas: el acceso largo y la inseguridad del sendero me ha cerrado la puerta a esta excursión durante cuatro años.
Ese camino lo descubrí en la excursión 589 (enero del 2017), desde el lado contrario, desde Arico. Me pareció fascinante, le hice fotos y lo estudié con detalle. Un año y medio después (excursión 853, octubre del 2018) lo intenté y no conseguí localizarlo, no tenía una idea clara la altitud a la que empieza el sendero, en una primera aproximación pensé en una altitud entre 1000 y 1200 metros. Por otro lado, y un poco antes de esa excursión recorrí el cauce del barranco de El Río hasta el sitio donde probablemente llegase el sendero que intentaba hacer (excursiones 829 y 832, agosto de 2018).
Me levanto muy temprano (seis y media) como un resorte, con unas ganas tremendas de ganar tiempo y tener mucho tiempo disponible para posibles desviaciones o exploraciones. Me levanto sin ningún esfuerzo, con mucha ilusión. Salgo de casa a las ocho de la mañana. Y como todavía no han empezado los colegios ni la universidad puedo llegar a Santa Cruz antes de las ocho y media para tomar la línea 10 a San Isidro. Aprovecho para descansar un poco en la guagua, cerrando los ojos y escuchando un podcast sobre un escritor, Arturo Barea. En San Isidro está despejado y no hay mucho jaleo en la estación descubierta. Por un momento dudo si esperar a la 408 (a Granadilla) pero en cuanto veo que aparece un taxi lo tomo sin dudar. Estoy muy focalizado. Me lleva por el trayecto más corto, por El Salto, hasta cerca de Las Vegas, en concreto al km 2 de la carretera a Las Vegas por donde empieza, a la derecha, una pista (9.40h, 19€, 600m). Sólo me ha llevado una hora y cuarenta minutos traer mi cuerpo al principio de la excursión.
Por una pista arenosa de color claro (Pista Las Vegas) empiezo la subida con dos litros de agua, el paraguas y las demás cosas. La pista en subida constante y no demasiado pendiente va pasando al lado de algunas casetas y chamizos donde gallinas sueltas picotean en los alrededores. A la izquierda y a la distancia, más allá de un bonito barranco está el pueblo de Las Vegas. A la derecha paso unas casas deshabitadas (Pesa de Pinocha, Romero). Después en la pista hay placas rocosas, mejores para caminar y la pendiente se hace un poco más fuerte. Ha llovido recientemente, las partes arenosas están compactadas, el suelo mojado cuando lo remuevo. No hace calor, tampoco corre ninguna brisa. Hacia arriba está cubierto. Tras unos diez minutos cruzo un sendero (PR 83.3, 710m) y sigo subiendo por la pista. Es mi primera referencia de progreso. A la izquierda y todo el rato voy viendo las casas de Las Vegas. Pronto las dejaré de ver. Ahora estoy atravesando una zona con grandes terrazas de bloques de tosca cubiertas de jable y pasando diversas pistas laterales que conducen a otros terrenos de cultivo. También paso algunos depósitos de agua. Tras un tramo, más o menos recto, la pista se echa a la derecha y empiezo a ver un canal (Aguas del Sur) por encima de la pista. Cruzo el canal (780m) y sigo subiendo con más pendiente y curvas por la misma pista. Atravieso otra zona, bastante llana, de cultivos donde hay un gran depósito de agua y el cilindro grande, de piedra, hermoso, de un molino. Por aquí ya empiezo a ver muchos pinos con jaras en el soto bosque. Las jaras secas se mezclan con las nuevas y dan una tonalidad violácea al paisaje, a veces me ha llegado a parecer como si fuese niebla baja. Llego a un sendero (PR 83.4, 850m). Sigo a la izquierda por el sendero y en unos pocos metros me desvío a la derecha del sendero para seguir subiendo por una pista bastante erosionada, pedregosa y ancha (la misma Pista Las Vegas).
Ahora viene un largo tramo. A veces con más pendiente, a veces más suave, pero igualmente demandante por la cantidad de piedras que hacen que sea necesario que vaya constantemente mirando el suelo. Tengo un problemilla en la planta del pie derecho y no quiero pisar guijarros ni puntas. Voy bien. A ritmo más bien lento. El pinar se va haciendo más denso y empiezo a ver además de jaras, amagantes, de la misma familia ambas plantas. Por aquí arriba es más claro el efecto de las lluvias, la tierra está oscura y empapada (este año ha llovido mucho más en el sur que otros años). Por aquí cuando miro el altímetro y marca unos 880 metros me doy cuenta de que ya llevo una hora y diez minutos de subida. He subido unos 300 metros de desnivel, me faltan otros 400 metros. Se nubla, lo agradezco, mejor para subir, aunque está húmedo y sudo con profusión. En los 975m la pista tuerce a la derecha en una zona con un bonito topónimo (Cabañas de Pinocheros). Sigo subiendo y en una curva y bajo un muro largo de piedra se extiende una gran era (975m, Era del Aserradero) sobre un terreno de placas rocosas. Sigo subiendo y pronto llego a una bifurcación (1105m) donde a la izquierda hay una señal de PR, yo sigo subiendo a la derecha por la pista. La pista es pedregosa con pendiente y en menos de cinco minutos llego al cruce con un sendero (PR 83.3, 1150m). Me echo a la derecha por él.
Es un bonito sendero que llanea o sube ligeramente por terreno algo rocoso y tramos muy rectos para rodear un barranco (Tames/Era la Tosca), a la derecha destaca la montaña de Tames, es un buen referente. Tras el cauce hay una pequeña subida y enseguida aparezco en una pista, la esquina superior del PR 83.3 (1200m). Cruzo la pista y en la misma dirección que traía por el sendero sigo, y enseguida, encuentro un sendero (apenas visible al principio) que se va haciendo más claro, y que va llaneando entre amagantes, jaras y pinos unos 100 metros hasta alcanzar una pista. Bajo unos metros por la pista y enseguida me echo a la izquierda para subir por una canal en el terreno. Ahora no me acuerdo de si hay o no hitos, creo que vi uno. No muy claro al principio, otra vez, después el sendero se hace más claro y va por cerca del cauce de un barranquillo (Lomo las Huertas), supera el cauce, bastante llano y asciende a una lomita donde hay una mancha blanca (pintada probablemente) en una piedra. Aquí me despisto y en vez de seguir recto y cruzar la lomita subo a la izquierda por la arista de la loma y sólo cuando he subido unos 150 metros por donde me empiezo a escuchar una voz interior que dice: esto no me suena nada, no es por aquí, esto no es y cuando llego a un enorme hito me doy cuenta de que no voy bien. Regreso a donde la mancha blanca y ahora sí cruzo la lomita y sigo bajando, apenas se ve el sendero en el cruce, después sí, y ya van tres. Que fe hay que tener. Es lo que tiene no usar gps, es bastante más emocionante. El sendero va por una zona llana de pinos, con jaras y amagantes, ahora voy más deprisa, el sendero se mete en un barranco algo más grande (Juan Dana) y tras cruzar el cauce, con muchos pinos, el sendero sube en zigzag y va venciendo el desnivel para salir del barranco (1220m) en un cruce de caminos. Me echo a la derecha para empezar a bajar por el borde del barranco de Juan Dana por un sendero que a veces se ve, a veces no, y con algunos hitos pequeños, medio tapados por las jaras.
Bajando por esta loma me da la tentación de echarme a la izquierda, pero tengo paciencia de seguir la loma y tras unos 250 metros me echo a la izquierda y paso el cauce de un barranquillo con un pequeño círculo, algo incompleto, de rocas y después llaneo por una ladera y en un minuto o así llego casi al borde del barranco de El Río. Me acuerdo bien de la excursión 1011 y he podido reproducirla razonablemente. Pongo un hito para que me sirva de referencia, también puse uno aquí en aquella excursión. Bajo por la loma unos pocos metros y, por fin, llego al propio borde del barranco de El Río ¡maravilloso! Aquí estoy. Me ha llevado dos horas y cuarenta minutos. En la anterior excursión tardé como tres horas y media, di un rodeo innecesario. Hoy he venido lo más recto posible. El principio del sendero (1160m) se reconoce por una fila de piedras en el suelo que se meten hacia el barranco.
Vale. Aquí empieza lo bueno. Lo emocionante. El barranco es absolutamente impresionante, de paredes de unos 200 o 250 metros de alto, con franjas diversas de basaltos, y tierras beis, es imponente. Y eso que hoy está nublado y lo apaga un poco. De abajo ya me llega el rumor del agua, este barranco suele tener agua todo el año. Nace en el borde del circo de las Cañadas del Teide, por los 2400 metros de altitud.
El sendero entra en el barranco y poco a poco las paredes por la izquierda se van elevando a medida que avanzo por una senda ancha con piedras en el margen exterior. Es una entrada a lo grande. Me tengo que parar para llenarme de vista de barranco, hacia abajo, donde aparece un poco de sol, hacia enfrente, hacia arriba. Es una entrada muy dramática. Sólo hasta que he llegado al borde he empezado a ver el interior del barranco. En unos cinco minutos el sendero parece terminar, no es así, hay que bajar sin camino claro en zigzag por un abultamiento de la ladera unos 20 metros de desnivel hasta que el sendero aparece de nuevo a la izquierda. Antes de proseguir hecho un vistazo hacia arriba, hacia el sendero y distingo un buen muro de piedra sustentando el camino en un tramo más vertical. Una referencia por si la necesito para saber por dónde girar y subir cuando suba, que es lo que espero que ocurra. Aunque no tengo ninguna certidumbre, si logro llegar al cauce podría bajar por él hasta una salida por una antigua galería (excursión 829 y 832). Ahora la pared a mi izquierda ya tiene una altura considerable (más de cien metros). El sendero está algo invadido de chajorras, escobones, tajinastes azules de Tenerife, jaras, amagantes, alguna penca. Tras el descenso ahora de nuevo el sendero sigue en ligero descenso hacia un risco vertical donde el camino describe una curva y donde distingo desde lejos muros de sustentación del camino hechos de piedras claras, por una zona de piedra beis. El rumor del agua, abajo en el cauce, me llega más claro. Sigue nublado. En la curva (a la derecha) varios tramos de sendero han desaparecido, arrastrados por desprendimientos, aunque la roca dura permite el paso fácilmente. En ningún momento siento peligro, al menos de caerme por estar expuesto el camino. Y llego a una esquina (1125m) con una pared de columnas basálticas grises y mucha vegetación: pinos, escobones, chajorras. Tengo que pegarme a la pared basáltica y como buenamente puedo atravesarlo. Hasta aquí llegué en el intento anterior. La verdad es que no exploro casi nada hacia abajo, directamente empiezo a subir por la base de la pared de basalto, más bien trepar por las rocas, y es que he visto que a esta altitud continúa una pared no muy inclinada que va a dar a otro risco, otra curva por donde me parece atisbar restos de un camino. Tengo que subir, subir unos diez o quince metros y así, a veces viendo restos de un viejo sendero, voy atravesando y subiendo sin acercarme mucho al borde derecho (que debe dar a una caída vertical). Y tras unos diez minutos logro llegar a la pared del risco. Hay derrumbamientos por todos lados, pero por un pasillo ancho sigo bajando por la curva por lo que parece un antiquísimo camino. En algún momento le echo un vistazo a la ladera por donde he venido y descubro un sendero, otro sendero que va a dar a la esquina donde la vegetación mezclada de pinos y escobones, lo sigo con la vista, pero no acabo de ver dónde concluye, en algún sitio se interrumpe. Significa que no he tomado el camino óptimo que allí donde los pinos y los escobones tenía que haberme echado un poco a la derecha. Vale. Ya veremos después. Aquí estoy.
Sigo bajando hasta la punta de un saliente que ya está muy cerca del cauce (quizás unos 50 metros de desnivel) pero me doy cuenta de que hay un abismo por debajo. Estoy tan cerca. Vuelvo a subir y cuando llego a la pared del risco, basáltica, veo que puedo seguir bajando pegado a la pared. La ladera está cubierta de grandes helechos hasta la pared y tengo que luchar con ellos y las efedras para poder seguir bajando. Llega un momento en que son demasiado densos y entonces simplemente empiezo a bajar campo a través sobre los helechos y otros arbustos poco leñosos. Estoy tan emocionado. Parece que lo voy a lograr. Cerca del cauce encuentro un sendero que me lleva a un último saliente compuesto de piedras y arena y por su izquierda bajo (por sendero) hasta… el cauce (1075m) maravilloso del barranco de El Río.
Lo he conseguido. Fantástico. Aquí me recibe un ambiente bucólico de agua. Pequeñas cascadas, charcos, plantas, rocas pulidas grandes y enormes, y un bosque de sauces. Tan hermosos, tan frescos. Son especialistas en cauces de barrancos con agua. Es la una y media de la tarde, me ha llevado una hora y diez minutos bajar al cauce, en total llevo tres horas y cincuenta minutos. Ha merecido la pena cada microsegundo. Las rocas muy pulidas son traicioneras y decido quedarme a comer aquí y ya después pensar cómo seguir. El rumor del agua, los charcos con pequeñas plantas acuáticas y la altura de las paredes del barranco hace de este sitio algo muy especial. Veo en varios puntos a lo largo de la base de la ladera opuesta grandes derrumbes de piedras grises. Me asombra ver bastante arriba de mí una línea clara (un muro de piedras y arena) que pueden señalar la altura de una antigua riada. Puede ser algo increíble una crecida de agua en este punto. Un punto donde se estrecha el barranco, y donde la altura de la pared es de más de 200 metros de alto y muy vertical por el lado opuesto, un poco más alta por mi lado pero con menos inclinación.
Tras la comida decido echarle un vistazo al sitio. Y es que justamente he bajado al cauce por el sitio hasta el que llegué en la excursión 832. Ya en aquella excursión lo pensé, pensé que a lo mejor se podía salir del barranco por aquí, pero me faltaba demasiado información. Ahora quiero hacer dos cosas, ir al sitio angosto por donde llegué por el cauce, donde había un tronco de pino caído (un poco más abajo). Cito de la excursión 832: “El barranco se va estrechando tanto que llego a una zona donde hay una cascadita bajo algunas rocas inmensas y tengo que salir de aquí (¿1020m?) yendo por la derecha y trepando por unas rocas grises y bastante resbaladizas que tienen en la parte de arriba un tronco de pino en descomposición. Tengo que hacerlo rapidito porque aquí el peligro de caída de rocas es mayor todavía. Llega un momento en que no me arredro, sino que sigo, que sea lo que sea, y logro llegar a una zona más ancha del cauce del barranco y empiezo a alejarme del agua remontando hasta un roquedal con un pino encima”. Lo segundo que quiero hacer es subir por el barranco hasta donde pueda. Decido subir primero y después ver el sitio con el tronco.
Me cuesta un rato cruzar el curso del agua. No es que sea muy ancho, pero me quiero arriesgar cero, nada de resbalones por estas piedras húmedas. Por fin lo consigo, un hito (creo que lo es) me señala por donde subir unas piedras. Después llego a una pequeña elevación con pinos por donde descubro restos de un antiguo sendero, sin marcas, claro entre la vegetación. El ultimísimo sitio al que llegué. Por la derecha del cauce por grandes rocas puedo ascender. Me van llevando hacia el cauce donde los sauces crecen enormes y el rumor del agua y las cascadas van a más. Los voy esquivando por la derecha y puedo subir hasta casi una curva del barranco. Según el mapa de Alpina en la ladera de enfrente hay una galería, un naciente (Risco Azul), pero no veo nada, lo cual no me extraña por ser un naciente. Tras haber avanzado unos cien metros hacia arriba decido dejarlo en una zona más angosta con mucha agua que no parece fácil de cruzar hacia la izquierda (un hito sobre unas rocas parece indicarme por dónde seguir).
(Por la noche consulto el Mapa Topográfico Integrado (visor Grafcan) y compruebo que efectivamente existe la galería y que tiene una caseta de piedra, pero está en la ladera derecha, unos 300 metros más arriba de hasta donde logré llegar, con una ortofoto del lugar logro ver la caseta de piedra. Y, además, con una ortofoto del año 1964 logro ver un sendero que va por el lado izquierda. Creo que tengo que volver).
Pero este sitio no es ningún picnic, aquí los derrumbamientos tienen que ser muy frecuentes y no me puedo dilatar mucho. Decido regresar. Bajo hasta donde crucé el cauce y después sigo bajando por un viejo sendero, todavía claro, y llego al sito donde el tronco de pino en descomposición, aquí sigue, medio sepultado, y al lado hay un gran derrumbe de piedras basálticas grises con marcas blancas, señal de que el derrumbe es reciente. Me asomo al sitio por donde trepé y compruebo que no puedo bajar por ahí, corre mucha agua, el cauce lleva mucha más agua que cuando la excursión 832. Resuelta la cuestión decido regresar por donde he bajado. Subo por la derecha del saliente picudo de piedras y arena, por el sendero, y más arriba lo sigo, es bastante claro. Enseguida me va alejando de por dónde bajé campo a través y por debajo del otro saliente con abismo debajo (ahora paso por su base) y, lo mejor , es que me va llevando en ligero ascenso por la ladera y pronto me doy cuenta de que este es el camino correcto, el camino que no supe ver en la esquina con los pinos y los escobones. Es maravilloso. Por aquí hubiese sido mucho más sencillo. Es un camino ancho con murito enterrado en el lado exterior. (Pienso que usarían este sendero los antiguos para bajar por agua o para ir al naciente del Risco Azul, irían desde las terrazas en la parte de arriba del barranco y estando trabajando allí no les costaría mucho esfuerzo bajar.)
Siento una vívida emoción cuando compruebo que el camino confluye en la esquina con los escobones y el pino. Estuve tan cerca antes. Pero gracias a mi “fallo” encontré otra manera de bajar al cauce. La vuelta es muy sencilla. Subo por el sendero hasta el borde del barranco de El Río y con el recuerdo fresco del sendero paso los dos barrancos y cuando llego al sendero señalizado, el PR 83.3 (16h) decido seguir bajando por este hasta El Río. Creo que me puede dar tiempo a bajar antes de que pase una guagua de dos (la que va de Granadilla a Fasnia, o la que va de Güímar a Granadilla). El sendero de bajada se las trae. Es muy revirado. Rocoso. Complicado. Tortuoso. Me gusta en el majestuoso pino del Guirre ver que la fuente del Guirre tiene agua. Sigo bajando, veo los restos del pino del Rayo. Paso El Seco (800m). Sigo por una pista bajando y en los 700m abandono el PR para seguir bajando por una pista que se me hace eterna hasta la carretera general del Sur. Tomo a la izquierda hasta El Río (17.40h) y me quedo a esperar a una de las dos guaguas. A las seis menos cinco aparece la que va a Granadilla, viene vacía. Me siento en la primera fila. Yo, acabo de hacer una súper excursión y el conductor como si nada, ¿es que no me reconoce? Porca miseria. En Granadilla tengo que esperar veinte minutos a la 408 en la estación desangelada, qué poco me gusta. Con más pasajeros bajo hasta la estación de San Isidro (Ucanca) donde sólo tengo que esperar diez minutos a la 10. La 10 es una línea rápida sin paradas y aquí me pongo a escuchar la ópera Einstein on the Beach de Philip Glass, una locura de música que me va perfecta para el estado eufórico en el que estoy. A mi lado un hombre dibuja piernas en movimiento con un lápiz azul muy fino. Yo cierro los ojos y me dejo llevar por la música.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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De cerca de Las Vegas a montaña Tames y vuelta al caserío de El Río
Descenso al barranco El Río