• Excursión 1036. 17 Diciembre de 2019. Martes.
El Portezuelo. El Español.
Municipio: Tegueste.
De 15.38 a 18.21h. De 623 a 580 a 700 a 635 a 735 a 650 a 740 a 333m.
Distancia: 14,2km (11+1,1+2,1). Duración: 2h 43m.
Recorrido en torno a las montañas que separan Tegueste de La Laguna por varias pistas y senderos, algunos muy destrozados por el paso de motos y otros vehículos en un entorno con bosques de pinos y eucaliptus
Mi objetivo hoy es recorrer la parte trasera de las montañas que separan La Laguna de Tegueste (El Púlpito, La Atalaya, …), es una zona que recorrí durante mi primer año, cuando subí desde el valle del Cuervo (El Infierno) hasta la degollada entre La Montañeta y La Bandera (excursión 33) con su fantástica vista sobre el aeropuerto y la autopista, y también al recorrer el sendero que va desde las antenas de El Español hacia El Infierno (excursión 48).
Subo caminando desde mi casa y al salir de la urbanización Jardín del Sol (calle Las Toscas) bajo un poco y espero a la guagua que viene de El Sauzal (en realidad empieza en La Matanza), la 011 (15.28h). Suele venir bastante vacía y me siento delante en una guagua pensada para que muchos pasajeros vayan de pie. Me bajo en El Portezuelo (15.42h). El tiempo está despejado. Bajo por la calle Molino Viejo pasando al lado de lo que queda del viejo molino. En la primera parte de hoy voy a seguir un camino local señalizado. Me gusta lo bien y perfumado que huele incluso pasando por este terreno urbano pero que tiene algunas huertas y barrancos que pueden llevar mucha agua, huertas y barrancos integrados entre las calles de casas de una y dos plantas. Algunas madres y hermanos mayores recogen a los niños que llegan de la escuela. Bajo hasta la calle de Las Rosetas, donde hay plantados muchos árboles canarios (excursión 996). Recorro esta calle llana y con vistas hacia el valle del Socorro y las montañas de Los Lázaro y con algunas casas aisladas a ambos lados. Me detengo en un espacio entre plantas y con los prismáticos repaso el perfil de la cordillera de Los Lázaro, es la primera vez que veo ese perfil después de haberlo recorrido entero (excursión 1006), identifico las dos casas que están al principio de la subida a la montaña de Tabares.
Sigo caminando y llego hasta la última casa (color ocre) y empiezo a subir, ya por la ladera de la montaña, por un camino con escalones de piedra hasta una lomita con un mirador en la punta que tiene vistas estupendas hacia el valle del Cuervo (a la derecha y por debajo) y el volcán del Infierno y la llanura de Valle Guerra. Regreso al sendero y mirando hacia la esquina de la montaña del Púlpito tomo a la izquierda (a la derecha hay un sendero que sube al Púlpito –excursión 560) para empezar a rodear la montaña. Es un sendero estrecho entre zarzas y helechos, en la bifurcación cercana sigo recto (no tuerzo a la izquierda). Ya estoy en el puro campo, en una zona de árboles (pinos, laureles, brezos). En una esquina hay muchos eucaliptus ¡qué fragantes son los botones -las semillas! Voy en ligero ascenso y exploro cuando ya he subido un rato una pista a la izquierda pero que vuelve a bajar, regreso por donde iba y sigo subiendo, un poco más arriba y casi llegando a la llanura entre el Púlpito y La Montañeta (la llanura donde está un restaurante y un picadero) veo a la izquierda una pista muy cubierta de yerba fresca y brillante, y esto es justamente lo que quería: recorrer las montañas a esta altura. Hace mucho que los vehículos dejaron de pasar por aquí, es ancha, está muy cubierta de yerba y tiene la traza de un sendero que es por donde me meto. Ha estado lloviendo mucho últimamente y se nota por la frescura y la densidad de la yerba, y cuando de vez en cuando me paro y miro hacia atrás veo el sol y la yerba brillando al contraluz. Sigo un rato por la pista pasando por encima de troncos caídos hasta que llego a un gran portón cerrado. Podría atreverme y saltarlo, pero por detrás la pista está llena de plantas, es decir, que no podría seguir o muy difícilmente, así que tengo que regresar, a la vuelta me gusta más esta pista, y la hoya a la derecha con laureles y pinos. Poco después y en el retorno me meto en un campo verde de yerba como una gran alfombra de hebras largas, es tan mullido, tan blando, algo resbaladizo, pero es una estupenda experiencia sensorial, ya después subo hasta la llanura. De un restaurante viene el sonido de las risas de la gente, un grupo que se ha reunido por navidad está despidiéndose y montándose en sus coches, están tan relajados, tan a gusto ¡qué bueno!
Ahora y antes de seguir quiero explorar un momento el camino Tornero, es un camino que lleva hacia La Laguna, me voy a la derecha y enseguida a la izquierda lo encuentro, es una pista de tierra que va bajando hacia unas edificaciones, lo sigo un rato y una vez comprobado me doy la vuelta y regreso a la llanura para seguir recorriéndola y ver si puedo encontrar algún otro camino o pista que recorra la ladera. Paso al lado del picadero donde veo algunos caballos descansando. Y también una pequeña casa aislada a la derecha. Un poco antes de una clara bifurcación con dos ramales que suben encuentro a la izquierda una pista ancha que alguna vez tuvo barrera, me meto por ella con la esperanza de que sea esta la que me permita recorrer la ladera, es bastante llana y con mucha yerba muy verde, una mujer limpia y atusa a un caballo, sus dos perrillos me ladran histéricos, ella no les dice nada, paso y la saludo, avanzo por el llano por un terreno completamente oculto por la yerba verde húmeda y llego a unas vallas. Tampoco es por aquí. Regreso, la mujer sigue muy concentrada cepillando al caballo. Alcanzo la bifurcación y tomo por la izquierda. Veo un gran campo señalizado con estacas pero ninguna salida, sigo por la pista y de repente encuentro una bajada, que no tengo en mi mapa de OSM, es una bajada serpenteante, un auténtico barrizal con surcos profundos del paso de motos, ha llovido mucho el día anterior, y la empiezo a bajar y bajar y tiene curva tras curva pronunciada, evito el barro al principio pero entonces me doy cuenta de que en realidad me gusta el barro y embarrarme, así que ya sin complejos bajo hasta donde me quiera llevar esta pista, tras cinco o seis curvas encuentro una bifurcación a la derecha y abandono la pista serpenteante embarrada y empiezo a subir por otra pista, y esta tiene una característica muy llamativa, tiene un surco muy profundo, por el que voy casi sin poder poner entera la suela del zapato, se estrecha tanto en la parte inferior, voy en equilibrio apoyándome con las manos en las paredes del surco, es tremendo. Y subiendo. La pista es bastante recta y sube y sube. Me parece que esta sí viene en mi mapa, pero ya me estoy moviendo por la referencia de las antenas del Español, tengo que ir hacia ellas, y después de haber subido casi 80 metros de desnivel llego a un cruce de caminos y tomo a la izquierda por un sendero, también sendero surco pero este llano aunque con piedras y escalones de vez en cuando.
Esto me está gustando muchísimo, es de lo más variado, todavía hay tantos senderos y caminos que no conozco, ¡qué bueno! Voy por un sendero que cada vez está más expuesto por la izquierda, y con una ladera por la parte derecha donde de vez en cuando veo caminos que son como hachazos, probablemente los hacen los motoristas para hacer sus pinitos y malabarismos. Paso una zona hundida de tierras rojizas compactas, en el sendero han puesto una barandilla precaria pero suficiente para no caerse, todo esto es fascinante. Por debajo hay un bosque de eucaliptus. El sendero después se estrecha y deja de estar expuesto y va acercándose a las antenas para en un cierto momento torcer a la izquierda y seguir estrecho entre la vegetación, no me puedo imaginar lo que puede ser caminar por aquí y oír el sonido de una moto a toda hostia acercándose, no hay por dónde escapar. Y entonces llego al sendero que va del Español (las antenas) al cementerio de Tegueste (excursiones 48, 49, 145, 150). Este sitio me es tan familiar. Delante y mirando hacia la montaña de la Atalaya, tengo una gran placa llana con vegetación muy corta y recorrida por su centro por un sendero estrecho ¡le he hecho tantas fotos a esta placa plana! Pero nunca la había recorrido, y ahora la voy a hacer. El mapa sí me la indica bien. Tras la parte llana el sendero baja entre rocas y pasa un barranquillo. Hay una bifurcación y sigo a la derecha para bajar más, el sendero de la de la izquierda empata con la pista serpenteante embarrada. Poco después paso el cauce de otro pequeño barranco (Barranco Monte de las Vueltas), tras el cauce voy por un sendero serpenteante por una zona de vegetación densa. Enseguida el sendero se ensancha y se convierte en una pista en bajada, y al poco veo a la izquierda el principio de la pista serpenteante embarrada (excursión 33). Así y todo todavía no tengo las cosas conmigo porque es un bosque oscuro y no sé si en realidad estoy dentro de un terreno privado (las dos conexiones que he descrito con la pista embarrada serpenteante las comprendí sólo cuando definí al día siguiente la ruta), estoy un poco confuso y solo instintivamente sigo hacia abajo con la esperanza de encontrar una salida, es un bosque profundo y oscuro de laurisilva y solo cuando llego a los primeros chalets aislados reconozco el sitio (excursión 33), es una zona del valle del Cuervo que visité cuando estaba buscaba un terreno para construir.
Fantástico. Bien. Salvado. Estoy agotado, pero ahora ya solo se trata de bajar por asfalto. Al salir de la zona más boscosa casi acercándome al caserío de El Infierno miro hacia atrás, hacia las laderas que he recorrido y puedo hacer un resumen de por donde he pasado, está todo a la vista, aunque es difícil precisar por donde están las pistas y los senderos que he recorrido. Salgo del valle del Cuervo por la calle en gran pendiente rodeada de rabo de gato, tiro para la derecha para rodear por la carretera asfaltada la montaña del Infierno, paso por delante de la bodega (Ocampo) y sigo lo más recto que puedo hacia Tegueste, la tarde se va oscureciendo.
Estoy fundido y voy lento respirando el aroma del campo, fresco, limpio, paso grandes zonas de campos y algunas casas aisladas, voy evaluando el recorrido para otra excursión pasando por el camino de Juan Cañero y ya llego a una zona más urbanizada, de barrios nuevos y a la carretera de Tegueste, bajo un poco y espero a la guagua bajo la marquesina de una caseta (18.31h). Cuando estoy haciendo mis estiramientos, en concreto uno en el que me apoyo contra una pared y estiro los músculos de las pantorrillas, de repente aparece un coche por la izquierda y el conductor sonríe, me sonríe y me pregunta si estoy tratando de tirar la caseta abajo, yo dudo un momento en explicarle lo que hago, sonrío y le digo que sí que lo estoy intentando. Aparece una mujer delgada nerviosa fumando y rezongando, que me atufa con su humo. Enseguida llega mi guagua (la 051, 18.44h), que se tarda lo suyo en atravesar Tejina y ya después más ligero asciende hasta Tacoronte (19.15h).
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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El Portezuelo. El Español