• Excursión 1160. 22 Octubre de 2020. Jueves.
Abama. Playa Paraíso. La Caleta. Costa Adeje. Las Américas.
Municipios: Guía de Isora. Adeje
ENP: Sitio de Interés Científico Acantilado de Isorana. Paisaje Protegido Barranco de Erques. Sitio de Interés Científico La Caleta
De 11.24 a 18.18h. De 90 a 40 a 90 a 0 a 80 a 10 a 70 a 0 30 a 0 a 40m.
Distancia: 26km. Duración: 6h 54m
Recorrido muy variado por la costa o tratando de acercarme a ella por varios espacios protegidos naturales, espectacular el de La Caleta, y precioso el pequeño pueblito del Puertito y pasando por varios enclaves turísticos con contrastes brutales entre lo natural y lo artificial
Mi objetivo hoy es completar el recorrido de la costa de toda la isla con el tramo entre Abama y Las Américas. De acuerdo a mi plan usual voy en coche hasta El Tanque donde tomo la 460 (10.16h) que me lleva hasta Guía (11.04h). Un taxista está en la parada. Muy quejoso de la actuación de las autoridades locales en el manejo de la pandemia me lleva hasta la carretera de Puerto Santiago (Tf-47) a unos 500 metros del hotel Abama. Le pido su teléfono para ver si me puede recoger en una excursión que tengo planeada que terminará en el mirador de Chío (km 3 de la carretera entre El Teide y Chío) (Isidro 679788477, 15€). Posteriormente haré esa excursión y bajaré caminando hasta Chío, y no lo llamaré, claro.
El día está estupendo de temperatura con cielo despejado y muy azul. Directamente enfrente me meto por una pista que va por dentro de una finca de plátanos (La Chiquita) que se dirige al mar, pero tras recorrer unos 500 metros me encuentro con un portón cerrado y no puedo seguir. Regreso a la carretera y tuerzo a la derecha. Un poco más adelante paso otra puerta (también cerrada) y sigo hasta que la carretera hace una curva a izquierdas (90m). Entonces me salgo por la derecha por un sendero más o menos claro que baja por la ladera y que después llanea (en paralelo al cauce del barranco de Erques). Cerca del mar, pero todavía sobre el acantilado a la derecha hay una valla metálica. Está algo abandonada y no me cuesta mucho meterme hasta una pista. Me da la impresión de que están urbanizando esta zona. Me he metido por aquí porque quiero visitar un espacio natural, el Sitio de Interés Científico Acantilado de Isorana. Este Sitio es un acantilado de entre 20 y 50 metras que va de la punta de Tisera (excursión 1047) a la punta Los Negritos (Marazul) de unos 3 kilómetros de longitud y que tiene en el centro la desembocadura del gran barranco de Erques (un Paisaje Protegido). Así que mi intención es lograr ver más de este acantilado, del que hace poco he visto la espectacular punta de la Tisera. Camino unos metros por la pista y encuentro un sendero que sale a la izquierda que me lleva a un terreno con ruinas de muros de fincas agrícolas y llego al borde del acantilado (punto A) desde donde tengo una buena vista hasta el agua abajo y al acantilado hacia la derecha. El acantilado está formado por capas sucesivas de basaltos y no me resulta particularmente especial, quizás porque el mar está hoy muy tranquilo o/y porque aquí el acantilado no es muy alto (unos 20 metros). Antes de seguir hacia adelante (hay un sendero) decido rodear la punta (Sotavento del Paso) para ver si se puede bajar al mar, pero no se puede. Regreso al punto A y sigo por el sendero que me va llevando bien y cómodo hacia lo alto del acantilado y cuando llego cerca de una rotonda (en obras) no puedo seguir más ya que más adelante todo el espacio llano está ocupado por una finca de plátanos (La Chiquita). Subo a la rotonda y después sigo por la pista hasta la valla que pasé. Vale, por aquí no puedo hacer más. Vamos a ver si al otro lado del barranco de Erques puedo ver algo.
Antes de bajar al cauce observo durante un rato la ladera contraria para ver si existe algún sendero que vaya por el borde, parece que sí, pero varias partes de este sendero van por una resbaladera de tierra suelta, y con caídas considerables. No me parece factible. Bajo por un sendero hasta el cauce del barranco y me llego hasta el agua que golpea suave los cayados pequeños en la playa. Para mí es un momento especial este. He recorrido muchos tramos de este barranco de cumbre (nace en Boca Tauce en el Parque Nacional del Teide), lo he cruzado muchas veces a muy diferentes alturas, me ha impresionado su recorrido y sus paredes en muchas excursiones y ahora estoy aquí a donde desemboca en el mar. Me quedo un rato mirando el mar. Encuentro un sendero a la derecha del cauce y empiezo a subir por él hacia la carretera. Al principio de la subida puedo ver las piedras de sustentación de un sendero que baja por la otra ladera y no es el que yo he usado para bajar. Descarto la posibilidad de ir por el borde y por eso subo por aquí hacia la carretera para ver si más adelante me puedo meter por otro lado y llegar al borde del acantilado. En la subida bastante llana y cerca de la carretera paso al lado de un pequeño embalse totalmente seco, que tiene un precioso muro de contención en forma de ese que conserva su encalado. Por aquí se tuvo que sembrar, pero ahora está todo abandonado, apoyados contra el muro del embalse hay rollos de tubería de plástico negras. Subo un poco más y llego a la carretera, la misma Tf-47 del principio. En 150 metros tuerzo a la derecha por una calle (Lugar Llano de Erques) donde hay algunas casas entre fincas y en medio km llego al borde del acantilado. Un poco antes un hombre al que me ha costado sacarle una respuesta me dice que se puede bajar hasta el mar pero que es muy peligroso. Aquí el acantilado es más alto (unos 50 metros) que antes y totalmente vertical formando una pequeña bahía y puedo recorrer un arco hacia la derecha por un sendero algo peligroso que me lleva a una punta desde donde tengo una buena perspectiva de la playa de desembocadura del barranco de Erques, pero ya seguir bajando me parece directamente suicida. Así que regreso a la carretera y sigo hacia la derecha en busca de otra oportunidad.
Tardo en encontrarla, a la derecha hay finca tras finca de plataneras. En unos quince minutos (1,1km) llego a un complejo vacacional (Marazul) por donde me meto a la izquierda. Edificios buenos y gente pululando y los securitas que veo no me ponen ningún problema en pasar a un sitio claramente privado. Bajo por una larga recta y cuando tuerce a la izquierda yo me salgo por la derecha por un sendero que pronto llega al cauce de un barranquito (Lajial/Tiñosa) por donde va un sendero en buen estado que me lleva hasta una escalera de escalones de piedra por una ladera torturada de rocas grises hasta una pequeña plataforma semicircular cubierta de arena y gravilla y todavía unos metros por encima de una costa toda rota con derrumbes de grandes piedras, imponente y eso que el mar está tranquilo. Esto ya es cerca del final del Sitio protegido. Desde abajo me impresiona la escalera de piedra. Regreso al complejo residencial y sigo bajando y cruzando una zona más animada con gente en un césped muy cuidado con árboles todo muy regado y húmedo. Unos jardineros me dicen como bajar al cauce del barranco (Las Moradas) para poder continuar mi recorrido por la costa. Hay que bajar por una escalera que han puesto en el muro de hormigón que encierra el jardín. Gracias. Me gusta cómo me han ayudado. Bajo un poco más y llego hasta una pequeña playita de arena negra. Ok. Regreso y por enfrente de la escalera encuentro un sendero que remonta y sigue claro subiendo hasta el borde por donde sigue unos 400 metros hasta una bonita bahía (Los Mozos) muy resguardada con un pequeño muelle.
Bajo hacia el centro de la bahía (La Cadena) y al mirar hacia atrás descubro un precioso saliente de piedra gris que parece la cola de un dragón y cuyas piedras se están desmoronando con unos cardones en primer plano para componer una foto con fuerza. Una gran nave de techo metálico (Muelle Los Mozos) ahora está vacía, pero parece haber sido el lugar de almacenamiento de las cosechas que embarcaban en el muelle. El mar azul está tranquilo. Remonto de nuevo y llego a un puesto de vigía, es una construcción cilíndrica con ventanucos hacia el mar y una pequeña puerta a tierra, parece un verdadero lugar de vigilancia de piratas, es como una de esas garitas que hay a las puertas de los palacios. Me gusta encontrarla aquí. Poco después encuentro una casa de una planta (Casa El Pardelo) de paredes blancas con la puerta a tierra, protegida de los vientos, con una estructura de madera sobre la puerta (quizás para un emparrado) y que tiene signos de estar habitada. Resulta muy pintoresca. Después el sendero vuelve a descender hacia una zona con muchos edificios (Sueño Azul, Callao Salvaje, Playa Paraíso). En cinco minutos ya estoy atravesando toda una ciudad turística, con adosados, chalets y edificios más altos. Se nota algo de animación, pero lejos de lo que debe ser habitual en esta época del año aquí. Paso la desembocadura de un barranco (Ibobo) que está ocupada por las instalaciones de un complejo de ocio y una playa amplia (Ajabo) de arena negra donde solo hay media docena de bañistas muy separados entre sí. Tras rodear la caleta sigo por un camino ancho sobre un pequeño acantilado que va pegado a los muros de una finca de plátanos. Cuando llego al final del muro resulta que no puedo seguir, están de obras. Tengo que volver hacia la caleta y rodear toda la enorme finca de plátanos subiendo por una calle (La Tosca) torciendo a la derecha y atravesando por una calle estrecha la finca y bajando hacia el mar por la calle El Horno.
Bajando hacia el mar es cuando acabo de darme cuenta de las dimensiones colosales de los edificios que hay por aquí (Playa Paraíso), diez, doce, quince plantas, y no uno ni dos, muchos. Y de nuevo cuando intento llegar a la costa me encuentro con que las obras también están por aquí impidiendo el paso a una urbanización (Club Hotel Riu Buena Vista) en el mejor lugar. Me resulta frustrante. Tengo que regresar un poco y después seguir por la calle El Aljibe y por la calle Avenida Adeje 300. Rodeo otra salida de un barranco (El Pinque) que tiene un gran entrante y otra gran playa de arena negra con una fila de sombrillas. Vuelvo a remontar (toda esta zona tiene acantilado) y sigo rodeando por un camino y por el borde de una punta (Punta Negra) y me sorprende y me gusta mucho aquí, en la salida de otro barranco (Las Salinas/ Armeñime) un acantilado rojo y negro de una cierta altura que tiene por encima una tira de edificios en colores pastel suave y que no forman un mal conjunto. El acantilado tiene una capa roja, más blanda y erosionada, bajo otra negra y más dura, más entera. A lo lejos, en la distancia, puedo ver la montaña de Guaza, el día sigue claro y el cielo muy azul. Todos estos lugares que he pasado (Sueño Azul, Callao Salvaje y Playa Paraíso) están en los lugares donde estaban las playas grandes y resguardadas.
Por fin paso toda esta aglomeración urbana y atravieso más zonas de placas rojas y negras que forman una pequeña playa petrificada, un lugar amable y suave. Remonto un poco y entonces me encuentro con un verdadero poblado de casetas, chabolas y roulottes con callecitas y que parece muy organizado. Al lado tiene un gran campo llano donde la gente puede dejar sus coches. Me gusta mucho este pequeño poblado, que parece sacado de la película Star Wars. Sigo por una plataforma llana y en uno o dos minutos tengo a la vista un pequeño pueblecito marinero (El Puertito) en una bahía profunda y resguardada. Las casas son pequeñas. Hay barcas en la playa de cayados. Bajo por un sendero y atravieso el pueblito que tiene casas pequeñas y anárquicas muy cerca del borde del agua. Y más allá ya empieza la zona protegida Sitio de Interés Científico La Caleta. Es una zona que ya visité con más dedicación en otra excursión (la 800). Es una zona espectacular de playas, rocas de distintas texturas, senderos, acantilados, salientes y pequeñas caletas. Empiezo rodeando un saliente con muros viejos de fincas agrícolas y enseguida viene una pequeña playa de cayados con una curiosa mesa con suvenires que han ido dejando. La atravieso y sigo por una zona de piroclastos grises sobre el mar de formas suaves y redondeadas con pequeñas caletas de arena amarilla. Y después viene la playa ancha y larga de Diego Hernández. En su extremo hay otro saliente alto y de rocas preciosas. Lo paso por arriba y atravieso una pequeña playa (Los Monteros/Hocico Perro). Vuelvo a subir desde la playa y atravesando una zona de pencas indias salgo del espacio protegido natural y llego a otra pequeña ciudad turística (La Caleta).
Ahora viene otro cambio radical. Soportable por la poca actividad humana que hay en este tiempo de pandemia. Sigo por entre los edificios y los paseos marítimos hasta la playa del Duque (unos treinta minutos). La verdad es que ya estoy un poco pasado de rosca y me empieza a sobrar todo. Sobre todo, después de la última zona protegida de La Caleta y ahora tanta casa y tanto coche me resultan agresivos, aunque no haya en el ambiente nada agresivo. Al pasar por la puerta del hotel del Duque me da nostalgia de las veces que salía por la puerta del jardín a pasear por la playa sintiéndome un privilegiado. Sigo hasta la plaza del Duque, donde está el centro comercial, muy apagado todo. Y sigo por la calle Londres y recorro dos tramos rectos de esta calle. No he traído mapas de esta zona y me siento de lo más perdido. Así que voy un poco instintivamente eligiendo los caminos un poco pasado de rosca por este jaleo de grandes avenidas. Después de recorrer dos tramos de la calle Londres tuerzo a la izquierda hasta una gran rotonda y tomo a la derecha por la calle Bruselas. Empieza a llover, me resulta alucinante, pero así es, no pasa nada hoy vengo preparado y cuando saco el paraguas y me protejo bajo él de la lluvia fuerte me siento más listo que una ardilla. En una esquina, sintiéndome algo desubicado, le pregunto a un taxista y las indicaciones que me da (después me doy cuenta que son las del camino más largo) me llevan hasta la autopista. En paralelo a ella sigo hacia la derecha por la Avenida de Los Pueblos y mucho después, mucho después llego por fin a la estación de guaguas. He tardado una hora y media en atravesar toda esta zona urbana desde La Caleta. Una pasada después de todo lo que llevaba.
He llegado bien de tiempo (18.18h) para esperar a la 460 que saldrá en 20 minutos. Pero con el demonio en el cuerpo de seguir moviéndome vuelvo por la avenida hasta un centro comercial donde me compro el periódico y decido esperar la guagua en una parada. Cuando llega la 460 me monto como un desesperado y me pongo a escuchar música que he traído para pasar la larga vuelta hasta El Tanque (más de una hora y media).
En resumen, qué puedo decir: quiero más como esto.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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