• Excursión 1079. 6 Mayo de 2020. Miércoles. (Anaga 175ª).
Las Canteras. Zapata. La Estercolada. Caidero. Orilla. Mesa Tejina.
Municipios: Tegueste. La Laguna
ENP: Parque Rural de Anaga
De 11.39 a 19.35h. De 600 a 900 a 700 a 825 a 500 a 685 a 520 a 570 a 415m.
Distancia: 17,6km. Duración: 7h 56m
Después de las dos últimas semanas de marzo en dique seco, obligado por las circunstancias (la temible pandemia), pero aprovechando para descansar del cansancio acumulado he pasado el mes de abril por el risco de Tacoronte, mi lugar privado de aventuras. Ya en mayo, aunque todavía con severas restricciones de movimiento hoy voy a intentarlo por Anaga.
Voy en coche a la Estación en Tacoronte y lo dejo en el aparcamiento público. Con mi disfraz de comprador de Mercadona (chaqueta, cámara, sombrero y mochila todo dentro de una bolsa de Mercadona) tomo la guagua 101 (10h) en la parada de La Estación. Llevo una tarjeta de Titsa a la que le queda algo de dinero, no uso la mía (la senior), está caducada. Sólo dos pasajeros cuando me monto. Cintas blancas y rojas aparatosas acordonan varias zonas cercanas al conductor. Paso la tarjeta, funciona. Días más tarde me entero de que, aunque haya que pasar la tarjeta, durante todo este mes no se va a cobrar nada por los trayectos; son tiempos extraordinarios. Primer problema resuelto.
Apenas hay tráfico, los comercios están cerrados, casi nadie por las calles. Me gusta este cambio radical. Sólo las farmacias con gente agolpada por fuera (sobre todo en El Cantillo) y un par de ventas están abiertas. La guagua va deprisa por Tacoronte, y más por la autopista desde Los Naranjeros. En la estación de La Laguna (11.24h) los pocos viajeros van con sus mascarillas, a cada cual más rara, yo mismo voy con una con membrana amarilla que uso para protegerme cuando pinto. Disimulando y tranquilo como pasar una aduana (ante los securitas que parecen no verme) me salgo afuera para tomar la 050 que va hacia La Punta pasando por Las Canteras (mi lugar de destino). La guagua es tan extraña para esta línea, de asientos en paralelo, tres pasajeros más que se ponen hacia atrás. Salimos (11.30h) hacia San Benito y no se sube nadie, sólo estos tres se bajan más adelante. Tardamos realmente poco en llegar a Las Canteras, donde me bajo (11.39h). Ha sido de lo más emocionante. El habitual jaleo de los varios bares pequeños en la rotonda con gente deambulando y mirando desde las puertas hacia afuera… ha desaparecido completamente. Me gusta este desierto.
Cruzo y subo por la fuerte pendiente de la calle Cañada de Arriba. Tras la primera curva afuera de la vista desde la rotonda ya me siento seguro. Saco mis pertrechos de la bolsa de Mercadona y transformado en senderista (sin complejos) guardo la bolsa dentro de la mochila. Perfecto. Vamos allá. El día está fresco. No hace calor. Sigo por esta calle y después por la calle Degollada que van ascendiendo lentamente por la arista de una loma y elevándose sobre la vega y sobre este gran llano encerrado por montañas. Saludo a una persona que en su garaje está lijando madera. Buenos días, como si no pasase nada. Las partes con menos casas (calle Degollada) son mejores para ver la amplitud del gran llano. Todo va bien. En Vueltas Blancas subo por las rocas blancas del camino elevándome más. Me alegran los perfumes sutiles e intensos de los codesos en flor y más arriba el olor profundo y fragante del bosque húmedo, y también de los eucaliptus. Poco después de llegar a lo alto de la arista me desvío a la izquierda en una bifurcación y llego a una curva pronunciada con abundancia de hijas y sigo por donde un cartel de madera que pone Zapata y es que quiero ir lo más recto posible al mirador de Zapata por un sendero ancho por una zona muy umbría, bajo árboles de copas altas. Al acercarme no salgo al mirador de Zapata (12.36h, 880m) no salgo afuera, no me quiero encontrar con nadie. En vez de eso tuerzo por un sendero a la izquierda, es un sendero que hay unos metros antes de salir al mirador.
Hoy quiero hacer un trayecto que he intentado dos veces. Se trata de recorrer una loma (sin nombre en el mapa) de unos 700 metros de longitud con varios picos y degolladas. Esta loma esté entre el mirador de Zapata y La Estercolada. Por este extremo se accede ya a la máxima altura, pero por el extremo de La Estercolada hay un desnivel de unos 80 metros para bajar de ella. En mi primer intento (excursión 739) ascendí desde La Estercolada pero no puede recorrer ni una tercera parte de la arista superior de la loma. En mi segundo intento (excursión 743) desde este lado, avancé unos cien metros, pero me falto determinación y valor (tuve que defecar, no digo más, ya he dicho bastante). Hoy es el día de intentarlo de nuevo. Es un sendero estrecho bastante invadido a la altura de mi cabeza por las ramas finas de los brezos, las fayas y los afollaos. El firme muy pulido me ayuda, no es arenoso ni resbaladizo. Va enhebrándose entre los arbustos sin desviarse mucho de la arista, eso sí, siguiendo el perfil de la loma, con ligeros baja y sube y un más fuerte descenso hasta el punto más bajo (846m). Me gusta mucho este sendero, que tiene varios miradores diáfanos hacia ambos lados. Los que se ve desde ellos son laderas y laderas verdes cubiertas de árboles. Me va gustando mucho que no encuentre ningún problema importante, todo es fácil. Remonto tras el punto más bajo por un camino muy bien marcado, algo resbaladizo y sigo por un bosque de pinos y eucaliptus. Y encuentro fácilmente el sitio por donde me tengo que desviar de la loma, es una bifurcación sutil, la de la derecha parece la continuación lógica, es más ancha, bajo árboles formando un portal, pero tiene una rama en el suelo cerrando “simbólicamente” el paso, la de la izquierda está marcada por unas piedras, pero de entrada, no parece que haya camino, solo se descubre, al ratito, al seguir por ahí. Después sí es muy obvio. La bajada es empinada pero sencilla de seguir. Debí subir por aquí (excursión 739), apenas me acuerdo de nada. No lo reconozco. Sólo más abajo, entre grandes pinos y el camino más serpenteante me resulta familiar. Y llego a la Estercolada (12.32h, 815m). Fantástico. Lo he logrado. Tantas veces he pensado en la travesía de esta loma, y resulta que ha sido realmente sencillo. Pienso que deben haber limpiado el camino desde mi primer intento (enero de 2018).
Después de este éxito ahora estoy dispuesto a hacer un gran recorrido, estoy ansioso de caminar. Me echo a la derecha por la pista que pronto es un sendero entre pinos caídos (a estos pinos -radiata- no se les da este clima húmedo). Rodeo toda la loma por un camino bastante llano y con muchas curvitas bajo laureles hasta la carretera (765m, Camino del Monte, Pedro Álvarez a Anaga). Sigo hacia abajo por la carretera. Ningún tráfico. Cero coches. Unos quince minutos (1km) y me desvío por una pista (14.32h, 680m) que sube a la derecha justo antes de una curva de 180º de la carretera. Me quedo a comer aquí (14.35-15h) con vistas a la loma que he recorrido en un roquedal. Tras la comida sigo. La cosa va estupenda. No llevo mapas. Barra libre para mí. Abunda el pico pájaro (mosquera común). La pista dura poco, sigue un camino ancho con algunas bifurcaciones y yo sigo siempre a la derecha en ascenso progresivamente más fuerte. Tenía tantas ganas de todo esto, del esfuerzo, de los recorridos por el bosque. El bosque envolviéndome.
Llego a una carretera (Carretera del Batán, 821m). Sigo a la izquierda por la carretera asfaltada que después de 500 metros es de tierra. Algo resbaladiza rodeada de fayas pequeñas bajo unos 300 metros (5 minutos) y me desvío por una pista que sale a la izquierda. Una pista ancha de suelo rojizo que describe una gran curva para seguir bajando recta. Es una vieja pista sin uso que los árboles han ido estrechando. Cuando hace un giro a la derecha yo me salgo por un senderillo a la izquierda para bajar hasta confluir con un sendero. Sigo a la izquierda y llego a un fantástico mirador en un roquedal pequeño despejado de planta. Más abajo hay un precioso sanguino. Sigo recto por la loma en una bifurcación y llego hasta un mirador sobre Pedro Álvarez (700m). Un lugar fantástico. Me siento tan etéreo, me siento ligero, me siento como si no llevase nada encima. Como si fuese sin ropa. Es tan maravilloso. Regreso hasta la bifurcación y tomo a la izquierda para bajar por este bosque de laureles y palos blancos, un viejo bosque de laurisilva, hacia el Caidero. Al llegar a la pista donde el depósito la cosa no es tan interesante, pero sí cuando, más abajo, me desvío a la derecha por el camino de la Orilla (490m). Por un cauce entre muros al principio con poco desnivel se hace más esforzado por las zonas rocosas y algunas con escalones. Pero las vistas mucho mejores hacia Pedro Álvarez y Tegueste. En lo alto (680m) me echo a la izquierda por una pista que parece que podría seguir loma abajo al final de una recta, pero no, curvea a la derecha. Sí puedo bajar tomando en una bifurcación a la izquierda por un camino pedregoso (barranco Porlier) donde me encanta descubrir pisadas de excursionistas en la tierra húmeda, no soy el único.
Del cauce paso a un sendero fino hacia la degollada de la mesa de Tejina (Gollada Hoya el Bucio, 530m) donde está la preciosa era. Ahora todavía con fuerzas subo por el sendero más complicado y más recto hasta lo alto de la parte más alta de la mesa. Arriba hay que pasar entre grandes rocas y cuevas. Llego hasta la mitad y aquí tengo la misma sensación de ingravidez que tuve mirando hacia Pedro Álvarez. Este es un lugar muy popular entre senderistas, pero hoy no está ni el tato. De abajo me llegan los sonidos de las sirenas y de los altavoces de los coches de la policía mandando a todo el mundo a quedarse en sus casas, a no salir. Y yo aquí como un espíritu puro, ligero, ingrávido, como desnudo.
Regreso a la degollada por el sendero sencillo, el que va por la izquierda de la mesa. Por el camino pedregoso con la esquina maravillosa de los farrobos bajo hasta Tegueste. Aquí ya se me pasan todos los humos. Me cambio a mi disfraz de comprador de Mercadona y algo temeroso camino hasta la carretera de Tegueste. Un control de la guardia civil está parando los coches. Los esquivo y me llego hasta una parada de Titsa desde donde llamo a información (19.35h). En Titsa todo es un caos, se han trastocado todos los horarios y las líneas y la empleada no sabe darme la información que necesito. Afortunadamente descubro que al lado hay un taxi, con su señor conductor esperando dentro. Salvado. Me monto con mi mascarilla bien puesta. El taxista como si nada, tranquilo e indifernte, me lleva a casa, como si no pasase nada de nada. 20 euracos y estoy en casita, como un príncipe. Gracias.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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