• Excursión 1434. 6 Octubre de 2022. Jueves.
Erjos. Barranco Cochinos. Las Moradas. Los Silos.
Municipios: El Tanque. Los Silos
ENP: Parque Rural de Teno
De 9.50 a 15:54h. De 1000 a 350 a 610 a 550 a 700 a 110m.
Distancia: 12,2km. Duración: 6h 4m.
Desde Erjos desciendo por un sendero PR del que me desvío por otro antiguo y perdido que cambia de vertiente y me permite adentrarme en el cauce del barranco de Los Cochinos con tramos desfiladero y recorrer una pequeña parte. Después lo vuelvo a subir y por otros senderos estrechos y expuestos vuelvo al cauce por donde sale agua de galerías y de él salgo por arriba a un sendero PR claro y desciendo hasta Los Silos
Hace poco he conseguido una nueva versión (enero del 22) del mapa Openfiets de unos holandeses (http://www.openfietsmap.nl) con las novedades de Openstreetmap.org y ahí he descubierto uno senderos que recorren el barranco de Los Cochinos y que conectan con el sitio donde está la entrada al canal y la entrada a la galería que he estado redescubriendo en excursiones recientes (1420 y 1423). Es una zona especialmente interesante para mí y al mirarlo descubrí nuevas líneas (senderos) que no conocía. Hoy quiero visitarlas. Además, he visto en Wikiloc una descripción del recorrido del cauce del barranco de Los Pasos desde abajo, una excursión con varios comentarios de otros usuarios y muchas fotos.
Me despierto a las siete y media sin despertador y concentrado y a ritmo pausado desayuno tranquilamente escuchando un podcast del programa A Hombros de Gigantes y puedo salir antes de las ocho y media sin que se me olvide nada. Está nublado en todo el norte y no hay vistas notables en el valle ni más allá. Llego pasadas las nueve a Icod y tengo suerte y encuentro un sitio para dejar el coche en la avenida principal donde está la estación de guaguas. Algunos pasajeros ya esperan la 325 que viene del Puerto. Compro el periódico en el puesto que hay dentro de la estación. La empleada/dueña está sentada dentro tomándose un café, una mujer de unos cuarenta años de pelo rubio y de aspecto agradable que parece una mujer de carácter fuerte y que es amable al darme El País. Al poco llega la guagua y nos subimos todos, sale a las nueve y cuarto. Es una guagua antigua, la típica de esta línea. No leo mientras vamos de camino. Todo está cubierto de nubes grises en varios tonos. Las obras de circunvalación de El Tanque ya están en estado avanzado, han hecho un desvío. El trayecto me resulta ligero y me bajo en Erjos un poco antes de las diez, me bajo en la parada al lado de los postes indicativos de senderos. Me gusta mucho empezar así de temprano.
Para prepararme dejo las mochilas en un banco y cuando me miro las manos las tengo con pintura color teja, y también las mochilas están manchadas, resulta que la pintura está fresca. Qué mala manera de empezar. Menos mal que me doy pronto cuenta y puedo limpiarme malamente las manos y que no me siga manchando todo. Las señales para bajar a Cuevas Negras no están del todo bien y me cuesta un ligero desvío tomarlas correctamente. La primera parte es por una calle (Camino Cuevas Negras) con firme empedrado y que tiene unas casas dispersas pegadas al camino, una creo que es una casa rural. Después se transforma en camino ancho de buen firme, compactado, que va en ligera bajada cerca del cauce del barranco de Cuevas Negras. Bien delimitado y por dentro del bosque que no es muy denso y tengo vistas amplias. El sendero por dónde quiero empezar está en los 700m de altitud, unos 300 metros de altitud por debajo de donde empiezo y como a un km y medio de distancia. De manera que puedo bajar tranquilo un buen rato antes de ponerme alerta para encontrar ese sendero que supongo que no va a ser muy evidente. Tras la parte de ligera pendiente y de camino ancho hay un cambio significativo, el sendero se hace más revirado, estrecho y el bosque más denso y cerrado, y ya abundan los laureles y empiezo a no tener vistas amplias yendo encerrado por las copas de los árboles, y voy pasando a ambos lados viejas terrazas ahora ocupadas por la laurisilva. El día sigue nublado, no hace frío y tampoco viento. Es un camino entretenido por donde va una tubería metálica que veo de vez en cuando y con muros viejos a tramos. Tras unos veinte minutos largos encuentro una desviación a la izquierda a la altitud más o menos correcta (el altímetro marca menor altura de la real). La desviación es un sendero que sale en oblicuo y va bastante pegado al camino por donde he bajado. Una vez dentro es claro, y se va curvando cerca de un cauce y llega a una casa vieja en ruinas. La rodeo y, no sé cómo, de repente me encuentro de nuevo en el camino por donde he bajado. Vale. Primer intento.
Leo con atención el mapa de IGN con el sendero inscrito y me doy cuenta de que tengo que cruzar el cauce de un barranco, cosa que no he hecho. Regreso al desvío a la izquierda. Vuelvo a subir por el sendero y entonces me doy cuenta de que un poco antes de la casa en ruinas hay un barranquillo que se puede cruzar, aunque sin indicaciones ni hitos. Y por el único sitio que se puedo ir es por donde avanzo. Bajo al cauce, unos dos o tres metros de desnivel, y subo por el otro lado y cuando he superado el barranco ya encuentro un sendero, bastante claro, que sigue llaneando por una vieja terraza y donde enseguida encuentro a la izquierda una vieja casa en ruinas, muy oscura y de paredes negras, menudo sitio húmedo para vivir. Pero tras la casa se pierde la traza del sendero. Me cuesta un rato darme cuenta de que tengo que bajar a otra terraza, una terraza muy grande con castaños y el suelo lleno de hojas de los castaños, atravesarla completamente yendo pegado a un talud por la parte izquierda de la gran terraza y al final de ella y de repente aparece de nuevo el sendero, claro, preciso y precioso. Esto lo cuento como si lo hubiese hecho de una sola vez pero me cuesta sus buenos quince minutos dar con el sendero. Me ayuda a encontrarlo la curva extrema hacia la derecha que hace la ruta que tengo inscrita en el mapa de IGN. Después le encuentro la lógica a la dificultad, las hojas de los abundantes castaños ocultan el sendero y sólo cuando se pasa esta vieja zona agrícola y vuelve a la ladera del monte se descubre el sendero. Me gusta que sea difícil, que haya complicaciones, sobre todo cuando las supero. Bien. Esto me da moral.
Ahora el sendero va subiendo y bajando ligeramente por una ladera cubierta de vegetación donde abunda la lengua de pájaro, y donde también hay jaras, amagantes, brezos, granadillos, y grandes laureles. A medida que avanzo voy teniendo mejores vistas de todo el barranco, todo cubierto de verde. Las vistas están en la primera arista que paso antes de meterme en otra hoya y recorrer una zona húmeda y fresca donde en sitios estratégicos hay grandes muros de contención. Debió ser un camino importante para ese despliegue de esfuerzo de construcción. Y aquí sigue el muro cientos de años después. Tras medio km desde los castaños llego a la arista de una loma (700m), una loma que separa dos grandes barrancos, el de Los Cochinos y el de Las Cuevas Negras. Es un sitio fantástico con vistas muy, muy amplias y estupendas que las nubes altas me dejan ver en toda su extensión. Desde aquí y mirando hacia la derecha (Cuevas Negras) puedo distinguir el trazado de un canal que serpentea por la ladera opuesta y que debe ser el mismo que atraviesa por un túnel hasta el barranco de Los Cochinos. Estaría bien recorrerlo desde el otro lado y creo que se podría tomar desde la carretera de Tierra del Trigo a Las Juncias o el sendero PR que va desde debajo de Las Juncias hacia Cuevas Negras. La vista es maravillosa y me siento estupendo todavía con el regusto de haber superado la terraza con los castaños. Hacia la izquierda (Los Cochinos) la vista también es espectacular y puedo distinguir bien el canal por donde pasé en la excursión 1423. Hacia ahí es hacia donde quiero ir hoy. Hacia abajo la vista es diáfana del mar y Los Silos. El sendero baja más o menos recto por la arista, está bastante bien de trazada y es muy claro. En una zona llana y rocosa (660m) de la arista hay una vieja casa que todavía conserva el techo y sus muros y parece que en uso, aunque muy esporádico. Descubro una pileta de lavar esculpida en la roca. Por aquí la vegetación es más densa de lengua de pájaro y el sendero está oculto, aunque pasable. Todo el rato las vistas son estupendas y airosas y voy encantado, sintiendo como si estuviese volando. Después el sendero se echa a la derecha para rodear un saliente rocoso y después vuelve a la arista por una zona de vegetación más alta. Paso un desvío a la derecha (va hacia el cauce de Cuevas Negras), sigo recto y enseguida el sendero se echa a la izquierda, y abandona la arista para ir por la ladera en ligera bajada. En unos minutos, pocos, confluyo con un sendero más ancho que viene por la derecha y me doy cuenta de que el sendero por donde he bajado tiene una línea de piedras en su confluencia con el otro, como indicando que no hay que ir por ahí.
Bien ubicado ahora sigo a la izquierda por el sendero más ancho. Puedo distinguir viejas terrazas por debajo del sendero y en un minuto o así paso un desvío a la izquierda que va a una vieja casa que se usa actualmente de refugio (excursión 538), no me desvío a la casa, sino que sigo bajando por el sendero que atraviesa una primera zona con pencas grandes y muchos higos chumbos por el suelo, que exhalan un olor maduro y pasado, me gusta mucho este olor. Después el sendero sigue bajando y va describiendo muchas curvas y yo voy bastante confiado a pesar de las eventuales zonas algo invadidas de plantas. La vegetación es densa por todos lados, sin grandes árboles, todo arbusto y plantas bajas. En un momento el sendero se echa a la derecha y pasa por debajo de un risco alto por dentro de una oquedad y después sigue bajando y yo voy totalmente encantado de este sendero, que según el mapa lleva tanto al túnel con el canal con agua en el cauce del barranco de Los Cochinos como al cauce del barranco bastante más abajo. Unos diez minutos cortos tras la casa llego a una bifurcación (520m, punto A), cuyo ramal izquierdo es algo más complicado de distinguir que el derecho que sigue bajando recto. La sensación de estar en otro mundo es máxima, sólo veo laderas cubiertas de verde, todos son árboles y arbustos cubriendo todas las laderas, todos los vallecitos, las hondonadas, las depresiones, es impresionante. Unos metros más abajo y llego a una caseta en ruinas, con muros de piedra y techo corrugado le falta la pared que da al cauce. Ahora el sendero se echa a la derecha y sigue bajando a una cierta distancia del cauce y en paralelo al cauce del que me viene de vez en cuando el rumor del agua cayendo y corriendo. El sendero no tiene ninguna marca y está algo invadido en algunas partes y algo inclinado o hundido en otras. Va totalmente por dentro de este entorno verde cargado de plantas y con la vista de la pared alta del otro lado del barranco. Voy muy entretenido y emocionado a ver hasta dónde puedo llegar. El sendero no es precisamente fácil pero es la única posibilidad en este mundo verde. Tras un largo tramo con poca inclinación hay una bajada por terreno arenoso y en el paso al lado de unas grandes piedras hay un espacio algo amplio donde ya no encuentro el sendero. Me da la sensación por el rumor del agua de que estoy cerca del cauce e intento bajar a las bravas hacia el agua, pero no puedo, está todo embrollado de plantas, y al rato de intentarlo me doy cuenta de que no puede ser por aquí, regreso al espacio amplio y concentrado y siguiendo hacia la derecha sin cambiar de altitud encuentro la continuación. Un poco después el sendero sube ligeramente al pasar una parte de tierras marrones sin vegetación y después vuelve a descender. Y ahora ya dejo de escuchar el rumor del agua. El entorno es una mezcla de plantas bajas donde hay una humedad constante y donde el sol no debe dar mucho debido a la verticalidad de las paredes. En el muro casi vertical de enfrente crecen los helechos batallitas y destacan dando relieve a la pared con la luz cenital. Me asombra cuando paso al lado de un par de grandes muros que parecen proteger este sendero. Hay un par de puntos donde el sendero cambia más de la cuenta (hacia la derecha) de dirección, dejo marcas en el suelo.
Y unos veinte minutos desde la caseta y después de un tramo de bajada más empinado logro llegar al cauce del barranco. Aquí el agua es recogida por un canal y después es conducida a una tubería de cemento. El agua está embalsada en una pequeña presa y crece una hermosa ñamera sobre ella (390m). Es delicioso el rumor del agua y el ambiente súper húmedo. Dudo si seguir por el cauce hacia abajo. Hacia arriba ni se me ocurre porque hay un “muro” de plantas que lo cierra. Mi duda proviene primero de la forma del barranco: cauce encajonado por paredes muy altas, casi verticales, grandes piedras redondeadas en el cauce y la tubería de cemento apoyada sobre pilares que también ocupa mucho espacio de este sitio angosto. Y dudo también porque tengo la idea de que en algún momento me voy a encontrar con charcos en los que hay que mojarse para pasarlos y no podré llegar hasta abajo y salir al sendero de Cuevas Negras. (Esto último es incorrecto, me daré cuenta de ello por la noche en casa al consultar la ruta en Wikiloc). Así y todo, estando aquí en el cauce me resulta irrestible la idea de explorarlo y para allá que bajo. El paso es tortuoso, hay que rodear, destrepar o sortear las enormes piedras redondeadas que se han ido encajonando a lo largo de cientos de años aquí por las riadas eventuales. Hay que echarse a un lado o al otro, e ir evitando la gran tubería de cemento y cuanto más bajo más estrecho es el barranco y más amenazador el lugar. No puedo olvidar las recientes lluvias en Tenerife y que no tengo escapatoria de ninguna clase si cae un chaparrón de improviso. El barranco se curva primero a la izquierda y después a la derecha en un lugar realmente angosto donde casi se tocan las paredes del barranco y al llegar a una escalera larga que va por la pared derecha del barranco y que tiene una gran piedra encima (340m) decido dejarlo y regresar. Aunque realmente no he tenido que descender un gran desnivel ni he visto ningún salto tengo la sensación de que puede estar más abajo. En total logro descender unos 50 metros de desnivel por el cauce. Vale. Es suficiente de tensión. El regreso es más sencillo y me siento muy aliviado cuando llego a la ñamera. Me salgo del cauce por la izquierda y asciendo una primera resbaladera hasta el sendero que sube con pendiente constante.
La subida me resulta muy esforzada. El aire está saturado de humedad y sudo a mares, estoy totalmente empapado de agua. En uno de los cambios algo bruscos de dirección en el sendero me ayuda la marca que dejé antes en el suelo para no tener que pensar y enredarme. Me resulta más larga la subida que la bajada, me resulta eterna y eso que debo tardar menos de veinte minutos, pero es que este es un sitio muy claustrofóbico. Me siento ligero y bien cuando llego a la caseta con el techo ondulado. Unos metros más arriba sale a la derecha el sendero que va hacia el túnel con el canal. Lo tomo. De entrada, hay que subir un buen trecho antes de que el sendero se eche a la derecha y llanee aunque en realidad casi nunca llanea o es ligera subida o es ligera bajada y va rodeando y por la parte de debajo de una gran placa rocosa sin plantas, una placa muy alta que después y desde enfrente tendré oportunidad de ver bien. Voy algo nervioso, inseguro de poder conseguir completar el sendero. De vez en cuando tengo vistas del canal al otro lado (excursión 1423) y me asusto un poco al ver algunos tramos de lo más expuesto que tuve que atravesar en aquella excursión. La vegetación es densa y cerrada y me maravilla la ingenuidad de los antiguos para diseñar y crear un sendero justo por el borde de las placas rocosas, el único sitio posible para atravesar este paredón evitando las zonas de vegetación más cerrada. Sólo hay un punto peligroso, una zona de unos diez metros de ancho de tierra suelta apenas apelmazada que viene de arriba y que debo cruzar y que continúa hacia abajo sin que se pueda ver dónde termina. Con determinación y lentamente y con la conciencia de ser delgado y ligero voy apoyándome en la tierra suelta sin detenerme mucho, pero sin apresurarme y en unos diez pasos o así logro pasar la lengua de tierra suelta. Después continúo por una parte más sencilla hasta que llego a un tramo de sendero que se apoya en un muro bajo y largo de unos quince metros de longitud. Y aquí ya dejo de ver el sendero. El sendero, el muro, llega a una hondonada vertical, un vallecito vertical y se puede bajar casi sin camino por cualquier lado, pero no me quiero arriesgar a bajar si no es por el sitio correcto, es decir, el cauce del barranco por donde va el canal antes de meterse en la pared por el túnel. Sigo a la izquierda sin cambiar de altitud y no me lleva a nada, bajo sin camino, pero me siento inseguro, regreso al murito. Encuentro la solución bajando por la parte derecha del vallecito por una pequeña arista donde pronto encuentro el tronco largo de un árbol que parece que es una delimitación del viejo sendero y que después me lleva a una parte más ancha de la arista que parece terminar en un saliente ancho, me echo a la izquierda de este saliente y bajo un poco y me ayuda el color rojo de unos sacos para darme cuenta de que voy bien y enseguida llego al canal de agua cerca del cauce. El saliente es una piedra de dimensiones colosales que tiene en su base un muro formando un pequeño cercado para animales, me imagino. Me siento fantásticamente al haber conseguido llegar aquí abajo, a un sitio que ya conozco muy bien y que me es muy familiar. Aquí, sin embargo, me resulta muy ruidoso el rumor del agua en el pequeño depósito a la salida de una galería y tengo que ir un poco más arriba para sentarme a comer tranquilo.
Me cambio de camisa y camiseta, están totalmente mojadas, y como sequito con tranquilidad sentado en una piedra redondeada y con musgo. Me ha dejado exhausto la humedad. Repuesto y media hora después reanudo la marcha. Subo por el cauce hasta la bifurcación en los 600m (han desaparecido las marcas verdes) y sigo a la derecha y salgo del barranco por el sendero que descubrí en la excursión 1420 y que me gusta más que el usual que es mucho más empinado y esforzado. De ahí salgo al sendero PR y bajo con toda la calma del mundo hasta Los Silos. Es un sendero que tengo que hacer despacio, el firme es muy irregular y demandante. A partir de las Moradas de Abajo me resulta un poco monótono y largo. Cerca del final dejo pasar a una pareja (hombre y mujer) de senderistas que van hablando-discutiendo y que me resultan de lo más agresivos. Al llegar a la carretera que tiene bastante tráfico sólo tengo que esperar diez minutos a la 363 (pasa cada media hora).
Me siento estupendo en cuanto me pongo en el asiento de delante y me dejo llevar por el conductor hasta Icod donde dejé el coche.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Erjos - Barranco Cochinos - Las Moradas - Los Silos