• Excursión 693. 22 Agosto de 2017. Martes. (Anaga 108ª)
La Cancelilla. Montaña Pelada. Payba.
Municipio: Santa Cruz de Tenerife
ENP: Parque Rural de Anaga
De 15.41 a 18.13h. De 750 a 650 a 690 a 650 a 770 a 460m
Distancia: 5,1km. Duración: 2h 32m
Recorrido siguiendo las crestas de varios picos con vistas al barranco de San Andrés hasta uno despejado (Montaña Pelada). Retorno por el mismo trayecto hasta la carretera del Bailadero que va por dentro del bosque de laurisilva y bajada por otro sendero variado entre brezos
Salgo de Santa Cruz en una guagua pequeña (la 945, 15h). Unos gemelos se montan en la Capitanía. De unos 30 años, son tan parecidos y van pelados al rape, los dos. Parecen agentes comerciales. Llegan hasta San Andrés. Dos jóvenes en la parte de atrás hablan demasiado, me pongo a escuchar la música tranquilizadora de la recopilación “A Beautiful Morning Vol 2” en la que diversos artistas interpretan canciones de Rodgers y Hammerstein. Haré bien en lo de la música porque los jóvenes seguirán largando hasta que me baje en La Cancelilla. Parece que van a Chamorga a coger olas. Jóvenes normales y corrientes, pero no me interesan nada sus asuntos.
Cuando iniciamos la subida por el barranco de San Andrés se anima la cosa para mí. A ritmo ligero y constante, esta guagua no se para en las curvas como hacen las grandes, va subiendo y subiendo y con tantas vueltas y revueltas por las mil curvas parece un baile en la que soy suavemente bamboleado de un lado a otro. El punto de vista va cambiando continuamente y voy fascinado por el paisaje cambiante a cada curva. Además, va cambiando del marrón del seco y árido del principio al verde pálido (balos, tabaibas) y más arriba al verde intenso (brezos, laureles). El trayecto que básicamente rodea la ladera de una loma, y va ascendiendo curva tras curva, pasado el barranco de cho Eugenio se hace un galimatías de tramos plegados de carretera que van elevándose sobre el nivel del mar con muchísima lentitud. Por todos lados hay precipicios, y los vivo más intensamente porque me he sentado en una ventanilla en la parte derecha, así que voy viendo el abismo todo el rato. Me emociono al ver a lo lejos el sendero que sube desde Los Palmitos hacia La Cancelilla. Huele a madera barnizada pasado el ramal que lleva al túnel de Taganana. Me dan ganas de darle las gracias al conductor por este rato tan agradable pero no se me ocurre cómo decírselo sin que suene presuntuoso o sospechoso o cualquier otra cosa que acabe en oso. Después del albergue le pido que me deje en La Cancelilla, pero no conoce el lugar. Una mujer mayor se añade a la conversación y después de describirle el sitio: un apartadero con un pequeño murete de piedra, la mujer dice que ella lo conoce por Lomo Blanco. Tampoco ella sabe el nombre de La Cancelilla. Poco después me deja a la derecha de la carretera al lado del muro (15.41h, 750m, 30º).
Hace calor, hay calima. Aparece un coche de la policía municipal mientras me preparo para empezar, se bajan, uno se dirige a mí ¿Todo bien? ¿Lleva móvil? Me dicen que hay alerta máxima por incendios. Les digo que voy muy cerca, que conozco a donde voy. Me gusta que me hayan preguntado, tan concernidos. El primer tramo a la sombra es muy agradable, pero en cuanto se abre el monte hace muchísimo calor. Me subo a un pequeño saliente rocoso (16.02h, 760m) que tiene “bañeras” secas, bejeques y buenísimas vistas de todo el barranco de San Andrés. El tramo arenoso y resbaladizo es más complicado. Después de llanear alcanzo la degollada (16.13h, 660m). Hoy no hay nada de viento, pero no salgo al “balcón”, sino que sigo hacia la siguiente montaña. Paso de largo del principio del sendero de bajada por el barranco del Corral de los Puercos, hoy me da la impresión de que está más perfilado y claro el pasillito entre las yerbas secas. Debe ser porque ya lo conozco o porque hoy no me toca ir por él.
Mi objetivo hoy es subirme a alguna montaña de esta línea de montañas para tener una vista amplia de todo el barranco de San Andrés, pero cuando llego a los pies de la montaña veo el sendero por el que pasé buscando la bajada al Corral de los Puercos. Decido seguir por él, a ver si hoy tengo más suerte, en la excursión anterior por aquí me tuve que volver porque parecía terminar. El sendero es muy claro y sube por la ladera de una montaña pero llega a un punto en que el sendero desaparece. Metódicamente empiezo a darle vueltas al lugar tratando de descubrir sitios por los que sea “lógico” pasar, sin que haya que subir o bajar demasiado. Así voy avanzando y retrocediendo hasta que por fin después de meterme entre arbustos y troncos finos logro ver el sendero que continua unos metros por debajo. Debe ser que se tupió una pequeña parte del sendero y que esta es la alternativa que han encontrado (creo que los únicos que vienen por aquí son los cazadores), porque después de este ligero recoveco el sendero sigue muy clarito y subiendo hacia el borde de la cresta montañosa. Cada poco miro hacia atrás memorizando como se ve en sentido contrario. Llego a un dique que une como un puente este risco con otro más allá. Lo negocio con mucho cuidado porque hay muchas tuneras indias y plantas crasas. En el siguiente risco ya subo por una montaña (Montaña Pelada) sin ningún sendero claro, aunque sí lo veré cuando vuelva. Lo puedo subir porque hay pocas plantas y terreno arenoso muy practicable. Llego a lo alto y sigo avanzando hasta otro tramo de dique con tuneras (16.38h, 705m).
Las vistas son absolutamente impresionantes a un lado (San Andrés) como al otro (Corral de los Puercos e Igueste). Me deja sin respiración. Hay una ligera brisa que mitiga el calor (32º), y puedo estar tranquilo admirando este súper paisaje. Todo el barranco de San Andrés con su carretera serpenteante y el pueblo al lado del mar, detrás veo parte del barranco del Cercado, por encima de ambos domina el pico del Chiguel. Describir todo lo que veo me llevaría páginas. Todo diáfano, clarito. Es un mirador increíble. Todavía se podría seguir avanzando porque la montaña baja suavemente hacia una serie de picos, el primero en forma de yunque. Pero no voy a estirar mi suerte más, la bajada, aunque suave, es entre tuneras y arbustos. No hay posibilidad de perderme, pero si de pincharme. Puede ser que haya un sendero más allá. Otro día. Decido regresar con mucho cuidado. Ligeramente inquieto por comprobar si recuerdo bien la vuelta, el tramo por el dique es largo exige salirse de él en un momento concreto. Lo logro. Al final es poca cosa. También paso bien el trozo de sendero desaparecido. Al llegar al “balcón” de la degollada sí salgo a él, está formado por las lascas de un dique y tiene unos preciosos bejeques en el borde. Más vistas preciosas. Inicio la subida, paso el trozo arenoso sin problemas y antes de meterme en el bosque doy una última visual hacia Igueste y logro distinguir el semáforo y parte de la ladera del barranco de Igueste antes de llegar a Lomo Bermejo.
Sigo volviendo y paso un trozo delicado de sendero llano, inclinado, arenoso y resbaladizo con caída a no sé sabe dónde. En el bosque hay un tramo donde veo el brezo y el tojo juntos, son de la misma familia se parecen tanto que así los puedo diferenciar bien, el tojo tiene las hojitas un poco más grandes. En el bosque hay una brisa deliciosa (17.20h). La aprecio más después de volver del terreno seco, árido y caluroso. Llego a La Cancelilla (17.30h). A pie sigo carretera adelante hacia el albergue, en realidad buscando el sendero de bajada hacia Payba. Por carretera sí, pero un paisaje fantástico, las nubes tratan de cruzar de norte a sur, pero se desvanecen sobre la carretera, corre brisa que me refresca, en los veinte minutos que tardo en llegar al sendero sólo pasan dos coches.
Encuentro fácil el sendero de bajada a Payba. Pero al principio voy un poco apurado porque creo que tengo poco tiempo para llegar a tiempo a la parada de la guagua en la carretera delante de Payba. Casi me tuerzo un tobillo tratando de evitar unas zarzas porque las hojas me ocultan unos escalones en el sendero. Me encanta este sendero. La primera parte es más salvaje, muy poco transitada, y al ser muy húmeda se llena todo de hojas de los árboles. Hay un olor buenísimo a madera. Lo que domina es el brezo. Es muy umbrío. A veces con murito, pasa al lado de algunas casetas con huertas. Un pastor alemán me ladra de lejos. La bajada es de lo más variada en vegetación y trazado, sendero, pista, camino arenoso. En la parte inferior del camino las plantas son completamente diferentes a la parte de arriba. Llego a la carretera (18.14h, 490m). Mientras espero la presencia del Chiguel es continua. Me evoca tanto. Aparece la guagua (18.33h) (grande) que viene de Taganana, con el conductor de la perilla que ya conozco muy bien. Viene llena de turistas, senderistas y locales que vuelven de las playas de Taganana. Me siento detrás de una mujer joven con traje de licra de corredora, cada poco hace ligeras torsiones de cuello, afinándose, me imagino. La bajada en esta guagua grande es completamente diferente a la subida, pero yo siento una inmensa emoción cuando suena la primera canción de “A Beatiful Morning, Vol 3”: “It Might As Well Be Spring” por Sarah Vaughan, la escucho varias veces seguidas hasta que ya le he exprimido toda su emoción. La gente se va bajando poco a poco y sólo llegamos a Santa Cruz (19.13h) una pareja de jóvenes que parecen elfos por su aspecto delicado y su belleza, y yo.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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La Cancelilla a Montaña Pelada a Payba