• Excursión 1593. 27 Junio de 2024. Jueves.
Iboybo. Barranco Ajabo (Santana). Los Menores
Municipio: Adeje
De 10.10 a 18.13h. De 370 a 330 a 470 a 400 a 590 a 550 a 620 a 570 a 640 a 300 a 500 a 300m.
Distancia: 14,3k. Duración: 8h 3m.
Primero localizo eras en viejos terrenos agrícolas, todavía no transformados. Después desciendo al cauce del barranco Ajabo por donde una presa. Subo por una loma, recorro un pequeño barranco y no logro atravesar el mismo barranco por una zona más arriba, un barranco espectacular. Desciendo y recorro un viejo sendero que me lleva al cauce del barranco por segunda vez. Una excursión en la que no consigo mis objetivos, pero sí otros inesperados y estupendos, es lo que tiene la orografía poderosa de la isla
Continúo con un hilo que dejé hace unos meses (febrero) en una excursión (la 1556) por Guía y muy cerca de Adeje. Después de esa excursión planeé otra con sus mapas y posible recorrido, pero al no verla muy atractiva la he ido retrasando. Qué equivocado estaba. Va a resultar una excursión fantástica, aunque sólo pueda hacer una tercera parte de lo planeado.
Salgo de Santa Cruz en la 110 con muchos jóvenes, algo inusual. La mayoría se baja en la parada de Magma en Adeje, no sé a dónde van ¿a la Gomera en ferry? En la estación de Costa Adeje sobre la marcha me monto en la 417 (cada vez estudio más los horarios de las guaguas para coordinar los trasbordos). Me gusta mucho Adeje por las mañanas. Pasado Los Menores pulso el botón para bajar en la siguiente parada (Iboybo), el conductor no se da cuenta, me deja en la siguiente (Lomo del Clérigo). El día está nublado, no hace calor.
La parada está en una gran recta donde los coches pueden y van muy deprisa. Voy a empezar tratando de localizar tres eras en una antigua zona agrícola, ahora abandonada. Cruzo la carretera y entro en un pequeño barrio (Lomo del Clérigo) del que me salgo nada más entrar y voy hacia la izquierda, en paralelo a la autopista y campo a través llego en menos de un minuto a una pista (Lugar Iboybo) que describe una curva rodeando un barranquillo (Iboibo) donde veo el hermoso muro de una presa, seca hace mucho (también lo está en la foto aérea del año 1964). Por aquí ocurre algo alarmante, de repente me suena el móvil con un sonido que nunca había oído, es una llamada del 112, un simulacro de aviso de catástrofe natural, aparece directamente en la pantalla, no es un sms. El susto me va a durar un rato. Al tiempo que suena el teléfono aparece un hombre muy animoso que me saluda muy contento, parece que para su sesión de caminata matutina. Con la misma desaparece.
En menos de cien metros la pista da una curva a la izquierda y yo sigo recto por una pista abandonada, pero con cable a la entrada. Atravieso un canal (Prolongación del canal Intermedio) y busco mi primera era a la derecha de unas casetas en ruinas. Con restos de muros bajos de terrazas, y caminillos que van hacia abajo o hacia el barranco no doy con la era. Recurro a la app Twonav que llevo en el móvil y la encuentro (señalizada como un círculo rojo, mapa OSM). Era imposible de localizar, sólo queda un poco del empedrado y una pequeña parte del murito, está cubierta de plantas y prácticamente borrada (13m Ø). Ahora que escribo la crónica la distingo mejor en la foto aérea (Orto Actual). En este tipo de búsquedas me parece que soy un arqueólogo. Regreso hasta el canal y sigo a su lado hacia la derecha. Y en menos de dos minutos localizo, esta vez bien, una segunda era (15m Ø). Está peraltada y a la izquierda del canal, está al lado de una casa (de varias habitaciones) en ruinas, una casa con un precioso muro de piedras pequeñas. La era está en muy buen estado, completa, con todo su muro alrededor, tiene unas pocas pencas creciendo en un extremo. (Al escribir esta crónica puedo ver en la foto aérea del año 1964 que las laderas hacia el mar estaban cubiertas de terrazas en producción.) Sigo al lado del canal y en un minuto doy a la pista Iboybo, me echo a la derecha y en menos de un minuto localizo la tercera era, también fácil de ver (15m Ø). Delimitada por una curva de la pista, con su muro, elevada sobre el terreno en el lado opuesto y la entrada bien clara, está muy cubierta de plantas. Al lado hay una finca (Iboybo) con casas nuevas, pero aparentando ser antiguas (en la foto aérea del año 1964 sólo hay una casa).
Sigo por la pista que describe una curva para salvar un barranquillo (Los Daviles) y tras dos o tres minutos llego a la carretera por la que sigo a la derecha unos 200 metros y me meto a la izquierda por una calle (Los Daviles) con chalets donde están alisando y asfaltando un aparcamiento. Me gusta ver la actividad y más el olor a brea. Sin sol y bastante pendiente voy pasando los chalets hasta que salgo al campo y sigo con vistas al dramático barranco de Ajabo donde distingo la entrada a una galería y muchas tuberías, la presa debe estar cerca. Cruzo una tubería y sigo subiendo hasta una casa en ruinas (a la izquierda, 470m). La rodeo y localizo una preciosa era, en muy buen estado, con murito y suelo intacto (10m Ø, cuarta era). Salgo a la carretera y bajo por ella buscando un posible sendero que baje hasta la presa. Un claro a la izquierda (430m) según bajo parece un lugar prometedor. Incluso veo hitos. Empiezo a moverme hacia la izquierda bajando al mismo tiempo. La presa está llena. Es larga y estrecha. Cuanto más desciendo más complicado se torna. Según voy bajando me voy parando para ver por donde seguir, y en una de estas descubro un sendero al otro lado de la presa, hacia la derecha de la presa. La bajada es muy complicada, pero consigo bajar justo hasta el muro de la presa sin correr riesgos inútiles en ningún momento. La cruzo por el muro y al otro lado trepo un murito de piedra.
Asciendo y recorro el sendero hasta una rampa y en una bifurcación cerca tuerzo a la derecha (a la izquierda sigue una rampa hacia arriba, hacia una caseta, un terreno privado) y bajo hasta la bocamina de una galería (Aguas de Taucho) con los consabidos carteles alarmistas y unas vistas estupendas hacia cuevas, la presa y las paredes verticales del barranco. Regreso por donde he venido, por el sendero hasta el lugar por donde he cruzado el muro de la presa. Tanto a la ida como a la vuelta voy buscando un acceso a la loma, pero no lo encuentro. Después del sendero sigo recto hasta un salto en el cauce de un barranquillo (La Asomada). Por la izquierda y con bastante dificultad, pero sin arriesgarme logro trepar entre grandes piedras, preciosas y alcanzo la loma que quería. Es muy pedregosa y enseguida subo entre muritos de terrazas abandonadas.
Cruzar el barranco por la presa era mi segundo objetivo del día y ha salido bien. No tenía por qué haber salido así, no había sendero ninguno. Ahora subiendo por la arista de la loma parece que estoy amortizando el esfuerzo y con un ánimo más explorador descubro en la ladera de enfrente del barranco de Ajabo un sendero que la recorre desde unos 30 metros por debajo de la casa en ruinas, la que está al lado de la era. No veo por dónde empieza ese sendero, pero sí que llanea y alcanza el cauce del barranco. Suena muy prometedor. De momento lo dejo. Lo dejo para otro día, hoy tengo mucho planeado. En la subida me acerco mucho al borde izquierdo de la loma, borde que tiene salientes rocosos beis fracturados, son miradores estupendos desde donde se ve mucho mejor el barranco y el sendero. Ese sendero no viene en ningún mapa, (tampoco nadie de Wikiloc lo ha recorrido, me entero por la noche en casa). En la subida por un terreno muy erosionado con derrubios y desmontes me voy acercando a una finca vallada. Poco después llego al final de una pista asfaltada (Camino Santana). Gracias a la app Twonav localizo una era que está a la izquierda de la pista, pero en lo alto. Subo hasta ella, no puedo pisarla, está detrás de una valla, en una finca privada. Está despejada (12m Ø, la quinta era), con el murito y suelo limpio de tierra. Bajo a la pista y sigo subiendo, tuerce a la izquierda para salvar el cauce del barranquillo La Asomada. Con más pendiente continúo hasta que llego a la entrada a una finca privada, puedo oír los ladridos de varios perros. Mi intención ahora (mi tercer objetivo) es rodear las casas de esta finca y tratar de bajar y cruzar el cauce del barranco de Ajabo. El hecho de que no pueda pasar por la casa me obliga a dar un gran rodeo.
Me lo tomo con calma. En el descenso hasta la curva veo dos hermosos almácigos y dos frondosas sabinas. Las sabinas deben ser muy antiguas, los almácigos son los habitantes naturales de estas alturas, ambos típicos del bosque termófilo. En la curva entro al cauce del barranquillo (La Asomada) y enseguida subo la ladera, muy llena de plantas, con las pencas muriendo (afortunadamente) como en toda la isla, malpicas, vinagreras, inciensos, y por la arista de la loma asciendo hasta que rebaso (620m) con creces la altitud donde está la casa de la finca y llaneando bajo al cauce, lo cruzo y entre plantas trepadoras y cornicales subo (tengo que cruzar unos alambres) hasta una loma donde hay viejos carteles de hierro. Me he acercado un poco temeroso hasta los carteles. Cuando los veo y leo lo que pone: campo de tiro, me tranquilizo. Aquí hubo un campo de tiro, pero lo tuvieron que cerrar porque los cartuchos soltaban plomo en el terreno, esto me lo contaron en otra excursión (la 936) recorriendo un sendero antiguo (La Curte) en la ladera más allá del barranco Ajabo. Esta zona con disparos tuvo que ser un infierno sonoro. En estos espacios amplios todo retumba más. Cruzo una pista, subo a la loma, ya veo el gran barranco de Ajabo, empiezo a descender por la ladera, llego a una pista y sigo por ella hacia la derecha, después de una curva cerrada a izquierda sigue otro tramo largo y termina la pista y empieza un sendero poco claro y en ligero descenso por donde sigo. Es un sendero inclinado que parece ir a algún lado. Por aquí me paro a comer. Necesito un poco de claridad mental para ver cómo cruzar el barranco.
Tras la comida y después de estudiar los mapas con líneas de nivel detalladas y viendo directamente la ladera de enfrente bajo otro poco por la ladera y finalmente me doy cuenta de que es imposible descender al cauce, el cauce va por un desfiladero con paredes verticales entre quince y cuarenta metros de altura, al otro lado la cosa no es mucho mejor, quiero decir, que si lograse bajar no podría ascender. Lo tengo que dejar. Esto no lo puedo hacer. Este era mi tercer gran objetivo, después tenía más, pero al no poder cruzar tampoco puedo hacer los otros, no sería nada realista. En su lugar decido recorrer el sendero que descubrí antes, el que baja al cauce del barranco de Ajabo. Regreso por dónde he venido. Al cruzar la pista veo, más arriba, el edificio del campo de tiro, ahora cerrado, claro. Cruzo el barranco y salgo a una carretera por la que desciendo. Sé que es un largo rodeo, pero necesito un descanso psicológico, no me quiero enfrentar de nuevo al recorrido por el que cruce por debajo de la presa. Yendo por asfalto puedo relajarme y descansar e ir viendo la orografía de la costa, los grandes edificios de Playa Paraíso, el campo de golf por encima de La Caleta, las urbanizaciones de Adeje, las grandes fincas de plataneras, grandes claros preparados para ser urbanizados, me temo, también distingo la pequeña caleta de El Puertito, que se conserva inalterada.
Me lleva más de una hora bajar por la carretera de largas rectas y curvas cerradas hasta la carretera general del Sur, atravesar después el caserío de Los Menores, y subir por la carretera hasta la calle Los Daviles, por donde estaban asfaltando. Cuando llego al claro (a la derecha de la pista, 430m) me meto a la derecha y llaneando o en ligera subida voy recorriendo la ladera, hasta que encuentro el sendero por encima de un saliente (Morro La Curte). Bastante invadido de balos, pero practicable, va algo expuesto sobre un risco, no es muy largo (unos cien metros) y cuando llego a unas tuberías (una grande y oxidada) bajo a su lado (todo esto lo vi desde el otro lado) por un viejo tramo en zigzag y desciendo por una zona de una vegetación densísima hasta el cauce del barranco. Fantástico. Me gustan estos cambios de planes tan buenos, sobre todo si es un viejo sendero.
El tránsito por el cauce del barranco no es sencillo, con grandes rocas y vegetación cerrada. Tras una curva a la izquierda viene un tramo recto de más de cien metros y el paso por un desfiladero estrecho con riscos verticales a ambos lados. Después del paso viene una zona más ancha que termina en un salto enorme (unos 60 metros). No me acerco hasta la base del salto, va a ser más de lo mismo y por aquí la vegetación es mucho más densa. El salto es de color gris con vetas marrones y en un frente ancho rodeado de paredes verticales, todo muy dramático. (Por la noche consulte en Wikiloc quien ha pasado por aquí y veo el track de un miembro (un barranquista) que detalla los saltos y sus altitudes desde la carretera de Ye (900m) hasta la presa, trece saltos, dos de cincuenta metros). Regreso por donde he venido y salgo por las tuberías. Me imagino que los antiguos hicieron este sendero para bajar por agua al barranco, que debía ser más húmedo y llevar más agua que ahora, por algo hay una presa. Tampoco en el regreso encuentro el sendero claro para subir hasta la casa en ruinas, no obstante, no es muy difícil subir por la ladera. Al llegar a la pista desciendo hasta la carretera general y de ahí tomo a la izquierda y me llego hasta la parada de Titsa de Los Menores donde me quedo a esperar la guagua (la 417) que aparece en trece minutos. Se me hace rápido la travesía por Adeje y en la estación de costa Adeje me encanta esperar detrás de un grupo de jóvenes salvavidas del Siam Park, son hermosos y ríen y hablan muy alto y gesticulan y se saludan aparatosamente (yo no escucho lo que dicen, estoy oyendo música con mis auriculares que no dejan pasar nada de sonidos externos) y casi parece que estoy en un capítulo de la serie “Vigilantes de la Playa”. Un buen final lleno de vida para esta excursión bajo las nubes.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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