• Excursión 1268. 27 Mayo de 2021. Jueves.
Chío. Galería Cheñeme. Chiguergue.
Municipio: Guía de Isora
ENP: Parque Natural Corona Forestal
De 10.54 a 19.05h. De 685 a 800 a 725 a 1400 a 1265 a 1360 a 570 a 690m.
Distancia: 21,8km. Duración: 8h 11m
Por camino tradicional voy desde Chío a Chiguergue. Después sigo por viejos caminos subiendo y atravesando la carretera del Teide hasta una galería (Hoya la Leña) donde no logro encontrar el camino que continúa hacia arriba. Exploro la zona y descubro una vieja era y un pajar, también otra galería. Regreso, algo frustrado, por pistas y caminos antiguos atravesando el pinar y terrenos volcánicos parcelados hasta Chiguergue y de ahí bajo hasta el camino real de Chío, localizo varias eras tanto en Chiguergue como en Chío
Mi objetivo para hoy es hacer un largo recorrido que he planeado, un recorrido desde Chío hasta la montaña Samara. A ver qué puedo hacer. Dejo el coche en El Tanque y tomo la 460 (10.18h) que me deja en Chío (ambulatorio, 10,54h). El día está gris. No hace frío. Confío en encontrar el sol arriba. De Chío empiezo por la calle Campo Santo que pasa al principio al lado del cementerio. Sigo un camino señalizado que me llevan por pistas agrícolas y viejos caminos tradicionales. (Los camino tradicionales en Guía son anchos con doble muro de piedra seca y suelo de piedra o grava). Alrededor de los caminos apenas veo actividad agrícola. Paso un cruce de caminos (765m, Cabeza Vaca con camino Las Toscas) en el que tanto el que sube como el camino por el que voy son de doble muro. En menos de cinco minutos llego a Chiguergue. Chiguergue es un pueblecito tranquilo, otro más de los situados en las medianías altas de Guía, como el Jaral, Chirche o Vera de Erques. Una mujer de unos 60 años con sombrero de paja que viene de trabajar en la huerta habla con una joven, le dice que ella se mantiene activa así, la otra le dice que ella es masajista y que es buena…
Sigo el camino señalizado (Camino de Chirche). Me desvío por la segunda subida a la izquierda (unos 250 metros tras Chiguergue), el camino (Tagora) tiene una equis pintada en la pared. Es una pista agrícola cementada en algunos tramos, una pista muy erosionada que tras unos campos de siembra sube por camino tradicional con muro muy bajo o sin muro. El sendero ya va por terreno parcelado con muros de piedra ocupados por vinagreras, bejeques, algún almendro (con almendras abultadas), cerrajones arbóreos, pencas, sonajeras con sus cascabelitos recién formados que todavía no suenan. Todo está compartimentado ¿tanta agricultura había antes? El sendero tiene un tramo elevado sobre un pasillo de piedras en donde hay una vista estupenda sobre Chiguergue, en los bordes descubro flores blancas blandas, ¿chahorra?, el día sigue gris, apagado. Me llegan las voces de unos albañiles que hacen una casa en el pueblo. Sigo subiendo y llego a la carretera (TF-38, 880m). Sigo por ella a la derecha. Poco tráfico de turistas por aquí. Unos cinco minutos y empiezo (910m) a subir por un viejo camino acompañado de una tubería gruesa y su rumor, y también acompañado de otra tubería de menor calibre, metálica también. El suelo de grava, o piedra, es irregular e inestable.
El día cada vez se vuelve más gris, me empieza a rodear la niebla. Los poleos están en flor, son pequeños arbustos redondeados, como bolas, de un metro de diámetro, con hojas pequeñas y flores blancas que parece un halo de pelusa. Crecen aislados en los bordes del camino. Los bejeques, más grandes y aparatosos, son blancos y sus conos de flores son más irregulares y ralos que los de los bejeques rosados. Las flores de las vinagreras se han convertido en grandes cabelleras rojas que destacan oscuras en la neblina frente al verde de sus hojas. Estoy ya en el pinar. Y todos ellos crecen sobre terreno volcánico, grandes corrientes de lava que cubren muchas laderas de Guía y que vuelven a ser colonizadas por las plantas autóctonas tras el abandono de la agricultura. Confluyo (1090m) con otro camino que viene por la derecha (excursión 752). Una montaña de grava delata la presencia de una galería (Hoya del Pino) que no tengo ganas de visitar, ya lo hice en la excursión 752. Sigo subiendo y unos dos minutos después tomo un sendero a la derecha y enseguida llego a la carretera (1140m) donde me sorprende ver a un hombre sentado, le saludo, quizás espere a alguien. Justo enfrente me meto por una pista ancha que sube (Pista Hoya de la Leña).
La pista tiene mucha pendiente y en unos diez minutos me desvío en una bifurcación (1210m, punto A) por otra pista que tira a la izquierda y que tiene tramos de rodadas paralelas de cemento, lo que me permite ir más deprisa y con mayor seguridad. Veo algún tajinaste azul, con sus bobinas ya sin flores, y también veo vinagreras de Azores, que son parecidas a las vinagreras pero más pequeñas y con inflorescencias de un rojo más pálido. Vegetación variada con los bejeques también aquí arriba. Y los pinos, claro. Llego a una bifurcación (1265m, punto B) que puede ser el camino por donde debo seguir subiendo pero antes le quiero echar un vistazo a la galería (a la izquierda en la bifurcación) que hay un poco más arriba (Hoya de la Leña). En dos o tres minutos llego a la galería, me gusta ver que está activa, con su buena reja, oigo el agua borboteante en una caseta y saliendo por un canal. He subido hasta la galería para comprobar si el camino de continuación (el que he diseñado) está por aquí, no logro ver ninguno.
Regreso (bajo) a la bifurcación que acabo de pasar (1265m, punto B) y sigo por la otra pista (Pista Cheñeme), que al principio sube bastante pero después empieza a llanear y se va echando demasiado a la derecha, no tengo buena sensación, lo confirmo al llegar a una galería (Salto de Cheñeme,1400m). La ubico en el mapa y compruebo que me he desviado mucho a la derecha. En la bocamina un cartel advierte de gases tóxicos. Una habitación sin puerta tiene cinco colchones y hay un banco con una gruesa tubería como asiento. Un grifo gotea. ¿vendrá alguien a quedarse aquí? Regreso a la bifurcación (punto B) preguntándome por donde seguirá la continuación de mi ruta y justo en la bifurcación descubro los muritos, muy bajos, de un camino, lo sigo, debe ser por aquí y unos 2 o 3 minutos me da una gran alegría descubrir una preciosa era empedrada (10m Ø), está en perfecto estado. Decido comer aquí (14.30-15h). El día sigue gris, muy cubierto, al menos no llueve. Y mejor para el esfuerzo físico que no haga sol. Repuesto sigo hacia arriba pero ya no hay camino claro, vestigios, sí, pero sendero evidente, no. Me empeño en encontrarlo. Descubro los muros de piedra de una pequeña caseta (4x3 metros), sin techo y tejas apiladas por dentro del muro. Eso de apilar las tejas me resulta siempre tan optimista, lo he visto en otros sitios, es como si alguien diese por perdido el techado, de madera, pero posible de reconstruir con la madera de los pinos y pensase en volver alguna vez y guardase las tejas (más delicadas de transportar) para la reconstrucción de la casa.
Recorro el lugar, subiendo, yendo a los lados, y me doy cuenta de que esto es un pequeño valle (una hoya) que conserva árboles frutales (almendros, perales) en buen estado y restos de terrazas grandes. Me empeño bastante y subo por las laderas de escorias pero no logro dar con el camino, si es que existe. Lo dejo. Hoy es un día demasiado arriesgado para perderse en el monte, cada poco viene la niebla y lo cubre todo dejándome sin vistas. Tras más de media hora de intentarlo desisto. Regreso a la caseta y a la era y después a la bifurcación (punto B), vuelvo a subir hacia la galería pero no veo nada.
(Por la noche en casa consultando el mapa más detallado en el ordenador me doy cuenta de que el camino de continuación está muy cerca de la galería y que ha sido una maldita casualidad que existiesen en el terreno dos posibilidades, la pista a la galería y el camino a la era que no eran el sendero correcto. Pero mirando en el mapa de Grafcan me alegra mucho cuando leo el topónimo “El Pajar Viejo del Viejo Pancho La Cueva” situado en el sitio aproximado donde he visto la caseta con las tejas apiladas. Después de todo ha estado bien equivocarse, así he podido descubrir ese vallecito del viejo Pancho. Además sitúo el recorrido correctamente con el mapa de Grafcan. Otro día lo intentaré –excursión 1271).
Como mi plan original era seguir subiendo por ese camino que no he encontrado y que me iba a llevar a la carretera del Teide, sobre la marcha improviso otro plan. Bajo por la pista y en la bifurcación (1210m, punto A) tuerzo a la izquierda (Pista Hoya de Guía), recorro unos 250 metros y me salgo de la pista por la derecha para ir pegado a un viejo muro de piedra negra, que va sobre la escoria negra, no hay camino, no hay sendero, me gusta seguir este viejo muro, uno metro o más de alto y que sube y baja siguiendo los desniveles del terreno. Aquí destacan los bejeques de copetes blancos y rosados repartidos por la escoria. Sigo hasta un camino de grava con una tubería metálica rumorosa que se va enhebrando en la bajada con el camino. El paisaje es espectral, con los bejeques dispersos sobre los montículos, y los pinos un poco más atrás. En la carretera (TF-38, 1050m) tiro para la derecha, paso el restaurante (Las Estrellas) cerrado y antes del siguiente restaurante (Boca Tauce) me desvío (1090m) a la izquierda por un sendero pegado a una valla y bajo por un pinar oscuro y sin bejeques, solo pinocha y algún muro.
De nuevo en la TF-38 (960m) sigo por ella a la derecha (no me meto por un camino que sale de la curva) y unos 100 metros después de una curva me meto (920m) a la izquierda por otro viejo camino para seguir bajando. Paso una finca con viñedos donde un perro me mira gruñendo desde dentro, me gruñe a distancia, sin acercarse a la valla, le miro un rato desafiándolo, es un bardino temible y cuando ya me he ido lo oigo que empieza a ladrarme desde la valla, parece que el perro me tenía más miedo que yo a él. Bajo hasta una pista y llego a otra (790m) y sigo a la derecha. Tras recorrer unos 650 metros veo una equis, inmediatamente me doy cuenta que es la misma equis que vi por la mañana. Sigo hasta Chiguergue, ya a la vista. En la entrada al pueblo me meto a la derecha por un callejón y localizo una era (10m Ø), está en estado lamentable, medio desplomada, con el murito caído, en un sitio muy tirado. Pero así y todo hay un camino que lleva hasta la era.
Callejeo por Chiguergue cruzándolo (calle San Roque) en dirección a la carretera general del Sur (TF-82). El pueblo tiene buen aspecto, quizás segundas residencias, o el dinero del turismo. Cerca de la carretera hago dos atajos para acortar y simplemente por el placer de ir por senderos (no vienen en el mapa de OSM). En la carretera llamo a Titsa para saber cuándo pasará la 460, quiero comprobar si me da tiempo a hacer un rodeo por un camino real (excursión 850). Me dice una empleada (Isabel) que 54 minutos así que tiro para abajo. En la carretera veo enfrente que sigue el sendero, me meto, el firme está en muy mal estado, pero posible, casi me caigo un par de veces, una tubería me lleva hacia un estanque, sigo bajando y llego a una calle rural con fincas, bajo un poco más y alcanzo el camino real (570m) por el que sigo a la derecha hacia Chío. La autopista TF-1 es bien visible desde este camino, ancho, y en ligera cuesta arriba. En las cercanías y con las casas bien a la vista me desvío (a la izquierda) por un viejo camino (es increíble la cantidad de caminos viejos que sobreviven en Guía) que baja ligeramente, cruza otro y sube. Localizo una era (11m Ø), la era tiene murito y empedrado.
Sigo y llego a las primeras calles de Chío, callejeo y en la esquina de las calles El Balo y San Martín encuentro un senderillo que va paralelo a la calle El Balo y llego hasta otra magnífica era (11m Ø), de empedrado intacto, murito y en una situación perfecta, en una cornisa sobre una hoya, aunque tiene restos de algo quemado encima, la era lo resiste todo. A toda prisa subo hasta la calle Libertad con el tiempo ya muy justo. Aquí se respira un aire relajado y tranquilo, con dos pequeños comercios, un grupo de hombres charlando, y gente por las calles de acá para allá. Y, sin embargo, yo me siento muy vulnerable esperando la guagua, agotado como un perro, todo lo fío a que llegue la guagua, que no haya pasado ya, nadie me mira, no soy nadie, y de ahí saco fuerza, sólo me tengo a mí, me dejo ir, eso me tranquiliza. La guagua aparece cuando me dijo Isabel. Me monto y se me pasa todo.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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