• Excursión 577. 31 Diciembre de 2016. Sábado.
Risco Garañona. Los 400 escalones.
Municipio: Tacoronte.
ENP: Paisaje Protegido Costa Acentejo
De 10.30 a 12.30h. De 340 a 270 a 340m.
Distancia: 2,1km. Duración: 2h.
Excursión sobrevenida por diversos lugares de la parte superior del acantilado de la Garañona y bajada (un tercio del total del acantilado) por una escalera llamada Los 400 escalones con un par de bonitos miradores
Después de terminar la tarta de chocolate para celebrar el año nuevo me queda la mañana libre y decido ir a dar una vueltecita por el Jardín del Sol que es la urbanización donde vivo, la conozco muy bien. Últimamente no he salido mucho por aquí. Debajo de la urbanización hay un acantilado impresionante (La Garañona), el mejor de la zona norte de Tenerife. Sin muchas pretensiones voy hasta la calle Jara y me meto por un pasillo entre los muros de las parcelas de dos chalets, uno es el número 8. Es un pasillo de suelo despejado en ligera bajada y a la sombra de árboles. Cuando salgo afuera la vista es espectacular hacia el mar amplio. Delante tenga una tunera hermosa de grandes hojas y la vegetación típica de la zona (incienso, tabaiba, matorrisco, magarza). Por un sendero estrecho y hacia la izquierda (antes se podía recorrer el borde hacia la derecha, pero la vegetación lo ha tupido) voy entre el muro de un chalet y una caída a plomo. Este recorrido va por debajo de dos propiedades y es muy recoleto, no tiene salida. A la izquierda, e inalcanzable, está un chalet en la mejor posición de todo el Jardín del Sol, perteneció a uno de los dueños de la urbanización (el inglés Peyton), no sé hoy en día. Es como una proa de un barco, un pico hacia el mar. Parece deshabitado. La mañana es tan alegre, con ese fresco sutil de las mañanas de invierno en los días soleados. Parece que sea siempre domingo por la mañana aquí. Vuelvo por el pasillo. En el centro hay una madera, un puente para gatos. Regreso a la calle Jara. Sigo hacia la izquierda y en la calle Laurel entro por un pasillo que hay a la derecha del número 4. Esta es la entrada al famoso recorrido de los 400 escalones. La propiedad de la izquierda perteneció a otro de los antiguos dueños de la urbanización (el danés Ingerslev).
Al final del pasillo se abre el paisaje. Hay que bajar unos escalones altos. En el rellano han tapiado una cueva. En vez de bajar desde el rellano sigo hacia la derecha. Es un sendero claro, es el principio de un camino que baja hasta el mar. Lo recorro un rato. Llanea al principio. En un tramo difícil vertical han puesto una cuerda para sujetarse. Es corta, sin embargo, y me hago un par de rasguños con las zarzas. Vuelvo a subir y sigo bajo unas rocas con buenas vistas. Llego a una planicie pequeña con vistas al barranco de Guayonje. Fantástico panorama. Tan abierto. Hacia la derecha no se puede continuar mucho más. Bajo un poco por el sendero y me paro antes de bajar por otro tramo vertical, donde también han puesto una cuerda. Las plantas crasas tan frescas. Todo brilla. Me siento energizado. Regreso por donde he venido. A la vuelta me fijo en una escalera de cemento que sube a una parcela. Está tupida por la vegetación. Sigo por el andén y al llegar al rellano decido bajar los escalones. Los han reformado, ahora son más regulares y resulta muy relajado bajar. Hacia la izquierda hay muchas vistas de la playa de la Garañona y de El Sauzal, encaramado arriba. Mucho cañaveral recortado. Arreglado. Un camino que salía a la derecha hacia unos lavaderos y una palmera ahora está impracticable por la vegetación. Una terraza con suelo de madera que han construido es un lugar perfecto para disfrutar de un buen atardecer. La escalera acaba poco después (391 escalones). No iba a dar sino una vuelta, pero me estoy progresivamente animando. Subo a buen ritmo los escalones. Apenas me canso. Estoy en forma ¡qué suerte!
Llego de nuevo a la calle (Laurel). Avanzo un poco por la acera y me meto por otro pasillo (entre el número 4 y el número 6 de la calle Laurel). Han arreglado el suelo. Al salir me recibe una barandilla de madera, muy apropiada para poner en primer plano de las fotos del mar diáfano. Esta es otra vista espaciosa, de pájaro. Recorro el saliente que hay debajo de la casa de cemento gris y que tiene un amplio ventanal transparente. Al final de este saliente y ya delante de la siguiente propiedad descubro un camino que va por debajo del saliente. Lo deben haber abierto recientemente, no me acordaba de él, y mira que he pasado veces por aquí. Expectante avanzo. Es fácil de seguir. Llego a una barrera con alguna advertencia de no pasar, pero yo paso de todas formas. Muchos cañaverales. En un claro bajo hacia la derecha y llego a unas terrazas cuidadas, aunque no cultivadas. Las recorro y deambulo por debajo a otro mirador. Desde aquí hay otro mirador sobre el acantilado de la Garañona y también al risco por debajo. La mañana sigue tan alegre, tan luminosa. Lo acaban de hacer todo. Han desbrozado toda esta zona que ha estado oculta por las cañas durante años. Regreso hasta el saliente bajo la casa del ventanal transparente. Sigo hacia la derecha por debajo de las propiedades por un sendero donde han recortado las zarzas. En unos cien metros hay, en una esquina, otro mirador natural, es un roquedal con líquenes con una vista muy buena de la playa de arena negra y de una terraza que sobresale de la ladera, muy fotogénica. Se aprecia muy bien toda la ladera desde la playa hasta la línea de casas: 300 metros de altura y quizás un kilómetro de anchura. Aunque a esta hora del día está en sombra y no se nota bien toda su riqueza de formas. Sigo por debajo de las propiedades.
Antes de llegar a una calle (Camino Real) está muy cerrado de vegetación, pero no son zarzas y puedo seguir (a Mayo de 2023 está completamente cerrado por la vegetación, si quieres pasar te tienes que subir al muro de la parcela y por encima sobrepasar la zona de vegetación densa). A la altura del Camino Real hay otra terraza saliente. Me meto y también desde ella hay muy buenas vistas. A la derecha hay un camino hacia unas cuevas, pero han cerrado el acceso a ellas con una barrera. Me acuerdo de haber recorrido el senderillo hasta las cuevas. Debajo de las cuevas hubo terrazas con frutales. Ahora totalmente cubiertas de zarzas y plantas. Delante de la calle, hacia la izquierda hay otro camino que eventualmente llega a unos lavaderos (excursiones 172, 175, 256). Sigo calle arriba (muy empinada) por la escalera/acera. Tuerzo a la derecha y enseguida estoy en mi casa. En casa reina el ambiente relajado/atareado de un día de fiesta. Me meto en la ducha.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Los 400 escalones en Jardín del Sol