• Excursión 1563. 14 Marzo de 2024. Jueves
Adeje. Lomo el Centeno. La Quinta
Municipio: Adeje
ENP: Reserva Natural Especial Barranco del Infierno
De 11.11 a 18.30h. De 260 a 1100 a 1040 a 1100 a 370 a 400 a 230m.
Distancia: 17,1k. Duración: 7h 19m.
Subida desde Adeje, el pueblo, por el borde superior de la ladera sur del barranco del Infierno con vistas espectaculares hacia su interior arriscado y oscuro. No consigo buenas vistas desde arriba (Morro Abinque) porque está todo nublado. Por sendero PR voy hasta La Quinta y desciendo por una carretera de poco tránsito hasta Las Torres (Adeje), durante la bajada descubro un viejo camino real con doble muro
Este es mi cuarto jueves en seguido visitando la reserva natural especial Barranco del Infierno. Mi objetivo hoy es recorrer el borde izquierdo del barranco del Infierno (es decir, el borde sur, el borde norte del barranco del Infierno lo hice en la excursión 1559), pienso que por ahí puedo conseguir una vista amplia y diáfana del barranco.
Salgo en la 110 de Santa Cruz. En esta línea suelen viajar menos gente que en la 112 (a Los Cristianos). Ambas son directas y la mejor manera de ir al sur. Por otro lado, al dejar el coche en el intercambiador me sale gratis la estancia (15€).
En la estación de Costa Adeje al poco de bajar de la guagua me doy cuenta que me he dejado la caja de los auriculares en la guagua, y esta caja no es cualquier cosa, controla el encendido y apagado de los auriculares. Me lleva un rato preguntar y preguntar hasta que doy con la guagua, está aparcada. Espero que aparezca el conductor, se fue a desayunar. Por fin viene, me deja entrar y encuentro la caja. Bien. En esta media hora de búsqueda ha aparecido la 447, que se fue justamente cuando bajé de la 110, me monto y salimos. La 447 va a Adeje, el pueblo, donde me bajo en la Plaza de Venezuela y me tomo un café en un bar moderno y acogedor: el Café de Mamá.
Subo por las viejas calles estrechas de Adeje, con algunas casas antiguas y pasando al lado del ayuntamiento hasta la entrada (360m) al barranco del Infierno (calle Los Molinos). Aquí algunos turistas están devolviendo los cascos después de haber recorrido el interior del barranco. Hoy no es lo mío. Lo mío es echarme a la izquierda y empezar a subir por un camino muy pedregoso y trillado, me imagino que por aquí ha de pasar mucha gente, es el único camino que sale de Adeje hacia la montaña. El camino está señalizado (lleva a la Boca del Paso). Subo muy despacio. El sendero tiene un firme muy irregular. En lo alto las nubes ocultan la parte superior del barranco del Infierno y los riscos hacia dónde voy a ir. Mejor sería que estuviese despejado, necesitaré más adelante orientarme campo a través. El camino es muy demandante, tiene el firme muy pedregoso.
En los 500m aprox. abandono el camino y me desvío a la derecha campo a través hacia el borde del barranco. Por terrenos rocosos y una vegetación dispersa de cornicales, bejeques, pencas y matorriscos puedo acercarme hasta el borde (510m) y tener una primera vista fantástica de los riscos de enfrente (estuve por encima de ellos hace dos semanas), muy verticales, con oquedades. Y también una primera vista hacia la izquierda del interior del barranco, pero no es este todavía el mejor mirador. Continúo subiendo por el borde del barranco hacia una sabina solitaria, pequeña y copuda. Por debajo de la sabina atravieso el pequeñísimo cauce de un barranquillo y continúo por el borde hacia arriba. Ahora me enfrento con el cruce de un barranco (Macayonse) para alcanzar la loma por donde quiero subir. Este barranco desemboca más o menos por debajo de donde estoy en el barranco del Infierno y tendrá unos 40 o 50 metros de profundidad. Tiene bastante vegetación cerca del cauce. En la loma de enfrente (Lomo el Centeno) sé que hay viejas terrazas y supongo que los antiguos tendrían alguna forma razonable de llegar a ella. Con la táctica usual de atravesar barrancos, llanear bajando ligeramente a contra-barranco voy descendiendo por antiguas terrazas de cultivo hasta que encuentro una manera de bajar más directamente hacia el cauce. Sin embargo, estando cerca del cauce veo que es vertical por debajo y tengo que echarme hacia la derecha, llanear un poco y entonces sí, entonces encuentro algo que podría ser un camino sujetado por muros bastos de piedra y logro bajar al cauce justo por encima de un pequeño salto. A mi derecha en la ladera hay una hermosa palmera canaria, la tomo de referencia por si acaso tengo que regresar por aquí. Parece que he encontrado el sitio “razonable” para cruzar el cauce y más lo pienso cuando después de subir por unas placas rocosas encuentro un camino que me lleva hacia lo alto de la loma.
Me emociona encontrar estos viejos caminos, hechos para la eternidad. Tiene un buen tramo recto y después lo pierdo, no importa, por terreno más llano llego a lo alto de la loma (Lomo el Centeno) que es ancha y bastante llana. La atravieso y llego al borde (560m) del barranco del Infierno, a un mirador maravilloso sobre el interior del barranco, el mejor sitio para verlo. Es emocionante. Unos cien metros por debajo de mi puedo ver a los excursionistas que caminan por el sendero del barranco. Debo estar sobre riscos muy verticales. Me dan ganas de gritarles, de que se den cuenta que estoy aquí arriba. Es un sitio tan espectacular que decido, aunque sea un poco temprano quedarme a comer aquí para disfrutar más tiempo de esta vista. No es el mejor día, las nubes impiden el paso de la luz, y el natural oscuro, casi negro de las paredes, pierde relieve y profundidad, así y todo, es impactante. Sólo media hora después cuando estoy terminando se cuela un poco de luz sobre las paredes del barranco, dura un instante.
Continúo. De entrada, la pendiente es suave, el terreno sin muchas plantas, por aquí se cultivaba, veo pequeños muros de terrazas. En los 600m hay una pequeña bajada, el borde forma una ligera curva. Después sigo subiendo con algo más de pendiente y en los 690m vuelvo a pasar otro terreno muy llano en otra curva del borde, esta curva es más pronunciada. Y a partir de aquí al afilarse el perfil de la loma se hace más fuerte la pendiente, una media del 40% hasta el cruce de un barranco en los 940 metros de altitud. Sin embargo, no es tan difícil como las otras que he hecho por Adeje. Sí, hay que trepar grupos de rocas, hay que esquivar los balos que forman masas cerradas, caminar sobre las jaras enmarañadas, pero no hay ningún obstáculo realmente complicado. Hacen muy llevadera la subida dos cosas: las vistas continuas sobre el barranco y el hecho de que me entretengo identificando los sitios por donde pasé en la bajada de la montaña de Carrasco (excursión 1559). Durante la subida se despejan las nubes en lo alto, en el principio del pinar, y tomo nota de los riscos y de los sitios por donde podría subir y por dónde no podría. La subida es muy entretenida y procuro no forzar las piernas, tengo que estar dando grandes zancadas continuamente, es para que no me den calambres como en la subida al roque de Los Brezos (excursión 1558).
Durante la subida voy atento al altímetro para saber el sitio por donde me tengo que salir de esta loma. Un poco antes de llegar al lugar veo que las nubes han vuelto a ocultar la parte de arriba. Subo y subo hasta un grupo de grandes piedras y tras superarlo me echo a la derecha y paso el cauce de un barranquillo (Cueva la Leña) por un pedregal y asciendo sobre pinocha hasta lo alto de otra loma. Por aquí la jara lo cubre todo y tengo que ir atravesándola por las que están secas que se quiebran al pasar sobre ellas. Cuando llego a la arista no hay tanta jara y sobre zonas rocosas sin plantas y bajo pinos dispersos continúo subiendo. Me da una gran alegría cuando veo un poste con un cartel metálico, no necesito acercarme para saber qué es, es el que anuncia el límite entre la Corona Forestal y la Reserva Natural Especial Barranco del Infierno y así me puedo ubicar perfectamente, mi mapa tiene indicado este límite con una tira intermitente de color violeta.
Con cierta inquietud todavía sigo subiendo, pero todo encaja, la altitud, los postes, el desnivel, que va atenuándose y cuando llego a una parte más llana ya encuentro un sendero que va por el centro de la loma, ancha y llana y que me lleva, en perpendicular, hasta un camino ancho. Camino que, en unos 40 metros, y hacia la izquierda, confluye con un sendero PR (el 71.2 que lleva a Ifonche y la Boca del Paso). Pero yo no voy hacia ahí, al menos de momento, ahora quiero visitar un mirador que hay hacia la derecha. Las nubes lo cubren todo, pero espero tener suerte y que cuando llegue se haya despejado. Por un camino muy claro que atraviesa un barranquillo muy somero y en unos 200 metros paso una bifurcación donde sigo a la derecha y muy cerca veo una hermosa era (15m Ø) de suelo empedrado, con radios, y un murito (era de Calderón). Sigo por el camino y en unos dos minutos llego al borde del risco, desafortunadamente sólo puedo ver una pequeña parte del risco, una considerable caída vertical, las nubes lo cubren todo hacia abajo. Continúo hacia la izquierda y en un minuto llego al mirador y tampoco aquí se ve nada. Al menos lo he intentado.
Regreso por donde he venido y sigo por el sendero PR hacia la izquierda. Ahora mi plan es ir hasta La Quinta, un pequeño pueblo, y después bajar por una carretera hasta Adeje. Vamos a ver. El sendero PR es un camino ancho, liso, estupendo que va rodeando lomas por el pinar donde sólo crece el amagante (muy pequeño) y la jara (muy dispersa). Llaneando o descendiendo en unos diez minutos llego a un cruce de camino en un lugar rocoso, especial. Está muy bien señalizado. El suelo es de roca redondeada y por ella han excavado un canal. Aquí un senderista británico le da la tabarra a otros, también británicos, sobre lo que han hecho, lo que van a hacer, habla demasiado. Sigo hacia La Quinta. Cruzo el roquedal y ligeramente a la izquierda, bajo por una pendiente de roca por donde no hay ninguna evidencia de camino, ni sendero, claro, es pura roca. Cuando he bajado la pendiente se puede ver el sendero por la derecha y hacia allí me lleva un tramo más claro. Después el sendero ya no me da ningún problema. Es muy variado. No es llano. Hay que subir, hay que bajar. El firme muy compacto. La vegetación variada. Pinos. Lo más remarcable son los cerrajones arbóreos que están en flor. Tienen un tronco fino y largo y de él salen ramificaciones de hojas finas de las que salen las inflorescencias con flores amarillas pequeñas. Muy hermosos. Abundan.
Tras unos veinte minutos largos empiezo a ver algunas casas, atravieso una zona donde se cultiva un poco y llego a las primeras casas de La Quinta. Veo en el mapa de Alpina que hay por la zona varias eras. La primera que está subiendo a la izquierda no la localizo, está dentro de un terreno vallado. La otra que está en un llano a la izquierda del sendero por donde he llegado a La Quinta sí la localizo. La era (16m Ø) está muy borrada, muy oculta por la vegetación baja, también su murito está oculto, la identifico por su empedrado de piedra redondeada. Bajo por la carretera con casas aisladas a los lados y como medio km después y al lado de una pequeña iglesia localizo un hermosa y bien conservada era (19m Ø) con el empedrado intacto y murito. Casi parece un lugar de reuniones actualmente. Sólo tiene una yerba corta entre sus piedras. Empiezo la bajada hacia Adeje. Bajo por la carretera. Enseguida dejo las pocas casas de este pueblo y voy pasando viejos terrenos agrícolas, me resulta impresionante la cantidad de esfuerzo dedicado a construir muros para cultivos. Aquí siguen. Hoy son terrenos abandonados, en alguno veo un cartel de “Se vende”. La carretera no tiene bandas blancas, ni en el centro ni a los lados. De pendiente muy suave, para ir bajando relajadamente. Sigue nublado y es extraño como se ve el mar: las nubes grises lo ocultan y sólo puedo ver una pequeña franja muy lisa de un color grisáceo también. Esta bajada es muy poco demandante y puedo casi descansar y no trato de buscar atajos. En los 800m una flecha indica que hay que seguir hacia la derecha (se puede seguir recto pero un hombre en una furgoneta me dice que la bajada recta no lleva a nada), una flecha lo indica. La carretera llanea rodeando una finca. Tras una recta tuerce a la izquierda y baja hasta los 750m (punto A), después tuerce a la derecha acercándose a un barranco profundo, cuando llego al borde (725m), le echo una vista al barranco en busca de senderos o caminos para cruzarlo, no veo ninguno. Sigo bajando por un tramo en zigzag y en una de las curvas (665m) encuentro un camino tradicional con doble muro. Bien. Me pregunto si a lo mejor viene de arriba. No tengo paciencia de buscarlo hacia arriba.
(Ahora que estoy escribiendo esta crónica veo en la foto aérea que el camino sigue, hacia arriba, hasta el punto A, y después sigue en paralelo a la carretera, y más tarde cruza hasta los 840 metros de altitud y converge con la carretera por donde he bajado, converge a la altura de un pequeño depósito de agua. Un kilómetro en total. Lo haré más adelante, en la excursión 1566)
Vale. Continúo con la crónica. Me meto por el camino que está muy invadido de plantas, pero practicable con muro más alto por la izquierda. Por donde quiera que mire hay viejos muros de terrazas, todo estaba cultivado hasta La Quinta. Ahora nada. Es muy entretenida la bajada por el viejo camino. El tramo que yo hago son solo unos 150 metros del total de un km y sólo es confusa la parte final antes de volver a converger con la carretera (610m), el resto es muy reconocible. Como unos dos minutos después y en una curva al lado de un depósito de agua localizo a la derecha una pequeña era (11m Ø), bastante irreconocible, muy oculta por las plantas, todavía con muro. Cuanto más desciendo más casas residenciales voy pasando. En ciertas zonas hay bastante densidad urbana. En los 450m en una curva a derechas encuentro un atajo que sigue recto bajando y va a dar a una calle pequeña (Camino las Moraditas) por la que sigo bajando y enseguida vuelvo a llegar a la carretera. La cruzo y sigo bajando por una pista con la esperanza de descubrir un viejo camino, pero tras bajar unos cien metros no llego a nada y vuelvo a la carretera por donde sigo bajando por terreno con pocas casas y bajo las lomas que suben hacia el pinar, por una de ellas pretendo subir pronto y un barranco (Salitre) merecería la pena subirlo (lo haré en la excursión 1648). Y llego a las primeras calles de Adeje por el barrio de Las Torres donde en una gasolinera (Repsol) en una calle ancha (Avenida Ayyo) llamo a un taxi. Y lo llamo para llegar a tiempo de tomar la 110 que sale a las 18.55h. Logro llegar un minuto antes (12€) de que salga y me monto el último en la guagua que parte inmediatamente, la mejor situación posible para mí.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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