E-157 Floridero a Lomo Custodio

• Excursión 157. 19 Mayo de 2014. Lunes.

Floridero. Potigaiga. Lomo Custodio.

Municipios:  La Victoria. Santa Úrsula.

De 18 a 19.30h. De 530 a 664 a 600 a 735 a 530m.

Distancia: 3,2km. Duración: 1h 30m

Recorrido por tres lomas con gran pendiente con viñedos entre La Victoria y Santa Úrsula

Después de haber encontrado la manera de llegar a lo alto de la calle La Vera (excursión 154, La Victoria) me parece que puede ser un buen punto de referencia para seguir explorando la zona.

Así que de nuevo empiezo en lo alto de la calle La Vera. Pero esta vez quiero ir hacia arriba. Subo por una calle muy empinada y enseguida encuentro algo inesperado que me emociona.  Es una casa abandonada con una ventana de madera de un verde desvaído, tiene una imagen religiosa en lo alto, protegida con un cristal y un pestillo, y debajo de la ventana una rosa fresca y olorosa destaca del rosal frondoso. En la pared también hay un cartel negro en el que apenas se distinguen la palabra Floridero; así es como se llama este lugar.

La calle termina enseguida y se transforman en un pasillo estrecho entre viñedos vallados. Subo un buen trecho hasta desembocar en una calle. El día gris, con nubes uniformes, hace que no distinga el mar del cielo cuando miro al horizonte. La temperatura es perfecta, ni frío ni calor. Subo y pronto llego a un pequeño caserío (Potigaiga) que se alinea en torno a una calle estrecha. Aquí ya he estado y desde el mirador en el borde del barranco miro hacia las lomas y barrancos. Me da mucha alegría porque ya conozco casi todo lo que veo. Desde aquí hice buenas fotos en un día soleado. Y aquí sigue el transportín para caballos.

Mi objetivo hoy es hacer un recorrido circular pasando por la loma de La Paredilla (la que está por encima de la tosca de Ana María). La cuestión ahora es encontrar como llegar a esa loma. Aparece una mujer mayor caminando, va rumiando sus penas porque está triste y apenas me contesta cuando la saludo. Subo un poco y encuentro una bajada hacia el barranco, es una pista que describe un arco y va por debajo de una pared de piedra con una base en forma de cueva muy tétrica y con lianas o ramas que cuelgan de la pared y la hacen muy oscura. El firme de asfalto es bueno. Por aquí hay viñedos sulfatados elevados, campos con papas y castaños. Bajo hasta que la pista termina, me doy cuenta de que no es la que he visto desde arriba serpenteando. Atravieso un viñedo, ladera arriba, pero la vegetación es muy densa y hay mucha pendiente (estoy muy cerca del sendero correcto, pero no lo veo, más tarde me daré cuenta). Regreso hacia la cueva y sigo por una pista hacia la derecha. De repente aparece un coche, le pregunto al conductor, me dice que tengo que subir unos cien metros hasta el asfalto y que después hay una bajada a la derecha y que se llega a la tosca (de Ana María). El coche desaparece inmediatamente en una entrada a un terreno lateral. Subo y la pista se convierte en un sendero estrecho y enseguida encuentro el asfalto. La reconozco, es la pista que he transitado para ir desde la fuente de Los Dornajos hacia la pista del Rayo. Los castaños ya están cargados de hojas, sin embargo, me gustan menos porque ya no destacan del fondo verde. Llego hasta la bifurcación con el cartel “Sin Salida” que ya conocía. Hoy no subo, hoy bajo, pero a lo bestia (estoy en el punto más alto de la excursión -725m, empecé en los 550m. Esto es el Lomo Custodio. Bajo con cuidado por firme de cemento que se está deshaciendo. Muy empinado. Oigo voces y después perrillos me ladran, pero ya estoy lejos. Todavía inquieto porque no he encontrado la continuación y temiendo tener que regresar por esta tremenda cuesta. Tengo que esforzarme en frenar para no caerme o salir rodando.

En los 600m, por fin veo la continuación, siento un gran alivio porque ya no tendré que regresar cuesta arriba y además el descubrir el sendero circular ha hecho la excursión más completa y variada. En la gran pendiente hay un saliente y desde ahí veo el camino de Los Lavaderos, el que une La Victoria y Santa Úrsula atravesando el barranco de Tagoro/María Giménez. Es el camino que he estado recorriendo en las últimas excursiones. Desde aquí se divisa también el viñedo por el que trepé sin conseguir subirlo. Cuando se termina la pista, continúa un sendero que va por la parte más estrecha del lomo Custodio. Las piedras que se desprenden con mis pasos bajan mucho más deprisa que yo. En un cierto momento el sendero sale de la loma hacia la derecha y baja hasta el cauce del barranco (Tagoro/María Giménez). Al bajar hasta el fondo del barranco voy por un mundo más oscuro. Veo algunas cercas de fincas pequeñas, también viñedos y mucho campo salvaje con arbustos y plantas, mucha humedad por aquí. Una pista de tierra me lleva hasta el camino de Los Lava­deros. Tuerzo a la derecha y me encanta volver a ver el maravilloso muro de piedras de color dorado/marrón, que forma un arco. Al llegar al mirador de lo alto de la calle de La Vera, por fin consigo hacer una foto interesante de la ladera de los viñedos (la que está frente a Pedro Hernández). Vuelvo al coche. Ha resultado una excursión rica y variada conectando dos zonas que voy cono­ciendo: Los Dornajos/Potigaiga y el barranco de Tagoro.

Ya en coche vuelvo por la calle Pedro Hernández. En la parte baja me llama la atención una entrada a un gran patio. Paro y visito la entrada. Lo que encuentro es una vieja puerta de madera que conserva su buzón al lado de los elementos modernos: el contador de la luz y la conexión del agua. Resume un imposible equilibrio entre lo viejo y lo nuevo. Camino un poco más hacia abajo y paso al lado de unas oficinas de la guardia civil. Más abajo se abre un campo extenso de viñedos con tres edificios antiguos, uno con su tejado lleno de verodes. Vestigios del pasado que se aferran a seguir existiendo.

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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla

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