E-148 Los Ojitos

• Excursión 148. 8 Mayo de 2014. Jueves.

Los Ojitos. Las Tosqueras.

Municipio: Santa Úrsula.

De 17 a 19h (2h). De 460 a 670 a 460m.

Distancia: 3,6km. Duración: 2h

Recorrido por los viñedos de las medianías de Santa Úrsula

Hoy empiezo en la calle Guanches cerca de la subida de Ojitos en un tramo sin casas (según OSM confluencia de las calles Cuesta Perera con Lomo Hilos). Sigo por Guanches y subo por la calle La Calzadilla/El Dornajillo en dirección al depósito de aguas. Tiene mucha pendiente, pero, a cambio, encuentro pronto dos lugares con vistas diáfanas sobre el barranco (Los Garaba­tos/Los Lances). El barranco es amplio y tiene sección en forma de uve con laderas suaves que caen hacia el cauce, totalmente cubiertas de viñedos. Todo tiene un verde apagado, el día está gris, con las típicas nubes bajas y uniformes, del color de la barriga de un animal de carga.

Cerca del depósito de agua (Piedra Vieja) el camino está cegado con grandes piedras y me cuesta trabajo salir a la pista por debajo del depósito. Hoy ni los viñedos ni los campos tienen tanta vida ni encanto como el día anterior. Me contento con recorrer los caminos sin rumbo. Tuerzo a la derecha (Camino la Montañeta) que tras una curva a la izquierda sube con una pendiente muy fuerte. En la primera pista que hay a la derecha (camino La Traviesa) empiezo a bajar. Hay un derrame de agua sobre la pista, una gran tubería metálica está rota, el asfalto negro parece de sangre en comparación con el grisáceo del polvo que cubre la pista. ¿Cómo es que no están ya arreglándolo? Es como si viese dinero corriendo pista abajo.

Todo con una inclinación prodigiosa tanto cuando subo como cuando bajo. Cualquier piedrecita rueda cuesta abajo ante el más mínimo toque. Siempre rodeado de viñedos cruzo un barranco (La Hoya/Fuente Ravelo), vuelvo a subir y entonces bajo por otra pista (Zacatín). Los[U1]  nombres de las calles y caminos están en unos sólidos carteles de madera. Tienen el símbolo de Santa Úrsula: dos palmeras y una santa. En un jardín veo unas tabaibas, no son como las que conozco, debe ser otra variante, con hojas más puntiagudas y borlas rojas. Tuerzo a la derecha después de bajar y veo un muro alto de piedra con viñedos arriba y plantas rupícolas de flores amarillas saliendo de entre las rocas.

Sigo bajando por otra calle (Fuente Ravelo), anunciada con un aburrido cartel convencional de chapa metálica. Llego a la carretera de medianía (camino Los Guanches). El paisaje me resulta muy entretenido con curvas en desnivel en la carretera, grupos de palmeras y campos con viñedos en cada esquina. Las partes no cultivadas están cubiertas de pencas y el toque alegre lo da el naranja de las flores de las marañuelas. Pienso en lo fantástico que sería si el día estuviese soleado. Me conformo con las formas porque los colores están apagados. Paso por el sitio dónde dejé el coche, sigo adelante hasta una curva muy pronunciada (calle Cuesta Perera) que me descubre una vista espectacular del barranco de Los Garabatos/Los Lances. Y eso que el día está gris y pasmado. Las parcelas de viñedos ocupan gran parte del barranco entorno a una casa canaria antigua. Un hombre se afana entre los viñedos. Por encima se alza una fila de casas pequeñas (El Farrobillo), barrio situado en una de las lomas estrechas entre barrancos.

Y casi tanta impresión como el barranco me la causa la pared salvaje de plantas que hay a la izquierda al torcer la curva. Las pencas forman cascadas, se añaden vinagreras y marañuelas sobre muretes irregulares de piedra, en medio hay dos casetas antiguas de piedra, una con un techo metálico oxidado por debajo de una cueva volcánica. Forman un conjunto salvaje, parece el resto de un terreno más amplio sacrificado a la carretera. Y aquí se ha quedado evolucionando salvajemente, a su aire, tiene una tremenda fuerza visual. Sin embargo, no consigo buenas fotos por la luz triste y porque no hay sitio desde donde tener una perspectiva amplia.

Regreso al coche y bajo por la calle de la curva pronunciada hacia la carretera general. Hago un pequeño paseo por las casas de la carretera alrededor de la salida del barrio del Farrobillo. Lo que veo en este pequeño recorrido me resulta atemporal, raro, desconocido, no veo apenas gente por la calle, muchas casas están cerradas, sin signos de vida, varios locales en alquiler. A pesar de la tristeza que me da este paisaje urbano me ha gustado mucho este recorrido, descubrir cosas que nunca había visto, siempre hay cosas fantásticas como un árbol de flores de color violeta en la carretera general.

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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla

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