• Excursión 1458. 16 Febrero de 2023. Jueves. (Anaga 224ª)
Afur. Tamadite. Taborno
Municipio: Santa Cruz
ENP: Parque Rural de Anaga
De 10.35 a 16.30h. De 220 a 0 a 730m
Distancia: 8,8k. Duración: 5h 55m.
Prodigiosa subida desde la playa de Tamadite por el borde del acantilado hasta una zona rocosa (350m) y tras superarla continúo la subida con vistas fantásticas y después por viejos senderos que bordean el roque de Taborno hasta confluir con un sendero oficial PR hasta Taborno y un poco más. Comienzo desde Afur y bajada por el hermoso y con agua barranco de Afur
La semana anterior (excursión 1456) estuve recorriendo un sendero por debajo del roque de Taborno, uno que no había hecho antes. Desde Taborno fui hacia el roque y antes de llegar me metí por un sendero a la derecha (no el que va por el barranco Palos Hincados) y rodeé por un sendero estrecho la base del roque. Tras el rodeo llegue a una loma y entonces cruce (hacia la izquierda) por un senderillo hasta la arista de otra loma por la que bajé hasta la punta de una plataforma (425m) desde donde vi que, a lo mejor, se podría bajar hasta la playa de Tamadite. Desde arriba vi el filo de una ladera con dos grandes salientes, del que no podía ver la continuación, pero sí que se podría descender unos 100 metros de desnivel. Fue un día de intensa lluvia y no me quise arriesgar por una ruta tan incierta. Hoy, otro maravilloso jueves por delante, el tiempo ha mejorado notablemente y voy a intentar esa ruta subiendo desde la playa. Por otro lado, tengo en la mente una foto que hice desde la playa, en concreto, desde la ladera derecha de la playa. En esta foto se ve una pendiente que empieza casi en la playa (con una caseta aislada al principio) y que sube y sube por una pendiente suave y parece invitar a subir por ella. Sé que puede ser sólo un espejismo, pero ahí está.
Voy en taxi hasta Afur, por las mañanas no hay guaguas a una hora razonable, soy alérgico a los madrugones. El taxista apenas habla en todo el trayecto, yo, tampoco. En cuanto llegamos a Afur me bajo y enfilo el sendero que baja a la playa. Es un sendero que ya he hecho otras veces y que, aunque interesante por el agua que siempre corre por el barranco y por el sendero en sí, para mí es sólo un prolegómeno para la parte realmente desafiante. La parte final del barranco tiene varias pequeñas cascadas bajo diques que retienen el agua y plantas acuáticas que le dan vida y fuerza al paso del agua.
(He estado estudiando con el mapa topográfico integrado del visor de mapas -página web del Gobierno de Canarias- el desarrollo de la subida. Mi idea es subir por el borde superior de un acantilado (Lomo Las Pesquerías, Majada de los Garañones), un borde por el que parece que se pude ascender (no tiene saltos), un borde que va por el lado derecho de una pendiente suave, y que es el extremo derecho de la cuenca de un barranco muy llano -Llano Carta. Y así parece posible subir hasta los 250-275m aprox., después viene un risco, pero eso ya lo resolveré cuando llegue.)
En cuanto llego a la playa le echo un vistazo a la ladera y me reconforta ver que es bastante suave hasta muy arriba. Rodeo, por la derecha, la caseta aislada y empiezo a subir por un sendero bien marcado entre plantas muy verdes y pequeñas. El tiempo está soleado y agradable, no hace viento. Que ya de entrada exista un sendero es un buen augurio. En los 50m aprox. hay una zona de placas rocosas que atravieso y tras ellas el borde de la ladera gira hacia la derecha con vistas muy buenas a la base de los acantilados y el mar, aunque tranquilo hoy, bate fuerte y escandaloso. El borde del acantilado es de rocas rojizas y muy irregulares, pero sin grandes saltos, se trata de ir trepando por la roca dura que no es nada resbaladiza. Lo que parecía una vegetación corta en la ladera son cornicales y tratar de ir entre ellos sería posible pero muy trabajoso, es una trepadora con más rejos que un pulpo. Además, las vistas hacia el mar son estupendas progresando por el borde del acantilado. Voy bien. Subo bien. En los 140m hay una zona más llana donde es menos trabajoso seguir ascendiendo. Las vistas ahora son al mar, hacia varios salientes, que entran en el mar, como columnas. También me he estado parando y dándome la vuelta para ver cómo va cambiando la ladera al otro lado del cauce. Y la vista alcanza hasta los roques de Anaga, hacia Almáciga. Algunas nubes le dan más dramatismo al paisaje. Hago fotos panorámicas.
Sigo subiendo, más o menos, hasta los 200m donde la pendiente se hace fuerte. Aquí en los 200m estoy en la parte inferior de una canal ancha en la que medio alucino que veo un camino que sube en zigzag por ella. Y cuando empiezo a subir por la canal me parece percibir restos de un viejo camino, pero todo está tan cubierto de plantas, grandes y lustrosas, y hay tantas rocas que cortan el supuesto camino que no me acaba de quedar claro que existiese. No me parece que por aquí pase nadie. Después de la canal el terreno se abre, ahora estoy en una planicie inclinada donde hay restos de un derrumbe de grandes rocas, y menos vegetación. Me echo a la izquierda hacia una zona de rocas grises lisas. Pero no me subo en ellas, me dan la impresión de ser muy resbaladizas y por debajo hay una buena caída. Las rodeo por la derecha. Llego a una zona más escarpada donde tengo que trepar un poco y me hago un buen rasguño en la canilla, que sangra aparatoso, afortunadamente enseguida se para. El terreno me va guiando, por la derecha es imposible porque los riscos son muy verticales, por donde voy es la única posibilidad. Sigo subiendo bastante recto con bastante pendiente y paso al lado de otro gran derrumbe de grandes rocas y… llego a una cueva. Una cueva donde veo huellas de pisadas de cabras. Me da un subidón. La cueva no es muy grande. Me echo a la izquierda por dentro y enseguida salgo y aparezco en la base de un roque muy vertical. Por la izquierda parece que se puede seguir, rodeando el roque, pero no encuentro ningún sendero y demasiadas plantas para seguir cómodamente. Vuelvo a la base del roque vertical y empiezo a treparlo, cuando he subido unos tres o cuatro metros me doy cuenta de que es una locura, las rocas están muy sueltas, es demasiado arriesgado. Regreso a la base y ahora con más motivación rodeo el roque por la izquierda, atravieso las plantas y llego a una pared de piedra rojiza compacta de unos tres o cuatro metros de alta. Y en ella, milagrosamente, encuentro una grieta por la que trepo y alcanzo una gran terraza (325m) y ya estoy a la vista de la punta de la plataforma (425m) donde estuve la semana pasada.
Todavía no tengo 100% claro que lo haya conseguido, pero sí al 95%. Y más cuando encaro esta terraza natural y llego a otra (por encima) y veo que hay unas rocas estratégicamente colocadas para subir a la otra terraza. La cosa va cada vez mejor. Todavía hasta la plataforma de arriba está esta terraza y otra más. Sólo por explorarla la recorro hasta la derecha, pero no consigo ver un paso hacia arriba, lo que sí consigo es una visión increíble y de mucho miedo. Me acerco casi arrastrándome hasta el borde del acantilado y veo que un gran hueco, como una gran chimenea, baja vertiginoso por el borde del acantilado, no logro ver a dónde termina. No me atrevo a ponerme de pie, lo miro tumbado sobre el borde. Y sube un fresco tremendo, una gran corriente de aire, me parece que es parte de un dique. Regreso por el borde de la terraza y encuentro un lugar por donde subir a la siguiente terraza natural y ya desde ahí enseguida subo hasta la plataforma (425m).
Encuentro un buen sitio como a un metro del borde y me quedo a comer aquí, con las maravillosas vistas hacia los roques de Anaga y el barranco de Afur. ¿qué más se puede pedir?
Tras este subidón, en todos los sentidos, y recordando bien el recorrido de la semana anterior voy ascendiendo por el borde rocoso de una loma, primero por la izquierda de la cresta y después por la derecha, por donde hubo terrazas (Las Rositas) y debió estar plantado no hace mucho. Y todavía existen higueras de buen aspecto. Después el sendero es más claro y lo sigo por la arista de la loma hasta los 525m, donde un poco antes de una pitera, no muy grande, el sendero se echa a la izquierda, atraviesa un barranquillo en subida continua, llega a otra loma por donde sigue el sendero ascendiendo unos 15 o 20 metros de desnivel y después va llaneando por un sendero-andén que va por la base del roque de Taborno. Es un sendero muy claro y definido que pasa al lado de una oquedad, es terreno de cabras. Y confluye con el sendero (590m) que va al roque de Taborno. Unos cinco minutos largos después me tengo que salir del sendero oficial, están reparando el camino. Regreso un poco y, al lado de una fuente, me meto por un sendero precioso, y algo expuesto que va con vistas fantásticas hacia el barranco de Taborno. El día sigue estupendo. Después este sendero converge con el oficial y ya sigo hasta la parada de guaguas. Aquí me entero de que la guagua tardará todavía un rato, así que por puro vicio de caminar sigo hacia arriba. La guagua se cruza conmigo y yo sigo subiendo por la carretera que va por dentro del bosque de laurisilva y tengo la suerte de ver como el agua cae con mucha abundancia y ruido en un barranco (Taborno) que atraviesa por un túnel por debajo de la carretera por la izquierda. A la altura de la confluencia con la carretera de Las Carboneras me quedo a esperar la guagua que no tarda ni cinco minutos en aparecer.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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