• Excursión 426. 29 Marzo de 2016. Martes. (Anaga 28ª)
Barranco Valle Grande. Cresta entre Valle Grande y Valle Crispín.
Municipio: Santa Cruz de Tenerife.
ENP: Parque Rural de Anaga
De 16.10 a 19.10h. De 200 a 487 a 200m.
Distancia: 5,2km. Duración: 3h.
Subida por una loma hasta un canal (Chabuco) y recorrido variado, aventurero y emocionante de unos 500 metros del canal con cornisas en el aire, cables de acero en riscaderos, un puente largo, y un túnel claustrofóbico y húmedo
Nublado con buena temperatura, quizás perfecta para caminar por aquí.
En esta excursión mi objetivo es alcanzar el canal de Chabuco desde el barranco de Valle Grande por un sendero que he descubrí recientemente (excursión 395) en una mañana soleada y fantástica. Si lo localizó continuaré recorriendo el canal (en dirección contraria) para ver si puedo llegar hasta dónde llegué en la excursión del día anterior (la 425).
En el barranco de Valle Grande aparco el coche en el caserío de El Llano (200 m). El día desafortunadamente está nublado, las plantas y los campos no son tan interesantes ni bonitos. Me consuelo pensando que a pleno sol debería protegerme con un paraguas, además podría llegar a ser agobiante, por aquí no hay sombra en ningún sitio.
Subo por la carretera en ligerísimo ascenso y en unos 300 metros me meto a la derecha por una pista que desciende hasta el cauce del barranco, lo cruzo. Al pasar al lado de una casa (de bloques rojizos) puedo ver y sentir como dos o tres perrillos pequeños se están peleando rabiosamente y todavía les da tiempo para ladrarme y acosarme. Inmediatamente después paso por debajo de un hermoso y retorcido farrobo. Pronto el sendero empieza a ascender. Aquí predominan los cerrillos, que son unas plantas pálidas del color de la paja y pequeñas que han invadido muchos tramos del sendero, sendero que zigzaguea subiendo la ladera del barranco. En muchos tramos te tienes que imaginar por dónde va el camino. Al llegar a los 350m alcanzo la cresta (arista) de la loma entre este barranco y el del Valle Crispín. Abajo y pegados a una carretera que sube por el barranco de Valle Crispín hay algunas construcciones cubiertas de chapa que deben ser corrales de cabras y de donde me llega una verdadera escandalera de perros hambrientos ladrando desesperados. A partir de aquí el sendero es fantástico porque sube cresteando (que bonita palabra, que me acaba de decir el Word que no existe, paso) por las rocas más duras y con vistas a los dos barrancos casi continuamente. En la cresta predomina el trio mortal de las plantas resistentes: cardones, tabaibas y pencas. Y a pesar de lo nublado y lo gris del paisaje la subida hasta los 440m es una maravilla por las vistas diáfanas que llegan hasta el mar y que abarcan La Fortaleza, Cabezo del Viento, el Roque del Agua, la iglesia de Los Catalanes, Las Casas de la Cumbre, La Canterilla. Se ven también montones de diques recorriendo como venas grises las laderas de las montañas. Y es en los 440 donde encuentro el canal leyendo y releyendo las indicaciones de Francisco Fariña y lo empiezo a seguir hacia la derecha después de deslizarme por unas tobas rojas.
El sendero va por encima del canal (la tubería va enterrada) y es muy emocionante por los continuos andenes estrechos (cornisas) en los que tengo que agarrarme a un cable de acero con el rabo de gato invadiendo el camino. En un tramo suspendido en el aire hay que ir por encima de una rejilla metálica. Más adelante me tengo que meter en un túnel (unos veinte metros de largo), lo paso usando una linternita que llevo siempre en la mochila. Es una travesía con todo tipo de retos, el mayor es un puente bastante largo (un acueducto de unos treinta metros) de un metro de ancho, con cubierta ligeramente abombada, y con un cable de acero por un lado como único asidero. Lo atravieso muy decidido sin despedirme de nadie.
Poco después de pasar el puente siento que me duele el estómago y me tengo que poner a cagar, enterrándolo bien después. Y ya me doy cuenta de que todas estas emociones del camino me han pasado factura y es el miedo lo que me ha provocado el dolor de estómago y no la humedad del túnel como había pensado en primer lugar. No logro llegar a donde lo dejé en la excursión anterior. Lo tengo que dejar después de recorrer unos 500 metros, se me ha hecho tarde el camino. Realmente ha sido demasiado para mí yendo solito.
Para regresar me pongo la música de películas de Jerome Moross en una recopilación de su música con el título de “The Valley of Gwangi”, música con tintes épicos y tranquilizadora para el regreso por el mismo puente, el mismo túnel, el mismo pasaje en el aire, y el mismo cable. Una vez que me reconocí internamente (haber sentido) el miedo se me pasó el dolor de estómago y puedo disfrutar de las vistas fantásticas hacia todos lados, incluso aparece el sol en forma de tiras sobre las laderas y resaltando algunos relieves. Me siento más que aliviado cuando logro regresar a la arista de la loma por la que desciendo. Unos 300 metros más abajo al lado de una bifurcación (a la izquierda lleva a Valle Crispín) me encuentro con una campesina que viene con una hoz en la mano y me confirma que por esta loma se puede subir hasta la Canterilla y a la carretera dorsal de Anaga. El resto del camino es relajado y tranquilo hasta el coche que dejé en El Llano.
Ya he recorrido el barranco de Tahodio, el de Valle Seco, Valle Grande, Valle Crispín y Valle Brosque. Ahora puedo seguir hacia San Andrés.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Valle Grande a Canal Chabuco