• Excursión 1595. 4 Julio de 2024. Jueves.
Ifonche. Barrancos El Rey, Seco, y del Agua. Arona.
Municipio: Granadilla. Vilaflor. Adeje. Arona
ENP: Reserva Natural Especial Barranco del Infierno
De 10.54 a 18.49h. De 1020 a 1100 a 1060 a 1240 a 1200 a 1390 a 620 a 650 a 620 m.
Distancia: 21,5k. Duración: 7h 55m.
Ruta circular desde Ifonche pasando por los bordes de dos barrancos espectaculares (Rey y Seco) y el interior de otro. Después caminata desde Ifonche a Arona con vistas magníficas sobre los riscos de Fañabé, roque del Conde e Imoque pasando por el recoleto valle de Suárez
Tal como ocurrió la semana pasada también esta excursión la había planeado hacía mucho. Además, al haberla documentado con mapas de OSM, sin apenas líneas de níveo, parecía algo poco interesante, sólo visita a una serie de bocaminas en un recorrido circular desde Ifonche por algo que parecían pistas con nada reseñable y sin vistas. Si la hubiese documentado con mapas en relieve la hubiese hecho antes.
Voy en la 112 desde Santa Cruz hasta Los Cristianos y enfrente tomo un taxi que me lleva hasta Ifonche (28€). (La línea 475 que pasa por La Escalona está suspendida temporalmente… hace años. Y utilizar la línea 482 me supondría un retraso de una hora y media para empezar desde Ifonche.) El taxi me deja al lado del restaurante El Dornajo (cerrado los jueves). El día está soleado, completamente despejado, corre una ligera brisa. Bajo por la carretera, por la que me acaba de traer el taxista, y en menos de cinco minutos me meto, a la izquierda, por una pista de tierra. La pista está justo después del cauce de un barranco (El Bucio). Me llaman la atención dos cadenas a la izquierda y lo hacen porque no parece que haya nada tras las cadenas, solo arbustos y plantas. Subo por la pista y en unos 300 metros la pista tuerce bruscamente a la derecha, la misma curva que en el mapa. Sin embargo, al final de la siguiente recta hay una cadena, la salto. Huele fuerte a estiércol. Llego cerca de un grupo de casas (Finca La Montañeta), lo cual no se corresponde con lo que viene en el mapa. Retrocedo hasta la cadena y vuelvo por otra pista que me vuelve a llevar al grupo de casas. Desde aquí veo una pista (Carretera del Hoyo) que sigue hacia la montaña. La sigo. No tengo ganas de preguntar nada a nadie ¿será esto privado? La pista desciende a una hoya grande por donde todo el suelo está cubierto de estiércol, empiezo a respirar por la boca, no quiero que se me quede este olor nauseabundo en las fosas nasales. Tras unos 300 metros y cuando la pista ha salido de la hoya y empieza a subir por otra ladera con pinos ya me doy cuenta de que voy mal. Me siento y con calma estudio el mapa de Alpina (de momento me resisto a usar mi posición exacta en la app Twonav). Podría volver por donde he venido hasta las cadenas, pero no me quiero cruzar con nadie, estoy inseguro de si tengo derecho a estar aquí. Por fin me decido. En el mapa hay un canal (Vilaflor-Adeje) que va hacia dónde está el camino correcto. Mirando hacia arriba lo localizo. Bien. Decido hacer de la necesidad virtud y recorrer el canal hasta la loma por donde va el camino correcto. Y de paso recorrer un canal que siempre me gusta mucho. Subo campo a través unos 100 metros y llego al canal. Es un canal (1090m) cubierto de grandes piedras sujetas con argamasa, no lleva agua, el agua va por una tubería al lado. A veces voy por encima, otras, al lado. Me gusta este error, me da la oportunidad de hacer un bonito recorrido por varias lomas. Cruzo el cauce de un barranco (Morro del Cernícalo). Rodeando otra loma me acerca demasiado al grupo de casas, de donde me vienen grandes ruidos. No me preocupo. Yendo por el canal soy invisible. Cruzo otro cauce de barranco y cuando he llegado al centro de la siguiente loma veo unas piedras por debajo del canal, formando una especie de escalera, una señal clara de acceso a un sendero. Debe ser por aquí (estoy equivocado, me va a llevar un buen rato y un largo trecho darme cuenta). Según subo por un sendero apenas perceptible voy bastante ufano de haberlo localizado. No es un sendero claro, pero aquí está. Entre jaras subo y tras unos 300 metros (1140m) tuerzo a la izquierda en una bifurcación, pero después de tres o cuatro minutos sin ascender apenas regreso a la bifurcación y subo por el otro ramal. Ahora no hay nada de sendero, lo que hay son hitos, bien hermosos y distanciados. Los sigo bien. Y más arriba confluye por la izquierda un sendero (1160m, Camino Guayero), debe ser el que no quise seguir antes. Es más claro ahora y con señales de ruedas de bicicletas. La arista de la loma se va afilando y un poco después (1170m) llego al puro borde de un gran barranco (El Rey) desde donde tengo una vista impresionante de las paredes muy verticales (unos 80 metros de altura). La luz cenital destaca el relieve de la pared, la mejor vista posible. Es un momento fantástico.
Después del mirador el sendero se aleja del borde. En los 1200m cruzo un canal y después ya voy por una pista (Camino Guayero) y pronto tuerce a la derecha en un pinar y llego a una casa. De todo esto no hay nada de nada en el track que tengo en el mapa y que quería hacer. La casa está cerrada, medio en ruinas. No hay elementos reseñables por fuera, ni eras, ni hornos. Sigo subiendo y a la vista de unos viñedos me empieza a sonar el sitio cuando veo dos casas grandes en ruinas. Es Guayero (excursión 1542). Voy mal. Muy mal, por fin me doy cuenta. En este momento aparece un helicóptero con una gran bolsa de agua colgando haciendo un ruido muy alarmante. El estruendo de los helicópteros es mi kriptonita. Me deja desarmado, confuso, además de la preocupación por la posible existencia de un incendio. Y más confuso me siento cuando no se que hacer con una bifurcación que me encuentro muy cerca de Guayero. Me echo al suelo, entro en razón y consulto mi posición exacta en la app Twonav. Me ubico. Mi error fue no recorrer una loma más siguiendo el canal. No me importa, sin este error no hubiese visto la magnífica vista del barranco El Rey. En la app Twonav viene toda la información de OSM y gracias a ella veo que puedo cruzar el barranco del Rey por una pista y por otras pistas o/y senderos llegar a la loma por donde debería haber ido. Una vez bien ubicado me siento a comer. El helicóptero seguirá pasando varias veces pero ya no me asusta tanto y tras media hora ya no lo oiré más.
Tras la comida tomo a la izquierda en la bifurcación antes de Guayero. Justo antes de cruzar el cauce del barranco está la bocamina de una galería (El Milagro 2). Después de cruzar sigo por una pista ancha (con barrera) que describe varias curvas y me lleva a una casa aislada, de muy buen aspecto, y, para mi gusto, muy poco defendida para estar tan aislada, aunque a lo mejor eso es lo que la salva, esto es de lo más remoto, y yo he llegado por error. Sé que el GR-131 y está un poco más arriba y que el GR-131 también lleva al sendero por la loma que quiero recorrer pero yo quiero tomar el sendero de la loma desde más abajo así que bajo por una pista apenas visible a la izquierda de la casa que pronto me lleva a un viejísimo sendero de doble hilera de piedras que va por el cauce de un barranquillo y por el que voy un rato y después paso a otro sendero estrecho, algo trillado y señalizado con hitos por el que sigo en ligero descenso y alejándome del cauce del barranquillo por un terreno de piedras de un color precioso y tras unos quince minutos desde la casa (800 metros) confluyo (1205m) con el sendero que va por la loma que quería, por fin. ! Menudo rodeo ¡Y localizo el sendero en la loma porque está señalizado con hitos, aunque a medida que me ido acercando a la loma e irse despejando de árboles por encima ya me daba cuenta de que llegaba cerca de un abismo, de otro gran barranco!
Y este barranco (Barranco Seco) es todavía más impresionante que el del Rey. Las paredes son algo más altas (100 metros de altura). Y también la luz vertical resalta su relieve maravillosamente. Un poco más arriba (1260m) encuentro un buen mirador y me acerco al borde para ver el cauce. Es de lo más excitante. Hacia abajo y muy a lo lejos distingo bien todas las montañas de la zona protegida del Barranco del Infierno: Imoque, el roque del Conde, Los Brezos y los riscos de Fañabé. Sé, aunque no lo veo, que por la ladera opuesta va el sendero GR-131. Sigo subiendo y el sendero se va alejando del puro borde y el barranco ya no es tan dramático. En los 1300m este sendero confluye con el GR-131, aunque yo no me doy cuenta del sitio exacto, a partir de ahí la pendiente se hace más fuerte. El día está caluroso. Debería haber traído el paraguas para protegerme. Ahora ya empiezo a estar ansioso por llegar al barranco que quiero recorrer por su cauce, voy un poco adelantado mentalmente. En los 1345m el sendero se echa a la izquierda (por aquí confluye otro sendero por la derecha, tampoco me doy cuenta) y llanea hacia el interior del barranco. Pero no lo cruza enseguida, sino que en una especie de juego amoroso, sin culminar, va paralelo al cauce y elevándose suavemente hasta que finalmente (1370m) desciende al cauce y lo cruza. Me puedo imaginar a la primera persona que tuvo que enfrentarse a esto y la paciencia que tuvo que tener para encontrar el sitio por donde cruzar, el barranco llega a tener más de cien metros de alto. Al otro lado un sendero sustentado por un murito sigue ascendiendo hasta que sale (1380m) del barranco. De arriba viene otro sendero que ya hice en otra ocasión (excursión 919). El sendero por donde debo seguir no es el claro que baja (GR-131) sino otro que llanea hacia la derecha. Me cuesta un rato dar con él. Algunos hitos lo señalan. Va llaneando o descendiendo con tramos más claros que otros e hitos. Me emociona tanto ver estos hitos en lugares tan remotos, hay tanto cuidado y amor en ellos. Están para guiar a todos los demás que queremos recorrerlos. Gracias. En unos 300 metros desde el GR-131 llego al cauce (1360m) del barranco por el que quiero descender (Barranco del Agua). Ahora veo hitos que siguen por la ladera después del cauce, por un sendero más o menos claro, y otros, por debajo, en el cauce, sin ningún sendero aparente.
Vale. Allá vamos. Inicio el descenso que es todo lo incómodo y atrabancado que era de esperar. El cauce tiene muchas piedras y no es nada uniforme ni regular, aunque tiene grandes saltos. Lo voy bajando viendo eventualmente hitos en algunos puntos. Lo que más me gusta son los viejos tramos zigzagueantes del viejo sendero, muy cubiertos de pinocha, pero reconocible su surco. No son muchos, pero me refuerzan enormemente. Por aquí voy más protegido del sol bajo los pinos. Un poco antes de la confluencia con otro barranco (viene de la derecha) la cosa se complica y deja de ver hitos. Ahora se trata de echándome hacia la izquierda, alejándome del cauce, ir descendiendo sobre la pinocha resbaladiza que lo cubre todo. Cuando llego al cauce de nuevo (1230m) veo otros hitos. Lo que yo esperaba de este barranco es que hubiese un sendero o, iluso de mí, una pista, y encontrar unas claras entradas a varias galerías. Lo que hay no es nada de esto. Y debe ser por mis expectativas que se me hace antipática la travesía por el cauce. He recorrido cauces mucho más complicados. Este cauce está lleno de piedras, hay que destrepar, todo cubierto de pinocha, también piñas agrupadas, no es especialmente profundo, y sus laderas cubiertas de pino no son especialmente dramáticas. Por otro lado, se me pasa la primera galería (Cueva de los Gases, 1225m, tipo socavón, inactiva) y también la segunda (Ifonche 2, 1180m, tipo naciente, inactiva). Me pica la curiosidad y usando la app Twonav voy hasta la situación de esta segunda galería y lo que veo es… nada, pudo estar aquí, ahora es sólo una pared cubierta de tierra y pinocha. Me he tenido que subir a la ladera izquierda por una zona inclinada y me cuesta bastante trabajo volver al cauce. Más abajo el barranco es más caótico, con derrumbes, pinos aparatosamente caídos, más complicado de seguir. Sí localizo la tercera galería (Ifonche, 1130m, tipo convencional, activa) aunque en el cartel de la entrada (rejas) no vienen los datos de la galería, longitud, ramales, etcétera. De ella sale un hilo de agua que puedo ver más abajo en un registro que no tiene la tapa cerrada. Se está convirtiendo esto en una encerrona. Empiezo a estar cada vez más confuso y el hecho de usar la app de posicionamiento solo contribuye a mi confusión, estoy entre dos aguas. Por otro lado, ir con el móvil en la mano por terreno irregular es bastante loco. Cuando ya estoy casi histérico y como encarcelado por el caos generalizado del barranco es cuando encuentro, a la izquierda, una pista salvadora (1090m).
Es un cambio brutal y a mejor. El barranco del Agua como en el bolero de Ravel se ha ido convirtiendo en una pesadilla. Por fin, me puedo relajar y tener una travesía tranquila después de esta decepción de barranco. Tras unos 400 metros (1060m) la pista tuerce a la derecha y yo sigo recto por un antiguo camino que me lleva al cauce del barranco, que ahora es ancho y de cayados y donde veo una incongruente silla. Sigo por el cauce y en unos dos o tres minutos (160 metros) encuentro el sendero GR-131 al cruzar el cauce. Me salgo y sigo por el sendero hacia la derecha. La vegetación de jaras es más densa por aquí. Poco a poco me voy olvidando del mal rato. En dos minutos llego a una pista ancha por la que sigo bajando hasta el restaurante El Dornajo completando así el circuito que empecé esta mañana. Son las cinco de la tarde. Me ha llevado unas seis horas. Llamo al número de teléfono del taxi de Arona. No consigo nada. No hay cobertura. Podría ir hacia La Escalona y volver a llamar al taxi, pero entonces me puede el vicio y decido bajar hasta Arona caminando por el GR-131.
La distancia a Arona son unos seis km, y dado lo escabroso del sendero unas dos horas más. Echo a caminar por la calle (Camino el Roque) que va hacia Arona, y que empieza a la izquierda del restaurante. El GR-131 está señalizado. Pido agua a un hombre que se está disfrutando en una piscina pequeña con el agua que le llega a los hombros. Me dice que está muy caliente. Me siento absurdo, yo tan seco y tan sediento y él disfrutando de la vida. Procuro olvidarlo. Unos 200 metros después se la pido a una pareja que está trabajando en unos grifos. Me advierten que el agua está muy caliente, esta vez acepto. Me llenan dos botellas de medio litro. Este Camino el Roque es llano y empiezo a caminar rápido, enseguida me doy cuenta de que es una locura, no se trata de llegar cuanto antes a Arona sino de disfrutar de esta “propina”, de este camino interesante y con vistas fantásticas hacia la costa y los riscos de Fañabé y Los Brezos. Aminoro la marcha. Lo importante no son las dos horas más, sino que disfrute de esta excursión sobrevenida. Vale. Paso el sitio desde donde suelen saltar los parapentistas. Una pareja está columpiándose. Muy bucólico. La calle termina en una curva y unas casas y el GR-131 sigue a la derecha antes de esas casas. El sendero me lleva a una gran era en perfecto estado, demasiado perfecto, enmarcada por el picudo roque de Imoque. A la derecha está uno de los dos picos de Los Brezos. Empiezo por el tramo rocoso por una barandilla de madera. Menos mal que voy avisado de lo irregular del sendero. Lo hago despacio, pisando con cuidado. Enseguida empiezan las vistas hacia las dos montañas de Los Brezos y enseguida empiezo a tratar de desentrañar por donde subí al segundo pico, el más alejado (excursión 1558). Me parece imposible. Después de un rato voy “viendo” por donde lo hice. Cuando lo hice no lo sentí tan vertical, pero de lejos, desde donde estoy, parece inexpugnable. El rodeo de Imoque es largo y trabajoso. El primer respiro me lo da la primera vista del valle de Suárez, con sus terrazas, su casa en ruinas, y su era, también grande. Lo atravieso por la parte superior, paso al lado de la era, parcialmente cubierta de tierra. El sendero me lleva a rodear por la derecha una pequeña montaña, cuya textura, parcialmente borrada por las plantas, parece un oleaje petrificado, cuyas olas se van haciendo más y más grandes y finalmente es una extensión de picos afilados de unos dos metros de alto, de color gris oscuro, donde crecen vinagreras. Es como un campo de suricatos gigantes vigilantes. Las vistas sobre Los Brezos van cambiando y haciéndose más amplias, y puedo ver en toda su extensión los picos de los riscos de Fañabé, a la izquierda de Los Brezos. Es un paisaje de una tremenda amplitud, la costa, las edificaciones de Costa Adeje, están difuminadas por una ligera calima. No me he cruzado con nadie en todo el día, tampoco ahora. Rodeo la montaña y por otro tramo de mucha escoria llego a una degollada (Los Frairitos) y de ahí el sendero tuerce a la izquierda para bajar entre la montaña que acabo de rodear y el roque del Conde cuya base ocupada por muros largos de terrazas parece un tatuaje maorí.
Cuanto más me acerco a Arona mejor me siento. Me lo he tomado con calma. Bajo bien. Por terreno de escorias sigo bajando al lado del cauce de un barranquillo (Degollada de los Frailitos). A la vista del barranco Del Rey tomo a la derecha en una bifurcación para seguir por el GR-131. Este terreno es mucho más fácil de caminar, más llano, con menos piedras. Paso una casa en ruinas con era. Tengo muy claro que aunque las primeras casas de Arona (Vento) están ya a la vista todavía tengo que cruzar tres barrancos para llegar a ellas. El sendero que cruza el barranco del Rey es un precioso tramo con empedrado zigzagueante que baja hasta el cauce y después otro igual de bonito sube y sale del barranco. Ahora me toca rodear una finca vallada con casas en ruinas dentro. En este rodeo tengo vistas (a la derecha) hacia el cauce del barranco Del Rey, que alguna vez quiero bajar hasta el acueducto por donde va el canal Aguas del Sur. Todavía paso dos barrancos más pequeños, Ancón y Arena para por fin llegar a las calles de Vento. Tuerzo a la derecha y tras caminar las calles Vento y Mazapé llego a la plaza de Arona, que conserva su ambiente antiguo. Y después bajo por una calle estrecha que me gusta mucho (Domínguez Alfonso) con muchas casas antiguas renovadas hasta la parada de guaguas, al lado de un mural hiper realista que parece una fotografía.
Tengo mucha suerte. La guagua acaba de llegar de la que bajan muchos viajeros, de vuelta de sus trabajos en Adeje, parecen todos inmigrantes. Compro una botella de agua en una venta con una dependiente de lo más amable. Y me monto en la guagua, el único pasajero, que sale inmediatamente. Es un momento fantástico. Sólo en la guagua y por fin abandonando la toma de decisiones. En Los Cristianos es otra cosa. Hay mucho jaleo. Tengo que esperar 20 minutos para que aparezca la 112. Esta parte me gusta poco hoy. La parada está en la acera. Hace mucho calor. La cola es muy larga.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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De Ifonche a lomas alrededor barranco El Rey y barranco Seco
Ifonche a Arona