• Excursión 1586. 3 Junio de 2024. Lunes
Barranco Icor. Salto Abote. Las Eras.
Municipio: Arico
De 14.47 a 19.02h. De 330 a 300 a 325 a 255 a 270 a 250 a 310 a 225 a 215 a 240 a 200 a 240 a 25 a 60m.
Distancia: 8,2k. Duración: 4h 15m.
Recorrido accidentado del impresionante barranco de Icor con paredes basálticas en columnas, sección en uve, tipo desfiladero. Rodeo un gran salto y vuelvo al cauce por una vieja finca abandonada. Tras el segundo gran salto no puedo volver al cauce y regreso por una carretera hasta la autopista
Otro lunes más recorriendo barrancos en Arico. El barranco que quiero recorrer hoy, Icor, ya lo recorrí desde la carretera general del sur hacia arriba, lo recorrí en otra ocasión hasta un salto grande (excursión 429). Como cada barranco de los que vengo recorriendo por Arico espero que el de Icor también me de sorpresas.
Hoy mejoro mi acercamiento a Icor en una hora con respecto a la semana pasada. Voy en coche hasta Güímar y lo dejo en un aparcamiento al lado de una gasolinera (Puzol). Esta gasolinera está cerca de la autopista del Sur y en la carretera de acceso al Puertito de Güímar. Llamo un taxi, viene enseguida, me lleva a Icor (26€) una conductora silenciosa que sólo habla para asombrarse del tamaño de los aerogeneradores. Está soleado, con un poco de viento. Enseguida bajo por la carretera hasta el puente que cruza el cauce del barranco de Icor. Avanzo un poco y pronto encuentro un camino claro por el que desciendo hasta el cauce. Las paredes del barranco pronto se van haciendo altas. El fondo es arenoso con mucho rabo de gato. Voy descendiendo por el barranco con curvas en las que no puedo ver mucho más allá. El paso no es complicado, no hay demasiadas plantas. A la izquierda destacan los muros de antiguos bancales.
Cuando, después de caminar unos 400 metros por el cauce, alcanzo un tramo ancho y bastante llano, ya presagio que puede haber un salto y, efectivamente, aquí está (Salto las Cañas), y no deja de asombrarme mi reacción física ante este obstáculo: me tiemblan las piernas, casi como si pensase que tengo que saltar por el aire. El salto puede tener unos quince metros de altura, me impresiona el desnivel. Y más me impresiona el risco vertical a la derecha (más de 60 metros de altura), y un gran derrumbe, también el risco de la izquierda de columnas basálticas. Me decanto por rodearlo por la derecha porque por ahí hay una ladera más adelante, por la que parece posible volver a bajar al cauce. Subo por la ladera al lado de una tubería. Una vez arriba voy por el puro borde del risco, emocionante, en ligera bajada. Tras unos dos o tres minutos empiezo a descender por una ladera en forma de anfiteatro donde quedan grandes muros de antiguos cultivos (Finca Leoncio) hace mucho abandonados. La vegetación de balos, vinagreras, tabaibas, pencas está muy crecida. Me voy echando hacia la parte derecha del anfiteatro y después descendiendo a contra corriente. Enfrente tengo una pared muy impresionante de columnas basálticas, por lo menos distingo tres potentes coladas superpuestas, cada una con sus columnas cristalizadas en varios tonos de beis y marrón. Y mi recorrido para tratar de bajar al cauce es también muy intenso. Debió existir un camino o varios que comunicaban entre sí las terrazas, no los encuentro, en su lugar tengo que descender por donde los muros se han caído o destrepando por las paredes de piroclastos. Es muy complicado. La vegetación es muy densa y alta. Afortunadamente ni las tabaibas, ni las vinagreras, ni los balos son muy leñosos y los voy atravesando. El propio cauce es muy estrecho y cuando me acerco al borde en dos sitios siempre me topo con una pared vertical de varios metros por debajo de mí. Tengo que ir más a contra corriente para lograr, con mucha dificultad, encontrar un sitio por donde bajar al cauce. Me ha parecido imposible durante mucho rato. Vale. Aquí estoy en el cauce estrecho, en el fondo de un desfiladero de paredes basálticas, un sitio fabuloso.
Para ver si puedo ver el salto (Las Cañas) desde abajo me echo a la izquierda y empiezo a recorrer el cauce del barranco hacia arriba. En un par de minutos y ya cerca del salto me topo con unas rocas gigantescas, parece que secciones enteras de las paredes del barranco se han desplomado, aquí están, forman un laberinto, tienen varios metros de alto, son moles. A la primera que me enfrento no me da ninguna oportunidad, cierra completamente el paso hacia arriba, rodeo otra por la izquierda y trepo hasta una, más pequeña, entre dos enormes. Me subo a una grande y me doy cuenta de que más arriba hay más y entre ellas hay vacío, saltos. Quizás exista un paso, pero me llevaría demasiado tiempo encontrarlo. Desisto. Simplemente contemplar este caos de rocas cerca de la base del salto ya es toda una experiencia. Con cuidado rehago mi recorrido de tirabuzones entre las piedras y regreso hasta el sitio donde accedí al cauce y donde puse unas piedras por si lo necesitase.
Continúo bajando por el desfiladero, que me parece más y más impactante, no sólo desciende, también tiene pequeños saltos y curvas, y las paredes son cada vez más altas. Es emocionante. Y unos cien metros después me topo con un salto, es pequeño, un metro y medio o así, podría bajarlo, pero es cóncavo por debajo y no veo la manera razonable de subirlo. Y como no me quiero encontrar atrapado entre dos saltos desisto de bajar. Es duro no seguir, pero es lo más sensato, yendo sólo tengo que ser precavido. Regreso hasta el lugar donde accedí y por entre la vegetación recrecida, los muros deshaciéndose, las paredes blandas de piroclastos, logro ir subiendo y reproduciendo más o menos el recorrido de bajada hasta que logro salir del anfiteatro. Una vez que llego a lo alto sigo bajando por el borde. Tras rodear toda la parte superior del anfiteatro llego a unas terrazas de muros altos, con bancales muy regulares y voy descendiendo por los bloques de piroclasto, uno tras otro. Y con la vista hacia el impresionante risco de columnas basálticas. También me gusta el sonido de los aerogeneradores a lo largo de la parte derecha, es una finca vallada de aerogeneradores (Vera de Abote), es impresionante verlos de cerca.
Tras superar todas las terrazas con muros de bloques de piroclastos empiezo a descender por un barranquillo que tiene muros (nateros) en el cauce. Es complicado. Bajo despacio. La vegetación es cerrada, hay mucho desnivel. Me lleva su tiempo y tras un descenso de unos 60 metros de desnivel logro volver a bajar al cauce del barranco de Icor. Llego a una parte ancha y llana. Por aquí el barranco no tiene paredes tan verticales, aunque siguen siendo altas, en sección de uve. Es un tránsito cómodo entre rabo de gato y en unos 200 metros llego a un salto fuerte (unos quince metros de alto) y atisbo que hay otro un poco más allá. Me toca volver a rodear. Esta vez parece más potable rodearlo por la izquierda, y mirando el mapa parece que puede ser posible volver a descender por esa ladera. Trepo y subo por la pared izquierda hasta que me puedo meter en un barranquillo lateral (Hoya del Chiquerón) y empezar a descenderlo, pero llega un momento en que todo son abismos y no puedo seguir (el lunes siguiente volveré al barranco y desde el cauce confirmaré que efectivamente no se podía bajar).
Vuelvo a subir por el barranquillo y cuando llego a lo alto sigo a la derecha bajando por el borde del barranco con vistas al interior. Al otro lado se mueven rápidas las palas de los aerogeneradores. Lo que más me interesa es el gran espacio interior del barranco. Y cuando no he caminado ni 200 metros entonces lo veo, veo el gran salto, es el salto de Abote, vertical, gris, en el centro de una caída vertical de unos 60 o 70 metros de altura. Es impresionante. Sigo bajando por viejos terrenos de cultivo. El cauce del barranco parece transitable, hay un pequeño salto cerca del grande. Aunque cuando he descendido un poco más por el borde veo en el cauce un salto oscuro y estrecho con vegetación en su parte inferior. Pero, claro, estoy muy lejos como para comprobar si se puede o no subir. En mi tránsito por el borde me topo con una finca vallada y tengo que descender un poco más por la ladera y superar una zona de derrubios. Y un poco después ya no puedo seguir más por el borde, una valla está en todo el borde y me impide el paso. Ahora me separo del borde del barranco caminando al lado de la valla de una finca hasta llegar a la carretera de Icor.
Y ya no encuentro ninguna oportunidad más de acercarme al borde del barranco, si no es una finca vallada son casas o movimientos de tierra. Desciendo hasta llegar a un grupo de casas al lado de las casas donde juegan un grupo de niños a los que les pregunto por el nombre del sitio, uno que se expresa muy bien me lo dice “se denomina las Eras Altas, y lo de abajo son las Eras Bajas”.
Sigo por la carretera en paralelo a la autopista y tras un km largo la cruzo por un puente. Tengo que volver para ver hasta dónde puedo recorrer del barranco de Icor desde abajo.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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