• Excursión 48. 10 Julio de 2013. Miércoles.
La Bandera. Valle Cocó. Valle La Oliva. Lomo Isoria. El Español.
Municipios: Tegueste. La Laguna
De 17.30 a 19.30. De 700 a 450 a 740 a 700m.
Distancia: 6,2km. Duración: 2h.
Recorrido desde la montaña de La Bandera, por los valles de Cocó, y la Oliva. Subida por el lomo Isoria y del Aire hasta la cima de la montaña de El Español y regreso a La Bandera
Vuelvo al último grupito de casas en la ladera del monte de La Bandera (el acceso es por el final de la calle Las Gavias, en La Laguna). Este sitio ha pasado de ser algo completamente desconocido a ser un referente, un punto de partida, en las excursiones por la zona. Es un lugar elevado con vistas diáfanas sobre una zona muy extensa. Hoy tengo el plan de recorrer el valle de Cocó. Vengo con un mapa.
Empiezo a caminar desde las casas en lo alto de la Bandera hacia Tegueste por la pista de tierra (Cumbre de Cocó). Paso los trigales y el bosque de eucaliptus. Después de la última casa el camino hace una gran curva, la sigo y enseguida me salgo por la derecha tomando un sendero que baja suavemente al principio. El sendero pedregoso tiene vistas a un barrio de casas aisladas y terrenos agrícolas (Las Peñuelas), va girando hacia la izquierda siguiendo el contorno de la loma y cuando acaba, desemboca en una calle (Cocó). Todo es completamente nuevo para mí. Casas aisladas con flores en los jardines y nispereros. Fincas valladas con viñedos. Estoy ya en el valle Cocó. En letras de cerámica se señala que aquí está el aljibe de Doña Dolores Gonzáles Pérez (número 9 de la calle). Bajo un poco y por una pista de tierra giro a la izquierda y me meto por un bosquecillo con arbustos y árboles pequeños Recorro un pequeño sendero y aparezco, otra vez, en una pista rural cerca de un grupo de casas (Camino el Valle),
A pesar de que sé por dónde estoy aprovecho para preguntar a unas personas que veo aquí, están charlando relajadas. Me indican cómo seguir al siguiente valle que está separado de este por una loma cubierta de viñedos en terrazas. Tengo que seguir por una carretera estrecha que rodea la loma. Hace mucho calor y en este pequeño valle no corre el aire. Estamos en pleno julio y se nota. Yo voy encantado caminando por sitios completamente nuevos. Es una zona agrícola con muchos viñedos y pequeñas huertas, con vistas a Tegueste. Al terminar de rodear esta loma sigo por una recta larga estrecha y asfaltada. Por debajo veo la característica forma de un cementerio, los cipreses altos, los muros blancos, los nichos en las paredes. Al final de la recta llego a otro valle, un poquito más grande que el de Cocó. Aquí apenas hay casas, y el límite del valle es una gran loma (Isoria). La loma es alargada y plana en su parte superior. Los viñedos se extienden por su ladera casi hasta arriba. Distingo un sendero que las atraviesa, los viñedos están muy verdes con hojas grandes.
El plan era llegar hasta aquí y volver siguiendo el mismo recorrido, pero al ver el sendero que sube entre los viñedos puede que siga por encima de la loma y llegue hasta la montaña Español. Veo las antenas en su cima desde aquí. En este momento de duda tengo suerte, aparece un joven con una carretilla, le pregunto, me dice que aquello es “ajeno” (privado) pero que puedo subir por la loma (Isoria), ir por la loma misma y llegar hasta un camino que lleva hasta el Español. Le agradezco mucho la información. Se me abre el mundo. Atravieso un puentecito y después sigo entre los viñedos subiendo. De una cueva excavada en el picón (una bodega) sale un fuerte olor a vino fermentado. Un lugar para guardar el vino, también de parrandas. Sigo, cruzo una puertita, la vuelvo a dejar cerrada. Todo esto es privado (“ajeno”) aunque deben tolerar que la gente pase. Llego a lo alto de la loma. Tiene muy buenas vistas hacia el valle de Tegueste. Aquí en lo alto de la loma descubro grandes depósitos de agua, todos vacíos… y un precioso eucaliptus. La pista es muy clara, me adelanta un jinete con su caballo, que se desvía poco después bajando a la derecha por un sendero. Yo sigo por la izquierda en esa bifurcación.
La pista se termina y continúo por un sendero entre arbustos bajos. Después de un repecho el camino vuelve a empinarse. El calor es fuerte, el aire está estancado, no hay ninguna sombra, tengo que hacer un gran esfuerzo porque la subida es muy fuerte. Voy un poco asfixiado, pero como el sendero va teniendo continuación me va dando fuerzas para seguir y soportar el calor. Literalmente el sendero me lleva en volandas hacia arriba. Paso por un roquedal con vistas muy buenas hacia el valle del Cuervo y la montaña del Infierno. La vegetación es baja pero muy densa y variada. El olor a monte me embriaga. Voy atravesando la vegetación y estoy envuelto en un olor aromático y especiado. Estoy en un remolino de sensaciones. El único descanso lo consigo cuando me paro a hacer fotos. La mala noticia es que he dejado demasiado abierto, en gran parte del recorrido, el diafragma de la cámara y las fotos salen quemadas (qué apropiado para un día como este). Subo en trance. En la última parte de la segunda loma (Lomo el Aire) la vegetación está muy cerrada y me atrapan algunas zarzas. Termino de rodear la loma y llego al sendero que recorrí el día anterior para, por fin, llegar a las antenas, a la cima del Español. ¡Qué bueno!, pero… estoy fundido. Me tengo que sentar y esperar que mi corazón deje de latir a lo bestia, parece que se me van a salir los pulmones. Ha sido una locura. Tardo un rato en recuperarme. He superado un desnivel de 300 metros a pleno sol y sin agua.
Al bajar por la pista veo que hay hippies en la casa abandonada. Los cupresos me dan un poco de sombra. Cuando llego a las casas de La Bandera converso con una mujer muy delgada que le pide a su hijo que me salude. Es un hombre maduro que parece tener algún tipo de déficit cognitivo.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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La Bandera. Valle de Cocó. El Español