• Excursión 873. 23 Noviembre de 2018. Viernes. (Anaga 142ª).
Almáciga. Benijos. Las Palmas de Anaga. El Faro. Roque Bermejo. Chamorga.
Municipio: Santa Cruz de Tenerife.
ENP: Parque Rural de Anaga
De 11.18 a 15.45h. De 75 a 15 a 290 a 99 a 316 a 82 a 485m.
Distancia: 12,8km. Duración: 4h 27m.
Gran circuito, tras una fuerte borrasca, por una pista sobre la costa hasta El Draguillo, después por sendero que pasa por un viejo caserío que conserva casonas antiguas y una ermita. El sendero pasa por muchas cascadas, llega al faro, rodea un pueblo marinero y después sube por cerca del cauce del barranco de Chamorga
Llueve en Santa Cruz cuando salgo en la 946 (10.30h). En Almáciga nos bajamos, al final de la línea, un grupo de cuatro rusos, y una pareja de ingleses. Cada grupo tira para un lado. En este día encapotado yo bajo hacia la playa y cuando estoy bajando por el tramo de sendero, todavía en Almáciga, me sorprende ver una cascada que baja por el barranco que pasa por detrás de Almáciga (Barranco Valle de Almáciga). Es un anticipo de lo que me voy a encontrar durante esta excursión.
El mar cubre toda la playa desierta, tampoco veo gente en la carretera, ni en roulottes, nadie. Haga el tiempo que haga siempre me cuesta mucho la subida a Benijo. En la primera curva una pareja se ha subido a las barreras de cemento y se hacen selfis. La carretera está oculta en varios puntos por corrientes de tierra y piedras. y en la gran curva antes de Benijo, otra cascada, ésta muy ruidosa, baja sobre las rocas y la vegetación densa y pasa por debajo de un puente y se va ladera abajo. Al llegar a Benijo y dar el primer vistazo a la playa, compruebo que también está llena y con mucha espuma. Los restaurantes del lugar: todos vacíos, abiertos, pero vacíos. La pista ancha, en continuo ascenso, es entretenida por los restos de tierra y piedras y, cada poco me paro y me giro para contemplar las vistas hacia los roques de Afur y Taborno y la playa de Benijo, que está blanca de espuma. Las laderas están verdes y oscura la tierra, toda mojada. En algunas curvas los guarda caudales, las barreras protectoras de cemento pintadas de amarillo claro, enmarcan las vistas, como se merecen. Se suceden los derrames de tierra y de agua sobre la pista. Paso un grupo de seis personas, que simplemente están mirando hacia Almáciga, una buena ocupación. En El Draguillo (12.20h, 185m) por un momento me inquieto cuando veo una pala y una gran zanja donde empieza el sendero hacia Las Palmas. No problem, el sendero está perfecto después de una ligera subida por la zanja.
Después de un barranquillo (Las Lajas) vienen las dos zonas donde el sendero es sólo una tira fina de poco más de medio metro de ancho y que va sobre una ladera de piedras grises, lascas, de todos los tamaños, que vienen de muy arriba y continúan ladera abajo, una gran torrentera de piedras. Cuando ya he subido bastante hay, en un saliente, un mirador (260m) muy bueno con vistas hacia los roques frente a Las Palmas, a los dos, al de Afuera y el de Adentro (más alto y cilíndrico). Sigo subiendo un poco más (290m) y empiezo la tortuosa bajada hacia Las Palmas de Anaga. Y ahora, con lo que ha llovido los últimos días, el sendero serpenteante está como nunca de bueno, no es nada resbaladizo, la tierra está apelmazada y mis pies de agarran bien. Y la gran terraza, la planicie donde está Las Palmas está completamente verde, preciosa, se me hace tan rara esta vista de este lugar que suele tener un color pajizo y claro. Miro hacia la ladera por encima de la planicie y me cuesta trabajo y me causa asombro recordar que yo subí por ahí (ladera de los Codesos, excursión 706) rodeando después por encima el roque del Aderno. Hay que pasar hasta tres barranquillos para llegar a las primeras casas de Las Palmas de Anaga. Las paredes de los dos últimos barrancos son de tierra, es un prodigio que se mantengan y no se haya hundido el sendero.
Ya en la planicie donde está el pueblecito el sendero rodea las huertas y las pocas casas (13.10h, 140m) y va apoyado por el lado izquierdo por las piteras y las tuneras, que forman una verdadera muralla y soporte del camino. Las vistas a los roques van cambiando. Algunas tuneras son tan viejas, tienen un aspecto tan sólido. Paso las últimas huertas y sigo por el sendero que baja un poco y pasa dos barranquillos. Un gran grupo de senderistas está parado un poco más allá, con ropa de lluvia, muy juntos. Paso entre ellos como una exhalación, más mujeres que hombres, bien equipados, con un guía local, creo, me da tiempo a escuchar a una mujer que dice “… et tout seule”. Me gusta oír eso. En mi papel de senderista loco sigo deprisa un buen rato hasta que los pierdo de vista y dejo de caminar tan rápido. Hasta este momento me he ido fijando en la tierra húmeda del sendero y no he visto ninguna marca, ninguna pisada. A partir de ahora las encuentro por todos lados. Tras una bifurcación el sendero vuelve a subir y sigue subiendo tras una segunda, en ambas tomo a la derecha. Por debajo se extiende una planicie con terrazas, ahora ocupadas por tabaibas, donde veo una casa maciza en ruinas. Poco después de la segunda bifurcación (Los Orobales) me emociona ver un gran lagar, con su pileta debajo, intacta, y un gran tronco. ¿Qué tipo de madera puede aguantar siglos a la intemperie? La tea. Vienen tramos arenosos, algo expuestos, y una gran cascada que resbala por una cara alta de piedras grises, viene de muy arriba, y cae tanta agua que tengo que abrir el paraguas, parece que está lloviendo. Pienso que tengo suerte de haber venido tras las borrascas, no creo que duren mucho estas cascadas. Pero lo que más me fascina ahora es como va cambiando de forma el roque del Aderno según lo voy rodeando por abajo. A veces es una pared vertical con estrías verticales. Más adelante hay otra cascada, no tan grande, sobre unas cuevas al borde del sendero. Y las vistas a los roques siguen cambiando.
Cuando me estoy preguntando si voy por el buen sendero llego a una bifurcación señalizada (14.20h). Aquí dudo si subir, a la derecha, hacia Tafada, o seguir hasta el faro y después a Chamorga; y no lo dudo mucho, cuanto más lejos mejor, y decido seguir hacia el faro cuando compruebo que voy bien de tiempo. Y me sorprende que el faro esté prácticamente al lado de la bifurcación. Llegar al faro era el objetivo de esta excursión, pero las cosas han cambiado mucho durante el recorrido y estoy anegado de agua y cascadas. Y cómo me acuerdo de este faro, aquí me caí en el picón rojo resbaladizo (excursión 340) y me hice unos rasguños sangrantes muy aparatosos. Ahora me vuelvo a resbalar, pero sin caerme, hoy el picón rojo está sólido y húmedo y apenas resbala. Entre el faro y el pequeño pueblo marinero (Roque de las Bodegas) se va por una pista ancha con muchas curvas, que me resulta incómoda. Bajo viendo la playita y las casas alrededor. También las vistas a la salida del barranco, que viene de Chamorga, por donde corre mucha agua y la ladera está muy verde y recorrida de riachuelos. Es un espectáculo. El barranco de Chamorga tiene una cuenca amplia y está rodeado de laderas altas. La pista termina y sigo por sendero hasta un cruce de senderos (14.37h). Aquí tengo que decidir si bajar a la playa o seguir hacia Chamorga, la cuestión es que la guagua (947) sale de Chamorga a las 16.30h y sólo tengo una idea vaga de lo que me puede llevar subir el barranco y si estará cerrado o no por el agua o cualquier otra cosa. Y yo necesito saber que puedo tomar esa guagua, porque es algo cada vez más importante en las excursiones, tener un plan de vuelta para redondear bien la experiencia. Por aventura ya tengo bastante por hoy y seguro que me falta todavía algo más.
Decido subir hacia Chamorga. Entonces veo un cartel que advierte que en periodo de lluvias puede ser imposible el paso por el cauce del barranco en un tramo concreto. ¡Joder, qué nervios! Pero ya he tomado la decisión, unos metros más arriba me cruzo con un hombre delgado con gafas de unos sesenta años que lleva una bolsa de plástico bien cargada y una barra de aluminio. Viene muy tranquilo, le saludo y le pregunto por el tramo con agua. Me dice que sí, que el agua llega por el maléolo, el tobillo, me aclara a continuación, y que es necesario descalzarse, pero que existe una alternativa y me la explica “por la bajada al cauce antes del cartel hay una vieja tunera, por un barranquillo va un camino de cabras y tiene que dar un salto apoyándose en una pared y después caminar por un tramo entre el cauce (abajo) y la pared por una tira por donde tiene que hacer equilibrios, sólo tres o cuatro metros, y ya después está en el sendero”. Me deja impactado, no sé cómo se corresponderá con la realidad, pero en sí misma la descripción es muy buena, y además me la ha hecho para mí, es decir, según se sube. Se la repito para ver si la he entendido y me lo confirma. Me mira de arriba abajo y me dice “pero usted está bien de equilibrio”, yo, modesto, sólo le digo, yo lo voy a intentar. Le doy las gracias y sigo emocionado, calculando el tiempo que me llevará regresar, si no puedo pasar, y subir por el faro hacia Tafada.
El barranco trae tanta agua, hay muchas cascadas, también arroyuelos por los lados desembocan en el cauce principal, toda la ladera está saturada de agua. El sendero va por la derecha del cauce a una cierta altura, el agua mete mucha bulla en algunos sitios. Voy totalmente emocionado repitiendo su descripción. Y llego al lugar (15.10h, 260m). Todo concuerda perfectamente con lo que me ha dicho: el cartel, la tunera, el senderillo de cabras, unas grandes piedras mojadas por donde tengo que dar un gran paso para salvar el hueco (debe ser que soy más alto que él porque no necesito saltar) y después veo la peor parte, hay que caminar por el filo de una gran roca, el filo puede tener dos palmos de ancho, a la izquierda una buena caída al cauce, a la derecha un hueco entre la gran piedra y la pared. No lo pienso ni diez segundos, muy decidido me subo en la tira y con ligereza la recorro hasta que ya voy a dar al sendero. El hombre del aluminio es un crack, pienso, cuando llego al sendero. Al tocar tierra aparecen de abajo dos senderistas (un hombre y una mujer de unos 35 años) que me miran entre asombrados y asustados. Ellos acaban de cruzar el cauce, pero claro quitándose los zapatos. Y, ahora, superada la prueba, es cuando me viene todo el cansancio del mundo. Y es que todavía me falta muchísimo para llegar a Chamorga. Sigo el ritmo de los senderistas un rato pero pronto los pierdo y voy arrastrando los pies por el sendero que ya no vuelve a cruzar el cauce. Y esta es, desde luego, una manera de aprender este dato (el sendero sólo cruza una vez el cauce del barranco) para los restos. El sendero sube, pero a veces baja, tiene charcos, arroyitos que cruzar o saltar, todo tan mojado, tan lleno de agua. Durante la subida el tiempo ha mejorado, ha salido el sol. Y se me hace eterno, voy bastante despacio, y qué cansancio, pero lo consigo, llego a Chamorga (15.45h).
Llego entero, pero las consecuencias necesito esperar varios días para saberlas. En el bar me pido un té. Hombres que hablan muy alto están en la barra tomando puchero, carne fiesta, y bebiendo cerveza. Hay mucho eco. En las mesas unos turistas-senderistas toman cerveza y preguntan por la carta, la encargada les señala el cartel con la oferta. Por fuera, una pareja de senderistas alemanes se toman una cervecita y fuman. Y yo, ¿qué hago ahora?: comer. Ahora es cuando me puedo permitir comer mi sándwich y el bizcocho de frutos secos. No sé de dónde saco la energía para hacer un recorrido de trece kilómetros, con 1000 metros de ascenso y 400 de descensos sin tomar un bocado, sólo medio litro de agua. Y no me siento para comer, miro a los senderistas que toman el sol con la cerveza y no me identifico con ellos ni a tiros. De pie, y poco a poco voy absorbiendo cada poquito de hidrato de carbono, cada proteína, que me entran directamente en vena. A las 16.25h me subo en la guagua, aquí, en los alrededores del bar puede haber más de 30 personas, entre turistas y locales, pero en la guagua sólo nos subimos dos. Y ahora que me las den todas. “Venga pa casa”.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Almáciga a Benijo a El Draguillo a Las Palmas al Faro a Roque Bermejo a Chamorga