• Excursión 68. 20 Septiembre de 2013. Viernes.
Jardina. Barranco Las Chozas. La Cancelilla.
Municipio: La Laguna.
De 18.15 a 20h. De 620 a 750 a 578 a 750 a 620m.
Distancia: 6,5km. 1h 45m.
Subida desde Jardina al barranco Las Chozas, recorrido por la parte superior de la cuenca. Por el paso de La Cancelilla llego al siguiente barranco y bajada por una pista
De nuevo mi objetivo es subir al pico Mariquita. Para evitar el largo recorrido desde la pista que sale del Bronco voy a acceder desde Jardina a la Cancelita. Una vez allí y por la trasera del barranco de Chozas voy a buscar un camino para subir al pico Mariquita.
En Jardina subo por una calle que está frente a una pequeña ermita. Llevo un mapa de la zona. La calle termina pronto y entonces salto una cadena y subo por una cuesta que parece muy larga. A lo lejos oigo voces, me parece que es a mí para que no siga por dónde voy, pero como no veo a quien vocea, simplemente sigo. Al cabo de un rato me salgo de ese camino y hacia la izquierda por campos salvajes llego a una pista por la que visto que bajaba un corredor.
La pista es muy pedregosa, difícil de transitar y más bien estrecha. Me cruzo con un jinete que me dice en plan sádico: “aquí se va mejor”. Sólo digo: “no me dé envidia, por favor”. El canalla tiene razón, la cuesta es muy trabajosa. Tres ciclistas que bajan me saludan con un “hola, buenas tardes”, uno tras otro, los tres. Van muy bien equipados. Estos no son unos sádicos.
En lo alto de la loma, después de salvar un desnivel de unos 140 metros, me alegra encontrarme con una de las dos mujeres que iban con un perrito y con las que hablé el viernes anterior. Me dice que estuvo por donde me indicó y que desde allí (no sabe exactamente dónde) se veía la charca de Valle Tabares. Le enseño el mapa que llevo, ella no lo entiende. Sólo logro que me diga que es “todo palante”. Más tarde comprobaré que lo de “todo palante” es una descripción muy pobre. Le agradezco su información y sigo. Paso por el sendero rodeado de hinojos que va por el gran arco de la parte superior del barranco Las Chozas, por aquí unas cabritas están tranquilas ramoneando, no las veo, sólo oigo el tintineo de sus campanillas Llego a la cancelita en el paso entre las montañas. Hoy está cerrada. Paso. La dejo tal como la he encontrado.
Sigo por el sendero hasta encontrar una puerta grande de barrotes metálicos. Tiene un cartel que pide que se mantenga cerrada. No encuentro la manera de abrirla y me deslizo por debajo. Empiezo a bajar por una pista ancha con muchas curvas. Bajo y bajo. Coincide con lo que está en el mapa. Veo otra pista que sale a la derecha, voy por ella y pronto encuentro una barrera metálica marrón en buenísimo estado, parece recién pintada. La paso. Pronto ya no hay pista sino un sendero muy confuso que lleva a una casa tradicional aislada, por encima de ella va una pista. Estas pistas van muy abajo (600m) y los riscos quedan muy arriba (750m y más) y son muy verticales. Por aquí resulta imposible acceder al extremo de estos riscos que es donde está el pico Mariquita. Ya se me llena la cachimba. Sufro otra derrota en mi búsqueda de la subida. Decido regresar. Hago bien, estoy un poco fundido.
Al volver, después de deslizarme de nuevo bajo la puerta de barrotes, tengo un par de momentos malos porque me cuesta encontrar el camino por dónde vine. Paso al lado de un aprisco con una ternera y cabras. Me resulta increíble que no las viese cuando pasé antes por delante de ellas. Por momentos hace mucho frío. Para tranquilizarme me pongo a escuchar la música de la película de El Álamo, ligeramente euforizante y algo épica. Muy cansado hago el camino de vuelta, me resulta muy largo. El día gris tampoco me ayuda, no voy a tener ni siquiera la recompensa de un bonito atardecer. Paso cerca de la montaña de la Cueva Blanca (Piedra Alta) y empiezo el descenso. Voy muy despacio, cuesta abajo, pero el camino es muy incómodo, demasiadas piedras sueltas y tierra. Cerca ya de la ermita de Jardina sale el sol que ilumina maravillosamente un campo de paja, cortada recientemente. Emocionante momento después del desaliento de la excursión fallida y de la desorientación.
Lo que saco de esta excursión es que tengo que ir con más margen para que el cansancio no me impida pensar con claridad y me haga perder el sentido de la orientación. El camino es uno cuando voy, pero cuando vuelvo es otro muy distinto ¿Quién me cambia los caminos? Además, me convendría girarme de vez en cuando para estudiar cómo se ve al regresar y memorizarlo. Cuanto más automático sea el tránsito mejor, estando cansado voy a estar mucho más mermado intelectualmente. Sólo tendré que fijarme en determina roca o árbol y sabré automáticamente como volver, no tendré que pensar.
(Años más tarde me enteraré de que este recorrido es parte del camino de Las Lecheras, las mujeres que iban con cantaros de leche en la cabeza y que iban de Jardina hasta Santa Cruz).
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Jardina. Barranco Las Chozas