• Excursión 1411. 23 Junio de 2022. Jueves
Izaña. Chifira. Los Roques.
Municipio: La Orotava. Fasnia
ENP: Parque Nacional del Teide. Parque Natural Corona Forestal
De 10.15 a 17.35h De 2300 a 40m.
Distancia: 21,8km. Duración: 7h 20m.
Larga travesía desde Izaña por pistas forestales y pistas rurales hasta la costa por Los Roques
Entre la pista general de Arico y las medianías de Fasnia y Arico hay una serie de vías de comunicación, la mejor de ellas es una pista (del Palmero) que baja en zigzag y después pegada al barranco del Palmero hasta La Zarza (excursiones 509 y 1088), las demás son una combinación de pistas y senderos perdidos. Hoy pretendo recorrer una de esas vías, una que he intentado por dos veces y sin éxito, una desde arriba (excursión 806) y otra desde abajo, desde la galería del Riscadero (excursión 870).
Tomo un taxi desde la estación de guaguas de La Laguna. El conductor me lleva por la carretera del Teide (Tf-24) en total silencio y no dice nada cuando después de pasar el mirador de La Crucita aparece la mole imponente del Teide sobre el mar de nubes, una visión que a mí siempre me impacta, por lo repentino y lo majestuoso. Sólo cuando llegamos al principio de la carretera que sube a los observatorios (degollada de Los Asientos, 2290m) dice: “esto es otra cosa”. Y tanto que es otra cosa, esto es una pasada. Me deja en tierra (41€). Es una buena manera inmersiva de empezar una excursión, protegido en el asiento trasero del coche salir de repente a este paisaje con la gran hondonada rodeada de pequeños volcanes donde todavía la retama conserva flores aromáticas. Con poco viento y cielos completamente despejados inicio la marcha por la pista de tierra ancha y pedregosa. Y que para empezar está bien porque va en ligero descenso. Por ambos lados las retamas ocupan el terreno con su aspecto de grandes armadillos a la defensiva, con sus troncos robustos y sus ramas y hojas que apenas se mueven con el viento, y entre ellas crecen los rosalitos que están empezando a sacar las flores, una planta que está en auge en el parque nacional del Teide, las plantas de varas finas y despeluzadas son las yerbas pajoneras que ya apenas tienen flores.
Tras unos veinte minutos me desvío por la izquierda (2200m) por unas cadenas rojas y blancas y sigo campo a través por terreno con retamas y rosalitos no muy denso que me permite ir avanzando por donde antes había una pista en proceso de desaparecer. A mi derecha están los imponentes y negrísimos volcanes de Fasnia, me sirven de referencia para ubicarme. En menos de cinco minutos confluyo por una pista (2180m) en buen estado por donde sigo a la izquierda y, más o menos, en paralelo a la cola de los volcanes y en descenso. Las laderas son suaves y voy por la pista dirigiéndome al pinar de pinos jóvenes que se extienden por abajo y en cuanto llego a ellos me viene el fantástico aroma a bizcochos, típico de los pinares del sur en días de mucho sol como es este. La primera curva brusca a izquierdas marca el límite entre el Parque Nacional del Teide y el Parque Natural Corona Forestal. Recorro una recta larga de unos 500 metros, después viene una curva a derechas. En este segundo tramo recto paso una desviación a la izquierda (excursión 1062), yo sigo bajando por la pista más o menos recto hasta otra curva pronunciada y cuando he recorrido unos 200 metros del siguiente tramo (el tercero), más o menos recto, y cuando comienza una ligera curva a la izquierda, me salgo por la derecha por un sitio que me parece que puede ser un sendero, un sendero que ataja, pero que no tiene ninguna marca al principio. No acabo de tener la sensación de ir por ninguna vereda ni sendero, pero el desnivel suave y que ni los brezos ni los pinos tienen una ocupación muy densa me permiten ir bajando sin cambiar mucho de dirección y en unos cinco minutos llego a la pista de nuevo.
Llego a la pista por una curva (1925m) y a la izquierda la pista tiene un tramo recto en bajada. En mi anterior intento (excursión 806) seguí por la pista hacia abajo pero hoy, habiendo estudiado bien la orografía del terreno, sé que tengo que seguir recto hacia abajo campo a través por una pequeña loma. Y entonces aquí mismo encuentro unos hitos y el surco amplio de lo que parece un cauce de barranquillo por el que empiezo a bajar, pero tras unos cien metros no acabo de tener seguridad y regreso a la pista y ahora sí que me meto recto hacia abajo por la lomita que es bastante llana al principio y después bajo por ella por la parte más ancha y para mi inmensa suerte cuando he bajado unos 50 metros de desnivel me topo con un sendero surco (1860m) que debe ser el que antes no quise seguir. Maravilloso. Fantástico. Esperaba algo más difícil y encontrar este sendero que a lo largo del tiempo ha ido la lluvia excavando un surco por su trazada es algo que me gusta y no me gusta al mismo tiempo. Me lleva un rato hacerme a la idea de que me puedo relajar bajando por este sendero surco que no es que sea completamente claro, pero es fácil de seguir y que va describiendo un gran zigzag por una lengua de terreno entre dos barranquillos, más profundo el de la izquierda. Y cuanto más lo recorro más me gusta y mejor me siento de ir por él, por este viejo camino por el que los antiguos subían al monte a por madera y otras cosas, es un sendero para ir con bestias.
Sin embargo, cuanto termina el pinar (1700m), la cosa cambia bruscamente en una zona pedregosa donde ya el camino se deja de ver claramente y todavía lo puedo seguir un rato en dos tramos rectos y después hay que ir pegado al borde del barranco de la izquierda (Barranquillo El Risco) por sitios donde es evidente que hay un sendero pero no tanto en otros. Y ahora por este terreno de vegetación baja sé que en algún momento debo encontrar alguna seña que me indique por donde desviarme a la izquierda de esta lengua de terreno y empatar con el sendero que va a la galería del Riscadero. La encuentro en los 1550m (punto A), es una bajada, a la izquierda, por terreno arenoso, al cauce del barranquillo de la izquierda, poco profundo ahora, pero no me acaba de convencer (al otro lado hay una ladera con pinos) y prefiero seguir bajando por la lengua por lo que me parece que es un sendero de bajada, pero cuando he bajado casi 60 metros de desnivel ya está claro que no es por aquí, pero tampoco tengo ganas de volver al sitio arenoso así que lo que hago es ir campo a través hacia la izquierda tratando de mantener la altitud, y ahora el barranquillo es un barranco más grande pero que puedo destrepar hasta el cauce y trepar al otro lado. Contaba en mi bajada con poder atisbar la caseta de la galería del Riscadero, o los derrubios, o la pista que sale de ahí pero no he visto nada de eso. Después de superar este barranco (El Risco) sigo sin ver nada de eso y tengo que atravesar otro barranco más somero cubierto de avena alta, que me resulta aventurero porque no se ve apenas por donde piso y cuando he subido otra ladera de repente me encuentro en una pista. He llegado a la pista que lleva a la galería del Riscadero. Bien. Por fin me he ubicado. Y ahora picado por la curiosidad decido seguir hacia arriba a ver si ahora encuentro la conexión que antes no vi. Subo hasta la galería (1550m) y su gran derrubio, lo cruzo, y subo por una laderita y sigo por un sendero que baja un poco y después llanea y llego a la vista del punto A, la ladera arenosa. Perfecto. Maravilloso.
Satisfecho de cuadrarlo todo regreso por donde he venido, pasando por delante de la galería de nuevo y bajando por la larga pista. El día está soleado e intenso y procuro ir bajo el paraguas todo lo más que puedo. Me siento fantásticamente después de haber logrado la bajada y la conexión y de haber recorrido el sendero surco, el viejo camino tradicional. Ahora bajo comiéndome el sándwich con tranquilidad. A la vista y hacia la izquierda tengo la gran balsa rectangular de Archifira. Al llegar en perpendicular a una pista (1360m) decido, para darle más emoción a la cosa, seguir campo a través hasta otra pista por debajo. Y voy a usar de guía un hermoso barranco, uno que baja por la derecha (El Riscadero). El terreno no es muy abrupto y de entrada atravieso dos campos llanos donde se cultivó hasta hace poco y en el cauce del barranco descubro una pequeña presa que tiene una rejilla en la base por donde se conducen las eventuales aguas de escorrentías hacia la balsa de Archifira por un canal. Me cuesta bajar hasta el canal y atravesarlo y después sigo por terrenos de antiguas terrazas de muros de piedra hasta otra pista (1280m) justo un poco antes del cauce del barranco. Me echo a la derecha por la pista y tras remontar el barranco sigo llaneando por este paisaje de laderas suaves y vistas amplias en este maravilloso día despejado y soleado por estas tierras que cada vez me gustan más.
En unos cinco minutos paso el cauce de rocas grises de un barranco (Cueva Grande) y poco después me desvío por la izquierda por una pista que baja entre campos de cereales silvestres. Es una pista de tierra que va por terrenos salvajes y por el borde del barranco y en algún momento y antes de cruzar el canal de Aguas del Sur (1130m) por una zona con fincas valladas el firme es de cemento estriado, mucho más cómodo para caminar. Después de recorrer unos dos km por esta pista con algunas fincas y explotaciones agrícolas confluyo con una carretera asfaltada (Camino Chifira, 930m). Voy unos metros por ella y enseguida tuerzo a la derecha, tengo que subir un poco y en unos dos minutos paso el cauce de un pequeño barranco (Volcán/Achacay) y me desvío a la izquierda por una pista que enseguida es de tierra y baja por una ladera con más pendiente entre pinos dispersos y donde me termino de comer el sándwich y limpiarme los dientes (operación imprescindible). Me gusta encontrar esta pista de tierra que me permite ir por terreno más salvaje y menos frecuentado (que es decir mucho en un sitio tan deshabitado como Fasnia).
Tras medio km bajando por la pista de tierra llego a una carretera asfaltada (840m) por la que sigo a la derecha y sigo bajando y tras 300 metros me desvío a la derecha por otra pista que llanea y sube un poco (Las Hayas, Camino de Hoya Grande, 790m). En este momento de la excursión cualquier subida me violenta bastante, pero lo acepto. Por esta pista asfaltada cruzo tres barranquillos y después de unos 600 metros me desvío a la izquierda por una pista (830m) que tras pasar una pequeña huerta es un sendero y encontrar un sendero, así, sin haberlo previsto me gusta muchísimo. Y es que yo voy tratando de improvisar las líneas del mapa de OSM y no sé qué son y cuando encuentro un sendero como este me parece lo mejor de lo mejor. Es un sendero claro que baja por una loma con vistas a otras lomas y rodeado de una zona silvestre con jaras y barrancos por ambos lados. De lejos me llegan los lamentos de un animal y unas voces bestiales que parecen seguir casi un ritmo. Le añade tensión a la travesía. El sendero es fácil de seguir y en unos 500 metros hay una bifurcación y elijo a la derecha (en el mapa no está la bifurcación sino una curva a la derecha) y bajo hasta el cauce de un barranco bastante ocupado de plantas, pero visible el camino y paso al otro lado del barranco y el camino sigue claro por la otra ladera, voy realmente emocionado de haber encontrado este sendero.
Tras otros cinco minutos después de haber cruzado el cauce llego a un lugar fantástico, un lugar sobre un gran barranco (Tenazo/San Joaquín/Gambuesa) y al lado de dos grandes cuevas con vistas al pueblo de La Zarza, al otro lado del gran barranco que sigue profundo y recto hacia arriba. A partir de aquí el camino se convierte en una pista pedregosa y mala por la que sigo bajando hasta confluir con una carretera donde hay un mirador sobre un barranco profundo (La Gambuesa) y desde donde veo un coche azul todo roto en el fondo del cauce del barranco. Intento ver si encuentro una conexión con el interior del barranco donde hay una galería (Gambuesa, excursión 737) pero ya me que quedado sin gasolina para intentar algo tan atrevido así que en su lugar simplemente sigo bajando por la carretera y al llegar a Fasnia me meto por la calle El Rincón, atravieso la carretera y sigo por la calle Obispo Pérez Cáceres donde hay un bonito antiguo cine y cuando llego enfrente de la montaña de Fasnia tuerzo a la izquierda hasta el cementerio (380m) y lo rodeo por la derecha para seguir bajando por una pista de tierra que pasa unas zonas antiguas de terrazas y va bajando con vistas a la montaña de Fasnia, tan regular, tan cónica, con un canal por su base que me imagino recorriendo (es bastante peligroso, parece) y echando un vistazo al arco (Jurado del Cuchillo) que hay a la izquierda en el principio del barranco del Cuchillo.
Ya he llegado a ese momento dulce de las excursiones en que todo me gusta, todo me parece bien, absorbo cada detalle y bajar por esta pista de tierra, esta pista abandonada me parece lo mejor, lejos de la carretera y del tráfico. Al final de la pista salgo a la carretera por delante del restaurante Las Palmeras y después de atravesar la autopista por un túnel llego a la parada de la guagua que aparece enseguida como en las buenas excursiones en que todo sale bien como esta. En cuanto subo y me siento me empieza una sensación de felicidad y de paz extrema y voy muy quieto y derecho mirando hacia adelante escuchando música que llevo justo para este momento. Y esta felicidad tan intensa y esta sensación me dura… 24 horas, en las que estoy como en otro mundo y solo empiezo a sentir cansancio por la tarde del día siguiente.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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