E-882 Barranco de Tajao

• Excursión 882. 11 Diciembre de 2018. Martes.

Barranco de Tajao. Barranco de Bijagua

Municipio: Arico.

De 15.00 a 17.50h. De 20 a 120 a 20m.

Distancia: 6,1km. Duración: 2h 50m.

Recorrido por un barranco corto y accesible (Charcos de Tabaibarril) y de un tramo del barranco de Bijagua (continuación del barranco de Tajao) por el cauce, la ladera derecha sin camino y la ladera izquierda por un viejo sendero. Después vuelta al barranco un tramo pequeño

Tardo casi una hora en llegar, en coche, desde casa (14.06-15.00h). Aquí en Tajao hace sol y un poco de viento, poca cosa, la temperatura está muy bien. Me fue ayer bien sin mochila, así que hoy tampoco la voy a llevar, sólo un cámara pequeña y agua. Dejo el coche en la urbanización que hay a la derecha, poco antes del propio pueblo. Y enseguida empiezo a subir por el barranco que está inmediatamente encima (Los Charcos de Tabaibarril/Los Charcos) y que sube por la izquierda de la carretera. El cauce es ancho y llano y tiene una pared, a la derecha, con formaciones decorativas de piroclastos, en el terreno el suelo rocoso y liso se alterna con partes arenosas y grandes rocas pulidas, veo balo, rabo de gato y alguna tabaiba. El cauce describe una curva a la izquierda y después otra a la derecha y sigue recto hacia una gran pared, un salto vertical semicircular de rocas marrones y gran fuerza plástica, hay mucha potencia en esa pared. La evito subiendo por una ladera rocosa a su izquierda. Tras la subida vuelvo al cauce del barranco y atravieso la autopista por un túnel. Al otro lado está la piconera de Tajao, y tengo que dar un gran rodeo hacia la derecha, para evitarla, voy, más o menos en paralelo a la autopista, hasta seguir por una carretera secundaria, y sin tráfico, que sube paralela al barranco de Tajao (en el mapa figura como barranco Las Castañas). Y cuando tengo a la vista el barranco (unos diez minutos desde que cruce la autopista) empiezo a bajar hacia su cauce campo a través. Por aquí no hay ningún sendero y como mi objetivo es recorrer el barranco hacia arriba “sólo” tengo que bajar al cauce para poder subirlo. Por un terreno de rocas sueltas y derrubios, al principio, voy lentamente hasta que logro bajar al puro cauce. El cauce es de piroclastos con incrustaciones de piedras de diferentes colores. El cauce está redondeado y se remarca el color, más oscuro, de las piedras embutidas. Hay muchos tonos de marrones y cuando se desgajan trozos lo hace en lascas. Las paredes no son muy altas, pero poco a poco se va haciendo más angosto y empiezo a tropezarme con grandes charcos, grandes pozas con mucha agua y profundos, así que tengo que salirme del cauce e ir bordeándolo por la derecha, hay un gran tramo recto de barranco donde, en perspectiva, puedo ver grandes arbustos (aneas espadañas) entremezclados con los charcos que forman un gran pasillo verde y muy angosto en el puro fondo del barranco. Voy ascendiendo por la ladera derecha por terreno de rocas marrones lisas sin llegar al borde superior por donde hay restos de invernaderos abandonados con plásticos que ondean con el viento ligero. El suelo es muy rugoso y aunque inclinado no es peligroso. Es un terreno bellísimo, por las formas y los colores de las rocas y caminar por encima me da muy buena sensación, como caminar, casi, por paredes verticales.

Desde arriba el conjunto del barranco es precioso, el cauce ahora es beis casi blanco que contrasta con el marrón de las paredes que van muy juntas y encajonadas. Al pasar un gran meandro (a izquierdas) subo un poco más por terreno con más vegetación y más llano, pero como veo que va a ser más de lo mismo decido empezar a bajar. Enfrente veo un camino que se distingue bien porque tiene una estructura de piedras soportándolo, cruzo el cauce (100m) y subo por el camino y empiezo a descender por el borde opuesto a por donde he subido. Por aquí hay muchas terrazas abandonadas con paredes medio caídas y caminos que van paralelos a ellas. Voy bajando y me acerco en una ocasión a un saliente rocoso con vistas muy buenas de todo el barranco. Desde aquí tengo buenas vistas de toda la pared por donde he subido, tiene muchas oquedades y diferentes tonalidades de marrón. Sigo por el camino bordeando el barranco todo el rato hasta que llego, más o menos, al sitio por donde bajé al cauce y encuentro una manera, más organizada que antes, de descender hasta el cauce. Cuando llego al cauce empiezo a bajarlo, pero es muy complicado, tiene saltos y grandes piedras en el fondo además de charcos, y tengo que hacer constantes subidas a la derecha para evitar esos tramos. Logro acercarme bastante al túnel que cruza la autopista, pero no consigo encontrar una manera razonable, sin exponerme, de bajar hasta el cauce y poder alcanzar el túnel. En este sitio tengo una vívida sensación de la potencia del agua en lo angosto del cauce, con enormes piedras atoradas, y charcos y saltos insalvables, y, por otro lado, está la voluntad de los hombres que construyeron la autopista que tuvieron que rellenar el barranco con piedras y tierra y ahora lo que queda es el caos de piedras cayendo desde la autopista como cascadas de piroclastos. También siento el peligro continuamente al tratar de imaginar por dónde lo puedo pasar y notando la flojera de mis piernas y el estómago al verme en el borde de esos saltos.

Descartado el atravesar la autopista por el túnel accedo a la autopista por la derecha del túnel y sigo por el arcén. Ahora lo que siento es el vértigo y la fuerza del ruido de los camiones y los coches, no los miro, tengo que caminar unos 200 metros hasta que puedo cruzar la autopista por un paso elevado. Después sigo por la carretera que baja hacia Tajao. El sol del atardecer le da una tonalidad tan cálida a los piroclastos, además ya estoy en estado de gracia después de haberme enfrentado al peligro inminente en varias ocasiones y sentir que vuelvo sano y salvo. Por la carretera hay buenas vistas sobre el barranco de los Charcos e incluso me salgo un poco para ver los primeros piroclastos decorativos que vi al principio. No hace mucho viento hoy, en esta zona normalmente tan ventosa. Poco después llego hasta donde dejé el coche. 

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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla

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