• Excursión 735. 28 Diciembre de 2017. Jueves.
Chirche. El Jaral. San Felipe (Icod)
Municipio: Guía de Isora. Icod de los Vinos
De 13.30 a 17.15h. De 910 a 1110 a 525m.
(a) Icod San Felipe. Distancia: 1,2km.
(b) Chirche. Distancia: 10,4km. Duración: 3h 45m
Distancia: 11,6km.
Tras un breve reconocimiento en Icod (San Felipe) prosigo hasta Chiche, en coche, guagua y por último, taxi. Hago un recorrido por senderos señalizados (PR y SL) entre Chirche, El Jaral y Guía de Isora. Son caminos antiguos con muchos elementos etnográficos como hornos, y eras. Que sigan existiendo es señal del súbito abandono de estas tierras
Excursión de FF. En Tacoronte está nublado y llueve fino cuando salgo en coche (10.20h). Como he llegado temprano (11h) para mi conexión con la guagua a Guía (12h) decido explorar por Icod para ver si logro localizar algunos de los puentes (hay cuatro) que cruzan la autovía antes de San Marcos y explorar al otro lado de la autovía. Accedo a Icod por la rotonda (poco después de pasar la entrada a San Marcos) y después subo hacia la estación de guaguas, la paso y voy por la carretera general un poco más de un km hasta una calle que sale oblicua a la izquierda (Paseo de la Centinela). Y tuerzo a la izquierda para pasar al lado de una iglesia blanca muy llamativa (San Andrés Apóstol) y bajo por la calle Camino Las Charnecas hasta cruzar el puente de la autovía y voy a dar a un pequeño barrio de casas modernas de dos o tres plantas. Me meto en el barrio hasta dar en una calle sin salida y con una barandilla metálica en un extremo (calle Malvasía). Dejo el coche y a pie me meto por la barandilla hacia abajo y llego a una casa donde veo a un hombre y le pregunto, me hace un gesto de que espere, sale una mujer que con fuerte acento extranjero me escucha, le pregunto por un sendero para bajar al mar y con una amabilidad extraordinaria me conduce hasta un pequeño descampado por debajo de su casa y me indica por dónde bajar, se disculpa por no expresarse bien en español, le doy las gracias varias veces. No bajo, hoy solo quiero explorarlo un poco, regreso y salgo de nuevo a la calle.
Paso al lado de unos hombres en un taller de coches, pero su expresión triste y taciturna no me invita a preguntarles, además de sus largas miradas que me han localizado mucho antes de pasar a su lado. Sigo por la calle y tuerzo por una calle a la derecha (Camino Las Charnecas) que baja con vistas a una gran hoya (más allá está San Marcos) y bajo hasta una cadena y una chatarrera. Regreso y en un taller veo a un hombre en mono que limpia un coche, le pregunto, y me escucha. Me dice que debo cruzar el puente de nuevo y volver a bajar por otro un poco más allá, y que al final (hay una barandilla, ¿será la misma?) y de ahí salen dos caminos hacia el mar, que son un poco complicados, y yo un poco chulito, le digo que eso es justamente lo que busco, senderos complicados, me da más información y me dice que ellos (los de aquí) usan esos caminos para bajar al mar. No me deja de asombrar lo serio que me toman. Le doy las gracias y me vuelvo hasta el coche. Decido explorar de nuevo más allá de la barandilla, y encuentro un sendero que se mete por una agujero de una valla en un terreno, lo atraviesa y va a dar a una pista que baja hacia terrenos machacados, arenosos hacia el mar, debe ser por aquí, pero hoy no lo voy a intentar, hoy estoy sólo de exploración. El mar todavía queda lejos y veo senderos y pistas por fincas abandonadas. El día gris y nublado tampoco contribuye para mejorar la imagen de la zona.
Regreso al coche y voy hasta Icod y dejo el coche (11.30h), no muy lejos de la estación de guaguas, al lado de una tienda de fotocopias, es un lugar muy expuesto pero está a la vista y aquí la gente no va muy deprisa. Me despido de mi cochito que se va a quedar en la carretera general. Me cuesta dejarlo aquí pero encontrar sitio en Icod es complicado. En Icod está fresco y ventoso.
En la estación la gente está arremolinada al lado de la guagua que va a Adeje (la 460). Me sorprende ver, de nuevo, a la viajera extravagante, que vi no hace mucho en una guagua de Los Cristianos a Santa Cruz (el día de los estiramientos frustrados en la guagua). Llama la atención muchísimo, va en pantalones cortos finos, y una camisa sin mangas, y se mueve continuamente, parece que al ritmo de una música que debe estar en los cascos blancos que lleva. Es más bien delgada y está muy morena, con el pelo rubio con mechas y la nariz aguileña. Este sí que es un espíritu libre. Por muy Icod que sea esto, estamos en Diciembre.
Salimos de Icod (11.55h). Me gusta mucho haber encontrado esta conexión con Guía, porque conducir hasta allí y volver puede ser mucho esfuerzo. Y cada vez me gusta más viajar en guagua. La guagua va recorriendo la carretera general hacia El Tanque y va pasando por las pequeñas poblaciones diseminadas por el borde del acantilado (Las Canales, Genovés, San Juan del Reparo). Me gusta mucho esta zona, sobre todo la primera alrededor de Las Canales, donde hay pendientes extremas, viñedos, fincas y casas aisladas en lomitas y en los bordes de lomas, con mucha vegetación, es un lugar muy húmedo, con muchas calles que suben o bajan, arriba y abajo, un lugar muy explorable. Las vistas son estupendas hacia El Guincho y la parte baja de la costa. Hay que ponerse en el lado izquierdo de la guagua. La mayoría de los viajeros se van bajando en estas poblaciones y cuando llegamos a El Tanque (12.16h) no queda prácticamente nadie de los que salieron de Icod. La guagua sigue serpenteando por la carretera de las mil curvas, pasamos Ruigómez (12.24h) y después Erjos (12.30h). Después del puerto de Erjos la bajada es despacio en caravana. En Santiago (12.38h) hay más claros que nubes, parece que voy a tener suerte. En el tramo entre Santiago y Tamaimo la guagua se tiene que parar varias veces en curvas muy cerradas para dejar paso a coches que suben. Alrededor las piedras negras y las particiones en los barrios de El Molledo y El Retamar. Todavía no están los almendros en flor. Después de Tamaimo se desvía de la carretera que va a Puerto Santiago, es una carretera que va por el borde de una montaña, no muy ancha con vistas hacia los invernaderos de Alcalá. Pasamos Chío (12.56h) y por fin llegamos a Guía (13.03h), donde me bajo, la viajera extravagante sigue en la primer fila de la guagua, donde también viajó cuando la vi la otra vez, no se quiere perder nada. ¿Dará vueltas a la isla?
Guía.
El tiempo aquí está maravilloso, soleado y cálido, qué suerte tengo. Me siento como un verdadero viajero al bajarme en Guía, está tan lejos de Tacoronte, es lo más lejos de Tacoronte que hay para mí, todo es subjetivo, pero realmente para mí está en el otro extremo. Además el tiempo tan diferente al del norte refuerza la sensación de lugar remoto, distante y distinto. Encuentro una parada de taxis (calle Entrada), pero no veo ninguno, llamo por teléfono al taxi, y espero y espero, después de diez minutos vuelvo a llamar, y resulta que estoy a 40 metros de la verdadera parada (esto debe ser un señuelo para turistas tontos como yo). Tomo un taxi (13.20h) y el taxista escucha con paciencia mis quejas sobre mi espera en la parada, me deja en Chirche (13.30h, 910m, 5€) en la salida del sendero que va al Jaral.
Ok es la una y media. Tres horas y media después de salir de casa y tras un trayecto en coche, otro en guagua y el último en taxi estoy en el punto de salida de mi excursión maravillosa de los jueves (calles San Felipe y Tágara). Echo a caminar por el camino ancho (Lugar Finca la Campana) que pronto cruza el cauce somero de un barranco (Chirche).
Tras unos 200 metros desde el inicio tuerzo a la izquierda en una bifurcación (sigo las señales del camino PR, el PR 69). Empiezo a subir una pista pedregosa e incómoda (pista Chirchero), al lado va una tubería. Sin una idea previa de que esto era lo que me esperaba empiezo a subir un poco esforzado y acalorado, para cuando me vengo a dar cuenta y me pongo a leer la descripción de FF ya me he pasado la era con horno que había al principio del camino. Bueno, lo puedo soportar, ya he visto muchas eras entorno a Chirche. Pero es una sorpresa desagradable esta pista pedregosa en constante subida. Por fin en una bifurcación se termina el subir (13.54h, 1090m) y empieza a llanear hacia la derecha. Es un camino claro, por diferentes tipos de terrenos: pedregosos, rocosos e incluso de arena en los cauces de los barrancos. Hay varios tramos preciosos de roca beis y gris. La vegetación es de escobones, jaguarzos, tabaibas y algún almendro de aspecto miserable. El sendero bastante llano va pasando algunos barranquillos donde en los cauces hay más vegetación donde hay nateros y terrazas. En las partes más húmedas veo malpica, verode, vinagrera, tajinaste azul, tunera, bejeque, matorrisco y gamona. Algunas tabaibas grandes están cubiertas de líquenes grises. Llego a una bifurcación (14.31h, 1100m) a la izquierda sube el sendero PR 70.1 -sube hacia la casa forestal de Tágara (3,3km) y después a Boca Tauce (9km). Aquí tres caminantes están metiéndole el diente a hermosos bocadillos y sólo mueven la cabeza cuando paso a su lado. Parecen de aquí y de unos 35 años. El cartel indicador también me dice que llevo 3,1km desde Chirche y que me falta 1,2km para llegar al Jaral. Tomo a la derecha y empiezo a descender.
El camino de bajada es precioso, es ancho con firme rocoso y también empedrado en algunos tramos y va entre muros de piedra, todo en tonos ocre y beis. Es caminar por encima de una obra de arte, aunque no es un camino sencillo, hay que ir constantemente atento a las piedras, no es nada regular, todo lo contrario. El tiempo sigue estupendo y el camino luce muy bien con sus líquenes y bejeques, sobre las piedras de los muros. Es un camino tradicional para bestias que subían y bajaban cargadas hacia las cañadas del Teide. Al bajar empiezo a mirar más a lo lejos, hacia Teno, donde está muy gris y nublado, y distingo bien las montañas de Guama y Ninfa en el borde de Teno, por debajo de donde estoy puedo ver la gran extensión de Guía y a la izquierda está la montaña de Tejina, el accidente geográfico más conspicuo de la zona.
Un poco antes de llegar al Jaral me desvío a la izquierda por otro camino que sale a la izquierda en oblicuo. Me desvío para hacer la parada para comer (15.01, 890m). El camino en que estoy está muy invadido por la vegetación (bejeques, escobones, tuneras) pero muy reconocible y lo veo bajar y subir empedrado hacia otra loma.
Cuando termino de comer (15.28h) decido recorrerlo un rato, está en muy buen estado y tiene un precioso tramo en curva y ascendiente con empedrado. Al llegar a la arista de la loma en vez de seguir subiendo decido bajar hacia una gran era, era que he visto desde el otro lado. No hay camino pero la vegetación dispersa y el terreno duro me permite ir bajando por la loma entre bejeques y tabaibas. Llego a la era (Era de Pancho Mora), que es enorme (14m Ø) y está en perfecto estado con su pequeño reborde. Sigo bajando y llego a un pequeño caserío compuesto de solo dos casas (Casas de la Vera, excursión 519). Las casas están en ruinas y veo otras dos eras más, una (12m Ø) está muy invadida de plantas, pero la otra (13m Ø, Era de Tía Julia) tiene una vista estupenda sobre el barranco (Campana). Me siento de maravilla caminando por la era empedrada con una vistas fantásticas sobre el barranco a la izquierda. Del otro lado, me llegan las voces de niños que hablan en alemán, están en una fiesta. Por el camino llego hasta el Jaral y en la plaza (Las Escuelas, 15.52h, 840m) al pasar al lado de una casa del pueblo oigo a una mujer hablando en inglés con un niño. Parece que los extranjeros están revitalizando este lugar.
Subo por la calle (Santiago Apóstol) que sale de la plaza. Elijo a la izquierda, de nuevo a la izquierda y por último a la derecha en tres bifurcaciones cercanas entre sí. Estoy en la calle Maderas Abajo, el principio de un sendero local (SL): el SL-206 que va hacia Guía (en verde y blanco, la señal). (Cuando bajaba antes de comer hacia El Jaral he visto que el pueblo está repartido en dos lomas. Ahora estoy en la de la derecha, que es lo lógico para ir hacia Guía). Enseguida paso dos eras (12m Ø), una a cada lado de la pista. Paso una subida a una finca donde me desvío a la izquierda por un sendero que va por terreno rocoso, remonto un poco y después por tramos poco claros me voy acercando a un gran barranco (Ramallo/Batanca) y voy bajando pegado al borde primero y después alejado hasta que vuelve a acercarse al borde. Destaca aquí el gran barranco que lleva una y hasta dos canales por su ladera contraria, y en el fondo veo la salida de una galería (Fuentes de Ramallo), es un gran barranco en forma de uve y con formado por sucesivas capas de basalto. No dejo de ver nuevos barrancos enormes y el nombre es de lo más sonoro: Batanca. Cuanto más abajo mejor es el camino, más empedrado conserva, y más reconocible es. Ya a la vista de la carretera general hago el último tramo hasta casi alcanzar la carretera después de haber recorrido 1,8km desde El Jaral.
Justo antes de la carretera me echo a la derecha, cruzo el cauce (16.41h, 600m) para seguir hacia Guía (1,6km me faltan). En el cauce dos hermosos almendros nimbados de luz parecen darme la bienvenida al resto del camino. Ahora me enfrento con una subida esforzada por un sendero empedrado y bastante renovado y tengo que subir un buen trecho hasta el borde superior (16.53h, 655m). Paso al lado de una presa vacía (Represa de Vegueta), deprimente vista y llego a la conexión con el PR-TF 70. Por terreno de escoria de piedras pequeñas negras y pasando enjambres de tubería metálicas que van de un lado a otro y también paso al lado de una era para completar el último tramo hasta llegar al asfalto en Guía (17.10h, 620m, faltan 400m) y por fin llego a la plaza grande con los laureles (17.15h, 600m). Callejeo hasta la avenida principal (avenida Isora). Entro a un bar con mucha actividad y que tiene algunas mesas ocupadas por fumadores que se acercan a la puerta a fumar. En la barra pido un té, y el camarero es realmente bueno, me atiende como si me hubiese estado esperando, y muy amistoso me toca el hombro, sonriendo, pero bien. Al poco me trae el té y de nuevo me toca el hombro, qué enrollado, es justamente lo que me hacía falta ahora después de un día como un perro por el monte, un poco de empatía humana. En el bar hay mucho jaleo y una mujer joven se toma una cerveza mientras consulta su móvil. Me cobran al instante y me voy repuesto. Ahora me queda una larga espera para tomar la 460 hacia Icod.
Me largo del barullo y me bajo por una calle lateral (Las Higueritas) y cuando ya se acaba la calle me quedo siento en la acera. El sol todavía luce y me da los últimos rayos. Es una calle muy tranquila, sin tráfico, aquí me cambio la camisa y la camiseta, y me tomo el té que puse en una botella de agua. Hago mis estiramientos al resguardo de miradas que me tomen por loco. Muy repuesto me acerco al extremo de la calle y veo abajo la autopista y más abajo toda la extensión hacia el mar con invernaderos. Un joven que sube de la última casa me saluda al pasar. Los nombres de las calles de Guía están en grandes letras de cerámica (ya las vi así en Chiguergue). Ahora estiro el tiempo para rellenarlo relajado porque no tengo ninguna prisa. Callejeo lejos del avenida principal, por Magallanes, La Tedera y ahí se acaban las casas, avanzo por una pista de tierra a la vista de la ciudad, y por terreno volcánico empiezo a subir hacia la avenida, es una gran parcela que tiene tabaibas enormes y muros de piedra negra, voy cerca del cauce muy somero de un barranco (La Tedera). Atrevido sigo por esta selva hasta cruza el cauce por encima de un hato de tuberías metálicas, una muy gruesa, después paso al lado de un pequeño túnel y me encaramo a la avenida. Vuelvo a la civilización.
Busco una parada de guaguas donde pueda verla venir, la que veo al lado de la oficina de Correros no cumple ese requisito así que salgo hacia afuera de la ciudad y tengo la visión de un atardecer precioso sobre la montaña de Tejina, es como una gran pirámide recortada, un zigurat, con sus estrías redondeadas de arriba abajo. El sol de la tarde la resalta del resto del paisaje y me quedo embobado mirando cómo va cambiando de color hasta agrisarse, mientras algunos caminantes me miran con curiosidad, y el tráfico ruidoso pasa a mí lado. Cuando se pone el sol me vuelvo hacia adentro porque no veo parada que me permita ver de lejos las guaguas que vengan. Me paso un rato por una sala de exposiciones pero los cuadros no me dicen nada y menos un montaje de piedras beis en el suelo.
Disciplinado me acerco a la parada de guaguas que está al lado de una tienda de confecciones donde venden un poco de todo, también zapato deportivo (AD Calzados). Hay un gran espacio con la palabra BUS en la carretera pero es sistemáticamente ocupado por los compradores navideños, que se acercan, aparcan, entran a la tienda, y con la misma se vuelven a ir con las manos vacías, una pareja con una jovencita, una pareja joven, dos mujeres de mediana edad, una mujer sola. Yo, arrimado a la pared, me defiendo del viento que empieza a molestarme. Ya espero 30 minutos antes de la hora prevista en el horario de Titsa y espero y espero y cuando se cumple el tiempo ya estoy en el asfalto sobre la palabra BUS a riesgo de que me pille un coche y un poco chulito con los coches que tratan de aparcar a mi lado, pero yo me quedo, tengo la tarjeta preparada y no llamo a información para saber por dónde va la guagua, y por fin, llega 18 minutos sobre el horario previsto (más tarde entenderé por qué).
Ya hace rato que se ha hecho de noche y a pesar de mi creciente frustración cuando me monto en la guagua (19.13h) mi talante cambia completamente, saludo con amabilidad al conductor y me siento (en ambos sentidos) muy satisfecho, muy contento, ya me puedo dejar ir, la música que me pongo no logra capturarme del todo, pero tampoco me rebota (Akhenaten de Philip Glass). Los pocos pasajeros que hay en la guagua, en la penumbra, van muy separados. Trato de ubicar los sitios por dónde pasamos, pero no es sencillo en la noche. En Chío se baja una pasajera mayor, es prodigioso como va desplazándose tentando con el pie cuando baja del asiento y sujetándose a los asientos, no quiero riesgos, tampoco se deja ayudar por otra pasajera que va delante, y entonces pienso que puede que a mí también me llegue ese momento en que subirme o bajarme de una guagua sea mi excursión del día. Llega sana y salva al suelo y sólo cuando se aleja de la guagua el conductor reemprende la marcha. Después de esto todo me parece que va muy deprisa y realmente el conductor lleva la guagua entre Santiago y el Tanque con aplomo y seguridad en las interminables curvas. En Las Canales Manolín ya ha cerrado. Y es muy bonita la visión de las luces de Icod desde lo alto al empezar a bajar hacia Icod. En Icod y ya en la estación (20h) soy el último en bajarme, yo tampoco quiero riesgos. De hecho siempre bajo de las guaguas muy lentamente, el paso entre la guagua y el suelo lo hago muy despacio, como tentando el suelo. Camino en el frío Icod en subida hasta mi cochito, que está intacto y esperándome. Qué elegante y bueno me parece mi coche al volver después de este largo viaje, lo dejé a las doce de la mañana, vuelvo a las ocho de la tarde. En cuanto le doy al contacto tengo un mensaje de que el control de la presión de las ruedas no funciona y que lo lleve al taller, afortunadamente no entro en pánico y pienso que es simplemente que las ruedas están frías, efectivamente a los dos minutos ya se calla. Mi coche es como un gran cocoon (capullo en español, pero queda mejor en inglés) cuando voy por la autovía y con calma hago el viaje hasta mi casa a donde llego un poco cansado (21h)
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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