• Excursión 828. 23 Agosto de 2018. Jueves.
Vera de Erques. Pino Redondo. Iserse. El Grillo. Tijoco Alto. Vera de Erques.
Municipios: Adeje. Guía.
ENP: Parque Natural Corona Forestal
De 10.20 a 18.18h. De 845 a 1480 a 850m.
Distancia: 16,6km. Duración: 8h
Circuito empezando por Vera de Erques. Subida larga por sendero tradicional por terreno de vegetación baja hasta el caserío de Pino Redondo. Por sendero poco usado llaneo hasta el Barranco de Erques que cruzo con dificultad. Por pistas de montaña y al lado de un canal desciendo hasta el caserío de Iserse. Sigo bajando y cruzo un barranco (Ye) por un sendero serpenteante. Después por pistas y casas dispersas y cruzando el mismo barranco otra vez llego a Tijoco Alto. Cruzo el barranco de Erques y regreso a Vera de Erques. Un día de calor fuerte
Para enfrentarme a esta dura excursión debo empezar lo antes posible, por eso voy en coche desde casa. Salgo a las 8.55h y llego a las 10.15h a Vera de Erques. Podría haber llegado 10 minutos antes, pero me despisté en la salida de la autopista a Vera de Erques y tuve que ir casi hasta Alcalá. En Vera de Erques está soleado y caluroso (33º) y hay un ambiente de cosas nuevas, de residencias de extranjeros, algunas finquitas, no parecen baratas las casas que veo. Empiezo al lado del colegio donde hay un cartel que indica la subida a Pino Redondo. Según me dijo un taxista ya no queda nada del famoso pino redondo. Por asfalto empiezo a subir hacia Pino Redondo (10.20h). La subida tiene mucha pendiente un tramo pequeño y cuando acaban las casas sigo por cemento un corto trecho y ya por el camino tradicional sobre roca, piedra o grava (10.30h, 900m). Aunque todavía no tengo mucho calor abro el paraguas porque me enfrento a un desnivel de 600 metros. La vegetación baja típica de la zona con escobones, pencas, tajinastes, jaguarzos está un poco agostada y sin flores. La subida es constante sin grandes cambios y las colinas que veo son redondeadas con escasos pinos sobre ellas.
Cuando llevo casi una hora y la mitad del desnivel (11.05h, 1150m) empieza una ligera brisa y me paro un rato a descansar bajo un hermoso escobón arrimándome bien a él. Los escobones son unos arbustos compactos que no suelen permitir meterse bajo ellos, pero dependiendo de cómo caiga el sol te puedes arrimar a un lado para buscar su sombra. El paisaje es de laderas suaves, no hay barrancos llamativos, lo mejor es la vista hacia la costa y La Gomera, enfrente. Veinte minutos después (11.24h) me tengo que volver a parar otro rato para descansar bajo otro escobón. Mirando hacia el mar a la izquierda veo bien el característico roque del Conde. A a la derecha y más cerca veo la redondeada montaña de Tejina, que ya me queda por debajo. Hacia el mar y la derecha distingo bien Guía de Isora y Chío, y mucho más a la derecha el perfil de Teno con el Pico Verde, claramente sobresaliendo. Sigo subiendo. Sigo subiendo. Es la típica subida en la que las colinas se van sucediendo una tras otra, una subida sin repechos. El terreno más bien arenoso y pedregoso. Empiezo a ver una casa solitaria en lo alto, que debe ser Pino Redondo. Pero hasta que la alcanzo se me hace larguísimo. En las inmediaciones paso algunas terrazas con sus muros de contención. Lo que crece por aquí es yerba seca. Llego, por fin, a Pino Redondo (11.55h, 1481m).
Sólo hay una casa, una casa con planta en forma de que parece flotar sobre un mar de yerba larga amarilla, casi dorada. Con tejado, pero abandonada. Tiene cuatro habitaciones. Cerca de la casa hay un horno, de piedra, claro. Estoy muy acalorado y me refugio en la puerta de una habitación sintiendo el fresco que sale de ella y tratando de enfriarme un poco. Ahora mismo no tengo ninguna esperanza de poder continuar, primero me tengo que reponer de este súper esfuerzo al sol para que mi cerebro vuelva a funcionarme y poder enfrentarme a lo siguiente. De momento lo que hago es buscar una era que debe estar un poco por encima. Hay una hermosa y ancha pista de tierra que sale hacia arriba desde la casa y caminando por ella la encuentro. Esto me da fuerzas para seguir, la era (16m Ø) es grande, y su suelo está formado por grandes placas, pequeñas piedras forman radios, tienen un murito bajo. El terreno que hay por aquí es más o menos llano, me imagino que se cultivaba el grano. Poco a poco me voy sintiendo mejor y cuando vuelvo a la casa ya estoy preparado para lo siguiente. Ahora voy a seguir llaneando por un sendero hacia el barranco de Erques, es decir, hacia Adeje, hacia el este. Pero en este terreno de vegetación baja puede que el sendero sea poco distintivo. Estoy inseguro de poder conseguirlo. Afortunadamente encuentro una línea de piedras, más o menos a la altitud de la casa que es claramente el principio del sendero. Vale. La primera vez que vi este recorrido en el mapa de openstreetmap pensé que era una pista y me resultó interesante porque cruzaba muchos barrancos y barranquillos, ahora, sin embargo, sé que cada cruce de barranquillo es una prueba porque en cada paso de un cauce hay una ligera bajada o subida o un cambio brusco. Vamos a ver.
Temeroso todavía empiezo el sendero (12.20h). Los primeros barranquillos los paso fácilmente. La vegetación es de escobones, malpicas (pinchan bastante al simple roce), tajinastes azules, nevadillas en flor (flores blancas en grupos rodean toda la planta, son como bolas de medio metro), y altabacas en flor, también, con sus hojas alargadas y pegajosas. El sendero está más o menos claro, hay hitos en algunas entradas y salidas a los barranquillos, muchas gracias, me dan tranquilidad. Casi desde el comienzo de este tramo un helicóptero me sobrevuela, va hacia el mar con una gran bolsa vacía debajo y cuando vuelve la lleva llena. Me sobrevuela cada pocos minutos. Y me da un aire de urgencia y peligro con su ruido ensordecedor, a veces pasa muy cerca de mí. Empiezo a pensar si habrá un incendio y si debería volver. Cuantas más veces pasa más lo pienso, hasta que cerca del barranco de Erques ya no vuelve a pasar. Los helicópteros no me gustan nada, me desasosiegan, me enfadan.
Desde el quinto o sexto barranquillo empiezo a ver la montaña de Teresme (en Adeje), que es un buen punto de referencia para el recorrido que voy a hacer. El sendero no sube ni baja mucho, se mantiene aproximadamente en los 1470m. Algunos pasos son un poco angostos por los escobones que han invadido el sendero. Cuando los escobones se secan forman unas masas negras retorcidas que parecen que se hayan incendiado y quemado, pero no se desintegran, se mantienen. Veo grupos de rocas marrones o anaranjadas en la entrada a dos barranquillos. Ninguno muy profundo ni largo. Hasta que por fin llego al barranco de Erques (12.55h), bueno, en realidad llego a un barranco pegado al de Erques y también grande (barranco del Pino Gacho). La vista desde la esquina para acceder al barranco es fantástica, veo la confluencia de este barranco con el de Erques, forman una gran cortada. Al otro lado hay terrazas llanas sin cultivar. Ahora empieza lo emocionante. La entrada está clara y el sendero va por debajo de una pared de tonos rojizos, marrones y anaranjados que tiene algunas cuevas, habitaciones, una con puerta por encima del sendero. La pared tiene una belleza salvaje que combinada con la domesticidad de la puerta me descoloca completamente. Llego al cauce sin dificultad, remonto por el otro lado y llego a la entrada al barranco de Erques, la vista tras una esquina rocosa es emocionante, este es más grande y un derrumbe de enormes piedras ha sepultado el sendero. Tengo que subirme sobre ellas, inseguro me da por bajar hacia el cauce, no puedo, hay una caída vertical de varios metros y no puedo llegar al cauce. Tengo que volver al derrumbe y seguir sobre las enormes rocas hasta que vuelvo a encontrar el sendero y seguir por él. No hay otra manera de bajar. Aquí como en tantos otros barrancos la bajada al cauce es muy lenta y cautelosa (a contra-barranco), el sendero va poco a poco bajando hacia el cauce hasta que en algún momento la combinación de lo que va subiendo el cauce y lo que va bajando el sendero confluyen en un punto en el que es fácil bajar al cauce. Pero hoy tampoco eso es fácil, aunque logro seguir bien el sendero hay un punto en que me tengo que descolgar por una resbaladera de tierra para alcanzar el cauce (13.20h, 1410m). E cauce está cubierto de piedras de todos los tamaños. Desde el otro lado he visto el murito de sujeción del sendero que remonta por la otra ladera, pero ahora cuando lo encaro resulta estar tan lleno de escobones y malpicas que es imposible ir por él. Tengo que volver al cauce y bajando un poco encontrar un sitio por donde trepar por unas rocas y poder seguir a un tramo expedito del sendero.
Algunos almendros alrededor del sendero durante la subida y pronto el camino es muy fácil y cómodo hasta salir al lado de unas terrazas (13.39h). Me siento un campeón tras haber logrado hacer este recorrido entre Pino Redondo y el barranco de Erques, esto de ir sólo puede ponerme de los nervios e intranquilizarme, pero cuando lo logro, como ahora, me siento indestructible. En la subida unas plantas pequeñas resecas hacen un sonido como de cascabeles cuando las rozo, están por todas partes, apenas cuarenta centímetros terminadas en una esfera hueca (por la noche las identifico y tienen un nombre muy apropiado: sonajeras). Hace bastante calor y me refugio al lado de un muro. Todavía no he completado ni la mitad del recorrido que pretendo hacer, así que enseguida me bajo de la “nube” y me pongo a estudiar el mapa y saber por dónde seguir. Nada más salir del barranco en una bifurcación tomo a la izquierda para subir por una pista (Pista el Cedro) que describe una gran curva y vuelve a bajar a donde hay una hermosa era empedrada (12m Ø, era del Cedro) con el suelo en perfecto estado y muchas sillas de plástico ¿lugar de tenderetes? Enfrente una finca con frutales y vallada con una pequeña caseta (13.59h, 1460m). Mirando hacia la izquierda y arriba veo el perfil de una montaña que permanece de la misma forma durante mucho rato ¿el sombrero de Chasna? De laderas que se elevan y terminadas en una prolongación cilíndrica.
Sigo la pista que describe muchas curvas y tras unos diez minutos (700 metros) encuentro un canal abierto que lleva agua, un rumor delicioso en este día de calor, es la bajante de Fyffes y a su lado baja un sendero arenoso y fácil de seguir. ¡Fantástico! Sé que va recto hacia Iserse (excursión 818). El canal va primero por terreno despejado y después por un pinar joven. En tramos con más pendiente el rumor del agua es casi ruidoso. Tras un km al lado del canal y muy poco antes de llegar al caserío de Iserse me paro a comer bajo un viejo farrobo, grande y algo achaparrado, me siento sobre unas rocas que forman asientos. Delante de mí el canal hace un saltito y es reconducida el agua en varias tuberías con conexiones muy aparatosas. A la sombra me puedo relajar oyendo el agua saltar y respirar cuando se mete a trompicones por otra tubería. En los alrededores hay más farrobos grandes como este. Los plantaban por sus vainas rígidas con las que daban de comer a los animales.
Descansado sigo mi camino (14.56h). Llego enseguida a Iserse. Qué diferente de la excursión a principios de agosto, en el día con niebla. Hoy se ve todo con una nitidez extrema. Recorro el caserón desde abajo, los techos no son muy altos, es una casa sólida, a prueba de abandono. Tiene unos contrafuertes como los de las catedrales, que la sujetan por debajo donde hay un horno medio roto. Subo y recorro los patios llenos de plantas y salgo por los establos, ya muy deteriorados. Me llego hasta la hermosa era, de piedra, pero sin círculo y vuelvo a bajar por la pista. Ahora no voy a seguir al lado del canal sino por el mismo recorrido que en la excursión 818, es decir, por un viejo camino que va por debajo de la casa (hacia la izquierda según bajo de la casa). En un par de minutos, después de pasar las ruinas de unas casas (El Trigo) en una esquina de la pista puedo ver hoy el barranco profundo (Tejera/Tejerea) que separa la loma por donde voy de la loma de enfrente (El Grillo), pero no encuentro, ni lo intento mucho, un sendero que baja al cauce y después va por la loma de enfrente.
Sigo bajando y localizo una era (15.38h, 1120m, 12m Ø). Está en mal estado, con yerbas saliendo entre las piedras, al menos tiene el murito de piedras que la encierra bien reconocible. La pista por la que voy es ancha y parece que una máquina ha estado removiendo la tierra quizá como preparación para asfaltarla. Paso una casa en ruinas y sigo bajando hasta el sitio a donde en la excursión 818 tuve una crisis porque no encontré la continuación. Y es que era muy difícil, hay que salirse de la pista y sin sendero claro rodear unas terrazas con viñedos e ir hacia el barranco, donde veo dos hitos en sucesión, gracias. Si hay hitos es que es difícil y nada obvio. Me emociona particularmente encontrar el sendero, es un sendero serpenteante que desciende pronunciadamente hacia el cauce de un barranco, de nombre corto y pop: Ye. El cauce (16.02h, 1030m) es de basalto gris/negro pulido y está sobre un salto. Subo por otro sendero algo menos serpenteante y llego a una zona de terrazas con algunas casas.
No tengo ánimos para subirme por la ladera y buscar otra era que hay por ahí, en vez de eso sigo los hitos hasta que no veo más. Poco después me cruzo con dos hombres que van hablando, les pregunto por algún sendero que baje hacia la carretera de Tijoco. Uno se medio sonríe mirándome, pienso que, por mi paraguas, y el otro sí me da buenas indicaciones. Pero el sendero no lo veo, lo que si veo es un perro de tamaño considerable que me hostiga y me ladra al pasar cerca de una casa, y junto con otros perros, pequeños, se lanzan a por mí, afortunadamente el truco de agacharme como para tomar una piedra funciona y se echan para atrás. Llego a una pista donde hay una preciosa era (12m Ø) con vistas, pero ahora el perro me sigue persiguiendo y no tengo tiempo para eras. Simplemente me voy lo más deprisa que puedo. Voy por una pista estrecha que rodea la parte superior de un barranco y remonto hasta llegar a una pista de asfalto y entonces me doy cuenta de que me ha salido perfecto. He hecho el recorrido que tenía marcado en mi mapa, y entonces con el alivio doble del perro lejos y de haber encontrado mi camino me viene a la cabeza: “sin haberlo deseado me ha salido un pareado” y me relajo del todo al oírlo, ha surgido de la nada, es un viejo pareado, pero muy efectivo. Al oírlo casi me echo a reír. Por la pista de asfalto (calle Lugar Barranco de Ye) ya voy bajando bien hasta llegar a la carretera entre Tijoco y Taucho (920m). Al tiempo que el perro me hostigaba empecé a escuchar las voces de una mujer que le gritaba al perro, no sé muy bien si le gritaba al perro porque no le hacía caso o para azuzarlo contra mí, la seguí oyendo hasta que empecé a bajar por el asfalto. ¡Qué pruebas!
Llego a la carretera y al pasar un coche de la Brifor les hago señas para que paren. Les pregunto para confirmar que sea la carretera que va a Tijoco. Me lo confirman y me dicen que este es el barranco de Ye. El conductor lleva unas gafas de sol muy chulas que le protegen completamente del sol. Gracias. Ahora llega un momento en que tengo tal vicio en el cuerpo por recorrer senderos nuevos que a pesar de todo lo que llevo y el calor que hace me lanzo a cruzar el barranco por un sendero antiguo que sale un poco más a la izquierda de por donde he accedido. Lo encuentro. Efectivamente es un sendero antiguo muy poco usado y muy invadido de vegetación, sobre todo de malpica, que baja serpenteando hacia el cauce. Es un barranco estrecho, angosto y profundo que tiene una gran oquedad en la pared de enfrente. Ya no me duele nada, estoy insensibilizado con tanta adrenalina. Otro sendero nuevo. Llego al cauce y me cuesta mucho trabajo encontrar como subir al sendero que veo al otro lado. Hay una pantalla de cañas y plantas y tengo que trepar por la pared de tuneras y otras plantas hasta el sendero, lo he localizado gracias a que he visto el murito que lo sostiene. Y salir a la carretera también me cuesta mucho (15.55h) porque al hacerla y rehacerla han arrojado piedras y rocas y han tapado el sendero. Pero aquí estoy. Rodeo el resto del barranco y después de recorrer unos 500 metros tuerzo a la derecha en una bifurcación, ya voy bien encaminado hacia Tijoco Alto.
Ya solo me falta llegar a Tijoco y después cruzar el barranco de Erques. Apenas me queda agua y toco en una casa donde oigo música, no sale nadie. Sigo hasta el pueblo. Aquí un perro me hostiga y cuando oigo desde dentro de una casa “aquí en Canarias usamos el paraguas para otra cosa” ya tengo la intuición de que me he encontrado con un guasón. De la casa sale un hombre fornido que habla muy alto. Le pido agua. Entro a la casa que está muy oscura y donde hay tres personas sentadas a una mesa que apenas veo, no van a decir ni mu durante todo el rato que estaré en la casa, sólo uno, joven, sonreirá. El hombre, bastante agresivo, se acerca a mí, pone un vaso delante y me echa vino. Yo le digo que no, que no tolero el alcohol, y entonces me ofrece una cerveza, le digo que tampoco y le insisto en que tengo un problema de salud, y dice “para eso es mejor morirse”. Vale Flanagan. Pero yo ahora estoy dispuesto a recibir más humillaciones con tal de conseguir agua. Me pregunta de dónde soy y le digo que, de Tacoronte, entonces dice “su acento es erróneo, parece más un alemán”. No se lo discuto. Me tengo que servir yo del agua caliente porque el agua fría está más caliente todavía. Vale. Me lo explica: “es que aquí en Canarias somos muy raros.” Lo aguanto y cargo dos botellines. Y me voy. Muchas gracias, señor guasón.
Afuera abro el paraguas y sigo mi camino a pleno sol. El camino hacia el barranco ya lo hice una vez y lo recuerdo bien, no tengo incidentes. Pero ya estoy más que pasado de rosca para apreciar la grandeza de este barranco y simplemente lo que quiero es llegar a Vera de Erques y conseguir más agua. Paso la caseta antigua que hay en la entrada al barranco (17.39h) y descanso un rato en un hueco a la sombra. La bajada es pedregosa y difícil sobre todo hoy. Llego al cauce (17.55h) que está lleno de piedras pequeñas bajo un canal/surco pulido en el basalto, tallado por el agua. El barranco está tan silencioso e imponente, no se oye ruido de coches, ningún pájaro cantando, los cernícalos también a la sombra. En la subida solo de vez en vez ráfagas de viento mitigan el calor. Salgo del barranco (18.08h) con un fuerte olor a cabras del aprisco que hay encima donde los perros se ponen a ladrar. Todavía tengo que llanear por el pueblo diez minutos para llegar la plaza donde el colegio (18.18h). En el bar Juan Luis un grupo de hombres hablan muy, pero que muy alto, sobre los extranjeros que vienen a robar aquí, y otros tópicos de ese estilo. Saludo educadamente, pero en cuanto consigo mi botellín de agua con gas fría (0,80€) me voy al coche, lo abro, y mezclo una botella de agua que tengo en el coche con la fría con gas y me lo voy tomando poco a poco a la sombra de la parada de guaguas.
Me cuesta un rato refrescarme y ahora me falta volver a casa en coche, pero después de todo lo que he conseguido conducir una hora hasta casa me parece algo mecánico y sencillo a pesar del calorazo.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Vera de Erques a Pino Redondo a Iserse
Iserse a Tijoco Alto a Vera de Erques