• Excursión 411. 4 Marzo de 2016. Viernes.
Camino de Guergues.
Municipio: Buenavista del Norte.
ENP: Parque Rural de Teno
De 11.30 a 18.30h. De 950 a 1015 a 550 a 1015 a 950m.
Distancia: 8,9km. Duración: 7h.
Recorrido por la loma de Guergues. La excursión más larga hasta ahora. Vistas espectaculares. Lo más. Experiencia extrema.
Aparco el coche en Santiago del Teide y llamo a un taxi (922861627) y le espero en la calle Masca que es de dónde parte la carretera TF-436 (Santiago a El Palmar) que va a Masca. Tarda casi media hora en venir y tengo que llamar varias veces porque hay mucho movimiento. El taxista que me lleva me dice que todos los días hay tanto tráfico, que sólo antes de las diez de la mañana está mejor la carretera. Me deja en la tercera curva de 180º después de la degollada/mirador de Cherfe (km 20,4 de la TF-436). El principio está cerca de una pista que va a una finca de cabras (Casas de Araza). En la excursión 390 empecé desde el mirador de Cherfe.
El día está bastante despejado y además del paraguas (para protegerme del sol) llevo la cazadora, un litro de agua, dos sándwiches y unos dulces con pecanas. Voy un poco cargado, pero como el recorrido va a ser largo puede que el tiempo atmosférico cambie. Nada más empezar me pasa una familia de padres jóvenes que van con un niño de tres años y otro en una mochila. Además, veo a un solitario afanado y una extraña pareja (ambos parecen despistados). No me afecta ver tanta gente porque estos sitios son muy frecuentados, ya cuento con eso. De entrada, el camino es algo confuso, hay muchas posibilidades, después se define y aclara. Hago bien el camino y después de media hora empiezo a ver el Teide nevado. Las vistas son espectaculares hacia el barranco a la izquierda (Nateros) y al gran barranco de Masca (a la derecha). De la vegetación destaca la tabaiba majorera con sus flores rojas, me gusta ponerla en primer plano en las fotos hacia los caseríos de Masca y de la carretera serpenteante que baja desde Cherfe hasta Masca. Los tramos con calzada de piedra son muy fotogénicos, aunque son muy pocos. El terreno, en general, es muy desigual y con continuos subes y bajas sobre un firme duro de toba roja. Cuando no hay camino hay montículos de piedrecitas (hitos) que yo sigo escrupulosamente, cualquier desviación es siempre un poco más costosa.
Cada cierto tiempo adelanto a la extraña pareja que no paran de hablar, en español. Me pongo música para no oírlos y que no me desconcentren de las maravillas que veo continuamente. Al llegar al roque de la Cabezada de Guerge (1013m) no me subo a él como en la excursión 390, sino que sigo hacia abajo. Cerca hay una era muy grande donde tres turistas descansan. Siguen las bonitas vistas hacia el Teide nevado. El caminante solitario consulta algunas notas y parece preocupado, ya no lo veré más. El descenso va por un terreno un poco resbaladizo y muy irregular en el que hay que obligatoriamente seguir los hitos para no despistarse del camino. Se pasa por una casa que todavía conserva la mitad de su tejado. Más abajo en un sitio llamado Los Arrimadijos con increíbles vistas hacia el barranco de Los Nateros hay dos casas en ruinas (Los Pajeros Grandes). Casas que no tenían cal en las paredes sino piedra vista. Estas casas están en un extremo de un valle bastante llano con muchas terrazas con pequeños muros de piedra y que ahora están cubiertos de yerbas. Veo otra era cerca de la casa.
Sigo a la extraña pareja a una cierta distancia, parecen ir hacia yo tengo la intención de ir. Les sigo hasta una cresta en el otro extremo del vallecito dónde hay muy buenas vistas de la desembocadura del barranco de Masca. Hablo con ellos cuando los alcanzo porque se detienen. Como con ellos. Él es español y vive en el Sur unos meses al año, ella es noruega y vive en Chío y me cuentan de sus excursiones por los barrancos (Barranco Seco, Masca, por el acantilado, Los Nateros). Ella no come ni bebe nada, él nueces sólo. Después enseguida se lanzan hacia abajo por la ladera para conseguir mejores vistas de la playa de Masca. Les sigo. El día sigue soleado y poco a poco las vistas mejoran porque no sólo se ve diáfana y completa la playa de Masca, sino que se empiezan a ver las paredes de los acantilados mejor cuanto más nos acercamos al mar. De hecho, se puede ver todo el saliente de la lengua de lava donde está asentado el faro de Teno. Y la depresión del siguiente barranco a Masca (el de Juan López). Vamos de mejor en mejor. La Gomera está un poco oscurecida por las nubes que tiene encima. Logramos bajar hasta los 550m. El mar brillante y despejado. En la playa veo como arriba un barco y un trabajador con un mono amarillo salta a la plataforma donde esperan los turistas para embarcar. También se ven turistas pasando por el puentecito que une la playa con esa plataforma. Algunas personas se están bañando en la pequeña caleta. Gracias a los prismáticos logro ver todos estos detalles.
Me maravillan las paredes verticales del otro lado del barranco, de más de 600 metros y con la luz muy vertical y el tono oscuro de las paredes parecen de terciopelo. Estamos en el mismo borde y debajo de nosotros sólo hay otro pequeño saliente y después una caída de 550 metros hasta la playa. Después las cosas se empiezan a torcer, para mí, porque uno de ellos decide irse más abajo por un pequeño barranco y la mujer y yo le seguimos un rato hasta que lo perdemos. Después la pierdo también a ella y decido que tengo que volver. Pero ahora ya no subo por dónde vinimos sino campo a través y se me hace muy difícil porque hay una pared de grandes rocas que están rodeadas de cardones y tabaibas y otros arbustos y tengo que trepar y retrepar y algunas veces no puedo seguir y tengo que bajar para encontrar por dónde subir. Más tarde la noruega vuelve preocupada porque no encuentra al otro. Ella baja, pero más tarde el otro aparece por arriba de nosotros. Volvemos al borde derecho del valle por debajo de una pequeña cresta y seguimos un rato juntos, pero enseguida los vuelvo a perder, ellos van más deprisa.
Entonces me veo sólo, mucho más abajo de dónde pensaba bajar (llegamos a bajar hasta los 550 m) y además con muy poca agua. Pierdo definitivamente la esperanza de alcanzarlos y me concentro simplemente en subir todo lo más despacio que puedo, pero sin pararme. Por momentos siento un gran cansancio. La subida es muy costosa, no hay sendero y el terreno es muy abrupto. Entonces me doy cuenta de que estoy en un aprieto y de que mi capacidad de razonamiento está disminuyendo. Ahora sigo hacia arriba con el único objetivo de encontrar el siguiente hito, mi cabeza sólo me da para pensar en eso, sólo en eso. Sigo esta estrategia al pie de la letra. Me tengo que detener muchas veces porque me cuesta encontrar el siguiente hito. Sólo sigo cuando lo he localizado. En mi situación no me puedo permitir el lujo de perderme del sendero, eso supondrá mucho más esfuerzo. Me siento tan cansado que me tengo que parar uno o dos minutos para recobrarme y para despistarme me concentro en contar los grupos de piedras que voy pasando y mirando el altímetro cada poco. Para mi suerte el cielo se nubla y puedo seguir subiendo sin tanto agobio de calor. Después de varias veces de tener la sensación de estar atrapado, no sé cómo, mi cansancio desaparece y puedo seguir subiendo bien. Además, y a mi favor, me doy cuenta de que he hecho mal los cálculos de las altitudes y resulta que sólo tengo que llegar a los 1000 metros y no a los 1100 metros como había pensado erróneamente.
Cuando llego a la cabezada de Guergues ya me siento completamente aliviado, aunque todavía me queda un montón el camino es muy claro y lo reconozco. Me cambio la camisa y la camiseta mojadas por otras secas que llevo en la mochila y llamo a mi mujer para decirle que estoy bien y que todavía tardaré una hora en llegar al coche y otra hora en llegar a casa. La cobertura es muy buena en este sitio. Me pongo música clásica para esta parte del recorrido (Fantasia on Greensleeves y the Lark Ascending de Ralph Vaughan Williams, y St Paul’s Suite de Gustav Holst). La música me acaba de recomponer y puedo todavía disfrutar del sol tibio del atardecer y de las maravillosas vistas por las que voy pasando y de los tramos empedrados que son lo mejor, porque son llanos y son muy bonitos. Parecen antiguas calzadas romanas. No se me puede olvidar que estoy en un sitio único que probablemente seguirá igual de impresionante dentro de 1000 años.
Cuando llego a la carretera hago dedo y me coge el primer coche que pasa. Son una pareja de alemanes que fuman tabaco negro, bastante amables. Cuando les digo, en inglés, de dónde vengo y que he estado siete horas de caminata me doy cuenta de que me he vuelto un poco loco al dejarme llevar por los planes de la extraña pareja y me reafirmo más en que tengo que ir sólo, a mi aire, y con mis planes que son los que yo controlo, lo otro es hacer el loco. La mujer alemana al oírme me ofrece agua y coca cola. Al llegar a Santiago del Teide y bajar del coche me tengo que sentar en la acera un rato para reponerme y me da tiempo para indicarles cómo ir hacia San Miguel.
Maravillosa excursión y sitio espectacular. La siguiente excursión tiene que ser ir por el otro risco del barranco de Masca.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Camino de Guergues