• Excursión 452. 10 de Mayo de 2016. Martes.
El Río. Las Vegas.
Municipios: Arico. Granadilla.
De 16.30 a 19.45h. De 480 a 640 a 480m.
Distancia: 9,5km. Duración: 3h 15m.
Recorrido por un tramo de camino real entre El Río y Las Vegas que empieza con un viejo puente de madera sobre un barranco estrecho. Por senderos, pistas y paisaje variado localizo un tagoror. Sigo por carretera y otro tramo de camino real hasta Las Vegas y visito una vieja casa con era y horno
Sigo un recorrido de Francisco Fariña, de su serie de rutas siguiendo caminos reales por el sur. Huyendo del mal tiempo en el Norte y en Anaga voy a El Río para seguir con el camino real del sur. El sol saldrá un poco al principio y mediada la excursión. En El Río, cerca de la pequeña iglesia, pregunto a un hombre envejecido y de mal aspecto por la calle –Barranco del Río- donde empieza el camino y para mi sorpresa me lo indica con total precisión. Siguiendo sus indicaciones y ya en la calle llego a una bajada dónde un hombre arregla un coche en medio de la calle estrecha. El coche no tiene ruedas, está apoyado sobre piedras y hay mucha grasa negra. Sin pensar que (el camino) es por ahí le pregunto por el puente de madera y con reticencia me dice que sí que es por allí, bajando. La calle se ha transmutado en el patio de una casa donde hay dos coches grasientos y todo tipo de electrodomésticos y enseres muy averiados en una de las paredes que limitan la calle. Después el camino se estrecha ya empedrado y va descendiendo con bastante desnivel como un berbiquí hacia el barranco. Hay que pasar entre enredaderas de copa de oro que invaden el camino y hay gallinas en jaulas. Me voy adentrando con miedo y con asombro sin acabarme de creer la maravilla que estoy viendo. Un hombre mayor aburrido desde una ventana me da más indicaciones de por dónde tengo que ir. Y otro hombre tiende la ropa en un patio más arriba. Este lateral está atestado de casas pequeñas unas sobre otras. Cerca del barranco (El Río) hay otra casa particular con un patio delantero repleto de esculturas policromadas hechas con toba, en un estilo naif. Y por fin veo el puente de madera del que no veo madera ninguna porque está cubierto de piedras como las del empedrado del camino real. La madera, en forma de vigas, está en la base y en los soportes. Es un puente de no más de cinco o seis metros de largo. El puente en sí es maravilloso, sin barandas y tiene agujeros a través de los que se ve el fondo del barranco. Al otro lado del puente hay unas figuras coloreadas en piedra y unas figuras en una hornacina.
Pero hay mucho más aquí.
El barranco del Río es muy estrecho y angosto y tiene un maravilloso color marrón con toques naranja y las piedras son de formas redondeadas pero puntiagudas y con una notable caída. El color de las piedras de las laderas de este barranco y en el siguiente (Era La Tosca) es como el de La Fuente y La Zumbadera en la Villa de Arico. Durante un buen rato y asombrado todo el tiempo trepo por las piedras redondeados y me asomo al fondo. En el fondo el cauce no tiene más de un metro de anchura y está muy pulido y redondeado. Con lo encajonado que está cuando viene el agua debe ser un espectáculo. Además, por debajo de las casas en la pared hay multitud de plantas entre las que destacan las hojas de las tuneras cayendo en cascada como si fuesen un sustituto del agua que no fluye por el barranco. Y hay también otras plantas también cubriendo buena parte de la pared. En ese mismo lateral y hacia arriba hay señales de ser zona de desescombros e incluso de vertidos de productos fitosanitarios pero la ladera con una belleza agreste y brutal puede con todo. Se ven trozos de coches y no sé si una nevera, pero no importa, sigue siendo un espectáculo. Es uno de los conjuntos más singulares que he visto nunca por esa mezcla de intervención humana (y marrana también) y de naturaleza salvaje. Es la visión del año, absolutamente fascinante.
Después el camino real empedrado se eleva prodigiosamente para salvar el barranco en un tramo de unos cien metros con unas perspectivas muy fotogénicas. El resto de la excursión palidece en contraste. Tras salir del barranco de El Río el camino sigue por otro barranco (La Tosca) desde donde puedo ver un puente, puente por dónde va la carretera general del Sur. Este barranco tiene también piedras beis preciosas, similares a otros barrancos en la zona. En este tramo del camino real ya se ha perdido todo el empedrado y el recorrido es confuso. Por una pista de tierra bajo y atravieso el cauce de un barranquillo (Piñeiro) y llego a un valle ancho rodeado de lomas suaves. Cruzo una pista de tierra y sigo por un camino que va en ascenso por la ladera de una loma. El firme del camino está muy degradado (parece que transitado por motos). En ligero ascenso sigo unos 500 metros por la ladera hasta que llego al cauce de otro barranquillo (Peraza, punto A) donde veo restos de antiguas canteras y pinos aislados. Me encuentro con dos jinetes, les pregunto, me dicen que están simplemente deambulando y no conocen la zona. Por aquí no sigo bien las indicaciones de FF del camino real y me despisto. Me echo a la izquierda y sigo entre un canal y el cauce del barranco y después de recorrer unos 400 metros llego a una loma donde hay un círculo grande de piedras ¿un tagoror? y muy cerca un pequeño goro. En lo alto de una pequeña colina tiene sentido que sea un tagoror. El paisaje me resulta un poco tristón porque el cielo está nublado y sobresalen las paredes blancas de piroclastos. Del tagoror sigo por un sendero que va hacia la derecha y tras recorrer unos 600 metros llego a un pueblo (Las Rosas) donde de nuevo coincido con los jinetes (un hombre y una mujer). Me dicen que van a Los Blanquitos, les pregunto qué hay en Los Blanquitos y no saben decirme, sólo que les viene bien para hacer un recorrido y que van a volver ahí donde han dejado el coche y el remolque para los caballos.
Las Rosas es un pueblo de casas nuevas con colegio. Es precisamente una niña del colegio la que nos dice que el pueblo se llama Las Rosas. La niña se queda fascinada con los caballos y el jinete le dice que lo acaricie, la niña no se atreve y él le dice que no muerde que lo toque, por fin la niña se atreve y le pasa la mano por la frente, está radiante (la niña). Sigo por la carretera asfaltada (TF-555) que sube hacia Las Vegas y tras un km largo y después de una curva muy pronunciada vuelvo a encontrar el camino real, es un sendero que sale a la izquierda, bien señalizado. El sendero llanea hasta el cauce de un barranco (Risco del Muerto) con paredes altas y mucha vegetación. Atravieso el cauce y asciendo con bastante desnivel por la otra ladera y en menos de cinco minutos llego al primoroso pueblo de Las Vegas (640m), aunque de entrada no me gusta mucho, parece todo muy renovado y las casas segundas residencias. A la entrada del pueblo encuentro una casa rural (La Venta) con cierto encanto y algo de actividad. Un poco más arriba encuentro postes de senderos (PR), me entero que desde Las Vegas salen muchos senderos (el TF- PR 83 y varios más), y que uno llega hasta el paisaje lunar. No veo más del pueblo, que tiene bastante más que ver, y regreso por donde he venido.
Al salir del pueblo sale el sol y puedo empezar a disfrutar de las vistas. Al principio de la bajada que lleva al cauce del barranco de Las Vegas veo la continuación (hacia la derecha) del camino real y decido, como está cerca, visitar un sitio llamado El Tejal. El sendero me lleva enseguida a atravesar un barranco pequeño (Las Vegas/Géñiga) y después sigo unos 200 metros por un terreno de rocas claras hasta que llego a una casa antigua (El Tejal). La casa es una casa antigua en ruinas que conserva dos habitaciones en relativo buen estado con el tejado intacto, tiene una pared divisoria blanca y las paredes interiores encaladas y lisas. Por fuera tiene un horno, precioso, hecho en piedra de color beis. (Cerca tiene una hermosa era, pero de esto no me enteraré hasta la excursión 489). Avanzo un par de minutos más por el camino real y decido ya regresar hacia El Río. Al empezar a volver me fijo en que los tajinastes azules ya perdieron todas las flores (se vuelven negras al marchitarse), pero los bejeques sí que conservan sus hermosos conos de flores.
Al volver a pasar el barranco del Risco de los Muertos lo aprecio más, tiene paredes muy altas y es bastante angosto, sobre todo hacia arriba. Salgo a la carretera y unos 300 metros después de la curva pronunciada encuentro una pista de tierra a la izquierda en un sitio donde hay un grupito de casas a la izquierda. Pregunto en una casa (número 18) donde hay unos jóvenes, sale uno que sabe (Ismael) y me dice que sí, que por esa pista se va a El Río. Me meto por la pista. Ahora encuentro que me resulta fácil orientarme a simple vista. Bajo por la pista y la dejo cuando poco después hitos me empiezan a guiar para bajar hacia el barranquillo de Peraza donde empato con el punto A, cerca de un canal. En el regreso se vuelve a nublar, pero puedo admirar de nuevo el color de los barrancos y el puente de madera. Pregunto a unos jóvenes que están probando una moto y me dicen cómo podría bajar hasta el fondo del barranco (de El Río). Lo dejo para otro día. En El Río le pregunto que está en el patio trasero de su casa y me recomienda que para bajar a la autopista lo haga siguiendo la carretera general hasta la Villa de Arico y en la rotonda que hay al salir baje por la carretera (TF-627), buen consejo, la carretera es mucho mejor de por dónde accedí a El Río (por la salida 19 -PIRS Tajao- de la autopista en el km 49).
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Camino Real de El Río a Las Vegas