• Excursión 1497. 18 Julio de 2023. Martes. (Anaga 239ª)
Penico Valle Marcos. Malvasía. San Andrés
Municipios: Santa Cruz
ENP: Parque Rural de Anaga
De 16.20 a 20h. De 80 a 280 a 260 a 580 a 10m
Distancia: 8,6k. Duración: 3h 40m.
Desde La Condesa, un pequeño caserío en el barranco del Cercado, subo por una preciosa loma de tosca rojiza y varías columnas hasta las faldas del Chiguel. Por senderillos de cabras desciendo hasta Malvasía (otro caserío pequeño en el barranco del Cercado)
De nuevo en el barranco del Cercado, cerca de San Andrés, para recorrer una loma, que lleva hacia el Chiguel. La idea la he obtenido de HLopezSaul, un usuario de Wikiloc, que subió el track sin comentarios, fotos o waypoints. Vamos a ver. En el regreso de otra excursión por aquí (la 1494) exploré por donde atacar la loma, la solución de HLopezSaul no me pareció operativa, y creí encontrar la manera, hoy lo voy a comprobar.
En esta segunda vuelta de accesos al Chiguel he encontrado un sendero, y un recorrido por una loma por donde subir. Este es el tercero, el que voy a intentar hoy. Se me pasa el tiempo después de comer y cuando son las tres y media dudo si hacer o no la excursión. Hago cálculos mentales y me doy cuenta de que en una hora puedo estar en el inicio de la excursión así que me decido. Voy en coche hasta Santa Cruz y lo dejo en la estación de guaguas. Tomo un taxi. Cuando le digo al conductor que quiero ir a San Andrés me gasta una pequeña broma, me dice: “a San Andrés donde van dos y vuelven tres”. Yo, confuso, le digo: “a mi edad no me conviene tener un hijo”. Después de eso me lleva en silencio total hasta el barranco del Cercado. Me bajo tras un puente (que cruza de derecha a izquierda el cauce del barranco) en un pequeño barrio (La Condesa/El Campillo, 60m). Entonces le digo que voy a subir a la montaña (el remate de la loma por donde quiero subir se ve como una montaña desde abajo), me pregunta cómo, cuánto voy a tardar y, resulta, que él también es senderista y me habla de algunas excursiones que ha hecho, la subida al Teide desde el mar y otras por La Guancha y Los Realejos. Con la puerta abierta y en medio de la carretera nos quedamos un buen rato hablando. Nos despedimos y al ver que llevo una botella pequeña de agua en la mano me pregunta si quiero más, le digo que no que llevo tres más en la mochila. Le doy una tarjeta de mi página web de excursiones. La primera que doy.
El día está completamente despejado, hace calor (32º), ya ha pasado la ola de calor que hubo la semana pasada. Camino hacia arriba un poco, paso otro puente (este salva el cauce de un barranquillo lateral, Valle Marcos). Tanto a derecha como a izquierda hay casetas, casas y huertas. Sigo otro poco más y me meto (a la izquierda, 75m) por una rampa de cemento con barandillas metálicas que lleva a una caseta. La sobrepaso y después encuentro un sendero que sube en zigzag. El sendero es muy claro. Realmente me sorprende que haya un sendero aquí. Pero aquí está y me lleva hacia la izquierda hasta la arista de la loma (Lomo La Canal). Sigo por la arista hasta una zona más llana (130m) y aquí termina el sendero claro. Ahora sigo a la derecha por la loma subiendo por una zona de vegetación rala (inciensos, tabaibas, matorriscos, pencas, cornicales) intercalada con zonas de grandes placas rocosas donde no crece nada y por donde resulta muy fácil subir, son rugosas y abrasivas y los zapatos se agarran bien. La referencia es muy clara, un roque grande y llamativo (el Penico de Valle Marcos, 275m) de unos quince o veinte metros de alto, de sección cuadrada, que destaca tan erguido, es como un gran menhir natural. La primera vez que me fijé en este roque fue en una excursión (la 1000) subiendo por el otro lado del barranco de Valle Marcos. Me pareció absurdo, pequeño y extraño. Ahora cuando lo veo desde cerca me resulta colosal, masivo. El roque es de basalto gris y muy grueso y contrasta con el material sobre la tosca rojiza y de formas suaves sobre el que está sólido como un gigante. La pequeña elevación sobre la que está el roque la paso por la derecha. Es entretenida y parece que hay un “camino” correcto para pasarla.
Tras el rodeo llego a una zona más baja, del mismo material, la tosca rojiza donde apenas crecen plantas. Y enseguida me enfrento con otro roque, no tan llamativo, pero igualmente escultural, como lo son todas las superficies de esta loma, que me son tan atractivas e interesantes. Este segundo saliente (285m) es todo él de tosca y lo paso por la izquierda, sin sendero concreto. Es un juego ir descubriendo por dónde rodearlo. Tras este viene una ligera bajada y a unos 200 metros un tercer pico. Este tiene una gran piedra encima, redondeada y como en equilibrio. El material, la textura, la forma de esta loma no tiene nada que ver con las de alrededor, es muy diferente. En este segundo llano paso un dique (en perpendicular) gris y muy desmoronado. Como voy subiendo muchos grandes escalones voy mirando mis pantalones y en una de estas veo una garrapata, que bien plana está en mi pernera, con una tobita la tiro. A partir de aquí me obsesiono un poco mirándome los pantalones excesivamente. Es terreno de cabras que oigo quejosas en la distancia. El tercer saliente lo paso por la izquierda, es más complicado de rodear y aparezco en otro llanito. Aquí hay una gran protuberancia redondeada de tosca. Tiene huecos estratégicamente espaciados para poner los pies y subirla. Termina en una hendidura, un canal natural. Me cuesta un rato encontrar la manera de superarlo sin tener que saltar. Por la derecha bajo por un dique que tiene escalones. Subo un poco y paso al lado de un precioso arco (El Bujero, 300m) con vistas hacia la derecha, hacia El Mesón, pero yo apenas lo puedo disfrutar, voy algo nervioso, algo apurado, no sé si será posible subir la loma, las dificultades están aumentando.
Desde El Penico la elevación total ha sido pequeña, unos 40 metros. Todavía tengo que rodear un cuarto saliente, menos protuberante, hasta que llego a la base de una elevación que atraviesa, en perpendicular, la arista de la loma. Es de un material diferente, gris, basáltico, creo. Sin gps que me guie sólo tengo la referencia de las curvas del track de HLopezSaul que he inscrito en un mapa de Alpina. Y ahora tras una larga recta (desde El Penico) viene una ligera curva a la derecha. Efectivamente, de una manera natural, al atacar esta elevación atravesada, me voy echando a la derecha, por un terreno arenoso, de tierra suelta, con grandes tabaibas y cornicales. La pared vertical delante me ve llevando hacia la derecha hasta que tengo que empezar a trepar por la pared, teniendo mucho cuidado en donde me agarro con las manos, muchas veces se desprenden al dar el primer impulso. Por aquí vuelvo a pensar en que esto es muy difícil y que quizás no se pueda subir. Trepo bastante hasta que llego a lo alto (410m) donde hay una grieta entre las rocas grises, es tan estrecha que me tengo que quitar la mochila y de lado, a la egipcia, me deslizo con gran dificultad, y pensando al mismo tiempo, que la grieta me atrapa y encuentran años más tarde mi cuerpo aquí. Lo paso.
En muchos de los pasos/rodeos que he hecho no hay otra alternativa, a veces la arista se afila mucho. Ahora tras la grieta estoy bastante emocionado porque siento que lo voy a conseguir. Ya veo la “montaña” arriba, la misma que vi desde el taxi. La pendiente sigue siendo fuerte, pero ya no hay roques, ni salientes, al menos no grandes, y ya “sólo” zigzagueo evitando las pencas, más abundantes por aquí y por un camino, bastante reconocible, entre las tabaibas. Este terreno es más terroso con placas rocosas también. Son las seis de la tarde cuando logro culminar la ascensión y llego al mirador (560m) donde estuve hace unos pocos días oteando si sería o no posible subir por donde he subido. Ha sido fantástico. Me ha llevado una hora y cuarenta minutos. Lo he conseguido. Ya puedo confiar en las excursiones de HLopezSaul.
La loma remata en una lengua llana de terreno con dos pequeños montículos que recorro de lo más relajado. Antes del primer montículo hay una fuga extraordinaria hacia la derecha. Y la vista de otra loma, mucho más vertical, que esta que al parecer también se puede bajar (yo todavía no me lo creo). Mi plan de hoy era subir hasta el Chiguel y bajar a Ajitio. Pero aquí arriba cambio de idea. En vez de eso, y para premiarme, voy a bajar por el sendero que descubrí hace poco y que termina en Malvasía/Viña Vieja (excursiones 1491 y 1493) cerca del palmeral. Este pensamiento, de no tener que seguir subiendo me relaja todavía más. En unos tres minutos recorro la lengua y llego al sendero fino (590m). Me echo a la derecha. Es un sendero estrecho, que no se ve de lejos, rodeado de yerba corta seca, panasco. Muy trillado y muy estrecho. Va rodeando nervaduras y bajando, sobre todo en el paso de los barranquillos. El sendero es claro, pero es tan fino, que temo perderlo. Después de pasar cuatro o cinco nervaduras (unos quince minutos) llego al principio (560m) de unos riscos (Cuchilletes del Cerco), unos cuchilletes que marcan la loma por donde tengo que bajar. Son rocas puntiagudas y alargadas. A su vera crece un bosquecillo de brezos. El sendero es claro a tramos, a veces desaparece, la cosa es fácil, no hay que alejarse mucho de la arista de la loma.
Durante la bajada disfruto más de las vistas de los barrancos y las lomas. También el hecho de conocer bien el camino me deja energía para otras cosas que no sean la atención total a por dónde voy. Tras unos cinco minutos largos (400 metros) de bajada, bastante recta, y en un llanito donde termina la loma (425m) me echo a la derecha por un sendero claro que va entre jaras, y que ocultan el sendero. Después el sendero vuelve a ser una franja estrecha muy apisonada y clara que voy siguiendo instintivamente, hay pequeños cambios de altitud, hasta que llego al cauce (400m) de un barranquillo (El Altabacal) (la altabaca es una planta de un metro de alto de flores amarillas y hojas ligeramente pegajosas, que crece en varas largas desde la base). Cruzo el cauce y remonto al otro lado y sigo por otro sendero fino, bien marcado entre el panasco que va remontando ligeramente por el borde superior de una ladera muy vertical de tosca rojiza con muchas oquedades. Al final de la ladera, cuando salgo del barranco el sendero ya no es tan claro. Bajo hacia la derecha, se puede bajar casi por cualquier lado, hasta una loma alargada (370m) de tosca rojiza con un dique gris en su principio. Es una auténtica calzada natural, el dique, sobre la tosca, ha creado una canal que es una parte fantástica de recorrer. Hoy, a esta hora, los impresionantes riscos que hay al otro lado (hacia la izquierda), están en sombra y no destacan sus relieves. Hacia el final de la lengua de tosca (Cabezo Gallinero) hay un pequeño salto que se evita por un escalón (hecho con cemento y piedras) y después paso al lado de unas preciosas cuevas en la pared de tosca roja. El sendero ahora vuelve a ser muy claro y me va llevando. Por aquí empieza un viento muy fuerte, del que he tenido algunas rachas un poco más arriba. Menos mal que estamos en verano. El viento me azota, pero no me tira. Después de rodear la última parte más pendiente de la loma y en una parte llana (250m) llego a una bifurcación, en las dos veces anteriores que he pasado por aquí he estado tentado de explorar el ramal izquierdo, hoy lo hago. No es un sendero claro, no está bien remarcado entre la vegetación rala y algo alta. Desde aquí tengo una vista fantástica del palmeral, que se extiende por una loma y en dos cauces. Después el sendero se echa a la derecha (220m) y después a la izquierda y después a la derecha para seguir por un camino muy ancho, casi una pista, hasta que llego cerca de unas casas donde hay un precioso farrobo con las raíces al aire donde hay otra bifurcación. Me echo a la derecha y enseguida llego a las primeras casas de un pequeño caserío (Malvasía). Las casas o casetas están detrás de muros altos. Al final del pasillo hay tres coches aparcados. Por aquí, y tras un palé de madera nuevo, se puede subir también a la loma por donde he bajado. Desde Los Cuchilletes me ha llevado una hora la bajada.
Salgo enseguida al Camino del Cercado. Por muy claro que sea un sendero, la diferencia entre un sendero y el asfalto es abismal y aunque todavía me quedan unos cuarenta minutos para llegar a San Andrés esto ya es un paseo militar. Hoy sí he acertado con la cantidad de agua (un litro y medio) y no llego sediento a San Andrés, donde como es habitual en verano hay un ambiente muy animado de terrazas y bañistas que vuelven de la playa. Eso sí, la 910 va petada y yo voy muy quietito escuchando la conversación de unos jóvenes que vienen de bañarse, uno dice: “pues yo no vuelvo nada relajado, después de haberme bañado y tomado el sol toda la tarde, vuelvo cansado como un perro”.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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La Condesa. Penico Valle Marcos