• Excursión 1271. 3 Junio de 2021. Jueves.
Hoya La Leña. Samara. Chío.
Municipio: Guía.
ENP: Parque Natural Corona Forestal. Parque Nacional del Teide
De 11.10 a 19.03h. De 1140 a 1640 a 1580 a 2060 a 690m.
Distancia: 27,1km. Duración: 7h 53m
Ascenso por el pinar de Guía. Primero por pistas y después por senderos, algunos antiguos y confusos. Llego hasta el Parque Nacional del Teide del que recorro parcialmente un sendero. El descenso es por viejas pistas, la carretera, senderos antiguos, en uno me desoriento. Finalmente consigo salir a un sendero PR y después un sendero SL, todo por el pinar de Guía y termino en Chío
Me quedé tan rascado por mi frustrado paso hacia arriba en la excursión grande de la semana pasada (la 1268) que esta semana vuelvo para resolverlo. Espero que el tiempo sea mejor, sin nieblas y menos frío. Me he documentado mejor y tengo buenos mapas para encontrar la subida.
El trayecto en coche desde casa a El Tanque es cómodo y sin incidentes (8.33-9.13h). Espero la 325 delante de la ferretería del Tanque (9.17-9.37h). Me bajo en Tamaimo (10.12h). Unos diez minutos tarda en venir el taxi que llamo. Me lleva hasta un poco más arriba de dos restaurantes, cercanos entre sí, en la carretera que sube desde Chío al Teide, que es el principio de la excursión (11.10h, 16€). El taxi me ha dejado pasados los dos restaurantes (Las Estrellas y Boca Tauce) tras una curva en la entrada a una pista (Pista Hoya de la Leña, 1140m). Me ha llevado unas dos horas y media en llegar desde casa hasta el comienzo de la excursión, pero el trayecto ha sido tan variado y entretenido y estoy tan focalizado en hacer esta excursión que me resulta otra parte interesante de la propia excursión, tal como será la vuelta.
El día está gris, con una capa uniforme de nubes con ligeras variaciones de grises y espesores. Por supuesto que traigo el paraguas. Lo del tiempo no va a mejorar con respecto a la semana anterior. Ya veremos lo otro. Subo por la pista ancha con bastante pendiente. Unos 500 metros y me desvío (1210m) de mi ruta para localizar una era en una pista que sale a la derecha (Pista Lugar Finca las Pilas). De lejos la veo, está en el borde de una terraza. Cerca hay restos de muros de varias construcciones, deben ser muy antiguas. La era tiene nombre: La Puerca. Tiene una situación estratégica, abierta al viento, está empedrada, perfecta, sin yerbas, con su murito pequeño y un pequeño peralte por la derecha. Como me gusta empezar las excursiones visitando una era. Tiene unos bejeques floridos por un lado y vinagreras también. Y vistas a la ladera boscosa de pinos. De vuelta a la pista en unos 20 metros encuentro una bifurcación donde sigo recto subiendo por la pista Hoya de la Leña (a la derecha la pista Luz de Guía). La pista es cómoda, tiene bandas de cemento en los tramos empinados. Tras unos 400 metros llego a otra bifurcación (1260m) donde en la semana anterior (excursión 1268) me eché a la derecha para recorrer la pista galería Cheñeme. Un cuatro por cuatro está aparcado aquí, sin ocupantes, ¿serán cazadores? Justamente tapa la entrada al sendero que lleva a la era y al Pajar Viejo del Viejo Pancho el Cueva. Hoy en la bifurcación me echo a la izquierda y sigo hacia arriba y hoy sí, hoy sí encuentro el sendero de subida. Ya muy cerca de la galería (Hoya de la Leña), paso un pequeñísimo barranquillo y encuentro el sendero. Casi enfrente de una caseta, y sube muy claramente en ángulo hacia la derecha (1300m). Bien. El día sigue gris.
El sendero bastante recto sube a la izquierda de una pequeña cresta, como si lo hubiesen ideado para ir protegido del viento. La pendiente más o menos constante, el suelo compactado por lluvias recientes, mejor así. Según subo va disminuyendo la variedad de plantas. Más arriba llego a una zona de escorias volcánicas sin plantas bajas (1420m), en el mapa veo el topónimo Hornos de Brea, pero no veo ninguno. Más arriba el firme es de grava. Y al llegar al pinar denso el suelo es de pinocha y piñas y que cubren totalmente el sendero, que apenas reconozco por su muesca en el terreno. Tras un km aprox. y antes de lo que esperaba llego (cruce de caminos, 1580m) al PR (PR TF-69.1), el sendero que sube hacia la montaña de Chasogo. Según mi plan y mi mapa tengo que echarme hacia la izquierda para ir por un sendero hacia la carretera (Chío al Teide). En oblicuo el PR, enfrente sigue el camino con doble fila paralela de piedras, pero como yo no lo tengo en mi mapa, sino más arriba decido subir por el PR para ver si lo encuentro, es decir, que tuerzo a la derecha y sigo por el PR. Tengo que salvar unos 20 metros de desnivel para la desviación a la izquierda, o 50 metros para otra que también va a la izquierda. Encuentro vestigios del primero sendero: una línea de piedras de un metro en un borde del sendero, como cerrando un antiguo camino, pero es demasiado sutil, sigo subiendo y ya superados los 50 metros de desnivel decido regresar y seguir por el camino que está enfrente de por dónde subí desde la galería Hoya de la Leña. Regreso al cruce de caminos con calma, estos momentos son de los más peligrosos, se dan cuando he tenido un fallo y parece que mi cabeza ya está en la continuación cuando en realidad me falta un buen tramo para llegar allí, por otro lado, el suelo rocoso e irregular no es ningún paseo. Vale.
De vuelta en el cruce de caminos sigo por el camino de enfrente que va subiendo bien marcado por doble fila de piedras. En un momento en que el camino tuerce bastante a la derecha me doy cuenta de que he cruzado sobre una fila de piedras (pequeñas), como si alguien hubiese señalizado que no hay que ir por donde yo he venido, al menos para ir hacia algún cierto lugar. Más claro está ahora seguir a la derecha, a la izquierda (y en bajada) está poco claro. Sigo a la derecha. Se me empieza a hacer largo, la carretera debería estar más cerca, pero no oigo ningún ruido de coches. Por encima hay laderas montañosas y, bastante lejos, una caseta blanca con tres ventanas. Llego a una zona volcánica de escorias y cuando empiezo a descubrir coladas de lava pahoe-hoe, cordadas, y socavones bajo las placas, todo muy interesante, encuentro la señalización del PR: las bandas amarilla y blanca, estoy accediendo a un PR por la izquierda, y además una equis en blanco y amarillo está pintada por donde yo he venido. Estoy de lo más confuso, no se me ocurre ningún sendero PR por aquí, no sabía de su existencia. Veo una gran era cuadrada sobre una placa volcánica. Qué extraño. La zona es espectacular por las cordadas largas de la viscosa lava pahoe-hoe. Sale el sol y le da un toque amable a todo. Definitivamente no sé dónde estoy. Al menos sé que los PR son fáciles de recorrer y me echo a la izquierda, a la derecha baja. Primero llaneando y después subiendo rodeando la ladera montañosa lo sigo. Una zona húmeda de codesos y escobones. No noto el esfuerzo de la subida. Todo el rato voy chequeando el altímetro y sube demasiado. Me dejo ir y ya veremos a dónde salgo. Poco a poco me viene la idea de que pueda, en realidad, estar subiendo por el PR TF 69.1 hacia Chasogo. Que haya dado un largo rodeo y que la clave este en aquella línea de piedras en donde torcí a la derecha. Y bastante arriba (1870m) llego a una pista con dos carteles del PR. Efectivamente he subido por el PR TF 69.1. Vale. Ahora sé dónde estoy. Estupendo. Y, en realidad, no me he alejado demasiado de mi plan de hoy. Ya exploraré la conexión con la carretera cuando baje.
Tiro para la izquierda por la pista ancha (Pista Chasogo). La travesía (1,2km) a la carretera me sirve para recomponerme mentalmente después de este vapuleo. Para reajustarme. El sol sólo ha salido un momento. Siguen los cielos grises. Lo bueno es que sin sol las subidas son más ligeras. Llego a la carretera (TF-38, 1950m). A la preciosa carretera lisa de grandes rectas perfectas. Poco tráfico, de coches sólo. Tomo a la derecha para ir hacia el sendero 32 (del Parque Nacional del Teide), sendero que va en paralelo a esta carretera y por debajo de la montaña Volcán La Botija. Las neblinas suben arrastrándose por las escorias y sobre los pinos. Unos 20 minutos (1,3k) en ligerísima subida por el asfalto y me desvío por la izquierda por una pista arenosa con barrera metálica (prohibido el acceso L, X y V por caza de muflones). Me cruzo con dos coches (4x4) de Tragsa. Llego al sendero 9 por un bosquete pequeño de pinos. Tuerzo a la izquierda y aquí está otro coche más de Tragsa. He escuchado en la subida estampidos como de disparos ¿serán ellos los cazadores? Tras unos 200 metros sigo recto en una bifurcación por el sendero 32 (señalizado) hacia la montaña del volcán de Samara, 3,8km me dice un cartel hasta el volcán. Son las dos y media.
Decido comer sin pararme, yendo despacio, el terreno es llano. Las neblinas pasan hacia arriba y oscurecen todo el paisaje. Voy sobre escorias, finas, gruesas, y paso lenguas de lava, también de escorias más grandes y rojizas. Hay codesos en flor, y rosalitos salvajes, también en flor. Las retamas pequeñas están todas secas. El cambio climático. Pinos dispersos. Laderas suaves cuando paso bajo el gran volcán de La Botija. De lejos la pinocha añade un toque gris a las laderas rojizas. Se despeja un momento y tengo vistas de la corona del Pico Viejo y el Teide, con la montaña Botija también. Sería mucho más espectacular con sol, pero tengo que apreciar lo que se me ofrece hoy, estas neblinas melancólicas y que no hace frío, por algo estamos en junio. La comida también ayuda. Me sabe estupendo el queso de cabra del sándwich que me como. Y mejor todavía el bizcocho de frutos secos. Antes de la montaña Samara el sendero baja hasta la carretera donde hay muchos coches aparcados y gente con mochilas ¿subirán al Teide? Cruzo la carretera (1885m) y me cuesta encontrar una pista que baja (Pista Cueva Samara). Prefiero alejarme de la carretera, aunque al final vuelva a ella. Prefiero atajar por esta pista. La pista está cegada por aquí y la encuentro al ver las rodadas finas de coches en una zona llana. Según la recorro veo carteles de zona de adiestramiento de perros, cosa de cazadores. La pista es ancha, muy ancha, entre el pinar, va bajando describiendo curvas amplias. El día sigue gris. La carretera queda muy arriba pegada a la ladera de la montaña Samara. Veo otra pista que baja muy recta, pero con el vapuleo de hoy no me atrevo y sigo por la que tengo en el mapa. Llego a la carretera (1730m), desecho seguir por otra pista enfrente, prefiero bajar por la carretera hacia una gran curva. Algún coche baja, no me molesta.
En la gran curva encuentro una pista (1670m) a la izquierda, me meto y en unos metros me echo a la izquierda por un sendero que va en la dirección plausible para conectar con el sendero que subí desde la Hoya de la Leña. En realidad, ahora mi plan es encontrar un sendero muy próximo que baja (a la derecha), pero antes tengo que saber qué fue mal esta mañana. El sendero con sus “subes” y “bajas” me va llevando (aunque no veo el de bajada que era mi plan original) y llego a un sitio que me parece el de esta mañana, el de la fila de piedras que salté/pasé, pero ahora yo voy en bajada y esta mañana me pareció que era en subida. Desentrañado, aparentemente, el problema regreso hasta la carretera para buscar el sendero de bajada, por más que lo busco no lo encuentro y entonces casi sin pensarlo decido regresar a la fila de piedras para comprobar si es por ahí la conexión. Regreso a la fila de piedras. No estoy seguro, pero me meto y paso sobre la “barrera” de piedras, muy pronto tengo la sensación de que no es por aquí, pero me confío creyendo instintivamente que voy en la dirección correcta. Veo un hito que se desvía en subida a la izquierda, lo desecho y sigo recto por una canal que me va llevando en ligera bajada, veo una botella de leche de plástico blanca, pero llega un momento (unos diez minutos) en que compruebo que la altitud es demasiado baja, ya tenía que haber encontrado el sendero de la Hoya de la Leña, y por delante tengo una loma en bajada. No es por aquí. Retrocedo por la canal, tranquilizándome y sin darme mucha prisa para no caerme, eso sí que sería malo: herido y perdido. Vuelvo a la botella de plástico y por fin vuelvo a ver el hito. Bien. Lo sigo. No hay camino. Veo otro hito. Me desplazo. Subo un pequeño reborde volcánico. Veo otro hito. (Lo de los hitos ahora es muy importante porque es un cambio fuerte de dirección). Estoy en una llanurita. Me esfuerzo y encuentro otro hito. Y después de este hay un surco/sendero que baja hacia una hoya muy lóbrega, oscura, donde veo los restos de los muros de una caseta cuadrada y una montaña de piedras de forma rectangular, como una mini mastaba. Como el lugar no me gusta nada, no tengo paciencia para seguir localizando los hitos. Regreso por el sendero/surco a la mesetita y aquí sufro una desorientación total, reforzada por las neblinas que empiezan a tapar parte del bosque y me dificultan la orientación. Es un momento crítico. Empiezo a pensar que ha llegado el día, ese día ominoso en el que me pierdo y tengo que llamar para que me rescaten. Esto es un laberinto de colinas, montañitas, canales, barranquillos, muy complicado para buscar una salida “natural”, “lógica”. Procuro no deambular demasiado, no alejarme mucho del lugar, aunque no sé dónde estoy. Y entonces vuelvo a ver a mi lado uno de los hitos, el que está junto a la bajada del surco/sendero y entonces me decido a seguir adelante, a dejarme llevar por los hitos. Bajo hasta la hoya lóbrega y oscura y con calma logro localizar otro hito que me lleva hacia el lado de enfrente. Y desciendo por la cuesta y mirando arriba veo el perfil de otro hito en lo alto, y subo, como con alas, y entonces ya veo la doble fila de piedras del sendero de esta mañana, no es el PR, pero ya estoy salvado (17.20h). (El track de la excursión no reproduce esta parte en la que me medio perdí, demasiado complicado saber por dónde fui en realidad).
Bajo por el camino y pronto estoy en el cruce de caminos. Bien. Qué relajación siento. Todavía me queda muchísimo tiempo para regresar, para terminar, pero ya es todo seguro y de orientación muy fácil. No bajo por el sendero de la galería, por el que subí, sino por el PR que es más sencillo. De firme malo, escabroso, rocoso, arenoso, bajo el pinar, con las neblinas, pero es sólo una cuestión de paciencia. Y en comparación con estar perdido y todo lo que debe suponer (llamadas telefónicas, si es que hay cobertura, angustia de mi mujer cuando no aparezca, dormir a la intemperie) esto es un paseo triunfal. (Al día siguiente y con una versión más reciente del mapa de OSM resuelvo el problema y sé por qué me he confundido. No lo narro, es demasiado complicado. Quizás debería empezar a usar la brújula en estos casos, todavía no me planteo lo de usar un dispositivo GPS, pero la brújula podría estar bien). En una curva del sendero, un cruce de caminos (1390m) a la derecha puede ser el sendero de bajada que no localice arriba al lado de la gran curva de la carretera, dejo para otro día investigarlo. Sigo por el PR y unos 600 metros después (1320m) confluyo con un SL (el SL 203 que comunica con Chío). El SL (Sendero Local) señalizado en verde y blanco va muy bien delimitado por un pasillo de piedras por el pinar casi sin plantas en el soto bosque. Más abajo sí hay corazoncillos (la versión pequeña de los codesos) con flores amarillas, también hay unas pequeñas plantas de un solo tallo que tiñen el camino de un tono rosado pálido cuando se mira en conjunto. Voy
atravesando pistas, la carretera, y guiado por las marcas verde y blanca llego a una zona de grandes placas rocosas (1130m) muy cerca de la galería Fife.
Empieza a llover fino. Abro el paraguas. El sendero se estrecha al atravesar el canal de Vergara (excursión 1193, 1050m) y unos metros más abajo (1040m) tuerzo a la izquierda por una pista. Aquí no está bien indicada la continuación, menos mal que me acuerdo que tenía que pasar una (pista en) bajada y bajar en la siguiente. La vegetación empieza a ser mucho más rica y variada. El suelo de placas rocosas, y piedras grandes y ahora rodeado de muros mojados por la lluvia. Hay un lugar de cuento en los 1000m aprox., en la penumbra del día sin luz, con la lluvia fina cayendo y al empapar la tierra, las piedras, los muros y las plantas transformar sus colores y a pesar de que voy deprisa para ver si puedo llegar a alcanzar la 460 a las 19h en Chío me paro para apreciar y disfrutar de este rincón único y tan especial en un día como este, un día de junio húmedo, con la lluvia fina que intensifica los grises del suelo y los marrones de los muros, y además los grandes copetes de los bejeques en flor. El suelo es muy resbaladizo y tengo que ir casi esquiando sobre las piedras grandes. Logro no caerme. En los 900m paso un tramo terrible de sendero, es de grandes piedras, es una superficie caótica para caminar, los pies se me van doblando, y el agua acumulada en las plantas me empieza a mojar las perneras del pantalón. Un perro enorme que me ladra como para comerme me señala el fin de este tramo y el principio de una pista que pronto es de asfalto.
Cruzo la carretera por última vez y vuelvo a ir por un camino entre muros, otro viejo camino en Chío, y en unos 400 metros llego a la carretera general, muy cerca del ambulatorio de Chío donde está la parada de la guagua (19.03h). Siento una ligera molestia en una rodilla, poca cosa para esta bajada tan técnica y demandante. La 460 aparece muy pronto (19.10h). Perfecto. Ya no tengo que hacer nada, ni tomar ninguna decisión. Este es uno de esos cambios que hacen de las excursiones una experiencia tan absorbente y que me llena tanto y me apasiona. El conductor conduce muy deprisa, como lo suelen hacer los de esta línea, no se nota en los tramos rectos y llanos entre Chío y Tamaimo, pero en toda la subida hasta el puerto de Erjos y la bajada hasta El Tanque con sus “cientos” de curvas sí que se nota lo deprisa que va.
El tiempo está incluso peor al pasar el puerto. Lluvia, niebla, y el conductor se acerca como loco a las defensas de la carretera. Muy emocionante. Es peligrosísimo cambiarse de sitio en estos trayectos, el vehículo se bambolea y las fuerzas centrípetas y centrífugas que va creando la guagua en cada curva me obligan sujetarme bien para no deslizarme del asiento y terminar en el pasillo. Me bajo en El Tanque al lado de la placita de la iglesia. Muchachas jóvenes juegan. Y ahora el otro cambio en la excursión. Me zafo de las mochilas y demás impedimenta y me siento al volante. Ahora no solo estoy yo al control, sino que voy confortablemente al volante y deprisita por la circunvalación de Icod y tras pasar la zona de curvas de Santo Domingo, y San Juan enfilar la TF-5 para volver a casa. Experiencia total.
---------
Pulsar en el siguiente enlace para descargar el track de la excursión
Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
drive.google.com/file/d/1FgzYFzIiGeeloIawYRG6t4Gf_2A3z0Vd/view?usp=sharing