• Excursión 869. 15 Noviembre de 2018. Jueves.
Barranco de Erques.
Municipio: Adeje. Guía.
De 11.44 a 16.31h. De 426 a 931 a 440m.
Distancia: 8,8km. Duración: 4h 47m.
Excursión circular en torno al barranco de Erques. Subo desde la carretera por la ladera norte por viejas veredas cerca del borde del barranco atravesando terrenos con casas antiguas en ruinas con eras. Cruzo el cauce del barranco por un bonito sendero. Desciendo por la ladera sur sin apenas meterme a Vera de Erques. El sol tardío embellece las plantas. También por aquí veo varias viejas eras en buen estado. Durante la bajada pierdo el camino y tengo que ir campo a través por terrenos complicados de pencas y rocas. Logro bajar por un viejo sendero al cauce y regreso a la carretera general del sur
Siguen los días lluviosos. Alerta por lluvias. La noche anterior después de consultar los partes meteorológicos veo que mi único chance es ir a Guía, es la única esquina de la isla donde no se prevén lluvias. Salgo temprano en mi coche hacia Icod para tomar allí la 460, pero según voy ya me doy cuenta de que no llego así que opto por subir hasta El Tanque y tomarla allí. En la circunvalación de Icod hay una niebla espesa y llueve. Cerca del túnel me doy un buen susto, de repente de entre la niebla aparecen unos conos y un operario. Logro frenar y apartarme de ese carril. Ya me imagino que es el operario el que debe estar más asustado que yo. Es de locos que estén trabajando haciendo reparaciones en un día como hoy. Recuperado del susto me cuento los miembros, están todos en su sitio. Sigue lloviendo. En El Tanque con la lluvia fuerte no logro tener la calma para encontrar un sitio para dejar el coche, todo es con horario limitado y no localizo las paradas de la guagua. Imposible. Sigo en el coche subiendo hacia Ruigómez. Llueve todo el rato. Me gusta el ruido de las ruedas de los coches en el asfalto mojado. En Ruigómez dejo el coche al lado de la iglesia. El lugar perfecto, apartado de la carretera, y bien aparcado. Sigue lloviendo. Dentro del coche me debato en qué hacer, no sé si la 460 ha pasado o no, y antes de salir a la carretera necesito pertrecharme bien con todo lo que necesito para la excursión. Mi último razonamiento es “tienes que intentarlo”. Así que con pocas ganas e inseguro salgo, abro el paraguas, y a duras penas cargo todo lo que necesito y me pongo el chaquetón impermeable. Enseguida llego a la carretera y justo cuando doy los primeros pasos por la acera aparece la 460 de entre la lluvia. Levanto la mano y … milagrosamente la guagua para. Oh qué acogedor, que buen conductor. Le doy las gracias varias veces. Es incluso bromista conmigo “parece un guiri despistado”. Vale, tío, lo que tú quieras, pienso yo.
Me siento y me siento como un millón. Sólo cuando llegamos a Santiago empieza a aclarar un poco. Hay retenciones por obras en la carretera. En Guía, oh microclimas de Tenerife, está soleado y ligeramente ventoso y cálido. Repasando lo que llevo durante el trayecto me doy cuenta de que se me han olvidado los suplementos solares, que son esenciales con tiempo soleado. Así que me tengo que bajar en Guía, buscar una óptica (Európtica, enfrente de una farmacia, como no) y comprarme unos (17€), me los recortan para que me queden bien. Llamo a un taxi, me deja pasado el barranco de Erques (11.44h, 446m, 11.20€), el conductor, el taxista, prácticamente no ha dicho palabra en el trayecto, pero me pita amistoso cuando me ve al regresar después de haber dado la vuelta más adelante. Me parece algo increíble que pueda estar aquí, ahora, en un día con un tiempo de perros en casi toda la isla. Me doy palmaditas en el hombre, “muy bien, Juanito, muy bien, tú llegarás lejos”. Venga, y ahora, la excursión del día.
Cruzo la carretera y antes del principio del puente está el sendero. Me resultan muy llamativas enseguida las vistas sobre el cauce del barranco de Erques, cauce que salva un gran puente. Al poco de subir me desvío por la derecha del claro sendero que se dirige al cauce. Esperaba algo más sencillo pero lo que me encuentro es algo irreconocible, difícil llamarlo sendero. Por un terreno rocoso y vegetación dispersa puedo subir por el borde del barranco. A veces con sensación de ir por un sendero, pero la mayoría del tiempo campo a través y con vistas continuas hacia el cauce pedregoso y gris. Cruzo (520m) una tubería que atraviesa de lado a lado el barranco. En este lado hay tramos de rocas bermejas en salientes en los que puedo asomarme hasta el puro filo y mirar hacia el otro lado por donde descubro cuatro senderistas (dos hombres y dos mujeres) que están subiendo por el borde, les oigo hablar, se detienen a comer algo ¿Cómo estará el sendero en ese lado? En mi lado y destacando en la vegetación de bajo porte destaca un hermoso almácigo (600m), el único árbol en toda esta ladera, y unas milagrosas y pequeñas chajorras, unas plantas de flores blancas suaves. El almácigo (ahora que reviso esta crónica lo puedo ver en la foto aérea, como destaca perfectamente, su copa tiene un diámetro de diez metros. El almácigo está por debajo de una casa en ruinas (Manuel Chajara, 12.30h, 620m) con antena de tv y una parra. A su lado una era (12m Ø) con empedrado radial y murete bajo. Por debajo de la casa se extienden las terrazas en una suave ladera, terrazas difíciles de identificar, tienen los muros caídos y borrados. Vuelvo al borde para seguirlo e ir viendo las curvas del cauce del barranco. Las paredes del barranco son capas alternas de basalto grisáceo o negruzco y tierra clara con alguna de almagre rojizo. Es impresionante mirar hacia arriba, hacia las casas del pueblo (Vera de Erques) que se extiende por lo alto de la ladera izquierda o hacia abajo: al puente por dónde empecé.
De nuevo en el borde del barranco continúo. El sendero por momentos algo más claro tras una zona llana y difícil de distinguir. Por otra zona de terrazas me dirijo hacia una casa en ruinas (Pajal del Indiano, 760m), que tiene unos ciclópeos muros de piedra y tierra, los muros están caídos y rodeados de pencas. Al lado de la pista hay una era (Era del Indiano, 12m Ø) grande con el firme empedrado. Continúo subiendo por asfalto (Camino la Era Alta) y no exploro un sendero antiguo (800m) que va por el barranco que hay a la derecha (Barranco de Tijoco Arriba), el viejo sendero va al lado de un canal y sólo lleva a una finca. Ahora la pendiente es muy fuerte y paso algunas casas grandes aisladas en fincas de muros altos. En un cruce de caminos encuentro otra era (Era Alta, 13.40h, 850m, 13m Ø) al borde del camino, cuidada, sin yerbas ni plantas, entre casas bajas. Y sigo subiendo con mucho esfuerzo, sed y hambre. Le pregunto a una mujer por una era que está en un camino privado y me dice que puedo llamar al timbre de esa finca para que me la enseñen. Cuando paso por la casa no tengo humor para llamar, en parte me disuade un perro que ladra fuerte y que ya tengo ganas de descansar un poco.
Ahora tengo que encontrar un lugar agradable y resguardado para comer, así que continúo pata arriba y tras pasar la última casa, sigo por el sendero que se dirige a cruzar el barranco de Erques. Y encuentro el sitio perfecto (14.04h, 920m), cerca de una caseta (Casa de Máquinas) y donde ya estuve descansando en un día de un calor extraordinario y también antes de cruzar el barranco (excursión 828). Hoy no me hace falta meterme en una especie de hornacina, es más, me tengo que mantener al sol, a la sombra hace fresco. Antes me cambio la camisa y la camiseta mojadas por ropa seca, y la ropa húmeda la tiendo sobre un almendro para que se seque al sol. Es una esquina que me gusta mucho, algunos pinos dan sombra y también hay almendros, y pasa un barranquillo con grandes rocas, y es por ahí que empieza la bajada hacia el cauce. Por encima está la caseta vacía donde está el soporte de un motor y rodeándola llego hasta un balcón natural con vistas de pájaro sobre el barranco. En el lado de enfrente distingo bien el sendero que serpentea hacia Vera de Erques. Cuando termino de comer exploro un rato un sendero que sube por encima de la caseta, sobre una zona de piedras sueltas. Demasiado desnivel para intentarlo tras comer. Bajo e inicio el descenso, el sendero primero está bien e incluso llanea, es un tramo digno de una foto para un libro de senderismo: claro, con pared a un lado y gran caída al otro. No sólo llanea, incluso sube antes de empezar una bajada vertiginosa por terreno terrible de rocas sueltas y algún desplome de rocas.
En el cauce (14.56h, 855m) está el surco de un canal pulido con el fondo de arena gris, pero seco, esperaba algo de agua, debe ser que aquí en Guía llueve menos que en el desierto. Corre una ligera brisa y en la otra ladera ha dado el sol cálido de toda la mañana. Durante la excursión no me olvido de la lluvia y el mal tiempo que hay en toda la isla, en toda menos aquí. Llego a Vera de Erques por debajo de la granja de cabras, sus balidos y su olor apestoso las delatan. No me adentro en el pueblo, sino que sigo bajando lo más recto que puedo entre chalets de buen aspecto, me imagino que son de extranjeros que vienen muy de vez en cuando. No son muchos y enseguida tras terminar el pueblo sigo por un sendero extraordinariamente rocoso, con muro alto por un lado. Son rocas muy irregulares, preciosas, de formas caprichosas, yendo despacio puedo admirarlas, sin que me rompa los tobillos. El sol con rayos muy inclinados ilumina las yerbas secas que parecen doradas, me paro para hacerles fotos. Me desvío por la izquierda por un sendero que baja por la ladera y tras un buen rato esperando encontrar una cueva me doy cuenta de que el sendero (muy invadido de plantas y en muy mal estado) va hacia unas terrazas a mitad de ladera.
Vuelvo al sendero y sigo bajando, paso una hermosa presa (Presa de Tía Eloísa) con un muro de contención muy grueso, más terrazas después, y una era, a la izquierda del sendero, la era de Tía Eloísa (755m, 12m Ø) rodeada de un murete y con paja seca entre las piedras pequeñas. El sendero sigue siendo una maravilla de rocas y muro doble con yerba seca dorada. Es un prodigio. Me gusta mucho cuando identifico con los prismáticos una era que hay lejos del camino, pero clara entre la vegetación (la era del Cercado de Tío Lázaro). Ahí estará igual dentro de cien años, indestructible. Poco más tarde por tratar ir cerca del borde pierdo el sendero y me doy cuenta cuando llego al borde del barranco. Ahora tengo que ir un poco a lo loco, por terrenos de plantas secas y también de roquedales preciosos por los que tengo que brincar y saltar entre las pencas. Cuando llego a una depresión con terrazas por las que claramente no va el sendero localizo un canal y lo sigo hasta llegar al camino (esta parte del track no se corresponde con mi descenso, fue muy confuso, imposible de reproducir, sí lo es a a partir de que desciendo por la ladera del barranco). Bajo un pequeño trecho y me meto por la ladera del barranco para bajar hasta el cauce. Es enrevesado, con muchas curvas, muy dramático, me encanta seguirlo, sobre todo después del rato de salvajismo campo a través y medio perdido.
Hasta este momento no he querido saber nada del horario de las guaguas, pero ahora me acuerdo de que la 460 sale de Las Américas a las 16h y que puede que esté al pasar por la carretera, la parada está antes del puente. Cuando ya he remontado el cauce y estoy enfilando la bajada hacia la carretera (16.28h) la veo pasar, bye, bye. Llego a la parada tres minutos después. Es una parada con techo, pero me siento como en la película de la muerte en los talones porque los coches aparecen de repente por la gran recta, larguísima recta, a toda velocidad y metiendo mucho ruido, y con la misma desaparecen, imposible esperar aquí una hora para la siguiente guagua. Llamo al taxi de Guía, pero la telefonista me dice que estoy en Adeje y que no me manda ningún taxi. No entra en razones al decirle que estoy prácticamente en el límite entre Adeje y Guía. Así que tengo que ponerme a caminar, cruzar el puente y volver a llamar por teléfono. Ahora, sí, un poco reblandecida, se disculpa y me manda un taxi. Llego a Guía (1710h, 8.35€) y me deja en la óptica, le pido al empleado que me recorte otro poco los suplementos solares, no quedaron bien del todo. Llamo otro taxi que me lleva a Tamaimo (17.23h, 11.6€) y espero enfrente de la pizzería. Me voy calmando mientras espero a la 325 que viene de Puerto Santiago y va hacia Icod y el Puerto de la Cruz. Llega pronto (17.58h) y me encanta esta línea con su colección de parejas de turistas de mi edad, todos bien sentaditos, con buena cara, en esta guagua de grandes ventanas y un poco espartana. Me da pena bajarme en Ruigómez (18.21h). Qué diferente a esta mañana cuando salí bajo la lluvia, no parece que sea el mismo.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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