• Excursión 722. 14 Noviembre de 2017. Martes.
Los Cristianos. Guaza.
Municipio: Arona.
ENP: Monumento Natural de la Montaña de Guaza
De 15.19 a 18.22h. De 35 a 430 a 35m. Excursión de B.
Distancia: 11,5km. Duración: 3h 3m.
Salgo de Santa Cruz (14.27h) en una guagua llena (la 110) de todo tipo de pasajeros. Mi vecina sujetará con fuerza su bolso durante todo el trayecto. Cielos despejados en Santa Cruz. De camino, para abstraerme de tanta humanidad, me pongo a escuchar los grandes éxitos de Los Módulos. El conductor conduce muy deprisa y llegamos a Los Cristianos (15.19h) antes de mis previsiones. Está nublado y con buena temperatura. Llevo el mapa de B pero me cuesta entender su principio así que simplemente echo a caminar por la gran avenida donde paran las guaguas que describe una gran curva a izquierdas, pasando al lado de hoteles, y bares de playa con turistas vestidos de turistas. Se me hace larga la caminata por el suelo duro de la ciudad, aunque me lo estaba esperando.
Llego a los pies de la planicie de Guasa (15.43h, 27m). La montaña está a la izquierda de la planicie. Directamente al terminar el paseo hay un sendero por el que empiezo a subir. Claramente no es el camino, es un atajo que han hecho las muchas personas que, como yo, simplemente eligen el recorrido más directo. En la ladera veo a otros que deben ir por el camino tradicional de subida. Subo por terreno resbaladizo y bastante desnivel hasta el camino tradicional. Es muy pedregoso, y enseguida me llama la atención el polvillo blanco que cubre todo el camino y todas las piedras, grandes y pequeñas. Debe ser el efecto de los miles de personas que han hecho este camino que han ido moliendo y triturando las piedras y dejando este polvo blanco cubriéndolo todo. El sendero sube con poca inclinación, algunos tramos están reforzados con muros de piedra por debajo del camino. Me cruzo con algunos senderistas que bajan. A los que pregunto ninguno sabe a dónde va o de dónde viene, quiero decir, el nombre del sitio.
En una bifurcación clara (15.57h, 135m) tuerzo a la izquierda. Las vistas sobre Los Cristianos enseguida son muy claras y buenas, pero no me emociona particularmente esta vista de pájaro sobre Los Cristianos. Lo que sí es notable es que en la montaña no hay aparte del camino señales humanas, quitando un canal seco y roto que va cerca del camino. En sí mismo el sendero es interesante y entretenido. Tiene tramos con bonitas perspectivas en curva. Veo que hay flechas grandes de color violeta hechas con spray señalando por dónde ir en las bifurcaciones. Pero mi duda es si las flechas señalan a dónde yo quiero ir a otro lado. Las indicaciones de B me resultan confusas así que por vagancia simplemente sigo las flechas. Hay una bifurcación donde me parece que debo ir a la izquierda, pero como la flecha señala a la derecha para allá que me voy. El perfil de la montaña es muy redondeado, muy erosionado, está montaña tiene un millón de años, así que le ha dado tiempo a desgastarse. La vegetación es de balos, tabaibas (parecen enormes con sus semillas blancas dispuestas a esparcirse), tuneras indias y una especie que se da aquí y que está muy agostada. La última desviación que tomé a la derecha, después de caminar quince minutos, me doy cuenta de que no sube nada, y mirando bien el mapa y el perfil de un barranco entre dos picos me doy cuenta de que me he desviado. Sobre todo, cuando veo unas casetas un poco más adelante. Me empiezo a enfadar, estoy frustrado, malditos caminos. Logro calmarme recordándome que este asunto es así, esto no es el pasillo de mi casa.
Vale. Mirando el mapa encuentro una alternativa que me vuelve a conducir hasta el camino de subida (16.27h, 211m). Ahora sí que las indicaciones de B me sirven bien y puedo ir anticipando lo que voy recorriendo. Es una pista ancha con subida constante y un firme pedregoso que va cerca de un barranco somero. Una pareja de francesas que bajan me confirman que voy bien para subir a la montaña. El día está muy nublado, y lo que me da de respiro por evitarme el calor, me lo quita de belleza del lugar; estando nublado todo se ve muy apagado y mortecino. La planicie de Guaza hacia el mar es muy grande, por ahí va otro recorrido de B que pasa por una cantera. A lo lejos veo el llano costero que llega hasta Las Galletas. En la montaña todo es desolación, incluso las tuneras están secas y retorcidas, tienen más hojas secas que verdes. Aquí debe hacer un sol achicharrante que combinado con los vientos que soplan del mar lo han de secar todo. En el pie derecho tengo una ampolla que me está molestando bastante, el dedo gordo fracturado va bien. Con calma sigo subiendo y logro llegar bastante bien de forma a lo alto de la montaña (16.52h, 432m).
Aquí hay montones de casetas con antenas. La vista desde aquí es absolutamente maravillosa incluso en este día plomizo y gris. Tantas veces he pasado por el tramo recto de la autopista pasado el aeropuerto y he encarado esta mole. Ahora que estoy arriba y miro a los cochecitos que parecen de juguete en la autopista siento una alegría enorme, una gran satisfacción. Es una cumbre muy llana y no hay ningún punto donde haya un abismo debajo, hay que mirar a lo lejos para sentir la altura. Hacia la derecha, hacia el mar, destacan muchos conos, muchos volcanes. De derecha a izquierda voy identificando algunos: Montaña Amarilla, Montaña Roja, Ifara, Centinela, Jama, Buzanada, Sabinita, Imoque, los Brezos, el Conde. Por debajo además de la autopista veo varias carreteras más, mucha actividad, mucho tráfico, desde aquí no veo Los Cristianos que queda oculto por el otro lado de la cima, que es alargada. Bajo por un sendero bajo un poco hasta el otro extremo donde hay una caseta con montones de antenas arracimadas en varios postes eléctricos. De una de ellas emana un ruido fuerte a intervalos regulares. Rodeo la montaña y bajo por el otro lado. Me fijo al rodear la cima que la ladera tiene restos de terrazas. Me asombra que vienesen aquí arriba a cultivar. Debía ser esto mucho más húmedo. Y tenían agua, he visto una pequeña atarjea. En la planicie también hay muchas terrazas, más grandes y extensas, todas abandonadas ahora.
Después de rodearla empiezo la bajada (17.20h). A pesar del firme irregular la hago demasiado rápido y me hago daño en un pie. En la bajada logro seguir bien todo el recorrido. Cuando llego abajo (18.05h) está a punto de ponerse el sol, acaba de aparecer, muy al fondo, saliendo de detrás de las nubes. De camino por la avenida se pone el sol (18.15h). Me deprime ver a los turistas sentados y tristes en sus mesas preparados para cenar. Voy bastante ligero hasta la parada de las guaguas. La parada ocupa un gran tramo de acera de una calle principal de Los Cristianos. Cuando estoy haciendo los estiramientos y de repente noto todo el cansancio de la caminata. El tráfico es muy intenso y va muy lento, la cola de coches que trata de acceder a la cercana rotonda es enorme. Anochece (18.28h) casi sin darme cuenta. Viene la 110 bastante puntual (18.41h) y nos montamos unos pocos pasajeros. Qué diferencia con la venida. Tres jóvenes marroquíes hablan animados hasta San Isidro (19.02h), donde se bajan los tres, camisa de mangas cortas, pantalones por encima de la rodilla, igualmente morenos y delgados los tres.
En la guagua de noche no veo nada del exterior, voy a ciegas, y eso me obliga a mirar para adentro y concentrarme en la música. Sólo me entero por dónde voy al pasar el túnel de Güímar (19.24h). En la bajada por Santa Cruz el conductor no va deprisa y no siento la excitación de montaña rusa de otras veces. Es uno de los mejores momentos de volver en guagua desde el Sur. Cuando me monto en mi cochito (19.48h) ya es un pelín tarde.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Monumento Natural de la Montaña de Guaza