• Excursión 1167. 5 Noviembre de 2020. Jueves.
El Médano. Las Galletas.
Municipios: Granadilla. Arona
De 12.08 a 18h. De 10 a 0 a 182 a 22m.
Distancia: 21,8km. Duración: 5h 52m
Recorrido variado, una gran parte por la costa por playas, otra alrededor de un fantástico campo de golf, después por zonas áridas de barrancos superficiales hasta lo alto de una montaña (Los Erales) para finalizar siguiendo una hilera larga de pequeños volcanes hasta Las Galletas
Salgo de Santa Cruz en la 110 (10.20h) preocupado por un asunto de una tarjeta bancaria, un cargo que no me encaja. Con el horario habitual me estoy bajando a las 11h en San Isidro. En la estación abierta que me parece tan poco acogedora reina un gran ajetreo, gente de aquí para allá, muy cosmopolita. Tengo un pequeño percance, me tropiezo con una barra baja (no sé qué hace ahí) y me caigo estrepitosamente al suelo, me emociona que un hombre me ayude enseguida. Un buen golpe, afortunadamente sin consecuencias. No tardo mucho en salir en la 408 (11.08h) al Médano y menos en llegar (11.16h). Al encontrar una oficina de La Caixa me meto en el caos de esta oficina y logro que me atiendan, me quedo tranquilo con la explicación del cargo. Asunto resuelto y me siento liberado (12.07h).
Ahora la ciudad me parece más alegre y luminosa en cuanto me dirijo hacia la playa donde sopla un cierto viento, soportable. Me gusta caminar sobre la arena compacta rizada lejos del agua. La gente que veo está más bien de pie que tumbada o sentada. Hablan o juegan. El mar está tranquilo. Hay pocos surfistas. No parece que haya suficiente viento. Atravieso toda la zona de dunas por un sendero por la derecha de la montaña Roja que es un espacio natural protegido (Reserva Natural Especial Montaña Roja). La montaña tiene un lado de pendiente suave por donde la paso, hacia el mar es vertical y erosionada. Puedo ver algunos búnkeres, en la ladera y después en la playa, de cuando la 2ª Guerra Mundial. Ahí siguen indestructibles. Pasada la montaña se abre otra gran playa (La Tejita) de arena rubia también cuya llanura y lisura contrasta por su textura y color con el rojo y abrupto de la montaña batida por el mar y el viento. Unos pocos bañistas se preparan para irse cuando llego. Atravieso la playa de arena compactada con olas muy suaves que continuada en su extremo por otra playa (El Confital), está más pequeña y con arena más revuelta con algunos arbustos. Unos enormes grafitis en la valla de una obra le dan un punto estridente a unos esqueletos de edificios que asoman por encima. Después paso una punta rocosa (El Confital) entre el mar y las telas grises de un invernadero. Al otro lado un chamizo se apoya en otro bunker. Aparezco en otra bahía con una playa extensa y de arena clara (El Horno). Paso una pequeña punta rocosa y después hay otra pequeña playa (La Mareta).
Me gusta ir dándome la vuelta y hacerle fotos a la montaña Roja que se va empequeñeciendo a medida que me alejo, pero que va a seguir siendo un punto de referencia de mi avance durante mucho tiempo. Desde este punto de vista y cuando estoy mirando a la montaña me doy cuenta del semicírculo de adosados que sobresale por encima del invernadero (la obra con el muro con grafitis). Sigo ahora por una zona de entrantes y salientes rocosos con charcas y playitas de cayados donde el mar muy azul hace algo de espuma y refulge. Al llegar a Los Abrigos, un pueblo turístico, lo rodeo por la avenida marítima, sin adéntrame en sus calles. A la entrada y a la salida hay sendas playas (Chica y Grande). La playa Grande la cruzo por una pasarela de madera. Qué bien le va la madera a este entorno. Después viene una zona muy edificada que no me resulta agresiva y me salgo de la línea del mar para rodear el campo de golf (Golf del Sur) por la derecha por una larga avenida (José Miguel Galván Bello). Vengo por aquí porque me gusta mucho el campo de golf, con sus greenes de un verde maravilloso, me resultan tan optimista este verde, esta frondosidad del césped. Unos pocos golfistas elegantemente vestidos, como requiere este deporte, señalan y miran a lo lejos. Es un gran campo de golf y tardo casi media hora en rodearlo. Me gusta todo el rato y estoy fascinado por el verde intenso, que es especialmente sorprendente en este entorno seco y árido de la costa sur. Rodeando el campo de golf he recorrido una recta larga y después echándome a la izquierda (obligado por la propia avenida) he atravesado los greenes y me he alejado del campo cruzando un pequeño barranco (Los Saltaderos). En mi camino (calle Retama, calle María de los Ángeles Ascanio, calle Lugar Golf del Sur) hacia un barranco que quiero recorrer llego a otro campo de golf (Amarilla Golf), más pequeño este. Y puedo, tengo la suerte, de caminar por un pequeño green de prácticas. Es algo increíble el estado del césped, perfecto, una alfombra de hojas rectas sólidas y blandas bajo mis pies. Me dan ganas de tirarme para sentirlo más.
Lo atravieso y llego al secarral del cauce de un barranco polvoriento (Montaña Los Erales/Hoya Los Morteros/Archiles) y con restos de plásticos y enseres en la zona de entrada. Es un barranco somero de cauce poco definido. Lo cruzo y sigo por una pista alejándome del mar. Me gusta mucho sentir lo solitario y desértico del sitio, de esta pista, después de los campos irrigados y frescos. Mi objetivo ahora es una montaña que destaca cercana (como a un km) cuando miro hacia adelante según voy caminando la pista. Es una montaña (Los Erales) flanqueada por otras dos algo más pequeñas (Morrito Alto y Montañita Los Erales). Grupos de cardones dominan pequeñas montañitas de tierra y los muros de fincas abandonadas le dan un aire de desolación al lugar que estaría mejor sin ellos. Tras unos quince minutos subiendo en paralelo al cauce del barranco tuerzo a la izquierda para encarar la montaña de Los Erales desde abajo (punto A), subiendo primero por las montañitas que la flanquean. En el mapa de OSM vienen unas pistas para subir a lo alto, in situ yo no veo nada de nada y tengo que ir campo a través subiendo con la referencia del pico de la montaña, primero y soportando un viento creciente logro subir a la Montañita Los Erales, de pendiente suave y superficie rugosa y poca vegetación. Se me hace larga la subida por el viento fuerte que me azota de lado. En lo alto bate más fuerte. En un pequeño rellano, por debajo a la derecha veo un depósito de agua vacío. Sigo por la ladera de la montaña más alta, cubierta de tabaibas dulces. En lo alto hay una vista fantástica. Destacan los volcanes diseminados por el llano entre urbanizaciones y carreteras, algunos súbitamente oscurecidos/borrados por nubes pasajeras, pero más allá siguen los volcanes más puntiagudos (Jama, Igara, El Conde) y mucho más arriba el filo de las Cañadas con el Pico Viejo reconocible a la izquierda. Después cuando inicio el descenso hacia la derecha, hacia la otra pequeña montaña que flanquea esta (Morrito Alto) tengo una buena visual del barranco que separa Guargacho de esta montaña, un barranco (El Monte) recorrido por canales y con viejas terrazas desocupadas y dos saltos, que forman toda una barrera.
Desciendo la ladera y después recorro el pico del Morrito Alto de un material similar a las otras y sigo campo a través hasta el punto A. De ahí tiro hacia la derecha y paso entre una pequeña montaña (Montañita del Charco) y un campo de fútbol y sigo por una pista que va hacia el mar en paralelo a la carretera de Guargacho al Médano. Desde lo alto de la montaña Los Erales he podido ver perfectamente la fila de pequeños volcanes por los que voy a pasar al lado recorriendo esta pista. Es una fila de un km y medio de longitud y muy definida de volcanes que sobresalen entre 30 y 60 metros del llano: Montaña Negra, Montaña del Majano, Montaña Colorada, Morro Los Lirios y Montaña Malpasito. La pista es ancha y llana y va pasando por algunas viejas canteras en las laderas de los volcanes, de material rojizo o marrón. Es una zona agreste, seca, salvaje. En el último volcán un sendero sale de su falda (punto B). Me subo a lo alto, tiene un punto geodésico en la cima (Malpasito, 118m). Desde aquí vuelvo a ver claramente la línea casi recta que forman los volcanes. Regreso al punto B y sigo rodeando el volcán por la izquierda de un barranquito (Llanos de Amarilla) y después sigo en oblicuo hacia la carretera. La cruzo y sigo por terrenos viejos de escorias sin ocupar con inciensos, tabaibas y cardones. Me lleva más de veinte minutos atravesar esta zona preciosa y llegar hasta las primeras casas de Costa del Silencio. Callejeo un poco por entre sus casas que parecen a medio hacer y encuentro (18h) una parada de guagua al lado de una gasolinera (Avenida Fernando Salazar). Tomo la primera guagua que aparece (la 415) en dirección a San Isidro, pero el recorrido que hace es absolutamente rocambolesco y tarda tres cuartos de hora en llegar a San Isidro (18.45h). Afortunadamente la 110 se presenta en dos minutos.
El viento ha sido más o menos constante durante toda la excursión y me he ido acostumbrando. Noto su ausencia cuando termino y me subo en la guagua.
La vista de los volcanes de las medianías (Jama, Iguere y El Conde) al atardecer ha sido maravillosa.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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El Médano a Las Galletas