• Excursión 927. 28 Marzo de 2019. Jueves. (Anaga 149ª).
Barranco de Ijuana.
Municipio: Santa Cruz de Tenerife.
ENP: Parque Rural de Anaga. Reserva Natural Integral de Ijuana.
De 11.30 a 17.30h. De 625 a 0 a 625m. Excursión de W
Distancia: 8,4km. Duración: 6h.
Recorrido aventurero por lomas sobre un gran barranco (Ijuana) hasta su desembocadura y regreso por el mismo trazado. Aventurero por la dificultad de orientación en algunas partes y la bajada por un risco sin sendero claro
Esta es una de esas excursiones que he estado retrasando y retrasando. Me asusta un poco. Va por lo alto de montañas, no por el cauce, y por eso puede ser más complicado. He logrado inscribir el recorrido en el mapa de Grafcan y así tengo una idea, creo que buena, de por dónde ir, en caso de que me pierda. Es decir, por qué crestas tengo que transitar.
La otra cosa que no me gusta de esta excursión es que no hay guagua a una hora razonable de la mañana y tengo que ir hasta el principio de la excursión en mi coche por carreteras llenas de curvas y cada vez más estrechas. Vale.
Con claros y nubes y un tiempo razonable conduzco bien por todo Anaga hasta el cementerio del Lomo de las Bodegas (11.32h, 640m). Dejo el coche al lado de la tapia y tardo… once minutos en tenerlo todo a punto. Qué nervios. El día está bueno. Despejado. Con ánimos y muchas expectativas echo a andar por una pista, no por el sendero que va al Lomo de las Bodegas. La pista termina pronto y sigo por un sendero bien marcado con vistas hacia las lomas donde está el caserío de Las Casillas, pero que no veo, es todo un paisaje de lomas y montañas sin ninguna construcción. Tampoco hay grandes bosques, es un monte de arbustos y plantas pequeñas. Paso una huertecita, última presencia humana. El sendero sube una pequeña colina rocosa y desciende con más desnivel por el otro extremo. Poco después, tras otra ligera bajada, y después de unos cinco minutos largos desde que empecé, veo un sendero a la izquierda (viene del Lomo de las Bodegas) por dentro de un bosquecillo de afollaos y brezos. Estoy en la gollada de la Cruz. Inmediatamente después de la gollada llego a una parte más llana y rodeo (por la derecha) una montaña (Cabezo la Cruz), el sendero es fino, claro y algo inclinado. Enseguida rodeo un pico, también por la derecha. Tras rodear el pico (Tantón) me enfrento ya con las primeras dificultades. Hay que subir por un tramo pedregoso que no se ve de lejos. Es sólo una dificultad psicológica. Ahora ya he sobrepasado completamente la montaña con el pico y voy por una cresta.
Tras un rato por la izquierda de la cresta vuelvo a pasar a la derecha y voy por una pared muy vertical por la derecha de otra cresta y con vistas fantásticas hacia el cauce del barranco de Ijuana que está entre doscientos y doscientos cincuenta metros más abajo. Y claro, vistas hacia otras crestas montañosas. El sendero ya es estrecho y va muy pegado a la pared. Hay grandes abismos y caídas a la derecha, pero el sendero en sí nunca llega a estar realmente expuesto. El trazado del sendero aprovecha muchos diques y en algunos hay que pasar por un fino andén con mucha calma. Me alegra muchísimo descubrir varios almácigos de buen tamaño y de buen aspecto. Es un sendero muy interesante y con un sube y baja continuo para ir siempre pegado a la pared. Tras una degollada (La Gollada) vuelvo a ir por la izquierda de la cresta montañosa. No tengo ningún problema en ir encontrando el sendero bueno, a pesar de que a veces topo con algunas falsas bifurcaciones. Todo el rato estoy en las nubes. Tengo la sensación de ir por un túnel estrecho a pesar de que es todo lo contrario, debe ser el hecho de que sólo hay un sendero en toda esta inmensidad lo que me debe hacer pensar que voy por un túnel.
Al llegar a una pequeña plataforma rocosa (440m) hay que seguir bajando por su extremo a pesar de que parezca que por debajo hay un precipicio. Pero en otra plataforma (370m), esta arenosa, es cuando hay que desviarse a la derecha y abandonar la cresta. Unas piedras puestas en fila te avisan del camino correcto, aunque de entrada las encuentro un poco confusas porque están en perpendicular al recorrido. Y ahora tengo que ir por una ladera de vegetación baja pero densa. Y es cuando el mapa de Grafcan con el sendero inscrito me sirve para saber que es la ladera correcta. Así y todo, esta parte es la más complicada porque hay muchos falsos senderos. Afortunadamente algunas personas maravillosas han puesto hitos, en sitios estratégicos, y así voy encontrando el sendero por esta ladera. El día está completamente despejado y hace un poco de calor, no me afecta yo estoy más entretenido en encontrar el sendero que en cualquier otra cosa. Después de unos 200 o 250 metros de sendero en ligera bajada llego a una arista (300m). Tomo por ella hacia abajo. Hay hitos que me van marcando la bajada, pero en realidad ahora la cosa es fácil, simplemente hay que bajar por esta arista. Aunque siempre es más económico, en esfuerzo físico y mental, seguir por el sendero. Bien. Llego a otra pequeña plataforma limitada por rocas (235m) con un hito en su extremo.
Esta es una parte complicada, hay que bajar por la arista que ahora es de roca volcánica con muchos salientes y con mucha más pendiente. Y el sendero no se ve por ningún lado. Algunos salientes los paso por la derecha, otros por la izquierda, a veces tengo que retroceder para encontrarlo, una vez que los encuentro son muy obvios, mejor. Y así, muy despacio, voy destrepando toda esta arista rocosa y unos 150 metros más abajo ya llego a otra planicie (50m) (más grande) con yerba seca y agostada donde descubro incluso un muro pequeño que cruza toda la planicie. Ya veo el mar, lo oigo y lo huelo. Rodeo la planicie de izquierda a derecha y voy encontrando por dónde va el sendero que en un momento dado empieza a bajar por la ladera de tierra y piedras y va a dar al cauce del barranco. En el cauce hay enormes piedras por todos lados. Y muy pronto por un paso estrecho salgo a la playa (14.12h). Qué maravilloso. Es de arena negra fina, se extiende a la derecha y a la izquierda bajo acantilados verticales de capas horizontales. La marea está bastante llena.
Como una idea razonable se me ocurre que me puede sentar bien caminar descalzo por la playa. Tan poco acostumbrado a las playas me cuesta trabajo quitarme los zapatos y los calcetines. Soy tan de secano. Disciplinado, lo hago sobre unas rocas que hay en el centro de la playa. Y en cuanto empiezo a caminar por la parte izquierda de la playa y siento la arena fina de la playa me entra una relajación instantánea y total (ahora cuando lo estoy escribiendo me viene esa misma sensación de relajación absoluta, de disolverme). La arena seca se quiebra suavemente bajo las plantas de mis pies. Las olas suben suavemente por la playa y camino justo por donde acaban de mojar la arena hacia el extremo de la playa. Voy lejos de la pared para evitar las posibles caídas de piedras y admirar mejor sus capas paralelas y su textura irregular. Es espectacular. De vuelta a las rocas me pongo a comerme mi bocadillo mirando las olas golpear contra las rocas y voy mirando a un lado y al otro de la playa. Se ha nublado y no logro contemplar en su máxima potencia visual este acantilado brutal.
Después de comer me quedo tranquilo sentado mirando, solo viendo las olas en este día tranquilo de marea suave. Pero no me puedo relajar del todo, me falta toda la vuelta, y menuda vuelta tiene que ser. Por fin logro ponerme en camino (15.08h). Y ahora que empiezo a subir por el cauce con las inmensas piedras agradezco que se haya nublado. Salir del cauce por el talud de arena y piedras no es muy complicado, ni atravesar la planicie con la yerba seca ni las primeras rampas hasta la arista rocosa, pero en cuanto ataco esta gran arista de rocas irregulares tengo que hacerlo más que despacio, aunque voy más preocupado de sortear los tres sitios complicados que del esfuerzo físico. Pero aquí me sobreviene un problema, me pican los ojos, alguna sustancia vegetal, probablemente el polen, me está irritando los ojos y me empiezan a lagrimear. Tengo que entornarlos y apenas puedo ver. Me tengo que parar, y, con agua lavarme las cuencas de los ojos y después secarlas cuidadosamente. Se me va pasando la picazón. Logro subir a la plataforma (15.49h) limitada por rocas donde hay una hermosa montañita de piedras. En alemán a los hitos les llaman “hombrecitos de piedra”, qué cariñoso. (Digo esto porque estoy siguiendo la descripción de W en alemán)
La siguiente parte es la subida por la arista arenosa con muchos senderos, aquí es importante que encuentre la desviación a la izquierda (300m aprox.) y no siga subiendo toda la arista. Lo logro (16.03h) gracias a los hitos que me indican bien donde torcer y seguir en ligero ascenso por la ladera, me empiezo a encontrar con cabras arriscadas, que no me gustan nada. No es que ataquen, pero me ponen nervioso, no sé por qué. Logro no despistarme y llegar a la planicie (16.15h) donde está la pequeña fila de piedras. Ya llevo una hora de subida, ¡cómo se pasa el tiempo! Qué entretenido es esto. Sigo subiendo por la cresta rocosa hasta la pequeña planicie arenosa (16.33h). Me despisto una vez en la continuación por bajar demasiado, pero logro mantener la calma, regresar a la bifurcación y encontrar el sendero correcto. Más cabras me molestan aquí y de repente me doy cuenta de porqué me ponen nervioso las cabras, son los balidos de los baifos, tan lastimeros, tanta pena. Se oyen por todos lados, cerca y lejos por toda la cuenca de este barranco. Y es que las crías de los mamíferos saben cómo dar pena, de alguna manera muy primitiva conecta con la ansiedad que sentía con el llanto de mi hija. Saber por qué me molestan me libera un poco del malestar de su presencia. A mí no me molestan, le dan una nota pintoresca al lugar, vale.
Me voy dando cuenta de que no pienso con claridad, en varias ocasiones me cuesta encontrar el sendero correcto, y es que hay muchas falsas bifurcaciones. Y aquí el camino de la virtud es uno, muy fino, y sólo uno. Lo demás es arriscarse y perderse. Ahora viene la larga travesía, en ligera subida por el borde del barranco, por los senderos finos, por los senderos trazados en los diques, la larga travesía por un lado u otro de una cresta. Me agrada mucho de nuevo ver los almácigos (16.45h), los tres o cuatro hermosos que hay por aquí. Estos árboles tienen algo que siempre me gusta, que me reconforta, debe ser su capacidad de sobrevivir en este clima seco, extremo, tórrido. Siguen más senderos finos, y se me hace largo, mucho más largo que en la bajada. Tras la ladera cubierta de yerba seca muy baja con el sendero inclinado llego a una pequeña elevación (que confundo con otra que hay más adelante) y donde veo el cadáver de una cabra, es un informe montón cubierto de un pelo largo marrón, debe haber muerto hace mucho, no huele mal. El tiempo ha estado nublado en toda la subida y ahora empieza a hacer viento cuando paso la bifurcación con el sendero que va hacia el Lomo de las Bodegas, yo sigo recto y subo por la colina rocosa y llego a la laurisilva. Pero la subida sigue, suave, pero subida, hasta que en una curva y súbitamente veo los muros del cementerio y ya llego (17.30h). Oh, cochito, mi casa. Maravilloso.
No me he caído, no me ha pasado nada, no me he perdido, vuelvo intacto. No me duele nada en especial. El regreso en coche es menos esforzado de lo que pensaba, y para recortar un poco de curvas bajo por el barranco de San Andrés y sigo por la carretera hacia Santa Cruz. Y hago algo que me encanta después de haber hecho una excursión muy salvaje y solitaria: voy al Corte Inglés, con la excusa de comprar en el supermercado. Encuentro frambuesas y moras y en la tienda del Gourmet anís estrellado. Siento el contraste con la excursión, aquí hay la máxima seguridad, no te puedes perder, imposible.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Barranco de Ijuana