• Excursión 936. 25 Abril de 2019. Jueves.
ZR Las Lajas. Aponte. La Sabina. La Curte. Tijoco Bajo
Municipio: Adeje
ENP: Parque Natural Corona Forestal
De 11.54 a 19.08h. De 2187 a 408m.
Distancia: 24,2km. Duración: 7h 14m
Fantástica travesía con un descenso de 1700 metros. Desde el pinar cerca del parque Nacional del Teide hasta Tijoco Bajo en las medianías. Un recorrido muy variado por pistas de montaña y senderos en los que visito varios viejos caseríos: Casas de Teresme, Aponte, La Sabina y un pueblo que conserva muchas casas antiguas (Taucho). Localizo varias eras en esta bajada al lado de los viejos caseríos. Cruzo por una carretera un maravilloso sistema de barrancos (Ye, Bucio) en una zona salvaje e intacta. También localizo un viejo camino real (La Curte) con sus dos extremos de difícil acceso
Empiezo hoy un poco cansado y desganado cuando me subo a la guagua en Santa Cruz (10h, la 110). Me resulta una buena travesía escuchando una interpretación de Mullova de piezas de Tchaikovski y Sibelius. En Los Cristianos, con buen tiempo, tomo un taxi sobre la marcha en la acera de enfrente a donde paran las guaguas. Hoy no tengo el cuerpo para hablar y me mantengo muy callado y eso que el conductor me dice un par de cosas “es usted fotógrafo” “va a hacer un reportaje en el Teide”. Pero yo sólo contesto con monosílabos. Solo me animo un poco cuando me deja en el principio de la excursión, es una curva como un kilómetro después de la zona recreativo de las Lajas (11.51h, 2191m, 39,9€). Después de ir cómodo y protegido en el taxi cuando se va y me quedo solo, noto mucho fresco y viento en la pista.
Me pongo el chaquetón. Empiezo a bajar por una pista ancha que va por un pinar con poca densidad de árboles y por el que destacan grupos de rocas en lascas grises. La pista va bajando con desnivel suave describiendo curvas muy aparatosas entre las que no veo ningún atajo y cuando lo veo me dan pereza por el riesgo inherente a los atajos. Al menos voy entrando en calor y me quito el chaquetón. El paisaje se anima un poco cuando atisbo la montaña Colorada (excursión 802), tan redondeada, tan perfecta, con unos pocos pinos por encima; destaca del paisaje de pinos. Sigo bajando y recorriendo muchos tramos rectos y curvas de 180 grados entre los que atisbo a veces alguna pista pequeña y estrecha medio perdida. En los 1925m y ya cerca de la montaña Colorada me desvío a la izquierda por un sendero claro. Este sendero lo recorrí en la excursión 802 bajando de la ZR de Las Lajas. Le saco hoy más partido. Llanea pasando varios cauces de barrancos, todos pasos sencillos por el sendero claro; el último cauce es muy hermoso por las piedras blanqueadas del fondo y un pequeño tramo de escaleras que sube en espiral, la luz es bastante favorable para apreciarlo. Apenas me acuerdo del anterior paso, debe ser que iba más preocupado por encontrarlo, ahora voy seguro. Sin embargo, cuando estoy cerca de la pista por donde voy a seguir bajando me confundo y sigo un sendero a la izquierda que va subiendo, pero nunca alcanza la pista. Por fin me doy cuenta y me acuerdo que aquella vez que lo recorrí ya me pareció confusa la bifurcación (que hoy no vi), así que tengo que cruzar y subir monte a través hasta que llego a la pista y la por ella sigo bajando, paso el lugar por donde se llegaba desde el sendero (1910m, señalizado) y yo sigo bajando por la pista.
El tiempo está soleado y agradable, nada ver con la impresión que tuve en la mañana. La pista por la que bajo es ancha al principio. Pasa un todo terreno, que probablemente vaya a una galería (Encarnación y Santa Úrsula) que hay un poco más abajo en una desviación. Yo sigo bajando, pero la pista empieza a tener un firme muy pedregoso, tener mucha más pendiente y ser bastante incómoda. La sigo por la derecha yendo al lado de un canal seco que lleva por encima una tubería con agua (delicioso el rumor). Sigo en el pinar. Tras el tramo largo de pista con mucha pendiente veo a una mujer delgada que sube corriendo a cámara lenta y muy concentrada (nos saludamos como si nada). Poco después me detengo a comer (13.45-14.08h) en una caseta grande con varias habitaciones que está cerca de una galería (Los Lagos). Es un lugar (1590m) estupendo, me siento en uno de los escalones de la entrada con vistas a la montaña de Chimoche y qué bien que se distingue hoy no como en la excursión en que pretendí subir a lo alto (excursión 919). Es una montaña ancha y redondeada pero totalmente cubierta de pinos, es decir, sin vistas desde lo alto.
Después de comer sigo bajando por la pista y en unos dos o tres minutos llego a una bifurcación donde tomo a la derecha (cuando llegué a este sitio en la excursión 919 y miré hacia arriba me pareció remoto el lugar por donde ahora bajo y no es la única diferencia porque entonces había niebla y fresco y hoy es un día alegre y cálido) y bajo por una pista algo pedregosa y que parece menos frecuentada que atraviesa el lecho rocoso y ancho de un barranco (Los Lagos). Todavía la pista está peor al otro lado y llego al camino-sendero por el que subí desde Ifonche, pero yo sigo adelante y tuerzo por la misma pista que voy a la derecha y empiezo a bajar, tras un par de curvas la pista se convierte en un sendero estrecho que baja zigzagueando y atravesado una gran tubería. Es un sendero sobre rocas, y está cubierto de piñas, pinocha y piedras, es una preciosidad de sendero de montaña que baja hacia el cauce de un barranco (Padilla). Bajo hasta el cauce y me subo a ver la caseta de una galería (El Rosario) de la que sale un buen caudal de agua por un canal descubierto. Muchas plantas, y está soleado, qué alegre. Es un lugar fantástico. Vale. Sigo por el cauce y enseguida encuentro una pista a la derecha (Pista Galería Padilla) que se va progresivamente alejándose del cauce del barranco, la pista va llaneando, es estrecha pero suficiente para un camión. Se me hace larga rodeando pliegues y pliegues de las montañas hasta que llego a divisar las casas de Teresme (excursión 802).
La casa sigue igual de fascinante a pesar del deterioro, sigue conservando los techos, el gran cardo de leche que hay en el patio está seco y ahora no muestra sus flores amarillas, por lo demás todo está exactamente igual. Hecho un vistazo a las grandes eras que hay por debajo y sigo bajando por un sendero claro que tras rodear el área de influencia de la casa llega a una pista (Pista Casa Grande). Alcanzo una zona de cultivos en jable (Hoya del Agua), es amplía y destaca del bosque verde por su color claro. En los 1240m me desvío a la derecha por una pista (Pista La Quinta-La Montañeta). Veo una gran cueva al nivel del suelo, parece grande y con muchos ramales. Sigo por la pista rodeando los cultivos, algunos vallados y que parecen cuidados. Después de rodearlos me encuentro con un hombre que está grabando. Resulta ser un periodista alemán que ha venido a cubrir el caso del asesinato de una mujer y su hijo. Está conmocionado. Me dice que el crimen ocurrió en una cueva un poco más arriba (la que he visto antes) y que otro hijo de la familia de unos siete años logro escapar milagrosamente, y que ya han detenido al probable criminal, el padre del niño y marido de la mujer que reside en Adeje. Yo también me quedo impresionado. Hace una foto de mi mapa porque trae la localización del lugar (Hoya del Agua), el periodista reside en Mallorca y habla bien español. Él se va enseguida y yo declino que me lleve en su coche. A mí todavía me queda mucho. (Es curioso que mi mujer el lunes de esta semana me contara acerca de este suceso y me preguntó hoy, antes de salir de casa, si iba a ir por esa zona).
Poco después la pista se transforma en una carretera asfaltada estrecha donde hay varias fincas aisladas con casas. Yo me desvío por la derecha (1130m) por un sendero que va pegado a la valla de una finca, voy por aquí para ver si logro localizar el pequeño caserío de Aponte. Y la sorpresa, agradable, es que es un sendero que se mete hacia un barranquillo (Cañaheje) y donde descubro las marcas (amarilla y blanca) de sendero PR, y que después llega a otro barranquillo más angosto (El Prinque) que tiene un canal de madera (para llevar agua) para salvar el cauce. Este canal debe ser de los pocos canales de madera que van quedando. Qué lugar más interesante y que he descubierto por casualidad, simplemente estudiando los mapas cuando diseñe la excursión.
Salvo el barranquillo por un recorrido tortuoso y llego a lo alto, al caserío de Aponte. Casas en ruinas y una rehabilitada donde no parece vivir nadie permanentemente. Encuentro una era grande (20m Ø) en muy buen estado con firme de cayados pequeños y piedras y murito alrededor. Las sorpresas agradables siguen. Encuentro otra era, algo más pequeña (16m Ø) y además, por debajo de la segunda era (1160m) encuentro un camino tradicional que baja siguiendo un barranquillo y que tiene muro. Unos 300 metros después (1100m) parece terminar, pero no, sigue por una zona de muchas plantas y cruza el barranquillo. El camino sigue descendiendo con el cauce del barranco Hoyas de la Virgen) a la derecha. El barranco se va haciendo progresivamente más profundo y ancho. Me encanta cómo los barrancos se desarrollan y cambian de carácter en tanto poco espacio. Tras una bajada de unos 600 metros desde la era el camino tuerce a la derecha (1050m) y cruza el barranco.
Al otro lado vuelvo a ver fincas y llego a una calle que baja (La Capellanía). Calle en la que hay varias casas aisladas y que baja con bastante pendiente con vistas hacia Taucho, ya muy cercana. Una bajada por la calle (un km) y llego a Taucho (910m). Taucho es un pueblo en la parte alta de Adeje que conserva muchas casas antiguas, yo creo que el que más casas antiguas de los que hay por la zona (La Quinta, Tijoco Alto, La Concepción). Consigo agua y me tomo un té en un bar grande con un panel dedicado a un hombre que ha hecho mucho por la cultura popular. Sigo por la carretera general (TF-583, calle Los Lomitos) unos diez minutos (600 metros) y cuando empieza a bajar tuerzo a la derecha en una bifurcación hacia Tijoco Alto (está señalizado).
La carretera a Tijos Alto es más estrecha y pasa al lado de algunas casas, y enseguida llego al barranco de Ye. En otra excursión (la 828) lo cruce por un sendero antiguo y casi desaparecido. Ahora voy a seguir la carretera para cruzarlo. En realidad, son tres barrancos los que coinciden aquí: según los voy encontrando son Quicio/Bucio, Ye/Cerca y Hoya de Cho Mora. Forman un conjunto revirado, profundo con grandes placas grises y tiras de piedras rotas en donde no veo ninguna presencia humana exceptuando la propia carretera en sí. La carretera va casi incrustada en las paredes muy verticales y pasando los barrancos estrechos llenos de vegetación con muchas formaciones rocosas extrañas y una gran variedad de rocas y formas de las rocas. El día está cubierto y grisáceo y no se puede apreciar la textura rica y diversa de todas sus paredes. Por otro lado, me resulta extraordinario el trazado en sí de esta carretera para unir dos pueblos tan pequeños y tan remotos. Pero de qué otra manera se puede apreciar una naturaleza tan salvaje. Gracias. Cuando ya he remontado y estoy en lo alto del otro lado diviso un sendero en la ladera de enfrente, un sendero estrecho y expuesto que llega hasta la entrada a una galería (Vera de La Lajita) de la que sale una tubería (probablemente de extracción de aire). Le dejo para otro día.
Llego a la carretera (TF-585) que comunica Tijoco de Arriba con Tijoco de Abajo, Tijoco Bajo está en la carretera general del sur. Enseguida me salgo por la derecha (910m) por una carretera que lleva a una casa, un perro blanco grande en medio de la calle me mira atento, paso a su lado algo tenso confiando en que no se me note, pienso que si está en la calle no tiene tanto sentido territorial como los perritos pequeños. Así es, me deja pasar como si nada. La calle asfaltada termina poco después y sigo por una pista de tierra acompañado de un canal descubierto que lleva agua. Confluyo con la carretera de nuevo (la TF-585) y sigo bajando por ella unos cinco minutos hasta que me salgo por la derecha (770m) y medio campo a través medio por un sendero paso justo por debajo de una presa (Charco Los Morros). Al pasarla puedo verla bien, está vacía, todo su fondo recubierto de cemento. Sigo por un senderillo que me lleva hasta un caserío abandonado (La Sabina) compuesto por una gran casa de dos plantas y habitaciones anejas. La casa está en proceso de destrucción. La situación de la casa es fantástica, está en el extremo de un saliente, un promontorio, y por debajo se ven valles y una carretera. Localizo una hermosa era (18m Ø) con las piedras del suelo en diseño radial. También restos de bancales. Las piedras son preciosas, en tonos anaranjados y grandes.
Vuelvo a cruzar el barranquillo (La Concepción) por un camino tradicional que va apoyado por muretes de piedra, una maravilla de ver cómo se adapta al cauce (740m) para cruzarlo. Al otro lado voy pegado a la valla de una finca donde un hombre se afana, pero se oculta cuando llego cerca de él. Antes de cruzar por debajo de la presa una mujer desde esta finca me dijo que el camino estaba por arriba pero no me dijo nada de este, qué taimada; menos mal que son caminos de comunicación y no los pueden cerrar. Vuelvo a la carretera, ahora estoy en el pequeño caserío de La Concepción, con casas modernas o renovadas. Cruzo la carretera y me meto por una calle enfrente donde un hombre está echando basura en un contenedor. Ahora estoy buscando un antiguo camino que debe estar al final de esta calle, le pregunto por este camino; no sabe nada, le enseño los mapas y le muestro por donde puede estar. Se anima y me dice que me va a acompañar. Dicho y hecho. Enseguida yo distingo la traza del viejo camino y bajamos un pequeño trecho campo a través hasta que llegamos al camino tradicional (Camino de la Curte). Es un camino ancho sobre roca (bastante pulida), con doble muro, acompañado de un canal seco y una tubería. Tuvo que ser un camino importante y el hombre me dice que su madre lo llama camino real y que el camino continúa por arriba (más arriba de su casa) y que pasa al lado de una era. Me habla también de un campo de tiro al plato que había por aquí y que cerraron hace tiempo. Los ecologistas los denunciaron porque la munición de plomo contaminaba todo el barranco (en la excursión 1593 iré por esa zona, por donde disparaban los cartuchos, todavía quedan muchos por el suelo).
Tras un rato bajando me pregunta qué más hay que ver, yo me quedo perplejo porque a mí este camino me parece una maravilla de ver y de transitar, él se vuelve a su casa, debe ser por lo que nunca ha venido por aquí. El camino de La Curte va bajando por una loma entre dos barrancos pequeños, pero más allá, por la izquierda hay un barranco más grande (Ajabo) que puedo ver cuando he bajado un poco más. Me encanta este viejo camino que ha quedado completamente estrangulado por ambos extremos como puedo comprobar al toparme con las vallas de fincas muy montadas. Rodeo las fincas por la derecha hasta alcanzar una calle de asfalto y por ella continuo hasta la carretera (la TF-585). Sigo bajando por la carretera con grandes curvas, pero no diviso ningún atajo. Poco antes de llegar la carretera general me desvío a la derecha y logro ver una espléndida casa antigua (Casa de la Palma), una casona de dos plantas con una grácil palmera. También esta casona está en ruinas, pero todavía conserva sus techos y su aspecto importante. Al llegar a la carretera general (TF-82, 19.08h) la cruzo por una pasarela y llego a una parada de Titsa donde dos jóvenes están refugiados hablando de sus cosas, no me hacen ningún caso, invisible para ellos. La 460 tarda poco (19.19h) y me lleva hasta Adeje (19.42h), donde me monto en la 110 para regresar a Santa Cruz.
En la vuelta escucho a Biber (sonatas del Rosario), vuelvo en estado de gracia, ha sido una excursión fantástica en donde puedo contar por lo menos cinco o seis lugares muy interesantes (la bajada a la galería del Rosario, el barranco antes de Aponte, el paso del barranco de Yé, la casa de La Sabina y el camino de la Curte).
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Carretera de Vilaflor cerca de Boca Tauce a Teresme
Teresme a Tijoco Bajo