• Excursión 797. 26 Junio de 2018. Martes.
Barranco Los Pasos. Los Silos
Municipio: Los Silos
ENP: Parque Rural de Teno
De 15.46 a 18.46h. De 165 a 334m.
Distancia: 2.2km. duración: 3h.
Breve recorrido por el barranco de Los Pasos desde su final cerca de Los Silos. Tiene una primera parte amplia y llana atravesando un gran valle y después se torna angosto y revirado e impresionante al atravesar una garganta estrecha. No se puede continuar más arriba, una vieja escalera de acceso se rompió
En la carretera general del Norte en Los Silos, un poco más allá de la entrada al camino de Cuevas Negras, hay otra entrada, muy estrecha, por la que solo cabe un coche y que sube entre fincas y algunos buenos baches hasta el sendero de Talavera. Dejo el coche justo al lado del principio del sendero que sube a Talavera (Pina). Estoy en el barranco de Los Pasos. No subo por el sendero a Talavera, sino que sigo caminando carretera arriba y paso al lado de unos depósitos e instalaciones de agua y por un sendero bien marcado por un terreno bastante llano me voy adentrando en un valle. En una piedra hay un cartel que dice “the entry to another world” y una flecha que señala a un boquete grande y negro en la pared derecha. Vale, colega. El sendero sube derecho y está muy invadido de tederas, que son blandas y se puede caminar entre ellas, aunque de vez en vez algunas zarzas me amargan la subida. Voy preparado con unas tijeras de podar para cortarlas, no las esperaba tan pronto y me llevo algún que otro arañazo. El valle en forma de v es ancho de entrada y se va estrechando. Las tederas están recrecidas y muy altas, en muchas ocasiones no veo el suelo y solo la confianza y un sexto sentido me hace ir por el sitio correcto, más adelante me acompaña y guía una tubería. Algunos arbustos grandes (un peralito, granadillos, un aderno, guaydiles) mezclados con los inciensos, las tabaibas, los jazmines salvajes, los espineros negros, la leñanoel, los tasaigos, y los tajinastes azules dan una cobertura total a la planicie por donde transito. En las laderas hay pinos y palmeras dispersas que le dan mucha profundidad al paisaje. Estas paredes se elevan unos doscientos metros a cada lado del llano. Las tederas cada vez más altas, casi a la altura de mi cabeza, donde se agazapan traicioneras las zarzas. Cruzo un canal que se desvía hacia la ladera derecha con un sendero muy marcado, pero no me animo a seguirlo. Cuando miro hacia el fondo, en la dirección que llevo sólo veo una pared, no se ve la continuación del barranco. Sé, sin embargo, que sigue pasando por curvas muy retorcidas y angostas. No me preocupo. Cruzo el pequeño cauce y sigo subiendo lentamente. Después de cruzar el cauce una segunda vez sigo por las tederas, con algún pino esporádico. Algunas tabaibas son gigantescas.
Con determinación sigo entre las tederas y con la tubería acompañándome. Las laderas con formas estratificadas y salientes son muy variadas y entretenidas de mirar, pero parece que voy hacia un callejón sin salida. Llego a una galería (Talavera), no veo la entrada, lo que puedo ver son depósitos y agua corriendo en unas instalaciones medio derruidas y algo salvajes. Cruzo de nuevo el cauce y con vegetación más densa y apretada, sigo subiendo y llego al primer paso angosto, es una curva a izquierdas angosta y estrecha con enormes piedras grises, donde está más oscuro. Bastante osado (no me quiero imaginar el peligro de desprendimientos) sigo subiendo por un gran tramo de piedras en forma de escalones. Hacia arriba es casi imposible mirar, las paredes están tan juntas. Superado este primer paso angosto ya puedo echar un buen vistazo a las paredes con oquedades y grietas que pueden elevarse más de 300 metros por encima de donde estoy (250m). Me imagino la fuerza del agua constreñida entre estas paredes y pasando horadándolo todo gracias a las piedras que lleva dentro y que lo destruyen todo, ahondando el canal del barranco. Llego a una parte un poco más ancha donde me trabo como un tonto con una maraña de zarzas sobre el cauce. He leído en la página web de OSM sobre este barranco y dice que el problema son las zarzas. Como un maniaco me pongo a cortar zarzas, tras más de veinte minutos encaramado a piedras y abriendo un pasillo caigo en la cuenta de que tiene que ser más fácil, que la información no es tan antigua y no ha dado tiempo a que crezcan tanto a las zarzas, así que el sendero tiene que seguir por otro lado.
Desando el camino unos treinta metros, y efectivamente encuentro la continuación, mucho más fácil y además cerca de una tubería. Sí, hay zarzas, pero no gran cosa. El peligro ahora son las zarzas sobre las piedras lisas y no porque me vayan a pinchar, que también, sino porque son demoniacamente resbaladizas al pisarlas sobre piedra. Me doy más de un susto hasta que me doy cuenta de este otro peligro. Ahora lo que veo son muchas capitanas, que son plantas de terrenos muy húmedos, con sus florecitas en penachos en forma de pequeñas bolas formadas por gotas. Paso algunos tramos algo expuestos sobre el cauce y despacio los voy recorriendo. Sigo subiendo y admirando esta garganta, con mejores vistas hacia abajo cuanto más subo. Y entonces llego a un salto de unos seis o siete metros, donde hay, una escalera con escalones de cemento sobre el vacío. Está pegada a la pared derecha, pero le faltan unos diez o doce peldaños hacia la mitad, es decir, misión imposible. Me cuesta un buen rato entender el porqué de un somier que está en el suelo debajo de los escalones desaparecidos. Debieron ponerlo con la vana idea de formar un puente para salvar el vacío. Con las piedras que caen de todos lados o que ruedan desde arriba creo que los escalones desaparecieron por un buen golpe de piedras que por que estuviese mal hecha. Pero no me doy por vencido, me acerco a la pared y veo que corre agua por un surco vertical a la izquierda, no mucha, y entonces veo que en la pared hay huecos, no voy a decir escalones, sino sólo unos huecos estratégicamente colocados, y seguramente excavados para ir colocando los pies y las manos e ir trepando. Cuando he subido unos tres o cuatro metros y miro para abajo y miro para arriba, y veo que todavía me falta un buen trecho para vencer el salto entro en razón y dudo de seguir subiendo. Entonces recuerdo una regla de actuación en sitios peligrosos y si la respuesta a las dos siguientes preguntas es sí, entonces tengo que abandonar: ¿es alta la probabilidad de un mal paso? ¿es la consecuencia de una caída bastante lesiva? Y en este caso la respuesta es sí en ambos casos. Es decir, que yo puedo ir por sitios muy expuestos, pero si la probabilidad de dar un mal paso es muy baja yo sigo o si es fácil que me caiga, pero sólo rasguños conseguiré entonces también sigo.
Aceptadas mis limitaciones desciendo lentamente por los huecos hasta la base y cuando estoy retrocediendo entonces me doy un buen golpe en la cabeza con una tubería metálica que no he visto, menos mal que es lisa, pero me va a hacer un buen chichón, eso seguro. Así que tan ufano bajaba por evitar un peligro y me da dado fuerte golpe, no se puede estar suficientemente alerta en estos sitios. Además, si superaba esa pared todavía seguro que me faltaban más pruebas y podría haberla subido, pero bajarlo, es mucho más difícil, así que estaría atrapado. Lo dejo sine die. (Durante los siguientes días doy con la idea de hacerlo bajando, sé por dónde empieza el sendero, pero bajarlo con una cuerda y un arnés, o quizá hacer rappel). (Años después he comprobado que desde arriba no se puede, está tupido de vegetación, el sendero se ha perdido definitivamente).
En el regreso me cuesta volver a sintonizar con la belleza tan absolutamente salvaje de esta garganta. Qué paredes, qué grisura. Me acuerdo cuando bajé por Talavera y veía este barranco desde arriba, los paredones tremendos y que, por supuesto, no veía el cauce por dónde voy ahora. Golpeado y con más tranquilidad puedo ir bajando y apreciarlo mejor, aunque las fotos no creo que capten en absoluto lo que es este lugar, todo es tan estrecho. Paso el último tramo angosto y vuelvo a la galería con agua y en la vuelta hay dos pequeños pinares, uno más grande en donde los pinos rodean un lugar amplio, para acampar o estar un grupo grande y todo cubierto de pinocha. Un lugar muy acogedor. Y después de todas estas pruebas y en bajada disfruto mucho más de la visión del valle con sus laderas con palmeras y pinos y la preciosa luz de la tarde. Vuelvo como un veterano. Tampoco me animo a la vuelta a transitar por el canal que va hacia la ladera y por ella después. Sigo bajando entre las tederas y pasando la gran piedra que hay al final donde pusieron el cartel del agujero a otro mundo. Lo bueno de venir en coche es que ya me puedo subir y regresar sin esperas. A pesar de eso no puedo evitar subir un rato por el sendero de Talavera, sólo un corto rato para tener una buena vista de Los Silos y la montaña de Aregume.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Los Silos - Barranco Los Pasos