E-1584 Icor. Barranco Jurado

• Excursión 1584. 27 Mayo de 2024. Lunes

Icor. Barranco Jurado. Las Eras.

Municipio: Arico

De 15.40 a 20.15h. De 330 a 15 a 60m.

Distancia: 7,2k. Duración: 4h 25m.

Recorrido complicado siguiendo el barranco del Jurado. Me paso más de la mitad del tiempo luchando con las plantas en el cauce del barranco, y tengo que rodear diez saltos. Ya es el octavo barranco que recorro (entre la costa y la carretera general del sur), son tan diferentes entre sí, algunos son transitables, otros tienen muchos saltos, otros sitios vegetación infranqueable, es una sorpresa continua. (Las Revueltas 1, Narices 2, Boso 3, Paredón Blanco 4, Magua 5, Bonito 6, Bucio 7, Jurado 8, Icor 9). Tengo el plan de recorrer también Los Pilones 10 y Guama 11. También un tramo de El Río. Y recorrí ya el barranco de Tajao/Castaña/Bijagua. Y seguro que sale algún otro.

Salgo en la 111 de Santa Cruz y me bajo en la parada en la carretera de bajada al Puertito de Güímar. Camino hacia arriba hasta la cercana gasolinera (Puzol) y llamo un taxi. Viene en diez minutos. El conductor me conoce de otra vez en la que me llevo al pino de La Marquesa, y nos pasamos un rato agradable charlando. Me lleva hasta Icor (27€).

Con cielos despejados avanzo por la carretera en dirección a Granadilla, en dos minutos estoy cruzando el barranco del Jurado por un puente. Voy buscando un sitio por donde bajar al cauce. Lo encuentro cien metros más allá entre viejas terrazas abandonadas. Desciendo en oblicuo al cauce. De entrada, con suelo arenoso, algo de basalto, balos, tabaibas, matorriscos y pequeñas pencas. Pronto me encuentro con un pequeño salto con una palmera joven debajo, bajo y me topo con una cantidad asombrosa de balos, tasaigos y cornicales que forman una masa impasable, tras luchar unos cinco minutos tengo que retroceder, subir el pequeño salto y rodear por la derecha unos veinte metros y bajar de nuevo al cauce. La cosa empieza movida. Me ha asombrado el tamaño de los tasaigos, plantas trepadoras que no suelen ser tan grandes. Con cierta dificultad por la vegetación continúo en suave descenso por el cauce y en unos dos o tres minutos llego a un hermoso salto (290m), con el borde ancho y basáltico, de entre cinco y diez metros de altura. Debajo el cauce se hace ancho y descubro en la base de la ladera izquierda un horno y una cueva. En la ladera derecha en una pared acantilada se ha desgajado una parte de la pared y una gran piedra, del tamaño de una furgoneta, con una colección de piedras más pequeñas está aparatosamente caída cerca del cauce. Son rocas piroclásticas de color beis. Ya se ve aquí bien la fuerza de la naturaleza.

Remonto por la derecha unos quince metros de desnivel subiendo por dos muros bajos de terrazas y salgo del barranco, sigo hacia abajo por el borde superior de la parte acantilada con buenas vistas, me llama la atención el hecho de que haya un horno allá abajo. Desciendo por una lengua de terreno entre el barranco del Jurado y otro, más pequeño (Barranquillo de la Camba/Los Gaspar) y después por el cauce del más pequeño y por él confluyo con el cauce del grande (El Jurado). De vuelta al cauce sigo luchando con las plantas que crecen en todo el ancho cauce y me hacen muy complicado el progreso. Y pronto vuelvo a encontrarme con otro salto (250m), este más estrecho y encajonado que el anterior, de unos diez o quince metros de altura. Los saltos en partes acantiladas me impresionan más, en ellos el agua, más constreñida, bajará en cascadas impresionantes. Abajo hay piedras enormes, del tamaño de casas pequeñas. Intento por la derecha, no puedo, remonto por la izquierda hasta un risco vertical y bajo con muchas precauciones hasta el cauce. Es muy complicado descender. Desde abajo puedo ver bien el salto, por debajo es cóncavo y tiene varias oquedades de diferentes materiales. Un cataclismo de miles de años. Maniobro entre las enormes piedras, las rodeo buscando los lugares con poco desnivel hasta encontrarlos y después de rodear las piedras sigo unos pocos metros hasta que me topo con un pequeño salto, podría bajarlo, pero no estoy seguro de poder subirlo, y si lo necesitase porque más abajo hay otro salto impasable estaría atrapado. Desisto. Regreso por el recorrido complicado entre las piedras, subo por la ladera hasta la parte vertical y vuelvo a descender por una parte que me lo permite y logro bajar hasta el cauce.

Ahora puedo continuar por el cauce, que no tiene una vegetación que no está excesivamente cerrada. Esta sección del barranco (Hoya la Angostura) tiene paredes altas (unos 50 metros) con sección en uve. Me resulta muy atractiva. Uno se siente una hormiguita por aquí. Puedo avanzar unos 500 metros (unos quince minutos) hasta que me vuelvo a encontrar con otro salto, el tercero (200m), es ancho, tipo tobogán, con una parte en el aire abajo. De una altura entre cinco y diez metros. El fondo a continuación es ancho y muy cubierto de plantas. A los dos lados hay muros de sustentación de viejos caminos. Lo rodeo por la derecha, por una zona de terrazas, primero llaneando y después bajando por los muros de las terrazas hasta alcanzar el cauce. Pero sólo puedo avanzar unos pocos metros, me encuentro con otro salto, el cuarto (180m). El cauce se separa en dos por una pequeña lomita. Primero veo el salto desde la izquierda, tendrá entre diez y quince metros de altura, abajo el cauce es muy estrecho, me resulta de miedo este salto, es oscuro y muy angosto. Rodeo la lomita y me asomo al borde derecho del salto, temible también. Esta zona se llama La Caldera. Tengo que retroceder por el cauce unos metros y rodear este salto por la izquierda del barranco en un largo rodeo por los nateros de un barranquillo y poder volver a descender al cauce.

No duro mucho por el cauce porque me encuentro con otro salto (el quinto, 135m) que puedo rodear por la izquierda por una zona con bastante desnivel acercándome e incluso entrando por una zona vallada, que afortunadamente tiene agujeros por debajo. Desciendo otra vez al cauce y ahora viene una parte con menos desnivel. No estoy mirando mi mapa para comprobar si me falta mucho o poco, no tengo ni idea de cuanto he recorrido y cuánto me falta. Con menos plantas y más llano me da la sensación de que ya no me voy a encontrar con más saltos. Pero no es así. Y tras unos quinientos metros de tránsito sencillo por el cauce llego a una parte del barranco (100m) que es un desfiladero de columnas basálticas con tres saltos seguidos, muy cercanos entre sí, de unos cinco metros cada uno, veo bien el primero, no tanto el segundo, y al rodearlo por la izquierda puedo ver el tercero. El fondo ahí es de yerbas largas que parecen peinadas. Este barranco del Jurado es una lotería de saltos, el más variado de los que he recorrido por Arico.

De nuevo en el cauce y tras avanzar unos 200 metros llego a un hermoso salto (75m), el noveno salto, de unos 20 metros de altura. Da a una zona ancha con una pared muy vertical por la izquierda y una ladera derecha por la que puedo descender. Abajo atravieso dos muros bajos de terrazas alargadas y muy pegado a la pared vertical izquierda sigo por el cauce arenoso. Ya parece que no va a ver más saltos, pero me equivoco, porque tras unos 200 metros sin problemas me encuentro con el décimo salto (50m), un salto estrecho con basaltos de unos cinco metros de altura. Desciendo por la derecha por una ladera suave hasta la confluencia con el cauce de otro barranco (Icor) que viene de la izquierda.

Remonto del cauce y alcanzo una pista de tierra por la que sigo a la izquierda hasta un grupo de casas, las rodeo y enseguida empato con la carretera de Icor, ya asfaltada. Hoy, y sólo por probar algo diferente, tras unos primeros metros por la carretera asfaltada cruzo la autopista por un túnel. Nada más pasarlo remonto y sigo sin sendero cerca de la autopista hacia la parada de la guagua que está como a un km. Es un terreno bastante llano de vegetación de la zona con restos variados que arrojan los coches al pasar, botellas, anillas de bombonas, juguetes rotos. Tras medio km paso por encima de un túnel, túnel por el que va el cauce de otro barranco (Las Ceras/Los Pilones). El paso es estrecho y tengo que seguir por el arcén, por fuera de las defensas, a la derecha de las defensas no hay terreno apenas, o es muy peligroso por las caídas. Bien pegado a las defensas continúo. Después de una excursión tan variada y de tantas alternativas puedo aguantar la agresividad y el ruido de los coches, siempre muy atento a ir bien pegado a las defensas. Cuando me faltan unos cinco minutos para llegar a la parada veo pasar la 111 como una exhalación. Iba bastante tranquilo y ahora más. Ya sé que me toca una larga espera en la parada, esta guagua pasa cada media hora.

En la parada me lo tomo con mucha calma. Me paso un cuarto de hora quitándome las manchas negras de los cornicales de las manos. Los cornicales rezuman una savia blanca y pegajosa que se pone negra en pocos minutos. Después de haber estado luchando con las plantas más de la mitad del tiempo total de la excursión mis manos parecen que padecen de vitíligo. Con alcohol antiséptico me restriego bien las manos. No quiero que el conductor de la guagua no me deje subir por cochino.

Durante la excursión en algún momento, no sé cuándo ni donde, he perdido el teléfono. Le tenía cariño, un teléfono pequeño, compacto, pero ni loco me planteo volver a buscarlo, no hoy desde luego, nunca. Cualquiera sabe dónde se me cayó. Hoy tuve el fallo de no cerrar la cremallera del bolsillo del chaleco donde lo pongo. Un pequeño gesto, pero tras todo tipo de contorsiones para atravesar las plantas encuentro lógico que se haya caído. Aquí en la parada lo que más echo de menos es no poder escuchar música. Por otro lado, tampoco puedo avisar a mi mujer de que voy a llegar tarde, hoy se ha alargado demasiado la excursión. La guagua tarda veinticinco minutos. Se me hace raro ir en guagua sin música. En el intercambiador le pido al encargado que me deje llamar. Me deja su teléfono y puedo llamar a mí mujer para advertirle de que llegaré tarde. Gracias, encargado. Son las diez menos cuarto cuando llego a mi casa.

Y de un problema he sacado una ventaja, ahora me he comprado un iphone 12 de segunda mano de esos que llaman reacondicionados y estoy disfrutando de la sabiduría tecnológica y ergonómica de apple.

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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla

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