• Excursión 1460. 23 Febrero de 2023. Jueves.
Lomo Las Moradas. Los Silos
Municipio: Los Silos
ENP: Parque Rural de Teno
De 11 a 15h. De 100 a 600 a 100m
Distancia: 8,8k. Duración: 5h 55m.
De Los Silos subo por un sendero PR hasta Las Moradas de Arriba y, campo a través, asciendo hasta la arista de la loma de Las Moradas (separa el barranco Las Moradas del barranco Los Pasos). Por un viejo y perdido sendero desciendo por la arista y al llegar a su final hago una travesía muy emocionante y salvaje hasta llegar al canal de Buenavista
Rebuscando en mi memoria sitios nuevos por dónde ir me acuerdo que en la excursión en que bajé desde Las Moradas de Abajo hasta el cauce del barranco de Los Cochinos (excursión 1438) vi que la ladera por la derecha de las Moradas tiene una pendiente suave y está recorrida por una serie de placas y protuberancias rocosas por dónde se podría subir a la cresta de la loma (Lomo Las Moradas, es la loma que separa los barrancos de Los Cochinos y el de Los Pasos/Blas). Si lograse subir podría comprobar si se puede recorrer la arista tanto hacia arriba como hacia abajo.
No tengo grandes expectativas cuando me bajo de la guagua en Los Silos a la altura de la calle Susana, por donde empieza el sendero que sube a Las Moradas. Este sendero es de pendiente constante en subida. Ya lo he hecho varias veces, pero hoy, no sé por qué, se me hace duro, sobre todo al principio, quizás por mi falta de expectativas, mi falta de ilusión de que vaya a llegar a algo. El sendero va un poco encajonado al lado de un cauce pequeño, después supera unas tuberías de cemento (canal Buenavista) y tras echarse a la izquierda por dos veces vuelve a cruzar el cauce del barranco por un puente. Ahora viene un tramo algo cansino, son largas rectas, y no se ve dónde acaban. Lo interesante son las vistas hacia las crestas poderosas en la ladera izquierda, irregulares, picudas. Desde luego que por encima de esa cresta no podría ir. Suponiendo que logro subir a la cresta voy evaluando la arista de la loma por la derecha. Es más regular, mucho más que la de la izquierda y sólo veo dos sitios complicados (dos grandes salientes) donde parece haber un desnivel fuerte. Pero ya sé muy bien que desde lejos es imposible evaluarlo. Entretenido en esas comprobaciones y en unos 45 minutos desde que empecé llego al sitio por dónde voy a intentar subir. Este sitio está antes de una curva de 90º a la izquierda (tras la curva solo hay que recorrer una recta de 100 metros para llegar a Las Moradas).
Le echo un buen vistazo a la ladera y compruebo que efectivamente todas esas rocas salientes y placas rocosas forman una tira que lleva a la base de un pico en la arista. Como unos 20 o 30 metros antes de la curva encuentro una placa rocosa, que está en oblicuo con respecto al camino. Subo por la placa y después, con mucha paciencia, voy abriéndome paso entre la vegetación baja (lengua de pájaro, tabaiba, cornical, granadillo, verode) y ascendiendo en una dirección algo inclinada con respecto al camino. Cada poco me vuelvo para memorizar por dónde estoy subiendo. Tengo que desandar varias veces mi camino para encontrar otro grupo de rocas, otra placa, y así voy subiendo por la loma. Cuando me paro para mirar atrás también voy viendo como destacan abajo el grupito de casas en ruinas que conforman el caserío de Las Moradas de Abajo. Veo también a un par de senderistas que han subido por el camino y se han sentado y miran como estoy subiendo por la ladera. Más arriba hay más rocas sobresaliendo, destacan más, tienen más pendiente, pero son más fáciles de trepar que la tierra suelta entre las plantas. Y así, asegurándome que sabría volver, voy subiendo hasta que llego a un pequeño risco que ataco por la derecha. Entre brezos y pequeños laureles logro rodear el risquito y llegar a la base (580m) del pico que vi desde abajo. Hay una parte llana aquí y lo rodeo por la derecha y tengo una vista estupenda del barranco impresionante de Los Pasos/Blas, en lo alto de la ladera de enfrente es por dónde va el sendero de Talavera. Regreso, por la derecha solo hay abismos, y por un momento me veo intentando subirlo, pero enseguida me doy cuenta de que lo más fácil hoy es tratar de bajar por la arista de la loma, no subir, eso lo dejo para otro día.
Empiezo a bajar por la arista y enseguida me doy cuenta de que voy por un sendero. El sendero es algo resbaladizo, tiene bastante pendiente y está muy invadido de plantas, jara y lengua de pájaro, pero reconocible. Lo voy bajando con vistas a las crestas del otro lado. Me gusta. Esto va bien. Enseguida la pendiente afloja y es muy cómoda la travesía, sin sobresaltos, con poca vegetación, zonas rocosas y vistas a los dos barrancos. El día está despejado y la temperatura agradable. Tras unos diez minutos llego a uno de los dos salientes (540m) que vi desde abajo, cuando subía por el camino de Las Moradas. Desde abajo parecía imponente, y lo es, tengo que trepar/destrepar entre columnas basálticas caídas y grandes rocas, por la derecha del saliente, y consigo pasar las rocas y después el “sendero” mejora y es menos irregular y voy rodeando todo el saliente que, in situ, tiene una ladera más suave de lo que me imaginaba. A los pies de este saliente hay otro (450m) más pequeño. Este es alargado y muy vertical, de roca desnuda. Por su izquierda hay un gran precipicio, imposible ir por ahí. Por la derecha no acabo de encontrar ningún lugar totalmente seguro, siempre hay un desnivel considerable (para mí más de un metro y medio ya lo es). Es un saliente de material diferente al de la loma. Tengo que regresar un poco para encontrar un lugar por el que puedo destrepar este segundo saliente. Bien. Lo consigo. Es emocionante. Tengo muy claro que si tengo que volver por aquí me costaría bastante treparlo. Voy bajando en zigzag por lo que me parece un viejo sendero, pero a lo mejor es sólo mi imaginación. Cuando he bajado este zigzag llego a una zona más llana que recorro por la derecha de un saliente alargado rocoso. Y así llego a la punta (300m) del Lomo de las Moradas.
El hecho de que hubiese una traza de “camino”, en zigzag, y este último a la derecha de las rocas esperaba que tuviesen continuación, pero no, todo termina en la punta. La pendiente tras la punta es imposible, es impresionante, por la derecha igualmente es muy complicado. Sólo me queda la izquierda y por ahí que me lanzo. La pendiente parece asequible. Pero en cuanto empiezo a bajar y llego a una placa rocosa compruebo que termina en un salto y así otra y otra. Al menos voy bajando, un poco a lo loco, como pollo descabezado. Vendiendo mi alma por otro metro que bajo. La vegetación es muy densa y alta, no hay árboles, las plantas lo ocupan todo. Al menos puedo ver de lejos, las plantas no son más altas que yo. Por fin entro en razón, me paro y con un poco de calma observo bien la ladera. Es una pendiente traicionera porque hay muchos saltos, no puedo simplemente bajar vertical. Después de mirar durante un rato largo veo que hay una loma de pendiente más suave, y por la parte más llana de esa loma va un canal. Luchando a brazo partido con las plantas (pierdo el chaquetón que llevaba anudado en la cintura, de esto me daré cuenta más tarde, mucho más tarde) voy bajando y echándome hacia la izquierda en dirección a la loma de pendiente suave. Cuando estoy cerca tengo que destrepar por un salto hasta que logro llegar a la loma. Ha sido tremendo. Atravieso la loma por la parte llana y me meto (hacia la derecha) por una parte con poca pendiente a un barranquillo. Ya sólo haber llegado hasta aquí es un milagro. Bajo hasta cerca del cauce y ahora me echo a la derecha para bajar pegado a la ladera de la loma. Cada vez hay más plantas y tengo que caminar sobre una enorme penca para conseguir llegar al canal (225m) que vi desde arriba. (Sé que hay tres canales que van por esta ladera, el de más abajo, es el doble, el que conozco bien y por el que se pude transitar). Este canal es el que va por más arriba de los tres, es un canal que ya no lleva agua. Y aunque aquí está despejado tanto a la derecha como a la izquierda veo que enseguida llegan a zonas tupidas por las plantas. Lo cruzo y sigo campo a través, planta a través, se podría llamar mejor. Por aquí las plantas son más altas, me superan, son granadillos muy altos, los brezos también. Me meto entre ellos y con las piernas y el cuerpo haciendo de ariete los voy cruzando. Voy por una zona en ligero desnivel, y así luchando… logro llegar a otro canal, también en desuso. Y de nuevo sigo recto (después, otro día, observando el mapa satélite de Grafcan veo que podría haber seguido hacia la izquierda y haber salido fácilmente cerca del barranco de Los Pasos/Blas). Ahora voy por unas viejas terrazas que tengo que ir saltando y entre árboles y arbustos más altos. Cada vez es más física la travesía. Tengo una determinación total. Y cuando logro salir al canal de Buenavista (190m), a la doble tubería de cemento, me tiro al suelo, agotado, fundido.
No estoy eufórico por haber logrado bajar esa pendiente terrible (debería), simplemente estoy muy cansado, pasado de rosca. Me quedo un buen rato tumbado en el suelo, respirando fuerte. Cuando logro recuperarme busco un lugar cómodo y me pongo a comer como un autómata. Es ahora cuando me doy cuenta de que he perdido el chaquetón. No me importa nada. Sólo cuando me estoy tomando el bizcocho de frutos secos es cuando me empiezo a dar cuenta de verdad que he salido indemne.
Después lentamente recorro el canal hacia la izquierda hasta que salgo al barranco de Los Pasos/Blas cerca de donde se toma el sendero para subir a Talavera. Y bajo, más despacio todavía, entre las fincas de plataneras en este día estupendo de sol y temperatura hasta la carretera general donde me quedo a esperar a la 363.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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