• Excursión 146. 6 Mayo de 2014. Martes.
El Puertito.
Municipio: El Sauzal.
ENP: Paisaje Protegido Costa Acentejo
De 19.15 a 20.55h. De 40 a 0 a 40m.
Distancia: 3km. 1h 40m.
Recorrido por un paseo por la costa basáltica con pequeñas caletas y un gran saliente,
Una manera de acceder al Puertito del Sauzal es, viniendo desde La Laguna, salir de la autopista TF-5 por La Matanza y mantenerse a la derecha sin cruzar el puente e inmediatamente torcer a la derecha (calle Acentejo), después se cruza el cauce de un barranco, hay que pasar de largo de la entrada a una urbanización (Puntillo del Sol) y, unos 200 metros después, torcer a la izquierda por una entrada estrecha. Hay que bajar un largo recorrido por una pista estrecha hasta alcanzar un aparcamiento alargado, ya muy cerca del mar.
Vuelvo a la costa de El Sauzal, al Puertito. El ayuntamiento de El Sauzal ha creado un espacio muy agradable para pasear junto al mar. Es un paseo de unos dos kilómetros. A la izquierda se llama Rojas, el centro es El Cangrejillo y a la derecha está el saliente rocoso de El Puertito. A este sitio no hace mucho la gente venía a veranear. Eran viviendas muy modestas, casetas y cuevas. La sensación que tengo es de un montón de gente a la que expulsaron del paraíso.
Me acuerdo de visitar esta zona hace treinta años, en pleno verano. Había que pasar por una puerta en la carretera y pagar algo a un vigilante. Creo que el pago era por pasar por una finca (El Drago, abandonada hoy en día). Al llegar abajo había una concentración enorme de casetas pegadas y sentimos (fui con mi mujer) un gran agobio por el calor y la gran cantidad de personas que vivían aquí, también recuerdo el olor fuerte de los tarajales. No nos quedamos mucho, no volvimos más, y, de hecho, durante años se me olvidó la manera de volver. Lo conocíamos por Las Monjas y Finca Rojas.
Hoy la excursión va a ser en las últimas horas de la tarde, son más de las siete. Apenas veo gente cuando dejo el coche en el aparcamiento. Me dirijo rápidamente, a la derecha, hacia el saliente del Puertito. Atravieso por terrazas abandonadas, caminos alternativos a los paseos pavimentados. Llego al Puertito y voy hacia la punta, por senderos estrechos, no por los de piedra. La vegetación es de plantas muy pequeñas que están pegadas al suelo (siemprevivas rosas), debe ser la estrategia para soportar el viento constante del mar, algunas son siemprevivas rosadas. Bajo por una sólida escalera metálica negra muy empinada de unos 25 peldaños. Mi objetivo es llegar lo más que cerca que pueda al extremo del saliente. Me asombra la lava, está tan rugosa a pesar del embate continuo del mar. Hay un camino con plantas en los bordes. El pasaje después es abrupto entre las escorias petrificadas y las lavas endurecidas en formas caprichosas. Llego detrás de un gran bloque de basalto, donde veo una piscina elevada dentro de una cueva, con agua de color verde esmeralda. Cuanto más me acerco a la punta del saliente mejores son las vistas sobre la costa. Me doy la vuelta y al mirar hacia la izquierda veo todo el acantilado bajo El Sauzal, el que vi lateralmente desde Las Breñas, es absolutamente vertical y forma una bahía. Más allá está y veo el acantilado de la Garañona con su playa, hermosa y larga. Delante de mí, en el centro, en la ladera, está el camino de Las Breñas y el barranco donde hay cardonales gigantes. A la derecha, en lo alto del acantilado, los chalets que están en los bordes de las urbanizaciones y atisbo el edificio fantasmal, el de quince plantas, abandonado cuando sólo tenía la estructura, ya en La Matanza.
A pesar de que el día está nublado (esto tiende a difuminar las formas y los rebordes) es un lugar espectacular. Espectacular por las vistas de la costa y del lugar en el que estoy, los estertores de una erupción volcánica. El mar bate fuerte, pero tiene un trabajo de milenios para llegar a redondear las aristas duras del basalto y las escorias. Sigo avanzando un poco más hasta la punta ya muy baja, el negro de la lava es más intenso cuando está mojado y contrasta fuertemente con el blanco de la espuma. El mar no cesa.
Cuando estoy volviendo, al lado de la escalera hay un derrumbe, es una columna desplomada de varios metros, una inmensa lasca de basalto, un pequeño cataclismo, muy aparatoso. Después, cuando he subido la escalera, sigo viendo muchos parajes preciosos. Hay un mirador por encima de una inmensa oquedad en la costa, y justo delante, en el mar, hay un roque grande que parece ser el trozo, el trozo que al desgajarse de la pared provocó la cueva. Por encima de la cueva hay un paseo y veo una pareja de jóvenes que van de la mano y se quedan un rato mirando el mar. Más allá del Puertito, a la izquierda, ya en la costa al lado de una playa de cayados hay paredes de basalto desmoronándose. Es un pequeño frente de columnas de color gris acero que se están cayendo uno tras otro, a los pies hay un caos de basaltos, y por debajo hay una pequeña playa de cayados.
Después de estas vistas laterales vuelvo al centro de este inmenso espigón natural y regreso por los senderos trazados en la planicie que hay cerca de una pequeña bahía. Regreso por el sendero que va al lado de la costa, sendero que está algo elevado sobre el nivel del mar. De suelo regular, bien trazado, bien protegido. Me llaman la atención que hay muchos carteles advirtiendo del peligro de salirse de los paseos y del peligro de la costa, que sí caídas, que si desprendimientos. Para mí el peligro es tan evidente, es como decir: cuidado con el agua hirviendo, te puedes quemar.
Cerca del final de la excursión parece que voy a tener suerte y ver algo especial por haber hecho tan cerca del atardecer la excursión. El sol, muy oblicuo, ha salido de debajo del manto gris de las nubes, con rayos que apenas dan calor y entonces empiezo a ver un hermoso atardecer, pero no en el mar sino en los arbustos de pequeñas margaritas y de las siemprevivas rosas minúsculas. El atardecer lo vivo de espaldas al mar y al sol, viendo cómo va cambiando el color de las plantas a medida que la luz que ha salido de repente, enseguida palidece, porque ya le queda un recorrido muy pequeño hasta ponerse bajo la línea del horizonte. Es una sutil y cambiante luz roja sobre las flores.
Volveré.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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El Puertito - El Cangrejillo