• Excursión 912. 19 Febrero de 2019. Martes.
Igueste de Candelaria. Pasacola. Barranco Hondo.
Municipio: Candelaria.
De 15.02 a 18.36h. De 345 a 775 a 194m.
Distancia: 10,7km. Duración: 3h 34m
Recorrido circular por viejos caminos (Picacho, Candelaria, Pasacola) por terreno de jaras fragantes y también por el pinar con vistas hacia la costa. Un tramo largo por un sendero al lado de un canal (tubería enterrada)
Por tres minutos (14.08h) pierdo la 131 en Santa Cruz y tomo la 121 a Candelaria (14.15h). Esto trastoca mis planes porque la 131 sube a Igueste y la 121 no, así que tengo que cambiar al plan B. Me bajo en la rotonda por encima de la autopista en Candelaria (14.38h) y llamo a un taxi. El tiempo está despejado y algo fresco. La cosa se torna complicada porque mandan al taxi a otro sitio y tarda en llegar (14.49h). Después el conductor me lleva rapidito a lo alto de Igueste de Candelaria (El Viradero, 15.02h, 8.20€, 345m). Y parece que he tenido suerte con lo de perder la guagua, porque cuando pasamos por la plaza de Igueste (donde está el lagar) la 131 acaba de llegar, he llegado al mismo tiempo, y lo mejor viene después, resulta que la carretera de subida está en obras y la 131 no ha podido subir, por eso la he visto en la plaza. De esta manera me he ahorrado una primera parte de pendiente extraordinaria. Este sitio (El Viradero) lo conozco bien de otras excursiones, es un pequeño barrio con casas canarias antiguas donde hay algunos hotelitos rurales.
El taxista me ha dejado en una parte llana de la calle y sigo subiendo por ahí dejando los balcones de madera con geranios y buganvillas a la derecha. Hay tramos en muy mal estado con grava suelta. En lo alto el mirador (400m) es fantástico con vistas a la larga tira de casas que es Igueste, y a la costa. Aquí mismo veo el signo del camino viejo de Candelaria: la ballena azul, y es que mi recorrido de hoy va por este camino. Después del asfalto se sigue por una pista de tierra ancha y a continuación por un camino ancho. Cruzo un canal (Araya, 15.18h, 450m) y tras pasar un barranco (Chajarche/Los Juncos) veo una pista que sube a la izquierda: el camino de Pasacola. Yo sigo un poco más por donde venía y encuentro un cartel informativo de un caserío abandonado hace casi un siglo. Tengo que bajar por un sendero que sale a la derecha para visitar los restos del caserío de Pasacola. Sólo conserva algunos muros gruesos de piedra, restos de hornos, una cueva-granero y una hermosa era (elíptica 14 x 12m) con lascas en el suelo y murito y con vistas muy buenas hacia Candelaria, el mar, y el barranco que acabo de pasar, en su ladera descubro que dos canales a distinta altura lo recorren. En esa parte el barranco es completamente vertical y uno de los canales va por dentro de la pared con algunas ventanas, este canal está bastante destrozado y tiene secciones hundidas, el otro (el de Araya) que va más arriba está perfecto. El día está estupendo para apreciar la belleza de este lugar y tratar de imaginar el tipo de vida que llevarían aquí la docena de familias que habitaron aquí.
Vuelvo al camino viejo (15.38h) de Candelaria y sigo hacia Barranco Hondo. Enseguida el sendero empieza a bajar hacia un barranco más grande (Las Gambuesas) por un tramo más interesante y mejor conservado del viejo camino real. Un canal salva el barranco por encima de un puente. Después el sendero va llaneando o con ligeros desniveles por laderas de caída suave que llevan la vista hacia Candelaria, hay una luz cálida preciosa que enciende la yerba seca corta en las laderas inclinadas, todo es puro campo. Paso dos o tres barranquillos con vistas hacia arriba al bosque de pinos que hay en lo alto. Es un paisaje con muchos detalles, texturas y colores diferentes. Llego al campo de fútbol de Barranco Hondo (Los Barranquillos, 16.15h, 450m). Las luces de sus focos me han estado intrigando durante años. Al volver por la autopista hacia Santa Cruz veía unas tremendas luces en lo alto, en medio de la nada, por fin las he identificado: son las de este campo de fútbol. Y esto me recuerda que cuando desde mi casa en Tacoronte miro hacia el Puerto de la Cruz algunas noches veo los campos de fútbol de La Guancha y de San Juan de la Rambla. Vale.
Ya he terminado mi recorrido por el camino viejo de Candelaria y tras pasar el campo de fútbol y a unos 150 metros me desvío a la izquierda por una calle que sube (El Cabuco). Una calle con un chalet a la izquierda y, a la derecha, vistas hacia las casas del Barranco Hondo. Después de subir unos cinco minutos largos por la calle paso una casa (a la izquierda) y donde está un cartel del nombre de la calle (Cabuco) tuerzo a la izquierda (por debajo de un depósito de agua) y subo por una pista que lleva a dos fincas con cadenas de donde sale un sendero que sigue subiendo. Al pasar por delante del cartel con el nombre de la calle me viene a la memoria muy claramente la vez que pasé por aquí en bajada hacia Barranco Hondo (Excursión 646) y la alegría enorme que sentí al lograr bajar hasta esa calle.
Por un sendero claro y rodeado de vegetación baja, sobre todo jara, de firme algo rocoso voy ascendiendo. A la derecha y hacia arriba tengo una montaña de cima alargada y llana (Montaña del Picacho). La voy rodeando por la izquierda. En una bifurcación sigo recto subiendo. Aumenta la fuerza del viento y el firme se hace más arenoso y la pendiente algo más fuerte. Huele bien la jara fragante, es un olor que debo tener dentro desde muy pequeño, cuando con siete años estuve en un internado en el campo y hacíamos grandes paseos por el campo. En esta parte el sendero conserva algo de empedrado, acompañado de un pequeño muro y a los lados abunda la triguerilla guanche que brilla al sol. Llego a una carretera asfaltada por una degollada (16.46h, 640m), en el mapa figura como Camino del Frontón. Ahora, más relajado porque ha amainado el viento, sigo subiendo por el asfalto y atajo por sendero un tramo de carretera en una curva pronunciada (Pino Derrengado). Sigo subiendo por el asfalto y chequeando bien la forma de las curvas y rectas que voy recorriendo para que no se me pase el principio del camino de Pasacola, que es por donde voy a regresar. A la derecha veo varias lomas separadas por barrancos no muy profundos, vienen de lo alto y van convergiendo hacia Barranco Hondo. Están completamente cubiertas de arbustos bajos y cuanto más arriba más pinos tienen. Cada una de esas lomas es recorrida por algún sendero, algunos sin salida, y otros con continuación hasta la carretera dorsal. Me voy fijando en ellos con ojos de explorador, en cómo acceder a ellos y recorrerlos.
Un cuarto de hora más tarde localizo el principio del sendero a la izquierda (17.04h, 770m), una marca blanca en el asfalto parece señalarlo. Nada más empezar cruza un barranquito, el mismo de Las Gambuesas que ya crucé antes. Plantas por todos lados, muy frondoso, al otro lado empieza el pinar, por el que me meto al iniciar la bajada. Me gusta ver la rodada de una moto, y me gusta porque me marca claramente el recorrido en los sitios llanos y despejados, no deben de pasar mucha gente por aquí, el sendero está ligeramente erosionado. Ahora tengo que localizar un sendero que sale a la derecha, lo quiero recorrer, ida y vuelta y después seguir bajando por el camino de Pasacola. Me cuesta dar con él, nada claro al principio. Está después de un canal roto y seco (canal de Araca) y antes de llegar a un roquedal que parece de lava cordada. Aquí a la derecha tras unas plantas descubro un agujero en el suelo por el que pasa agua, es una tubería de cemento, y debe estar abierta para que los caminantes puedan coger agua. Y antes de verlo lo huelo, es una enorme mata de retama blanca repleta de flores, huele maravillosamente, me relajo del todo con este olor, esta fragancia. Y lo curioso es que no hay ninguna más, solo este, enorme. Con un poco de imaginación voy siguiendo por la misma altitud por donde está el agujero y ya poco después lo veo más claramente definido. De vez en cuando veo algún tramo descubierto, es una gruesa tubería de cemento. Me gustan los senderos que van al lado o por encima de tuberías porque son recorridos llanos que penetran por el paisaje. Sólo tengo que tener cuidado en las partes más frondosas de no meter la pata en ningún agujero. Este sendero al lado del canal va por el pinar con vistas a la costa y va rodeando las lomas y los pliegues de las montañas y tras un km llego a otro sendero (Camino Lomo de la Barca) que viene de abajo, del camino viejo de Candelaria y llega muy arriba, pero este lo dejo para otro día.
Regreso por el sendero al lado de la tubería y a la vuelta sí meto la pierna en un agujero, aunque sin consecuencias, y tengo que saltar en varias partes muy húmedas. Fantástico sendero llano. De vuelta me recibe de nuevo la retama fragante. Me llevo una ramita para que me acompañe su aroma. Tomo a la derecha y desciendo por el camino de Pasacola. La bajada es bastante fuerte, el trazado claro, tiene muchas partes rocosas complicadas de transitar, y baja y baja y baja, es muy largo, se me hace largo. Un poco antes de llegar al camino viejo de Candelaria, por donde el caserío en ruinas de Pasacola, empieza una pista en donde hay una finca vallada. Al llegar al Camino Viejo tomo a la derecha. Paso el mirador y la bajada con grava hasta el Viradero (debe tener este nombre porque es el único sitio claro para que los coches den la vuelta, los demás son sitios muy estrechos con mucha pendiente). El recorrido por Igueste es de lo más vertiginoso, son unas pendientes imposibles, aunque el asfalto agarra bien. Voy acortando por las calles más rectas, evitando el trazado más largo y cuando me doy cuenta ya he llegado a la plaza del lagar (18.36h, 194m). Fantástico. Ahora sólo tengo que esperar a la 131, que llega antes de tiempo y salimos para Santa Cruz (19.02h).
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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