• Excursión 1447. 10 Enero de 2023. Martes.
Risco la Calabaza.
Municipio: Tacoronte
ENP: Paisaje Protegido Costa Acentejo
De 15.30 a 17.45h. De 0 a 340m.
Distancia: 4km. Duración: 2h 15m.
Subida de un risco bravo con mucha pendiente donde sólo existe sendero en la mitad del recorrido, el resto es campo a través pasando por un sitio al lado de un salto que parece imposible visto desde abajo, el nivel del mar
Ninguna guagua va a la hora que me conviene a Mesa del Mar así que llamo un taxi para que me baje. En Mesa del Mar inmediatamente de bajar del taxi me meto por el túnel y salgo a la bonita playa de La Arena. Hoy, en este mes no hay nadie en la playa. La recorro entera por el paseo y después todavía por un tramo de camino empedrado. Tras esto y a la altura del castillito de la finca de los Domínguez empiezo a ir por cayados. Voy despacio y con cuidado, todavía no me he recuperado del problema en el empeine del pie derecho. Me gusta mucho este tramo de litoral, donde el mar bate fuerte sobre la costa de lava retorcida. Tras pasar de largo el castillito empiezo a mirar la ladera para ver por dónde puedo subir. Distingo bien el camino bajo el risco que hice ayer, el tramo cubierto de rabo de gato y por donde va una tubería de metal. Por el lado izquierda del cauce del barranco de Guayonge la ladera tiene demasiada pendiente. Sin embargo, a la derecha, y por encima de una lomita, la pendiente es más suave. La pendiente va a dar a una pared basáltica vertical de unos cinco metros de alto que está al lado de un salto grande del barranco. Desde aquí abajo parece imposible pasar, pero sé muy bien, que, al menos, tengo que llegar hasta allí para comprobarlo. También veo que, si logro pasar ese paso y cruzar el cauce, después la ladera parece accesible (que se puede recorrer) hasta el camino bajo el risco.
Paso la desembocadura del barranco de Guayonge y directamente empiezo a subir, sin sendero ninguno, por la pequeña loma que hay a la derecha (esta loma está un poco antes de una playa pequeña). Debió existir un camino, pero ahora se trata sólo de trepar y subir por la ladera arenosa con pocos apoyos, y demasiadas plantas. Trabajoso, hoy, sobre todo por el sol fuerte y el calor, aquí no hay ninguna brisa y da el sol muy fuerte, y eso que estamos en enero. Cuando llego a lo alto de la loma me gusta encontrarme con los muros gruesos de la vieja casa de piedra, tenía dos habitaciones. La paso y sigo por una lengua estrecha y cómoda de terreno, algo cubierta de vegetación y llego tras pasar unos cañaverales al risquito de basalto, al lado del salto. Paso al lado del derrumbe de una columna de basalto y por ahí me meto y logro llegar al cauce del barranco, justo por encima del salto. Fantástico. Primer problema resuelto. No hay uno sino dos cauces, bien pulidos, y me fascina que no se ve el fondo, el final del salto, y ni quiero asomarme, no sé dónde termina el borde. El cauce no lleva prácticamente nada de agua, hay charcos sí, pero no corriente. Lo cruzo, pero me encuentro con un cañaveral denso. Con mi estrategia de ahorrarme problemas, subo por el cauce que está muy lleno de restos de plantas destrozadas y rocas grandes (ha corrido mucha agua recientemente). El tránsito es complicado, las rocas son enormes, yo, muy pequeño. No llego a nada. Regreso hasta cerca del borde y ahora sí me atrevo con el cañaveral y no me cuesta mucho atravesarlo.
Ahora lo que tengo por delante es una ladera sin excesiva pendiente. Ya siento que lo he conseguido. La principal dificultad era el paso del cauce y ya lo tengo detrás. En la ladera la tierra está muy suelta, pero me parece adivinar restos, muy desmontados sí, de terrazas, y despacio voy subiendo campo a través y lo más recto que puedo. Por arriba hay algunos salientes rocosos antes de llegar al camino bajo el risco, pero milagrosamente no están en mi trazada y los paso por la izquierda y llego al camino con la tubería. El que he visto tantísimas veces desde el otro lado del barranco, en mi barrio, en Jardín del Sol, el que recorrí ayer. Hoy, más sobrado, y totalmente entusiasmado por haber logrado llegar aquí decido explorar el interior del barranco. Me llego hasta el final del risco y me meto, a la derecha, al barranco. Por donde he llegado, justo por debajo, hay otro salto, pero este tampoco lo puedo ver.
Por dentro del barranco sigo por un camino más o menos ancho que va por un pequeño andén, y está bastante invadido de plantas, pero me permite adentrarme en el barranco estrecho. Al otro lado del barranco puedo distinguir por dónde va el camino que va por otro andén (excursión 1078), más cómodo que este. Y lo puedo distinguir no por que vea el camino, no se ve en absoluto, sino por una barra de metal que está clavada en el suelo y que sirve, servía, como apoyo para bajar a otro nivel algo más bajo de ese andén. Ese camino fue transitable durante mucho tiempo, lo usaban los orchilleros de la zona. Ahora es imposible. Sólo distingo un trozo del sendero justo enfrente de mí, pero el recorrido hasta el cauce y el cruce del cauce están totalmente cubiertos de plantas.
Sigo hacia adentro y puedo ver otro salto que hay hacia el fondo, pero que no es el gran salto que se ve desde el filo de la meseta donde está la urbanización Jardín del Sol, ese gran salto es el siguiente. Camino todo lo que puedo por el andén hasta que se termina y probablemente por aquí estaría la traza del camino para cruzar el cauce. Regreso por el andén, que tiene su punto de peligro. No se distingue donde terminan las plantas y empieza la caída al cauce, unos buenos metros por debajo. Vale. Es suficiente. Regreso al camino bajo el risco y ahora empiezo la travesía del sendero que hice ayer. El primer tramo es bastante llano entre rabo de gato. Con este tiempo seco no hay problema con rozar las plantas que casi ocultan el sendero. Después el sendero pasa por donde puedo ver bien el vallado de la finca de los Domínguez, por donde ayer intenté bajar. Abajo todo parece cerrado. Aunque hubiese llegado abajo no hubiese podido atravesar la finca. Tengo una ligera inquietud por si recordaré el camino. Pero no hay problema. Me gusta mucho la parte con muro bajo donde el sendero está cubierto de rabo de gato. Y mejora cuando el sendero empieza a subir y paso las dos puertitas. Y llego al tramo por donde hay más caída a la izquierda que recorro por otro pequeño andén, ancho y cómodo, sin ningún peligro, ni exposición.
Voy cada vez mejor y ahora, después de haberla identificado ayer, me gustan más las lágrimas de la virgen y la espinaca china. El sendero hace algunas pocas eses en subida y voy bastante despacio para disfrutarla más. Al llegar a la finca abandonada me echo a la derecha por la pista hasta la puerta para ver si logro salir por algún hueco, pero es imposible, hay una valla y una densidad de plantas increíble. Demasiado peligroso. Regreso hasta un poco antes de la caseta grande y el laurel de indias y me subo a la terraza por arriba y por un pequeño senderillo sigo a lo largo de las terrazas hasta la puerta cerrada, pero sin candado.
Es tan fabuloso haber podido subir por ahí, era algo mítico para mí, y ahora ya he encontrado la conexión con la costa por otro viejo camino, un camino perdido que también conserva tramos en perfecto estado (aunque cubiertos por el rabo de gato) y que, me imagino, alguna persona usa, aunque yo no conozco a ninguna.
---------
Pulsar en el siguiente enlace para descargar el track de la excursión
Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
drive.google.com/file/d/1rtJWrGllztfn93ismf-I2nFQr2vxZFca/view?usp=share_link
Risco la Calabaza