• Excursión 1578. 6 Mayo de 2024. Lunes
Barranco Bonito
Municipio: Arico
De 15.13 a 19.08. De 60 a 0 a 390m.
Distancia: 11,1k. Duración: 3h 55m.
Recorrido desde el mar del barranco Bonito, barranco con tramos en desfiladero y paredes de basaltos viejos en columnas que se puede recorrer bien excepto una zona al principio con salto y otra al final con vegetación densa
Mi objetivo hoy es recorrer un barranco de Arico el barranco Bonito que empieza en una playa alargada al lado de una punta (Punta el Sombrerito) como a un km al sur de Las Eras. Después sube bastante bien definido hasta bordear por la derecha Arico el Viejo a la altura de la carretera general del Sur. Por encima de la carretera sigue subiendo hasta una parte impresionante por donde pasa un canal (Aguas del Sur) donde recibe el nombre de barranco de Las Yedras. Por mí lo llamaría Barranco Las Yedras, pero en las fuentes que utilizo: mapa topográfico integrado, y mapa topo 1/20000, ambos de Grafcan, y openstreetmap.org usan una gran variedad de nombres. Empezando por el mar recibe los nombres de Bonito, Eres de Magua, Bailadero, Alonso, Chapa Rochas, Las Coloradas, La Fajana, La Curva, El Natero, Tamadaya, Las Carretas. Toda esta orgía de topónimos me parece una locura. Menos mal que hay algo claro: el track de la excursión. Para resumir, lo voy a denominar barranco Bonito.
Este es otro lunes más visitando los barrancos de Arico. Me voy desplazando desde los más lejanos a los más cercanos a Santa Cruz. Hoy voy en guagua (la 111) y me bajo en Las Eras. Como casi siempre nada más bajar de la guagua me recibe un viento recio y fuerte. En la parada me recompongo y me preparo. Echo a caminar por la carretera que va (hacia el sur) en paralelo a la autopista, por la que, de entrada, hay que ascender a una colina de piroclastos que la autopista cortó con un gran tajo. Aquí sigue con sus incontables capas de las sucesivas erupciones. Me gusta mucho y me da después la bienvenida al “paisaje” la bajada de la colina cuando veo el mar azul y algo picado y los coches pasando rápido. Después de un excesivamente largo camino de más de un km por la carretera soportando el ruido de la autopista me echo a la izquierda y la cruzo por un túnel. Al salir del túnel me echo a la derecha por una pista. La pista me lleva al lado de las últimas casas de Las Eras hacia un sendero cerca de una playa. El sendero lo caminé la semana pasada pero no lo recordaba tan largo. Voy hacia un túnel por donde va el cauce del barranco Bonito. De hecho, el túnel bajo la autopista por el que desemboca el barranco Bonito sólo se ve cuando estás muy cerca, eso era lo que se me había olvidado. La travesía hasta el cauce del barranco Bonito, excepto la primera vista sobre el mar, es más bien ingrata y de esas cosas que tiene que hacer uno para llegar a los sitios interesantes.
Ok. Basta de quejas. Ya estoy al lado de los arcos y me meto por el que atraviesa la autopista. Al otro lado sigo por una pista que va por el cauce muy ancho del barranco. A la izquierda queda un montículo en cuya parte superior está la única era del pueblo de Las Eras, la era del Bonito. Me gusta la pared alta e historiada con oquedades y distintos tonos de color, es una pared hecha de cataclismos. Tras unos 500 metros llego a una parte más estrecha del barranco y me desvío de la pista hacia esa parte. Si siguiese por la pista hacia adelante llegaría a la entrada a otros dos barrancos (Jurado y Las Carretas) que están muy próximos entre sí y que ya recorreré en el futuro. Enseguida estoy recorriendo un desfiladero con paredes de 30 o 40 metros de altura con preciosas columnas basálticas de aristas muy definidas y rectas, son de color claro, beis o café con leche, en las partes recientemente desprendidas tienen un color gris intenso. El cauce no es muy ancho, tampoco estrecho, con grandes piedras de basalto. No me deja de sorprender la variedad de materiales en los barrancos de Arico, estas columnas es la primera vez que las veo. Tras unos 400 metros el desfiladero se abre en una zona soleada e inmediatamente se vuelve a estrechar, pero mucho más que antes, es realmente muy estrecho y ya voy en vilo pensando en que me voy a topar con saltos. Es un desfiladero precioso con paredes de basalto gris. Pronto llego a un salto, no es muy alto y lo puedo trepar. Me gusta muchísimo este barranco, además voy a la sombra, hoy hace calorcito. En menos de dos minutos llego a otro salto, lo primero que me llama la atención es un colchón, ¿qué hará aquí? ¿cómo habrá llegado? Aparco la imagen del colchón y el colchón para evaluar el salto. En su base hay un charco, aunque una lengua de tierra cerca me permite acercarme a la pared. Tiene una hendidura, como a un metro y medio del suelo, donde podría meter el pie para subir, pero no encuentro la manera de subir el pie hasta la hendidura. Y entonces cuando ya pienso que me tengo que dar la vuelta y como si fuese yo un ratón en un laberinto al que le dan elementos diversos para que se busque la vida me fijo con otros ojos en el colchón. Lo arrastro y lo pongo contra la pared del salto. Lo voy encajonando en la pared (ligeramente cóncava) hasta que consigo poner el pie sobre el canto del colchón y de ahí subir el pie hasta la hendidura y ya trepar hasta superar el salto. Arriba realmente me siento como un ratón muy listo. Y la parte siguiente ya se va abriendo hasta que llego delante de un espacio muy amplio en forma semicircular delimitado por un gran salto sobre capas de coladas volcánicas en cuya base hay capas de piroclastos más blandos que son los primeros que ceden y van erosionando la pared. El salto puede tener entre 20 y 30 metros de altura. Es un espacio precioso, amplio, con muchos materiales, el salto también lo es. Y lo mejor es que por la derecha la ladera no es vertical, como la de la izquierda y puedo ascender por una trayectoria por la que me parece que no he sido el primero en subir, se ve trillado, se ve que es el sitio natural que la gente ha encontrado para subir.
Subo la ladera y enseguida vuelvo al cauce que es de basaltos pulidos, curvados donde se ve el efecto del agua durante milenios. No me puedo resistir a bajar por el cauce para ver el salto desde arriba, pero en cuanto llego al cauce me encuentro con un salto de unos tres o cuatro metros y un paso angosto hacia abajo. No puedo bajar por ahí. Rodeo por la derecha y lo voy viendo desde arriba, con mucho cuidado, todo está muy pulido y es potencialmente resbaladizo, el angosto paso, una preciosidad, y logro llegar por encima del salto. Me tengo que echar al suelo para sacando la mano hacer fotos del paso angosto e impresionarme con la lengua de basalto por donde empieza la cascada de agua que debe caer estrepitosa cuando corre agua por el barranco. Fantástico. Regreso algo agitado y continúo subiendo por el cauce del barranco. Ahora ya es otra cosa completamente diferente. Es muy ancho, muy somero y las laderas son muy bajas. El cauce es pedregoso y con mucha arena, irregular. Al caminar por el cauce voy rodeando la montaña de Magua, que queda a mi izquierda. Algunas de sus laderas, algo alejadas de mí, tienen formaciones caprichosas. En el propio cauce paso al lado de una tira larga de piroclastos que me recuerda a una ballena por el tamaño y la forma, sólo me faltaría ver cómo surgen chorros de agua de su cabeza.
El caminar por esta superficie es un poco fatigoso, y más lo va a ser cuando el fondo sea más arenoso. Tras unos 700 metros llego a una confluencia de barrancos (Bucio a la derecha, que recorrí hace poco) y sigo recto con algunas fincas valladas por la izquierda y un suelo cada vez más arenoso y con marcas de ruedas de motos. Cuando la ladera por la izquierda se hace menos inclinada por terreno libre por donde subí una vez (excursión 1328) me sorprende que el fondo siga siendo arenoso, lo recordaba más angosto y claro que lo es sólo que un poco más adelante. El barranco forma varias curvas muy cerradas en sucesión con un lateral derecho muy vertical, de un material oscuro a capas, y en la base piroclastos beis o almagres rojos, materiales más blandos que el agua ha ido rebajando y ahuecando las paredes. Es por donde ha corrido el agua, por donde el agua ha ido horadando la pared, camino deprisa por debajo de esta pared que forma una gran oquedad y muy alargada con el suelo arenoso. Es una sucesión de varias paredes de estos mismos materiales. Y por encima columnas basálticas de color claro.
Después de superar estos meandros hay una ladera (la izquierda, Chapa Rocha, 160m) por donde podría escapar en caso de necesidad, la otra es muy arriscada. Poco a poco la ladera se va tornando vertical y de nuevo voy por un desfiladero de paredes altas, imposible subir por ellas, preciosas de basaltos, de los mismos que al principio de hoy. Parece que todo el barranco tiene la misma morfología rocosa, los mismos materiales. Aunque también paso por una zona con materiales oscuros y de una textura uniforme, los mismos que vi en el barranco Polegre, pero en menor cantidad. Nunca tengo una visión a distancia, siempre son tramos no muy largos terminados en curvas muy cerradas por donde todo el rato me pregunto si seguirá el camino. El cauce es un camino ancho y arenoso, de los que se te hunden un poco los pies en cada paso, y bastante llano, la pendiente es súper suave. Cada vez me siento más encerrado. Me gusta mucho este barranco. Tras unos 700 metros por esta parte más tipo desfiladero llego a un punto (200m) donde confluye un barranco por la derecha (barranco La Yesca), que merecería la pena recorrer, hoy tengo otro objetivo. Este barranco de La Yesca parece que no es nada transitado. Sigo por el Bonito subiendo y sigue igual de accesible, muy fácil de recorrer. Cuando echo la vista atrás por un momento al punto por donde confluye el otro barranco me asalta la vista del risco, algo escalonado, por la derecha cubierto de tabaibas, me resulta de lo más salvaje y primigenio. Sigo subiendo y me fijo en que las paredes, sobre todo a la derecha, están rematadas por mesas alargadas con bordes verticales. Estoy asombrado todo el rato y el contraste con el sencillo camino arenoso por dónde voy es muy fuerte.
A continuación, vuelvo a ir por una zona de meandros dramáticos, de paredes muy altas (unos 70 metros). El cauce va ascendiendo, pero las paredes van subiendo al mismo ritmo y todo el rato me siento lejísimo de la parte de arriba por donde empiezo a ver tendidos telefónicos y vallados de fincas. A juzgar por el suelo arenoso fácil y sencillo el barranco debe tener salida, no me fío de todas formas, este barranco es largo. Atravieso un tramo largo y recto con paredes muy altas y verticales por la derecha, algo menos por la izquierda, y de nuevo otro tramo de meandros. El barranco es muy uniforme en su morfología. Y en los 275m aprox. llego a una confluencia de barrancos donde termina lo fácil. Ya no hay más suelo arenoso y ancho. Con el mapa que tengo me resulta difícil ubicarme y saber cuál es el barranco que quiero recorrer. Intento a la izquierda y no lo veo nada claro, muy cerrado de plantas y grandes rocas. Lo intento por la derecha y encuentro que puedo avanzar, a veces por suelos de jable, incluso tiene una rampa de basalto divertida de subir, pero poco a poco aumentan las dificultades, todo está lleno de plantas, grandes arbustos, enormes rocas. Decido salir del barranco por dónde pueda. Como estoy a la izquierda del supuesto cauce, que ya ni veo, lo intento por la izquierda. Es una pared de unos 50 o 60 metros de altura, una ladera con rocas y piroclastos posible de trepar y un borde vertical uniforme en su parte superior que es una incógnita total. Despacio y eligiendo bien mis batallas empiezo a subir e ir buscando, echándome a la izquierda, los sitios posibles y parece que los voy encontrando, incluso me parece que podría ser un viejo sendero del que queda muy poco. Lo digo porque otra cosa es imposible. Cerca de la parte superior “sólo” tengo que trepar una pequeña pared vertical de unos dos metros y después luchar con unas vinagreras pasando sobre ellas como gato con botas para lograr salir a… una finca vallada.
Perros enjaulados me empiezan a ladrar. Bajo por el borde de la finca. Salgo. Y por fuera voy rodeándola muy por debajo, por terreno de viejos nateros y ya enfrente tengo las casas de Arico el Viejo y entre nosotros el barranco Bonito, es el tramo profundo de paredes basálticas que evité al girar a la derecha en la confluencia de barrancos. Ahora me doy cuenta que no debería haber torcido a la derecha sino seguir recto. Vale. No me culpo. Ahora, estando arriba, es cuando tengo una buena imagen del lugar. En vez de bajar al cauce del barranco, cruzarlo y subir hasta Arico el Viejo prefiero rodear por debajo la finca. La rodeo y me da una gran alegría cuando diviso los guarda caudales (las defensas) de color beis de la carretera general del sur. Y más me alegra al darme cuenta de que estoy atravesando una ladera cubierta de bejeques en flor, una maravilla. En algún momento llegaré a la carretera y es mucho antes de lo esperado, porque la carretera ha virado hacia mí y está a unos pocos metros de donde estoy. Gracias. Gracias. Gracias. Me siento fantástico al llegar al asfalto de la carretera. Todavía algo desubicado, me cuesta un rato empezar a ir hacia la izquierda, hacia Arico el Viejo. Son cerca de las siete de la tarde. Llamo a un taxi. Tengo suerte. Está cerca. Camino hasta la gasolinera y en unos cinco minutos aparece una taxista que me lleva hasta la parada de El Porís al lado de la autopista. Perfecta resolución. Bajar hasta la autopista me hubiese llevado más de una hora. Y la 111 sólo tarda dos minutos en aparecer. Fantástico.
Tengo que regresar y atacar el barranco Bonito desde arriba. Desde la carretera general pasado Arico el Viejo. Vi un camino que bajaba al cauce del barranco. Me faltó un tramo de un km del barranco y si lo consigo puedo tratar de recorrer el barranco de La Yesca.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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