• Excursión 450. 7 de Mayo de 2016. Sábado.
Candelaria. Playa Samarines. Candelaria
De 11 a 13h. De 0 a 30 a 0 a 30 a 0m.
Distancia: 3,4km. Duración: 2h.
Corto recorrido desde Candelaria a una playa en una bahía recoleta (Samarines)
Soleado hacia el mar, en la montaña muy gris, casi de plomo. Buen tiempo en la playa.
En la bulliciosa Candelaria dejamos el coche en el aparcamiento al lado del mar (2 euros 2 horas nos costará) y caminamos por la playa de arena negra donde hay algunos bañistas tumbados. Las casas que se ven en la línea de playa parecen dar la espalda al mar. Atravesamos la amplia plaza con sus guanches de piedra. Al otro lado subimos por una escalera amplia y pasamos por delante de algunas casas antiguas y un par de parkings salvajes. Después de una subida y pasar delante del cuartelillo de la Guardia Civil empezamos el sendero. Sendero que está bien marcado, aunque de firme muy irregular. El olor es a yodo y a mar y es muy agradable. Mirando hacia atrás hay buenas perspectivas hacia la basílica. Mi mujer va con los bastones y cada vez mejor. Alrededor dominan las tabaibas de troncos gris marrón. También hay unas pequeñas plantas crasas: tomillo común pardo, de hojas y flores muy pequeñas, los hay de flores blancas y de flores rojas (quizás de especies diferentes), pero son más comunes las lechugas de mar, las aulagas secas y un verode despistado. El mar está claro y la temperatura muy buena, el sendero baja y sube cerca del mar y hay que prestar mucha atención para no tropezar.
Un km después llegamos a la playa de Samarines. Es una bonita playa de arena negra en una bahía y desde arriba el agua es transparente. Un hombre por fuera de una cueva nos saluda tranquilo. La playa de Samarines es de cayados muy redondeados y pequeños con un poco de arena fina negra en el borde. Mi mujer se tumba en la playa mirando a la lejanía y yo, inquieto, trisco por los riscos y veo más allá a dos pescadores muy reservados. Bajo por las rocas hasta el mar y diviso la playa. La vista de la costa hasta Las Caletillas es buena. En la playa hay un goro con una cuerda a modo de barrera y dos libros sobre una toalla. Pronto aparece un hombre rubio en bañador rojo que planta una sombrilla y que me dice algo porque toco una de las piedras del goro. Poco después se acerca a hablar con nosotros. Resulta muy acogedor, nos habla de los delfines y de los calderones que pasan en primavera por la mañana y del grupo de delfines que se quedó seis meses el año pasado, vive en Tabaiba, recoge conchitas para hacer un collar, tiene una enfermedad que le hace olvidar las cosas, y está obsesionado con el olor a cloaca. Parece un anfitrión en su casa. Está muy moreno. Nos dice que se puede acceder más fácilmente a esta playa desde el parque industrial de Güímar. Cuando nos vamos está en animada conversación con un hombre de acento italiano con un perro.
A la vuelta veo una casa ya en Candelaria que me encanta, está abandonada, y con muchos enseres, tiene un baúl de madera abierto y todo tipo de objetos y una buena vista sobre la basílica. Después vemos un ambiente animado en la calle principal donde hay puestos de libros celebrando el día del libro. Compramos en el mercadillo verduras, melocotones y nectarinas locales, una papaya y zanahorias.
---------
Pulsar en el siguiente enlace para descargar el track de la excursión
Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
drive.google.com/file/d/1rMvl3DtiCfEZw_BGEwen6PRsa4OEpfDa/view?usp=sharing
Candelaria a Playa Samarines