• Excursión 644. 4 Mayo de 2017. Jueves.
Montaña Guajara desde el Parador.
Municipio: La Orotava
ENP: Parque Nacional del Teide
De 11.25 a 15.33h. De 2140 a 2714 a 2140m.
Distancia: 12km. Duración: 4h 8m.
Subida a la montaña de Guajara desde el parador nacional en un día de mucho viento y sol fuerte, mi primera vez en lo alto de la segunda montaña más alta del P.N. del Teide
En la guagua (4.90€ ida y vuelta) de subida al Parador charlo con un rumano que viene con su mujer (alemana) y su niño (de unos tres años y pelito rubio rizado). Viven en Inglaterra, él se llama Adrián, como el emperador, me dice, pero sin hache. Les doy información sobre el sendero de las Cañadas y el de los roques de García. Habla un español aceptable, con giros portugueses e italianos.
Empiezo por el sendero bien señalizado entre retamas que sale del Parador hacia las montañas. Bien trillado, parece muy transitado, ya lo conozco bien de las primeras veces que fui al camino de las Cañadas. Entre retamas, rosalitos y yerba pajonera en flor en unos 150 metros el sendero hace una curva a la izquierda. Ahora voy recto hacia una cresta alargada y en unos cinco minutos cortos (300 metros) llego a donde empieza un atajo. Este atajo no está muy claro y asciende entre las grandes piedras, dramáticas, entre retamas. Subo demasiado, me paso diez metros hacia arriba (qué fácil es perderse en este jaleo de escoria) y después tengo que descender y echarme a la derecha y logro llegar a la pista de Las Cañadas. Sigo a la izquierda por la pista, sobre mí está la imponente montaña de Guajara. La pista de tierra está algo pedregosa y en ligera subida y en unos diez minutos (600 metros) al llegar a una curva pronunciada a izquierdas me meto a la derecha, por aquí hay un segundo atajo que sí hago bien. Asciende entre piedras y evita una gran curva. Salgo a una cañada no muy grande (cañada La Mareta). Por la pista sigo llaneando o en ligera bajada. Son imponentes los espolones picudos (Roque del Agua) que hay a la derecha de la pista. Son los restos de todo el complejo de viejos picos muy erosionados de los que forman parte también los roques de García. Tras la desviación al sanatorio y en unos 20 minutos (1,5k) desde el segundo atajo llego a otra cañada grande (cañada del Montón de Trigo) por donde empieza a la derecha el sendero de subida hacia una degollada.
Llego bien de tiempo al principio de la subida (12h, 2180m), la pista que sigue por Las Cañadas está cerrada poco después. Me tomo con mucha calma la subida pensando en el esfuerzo a esta altitud. Está despejado, algo ventoso. La retama empieza a oler maravillosamente, todavía no está en plena floración. En la subida disfruto de las plantas en flor: los alhelíes (lila), la magarza (blanca) y la yerba pajonera (amarilla). Veo alguna bencomia. Por supuesto, de las vistas hacia el Teide. Aprovecho para descansar cuando hago fotos. El sendero es muy transitado, está polvoriento, es revirado, mucho escalón de piedra, no es ningún paseo, es esforzado y tengo que hacerlo despacio. Las vistas hacia el atrio y el Teide son fastuosas. A la degollada de Guajara (12.26h, 2380m) llego muy entero, sin apenas cansancio. Sigo hacia la derecha el sendero claro que llanea y pasa por una bonita pared de arenisca beis moldeada también atraviesa zonas rocosas preciosas y retamas. Va en ligero ascenso. Todo por aquí me resulta grandioso, también las vistas hacia el gran barranco de El Río, que empieza aquí. Tras unos 500 metros y cerca de por donde tengo que subir hacia el pico de la montaña de Guajara encuentro a una anárquica pareja de franceses con los que me cuesta mucho entenderme ¿hablan en inglés? Al final me indican bien por dónde es la subida. Gracias.
Empiezo el ascenso demandante. Voy con un paraguas para protegerme del viento, cada vez más fuerte. Voy despacio. El sendero a tramos muy resbaladizo. En general, no es muy pendiente (entre el 15 y el 20%). Entre el sol fuerte y el viento me acaban rompiendo el paraguas que conservo a pesar de todo, lo conservo como una especie de fetiche. A mitad de subida dos excursionistas alemanas me dicen que me queda poco ya. Las plantas son cada vez más pequeñas, magarzas en flor. Veo pasar un pequeño escarabajo negro, va atareado de un lado al otro. Coincido con un gran grupo que baja. Yo, un poco agresivo, me empeño en subir por el centro, se supone que los que suben tienen prioridad. Me dejan pasar. La verdad es que se me hace dura la subida, no sé si por el viento o por la altitud. Al llegar arriba (13.19h, 2712m) el viento sopla mucho más fuerte y me refugio en un pequeño recinto con muros de piedra, un excursionista desde dentro me indica por dónde entrar. Dentro están unas cinco parejas comiendo en silencio. Desde una pequeña ventanita en el muro se ve el Teide. También yo decido comer aquí. La pareja de al lado come pepinillos y aceitunas, además de rodajas de pan con salchichón y pimiento. Un poco bovinos, algo taciturnos. Yo, con mi habitual bocadillo de jamón y queso. Eso sí, ellos no tienen mi fantástico bizcocho de frutos secos.
Repuesto después de comer me aventuro a salir. El viento es muy fuerte, lo aguanto, las vistas hacia el Teide y la llanura (el atrio) son memorables. Es un espacio tan amplio, se notan tan bien las coladas en las laderas del Teide y las inmensas planchas de distintos materiales en el llano. Me acerco a ambos lados del borde tratando de ver mejor. Sólo un senderista sonriente se ha atrevido también a salir, está recorriendo el borde con una sonrisa de oreja a oreja, como transportado. Yo, también, por fin, me siento de maravilla, esto es tan expansivo. Está 1000 metros más bajo que el pico del Teide, en la distancia, sin embargo, no parece tanta diferencia. A los quince minutos el viento me hace desistir e inicio el regreso (14h). Me pongo a escuchar la ópera “Nixon in China” de John Adams, me sienta bien. La bajada resulta sencilla, aunque todo el rato voy con la sensación de que me he equivocado de camino. Hacia el sur está cubierto y no se ve nada. Me cruzo con más de quince senderistas que suben, realmente está muy transitado este sitio. Antes de la degollada adelanto a la pareja de los pepinillos, van con bastones. Empiezo a tener insensibilidad en una mano, mi mano derecha. Por momentos me preocupo por si puede ser un efecto de la subida o de la bajada rápida, que me pasa algo en el corazón, pero no, es algo más sencillo, es simplemente que llevaba el paraguas muy apretado bajo el brazo muy apretado y me estaba cortando el riego. En cuanto lo llevo de otra manera se me empieza a pasar la falta de sensación en la mano. Me siento muy aliviado y logro volver a sintonizar con el paisaje en la bajada, qué frágil mentalmente soy en este entorno brutal.
Me acuerdo de las otras veces que he estado por aquí, lo he logrado al segundo intento, la anterior vez estaba demasiado nublado (excursión 619). Lo cual me reconforta más. Llego a la pista de Las Cañadas (14.53h). En el trayecto de las Cañadas sobrepaso a un numerosísimo grupo de jóvenes. Cuando adelanto a los que van en cabeza hablo con uno de ellos. Son luxemburgueses y han estado también en Masca, van a pasar la noche aquí para ver las estrellas. Llego al Parador (15.33h) y me tomo un segundo té (1.90 €) y un botellín de agua (1.90 €). Espero paciente y con bastante cansancio la guagua. Salimos (16h). En la bajada en el valle mucha niebla. Me gusta todo cuando regreso en este trayecto, sigo con “Nixon in China”. En La Orotava (17.15h) me espera mi coche en el aparcamiento (12.33€).
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Parador a Montaña Guajara