E-639 Rambla de Castro

• Excursión 639. 25 Abril de 2017. Martes.

Rambla de Castro.

Municipio: Los Realejos

ENP: Paisaje Protegido Rambla de Castro

De 15.45 a 17.40h. De 143 a 0 a 143m.

Distancia: 2,7km. Duración: 2h.

Exploración de la frondosa rambla de Castro con agua manando de nacientes y vegetación densa y frondosa en los acantilados. Bajo hasta la playa de la izquierda y recorro una cornisa sobre el acantilado

Los horarios de las guaguas más allá del momento de salida son poco fiables. La 108 hacia el norte trae 13 minutos de retraso cuando me subo en ella (15h) en la parada al lado de la autopista en Tacoronte. La frustración de la espera la soporto porque la recompensa es grande cuando llega y logro un buen asiento: fila delantera. La excursión empieza en cuanto me pongo en las manos del conductor de la guagua. El día es muy luminoso y voy disfrutando del paisaje, también de su manera de conducir, fantástica, con una seguridad total, me admira cómo anticipa los movimientos de los demás coches en las salidas y entradas de la autopista: cien por cien seguro. Desde esta altura veo cosas que nunca veo cuando voy en mi coche.

Me bajo en San Vicente (Los Realejos) (15.45h, 140m). Memorizo los horarios de las guaguas para coordinar la duración de la excursión con la vuelta. Con bastante calor camino por la carretera hasta la entrada al mirador de San Pedro. Bajo por el incómodo camino empedrado. En el camino hay un tremendo laurel de indias (creo, o puede que sea un árbol del caucho), con raíces a la vista que parece de los que rodean los templos de Camboya. Me meto hacia la Madre del Agua (está señalizado), el extremo interior del barranco, la parte final es sobre una tarima. Me gusta ver que hay muchos sauces aquí. Son árboles que necesitan mucha agua y ya los he visto en los cauces de varios barrancos (Ortiz, por ejemplo). De la pared mana agua, es un naciente. Esto es un vergel, muy verde y más abajo hay muchos aparatosas ñameras. Es un ambiente de selva tropical. Oigo gallos corretear y también el zureo de las palomas. Otros pájaros le dan todavía más ambiente. Varios puentes de madera cruzan el cauce. Muchas plantas, es muy frondoso. Y sobre todo lo que hay aquí son palmeras, palmeras canarias. También hay muchos guaydiles con sus florecillas blancas, tabaibas y tarajales, que tanto me gusta oler. Para mí son el olor más característico de las playas de cayados, de las playas.

 Recorro los caminos hasta el fortín, pero está cerrado, muchos senderos están cegados. Parece que es un frente muy inestable. La Rambla de Castro es la salida de un barranco y está formado por arenas y piedras sueltas compactadas y erosionadas. Todo parece que está en constante estado de desmoronamiento, desmembramiento. Hay rincones maravillosos. La mezcla de barandas de madera rústica, la sombra de los tarajales y los rincones recoletos me encanta. Consigo fotos interesantes de algunos lugares apartados. En general, poca gente por aquí. Sólo he visto a una pareja. La bajada a la playa también está cerrada, pero hay un hueco muy cómodo en la valla por donde me meto, sin mucha incomodidad. Parece el típico status quo: las autoridades no pueden garantizar la seguridad de las personas y lo cierra, después la gente abre un boquete y sigue bajando, pero las autoridades no lo cierran de nuevo. Entro bajo mi propia responsabilidad. No recuerdo haber tenido un tiempo tan bueno en la Rambla de Castro. La bajada a la playa es de arena muy suelta, muy resbaladiza, tengo que ir muy despacio, asegurando. Paso una antigua construcción de la que sólo quedan las paredes. Llego a la playa de cayados. Cuatro o cinco personas están tomando el sol. Una pareja cerca del agua entra y sale. Otra pareja está más arriba, ella lee absorta un libro, está en topless. Me acerco a ella y le pregunto por otro camino para subir. Amable, me dice que hay otro pero que se hundió. Le doy las gracias. Intento ese camino, pero está imposible. Vuelvo a la playa, sólo me quedo un rato. No veo que se pueda llegar a la casa de Hamilton por la playa, era otro objetivo para hoy. Vuelvo a subir por el camino resbaladizo, me cruzo con un hombre que baja con un perro impetuoso, es un lugar popular este, parece.

Vuelvo a los caminos de arriba y me dirijo hacia una casa antigua, ahora cerrada, pero que podría ser interesante ver por dentro. La rodeo por delante hasta que encuentro un sendero de bajada por el acantilado. Es muy peligroso por lo resbaladizo. Sin empeñarme en bajar voy haciéndolo, a veces me paro un buen rato hasta ver claro cómo dar un paso con completa seguridad. En los tramos malos han puesto tuberías de plástico negra para agarrarse. Bajo bastante hasta una cornisa ancha, unos 20 o 30 metros por encima de una baja con aguas de color verde, muy placida, desde aquí se ve el agua turquesa entre las rocas, un trozo muy tranquilo de mar, que hoy está muy echado. Lo sigo hacia la derecha, hacia la playa donde estuve. Muchas higueras, está muy salvaje de plantas, lechuga de mar, olor maravilloso a tarajales, un poco sofocante, pero me encanta, agua manando por la pared, es un sendero ancho hasta un saliente sobre la playa. Varias palmeras por aquí. Me empeño en hacer muchas tomas de la playa con las palmeras. Puede que haya un camino para bajar hasta el nivel del mar (creo recordar de un libro de Miguel Pérez Carballo), pero ya me parece que me he arriesgado lo suficiente. Sólo el paseo por esta cornisa merece la pena toda la excursión. La subida es en comparación mucho más cómoda.

Saturado de mar y emociones me vuelvo hacia la parada (17.40h) de San Vicente. Sin embargo, la 107 no aparece, ni ahora ni nunca. Bajo la sombra de una higuera espero paciente, por un lado, el sol raja fuerte, por otro la brisa es demasiado fresca. Espero, y espero y cuando llega otra guagua (la 108, 18.40h) en mi confusión casi me atropella un coche. Una hora de espera ha sido demasiado, estoy enfurecido, sin embargo, todo se me pasa, en cuanto me siento en el asiento. Hoy, además, se me han olvidado los auriculares y la espera ha tenido que ser a pelo. A Tacoronte llego a la 19.12h. Lo de las guaguas es lo que tiene, las esperas, que puedo soportar con música.

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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla

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