• Excursión 1483. 29 Mayo de 2023. Lunes.
Barranco Hoya las Higueras.
Municipios: Tacoronte.
ENP: Paisaje Protegido Costa Acentejo
De 15.50 a 19.05h. De 340 a 0m.
Distancia: 3,6k. Duración: 3h 15m.
Bajada a la playa muy dificultosa por un acantilado hasta una playa por un viejo sendero de cabreros casi perdido por la vegetación densa en un día de sol radiante y con muchos bañistas en la playa
El Paisaje Protegido Costa Acentejo termina en Mesa del Mar. Este recorrido por la Hoya de las Higueras va, prácticamente, por el extremo.
Me ha quedado tan buen recuerdo de las dos excursiones por el risco de la Calabaza que me apetece hacerlo hoy, subiendo. Cruzo el barranco de Guayonje por el camino de Los Guanches y me gusta ver el buen aspecto de todos los árboles canarios que plantaron aquí, sobre todo de los acebuches que ya están cargados de las semillas que crecerán hasta el tamaño de pequeñas aceitunas. Los almácigos se han recuperado, tienen muchas hojas y las sabinas están compactas. Tras cruzar el cauce del barranco subo hasta la carretera y cuando estoy a la altura de la urbanización Flores y Sol, justo antes del cauce del barranco de San Jerónimo me meto por la segunda calle de esta urbanización. Lo hago solo por probar si el camino que baja al mar, y que una vez recorrí en parte (excursiones 294 y 297), no está demasiado cerrado. La última vez que pasé por ahí (excursión 848) lo vi muy cerrado. No voy con mucha intención, pero preparado por si suena la flauta.
Bajo por la calle hasta un pequeño aparcamiento. Por una puertecita en la valla, a la derecha, entro al cauce, muy encajonado, aquí, del barranco de San Jerónimo. Me echo a la derecha y atravieso un cañaveral. Es buena señal que pueda hacerlo. Después paso la puertita con el cartel de “…mantener cerrada”. Empiezo a bajar por un sendero rocoso y algo incómodo y muy invadido de plantas, las más peligrosas las piteras, con las puntas intactas y bien picudas. A mi derecha y por encima está la finca de la escuela de capacitación agraria. El sendero va cerca de su límite. A la izquierda va el cauce del barranco de San Jerónimo, pero no se puede ver, va mucho más abajo y lo tapan las plantas. El sendero parece terminar en una zona ocupada de plantas rastreras, pero no, sólo hay que llanear y cruzarla (aquí me quedé en la excursión 848), sigue al otro lado. Yo, voy impaciente, por el giro brusco a la izquierda, pero está mucho más abajo. Todavía tengo que bajar bastante más por este sendero muy invadido de piteras y vinagreras y pencas. Pero el hecho de que pueda, aunque con dificultad, pasar y seguir me parece muy buena señal. Me voy animando. El camino se va alejando más y más del cauce del barranco de San Jerónimo y entrando en otro (Hoya Las Higueras), pero esto es difícil de verlo in situ. Sigo bajando por rocas y, por fin, llego al giro a la izquierda (210m). Y aquí hay una vista fantástica de las laderas del risco de Los Loros, parte del acantilado de la Garañona. Ligeramente semi circular y con las coladas de lava superpuestas y bien visibles. La verticalidad del risco impide que crezcan mucho las plantas y oculten los estratos de lava. Más allá está la magnífica playa de la Garañona, de arena negra. Es un paisaje de superlativos.
El primer tramo es corto y tiene forma de arco. Al final de este tramo hay a un saliente rocoso (Saliente A) y se abre más la vista al barranco de la Hoya Las Higueras. Ahora el sendero está totalmente oculto por el rabo de gato. No me acuerdo de que hubiese tanto rabo de gato, pero claro eso fue hace ocho años. Tentando el suelo avanzo. Sé que a la derecha hay una caída fuerte. Este tramo va en ligera bajada y me lleva a un cañaveral que tiene delante ñameras de enormes hojas. Es una zona muy angosta. Me meto entre el risco y las ñameras. Con dificultad, hay zarzas, me meto y entro en una oquedad, un naciente donde cae el agua del techo y está lleno de culantrillos frescos, bien verdes, es un contraste total del secarral hasta aquí. Una bañera (ya estaba hace ocho años) está llena de agua, sólo faltan las ranas. Atravieso la oquedad y llego a un espacio muy oscuro, un hueco bajo las cañas y las vinagreras donde no veo ninguna continuación. Lo dejo. Regreso al exterior. He estado recientemente releyendo una excursión por aquí (la 294) y decía que el camino a la playa pasaba por aquí. Como no se puede ir por ahí me pongo a buscar otra manera de bajar. Cerca del cañaveral bajo por la ladera (quizás unos diez metros de desnivel) pero enseguida me lleva a una caída. Lo bueno es que enfrente veo una cueva y un camino que baja desde ella, y parece que se puede alcanzar por la derecha del Saliente A. Regreso por el sendero totalmente cubierto de rabo de gato, es impresionante como no se ve nada de nada del suelo. Llego al saliente A y empiezo a bajar por su derecha. Se puede. Voy a dar a una valla y la atravieso por una puerta abierta. Rodeando el saliente llego a la cueva y de ahí puedo seguir bajando por un sendero, pero tras bajar unos quince metros de desnivel llego a otro lugar sin continuación, a una caída. Imposible por aquí. Todas estas caídas forman una barrera natural para que las cabras no huyesen. Entre los vallados y las caídas conseguían buenos apriscos. Y deben remontarse a la época de los guanches. Cuando estoy regresando me acerco al borde y veo que hay un sendero que baja entre este saliente y otro al otro lado (Saliente B) y que después continúa bajando con menos desnivel. Pero claro para ir al otro lado tengo que volver a pasar por el naciente. Regreso al naciente para echarle otro vistazo. Vuelvo a pasar por el sendero bajo el rabo de gato, la oquedad manando agua y las enormes ñameras. Entro al otro espacio oscuro y cuando estoy bien adentro me doy cuenta de que a la izquierda hay un agujero entre las vinagreras, es pequeño, pero para pasar un cuerpo mediando es suficiente.
Fantástico. Existe el camino. La pequeña dificultad es que rejos de zarzas cuelgan sobre el hueco. Tengo que hacer una verdadera luchada usando mi cuerpo como ariete y la mochila y el sombrero como protección y con mucha paciencia apartando los rejos de las zarzas. Me lleva un buen rato y lo consigo. (En la crónica de la excursión 294 no aparece para nada este inmenso cañaveral, sí el naciente y las bañeras). Vale ahora parece que la cosa está hecha. Sigo por el borde inferior de un risco, por un andén algo ancho y llego hasta el saliente B. Todo está lleno de plantas (coronas de la reina, tuneras, piteras, inciensos, vinagreras, magarzas, pelotillas). Empiezo a bajar cerca del Saliente B, que es rocoso y bien definido. Es toda una luchada, bajo unos veinte o treinta metros de desnivel, pero cada vez que me echo a la derecha para bajar a la parte más llana del barranco lo que me encuentro es una caída, lo que vi desde enfrente fue un espejismo. Me empeño bastante pero cuando siento que me empiezo a insolar desisto e inicio el regreso. Por descansar un momento me siento y me quito las piedras de los zapatos. Me sirve. Todavía tengo margen. Empiezo a subir y cuando estoy pasando (a mi izquierda) una pared de roca sin planta de color beis me doy cuenta de que el sendero va por ahí. Una casualidad increíble. Así y todo, cuando estoy recorriéndolo todavía me parece que ya he pasado por aquí, pero no, no he pasado. El “sendero” me lleva a la parte inferior de la pared rocosa del Saliente A. Desde aquí puedo ver que mi “excursión” por el Saliente B ha sido una locura, hay una caída constante de más de cinco metros. Ahora ya me puedo relajar bastante. La bajada es por terreno arenoso, pero me va llevando hacia abajo. Cuando llego a una zona de cardonales extensos hay una bifurcación, tomo a la izquierda y paso entre ellos, que hay un hueco para pasar es una buena señal. Tras los cardonales el sendero llanea hacia la derecha, muy claro y me lleva hacia una gran cueva (Cueva el Señor). Veo marcas blancas en las paredes del sendero. Ya siento que todo va a ir bien. El sendero tras la cueva zigzaguea en tramos muy claro, pero después, tras llegar a dos tuberías gruesas lo pierdo del todo.
De abajo, de la playa, y en muchas ocasiones me llegan los sonidos de la gente, el ambiente relajado en la playa, la veo muy bien y está bastante cerca. Y no dejo de identificarme con ellos y, sin embargo, a mí lo que me gusta es esto, pasarlas moradas por estos riscos. He llegado a una lengua de terreno de caída suave hacia una edificación (el antiguo camping). Ahora ya sólo es cuestión de paciencia y de poco a poco ir negociando la bajada entre las pencas, los inciensos y las vinagreras. No es mucho, unos 200 metros en línea recta, pero cada paso hay que pensarlo. Además, tengo que bajar pequeños muros de terrazas. Cuando estoy cerca de los edificios me topo con una valla. Tengo que recorrerla hacia la izquierda hasta que logro llegar al paseo al lado del mar. Al extremo de la playa de La Arena.
Lo he logrado. Estoy eufórico, pero no lo noto. Estoy apalizado. La playa está llena de bañistas, pero yo los veo como en sordina, como si estuviesen lejísimos. Mentalmente sigo en el risco. Recorro el precioso arco de la playa y atravieso el túnel. Cuando pregunto por la última guagua y me dicen que a las ocho y media (son las siete y poco) llamo a un taxi. Me cambio la camisa y la camiseta, están completamente empapadas. Me siento y el taxi aparece pronto. Conozco al conductor y sólo le digo: lléveme a mi casa, por favor.
La bajada por el risco que tiene sólo un kilómetro de longitud me ha llevado cerca de tres horas, ha sido una pasada, pero el haber conseguido bajar lo cambia todo. Al principio de los años 80, del siglo pasado, bajé con un local a la playa. Bajé por este recorrido (Los Resbaladeros) pero no recuerdo prácticamente nada, sólo las parte arenosas y resbaladizas. Tras cuarenta años ha cambiado radicalmente. Creo que ha sido el abandono del pastoreo de cabras. Las cabras mantenían a raya las plantas, sobre todo las piteras y las tuneras. Ahora la vegetación está como nunca, quizás como estuvo antes de que los guanches se asentaran en esta zona.
He buscado en todas mis fuentes de senderos algo sobre este. No he encontrado nada. Lo único relacionado que he visto son los tracks (y alguna descripción) de los barranquistas que suben sus recorridos a Wikiloc.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Barranco Hoya las Higueras