• Excursión 160. 23 Mayo de 2014. Viernes.
Zacatín. Camino Candelaria.
Municipio: Santa Úrsula.
De 18.10 a 20.20h. De 600 a 855 a 600m.
Distancia: 2,6km. Duración: 2h 10m.
Recorrido por la parte alta de las medianías por pistas con mucha pendiente en un día de primavera con colores muy vivos
Después de explorar el terreno de medianías (entre los 400 y 600m) de la parte este de Santa Úrsula voy a empezar a visitar la franja entre 600 y 800m. El mapa del ayuntamiento de Santa Úrsula sigue siendo mi guía principal.
Están de celebraciones en La Corujera y no se puede pasar, pero un guardia municipal muy amable me indica cómo llegar al Zacatín, Dejo el coche al lado de una casa porque me da tranquilidad, en lo alto de la calle Zacatín (600m). Subo un poco y encuentro una bifurcación, de donde salen dos pistas (Camino La Traviesa, a la izquierda, Camino Los Barriales/La Calzada, a la derecha), ambas de cemento con estrías. En la bifurcación hay un hermoso muro de roca volcánica que tiene por encima un viñedo verde y amarillo. Este lugar es un buen mirador. A la izquierda las lenguas de terreno con viñedos caen suavemente hacia las casas de las medianías. Luce el sol, por fin un buen día. En lo alto de la ladera sobresalen las dos montañas (Micheque y Las Ovejas), que a medida me voy desplazando, de este a oeste, en mis excursiones voy viendo cada vez más cerca. Nubes grises en lo alto de ellas contrastan con la luz que hay en las medianías. Los caminos están libres de rocas y piedras, los viñedos limpios de maleza, todo parece nuevo, recién hecho.
Sin dudarlo empiezo a subir por la pista de fuerte pendiente (camino Los Barriales/La Calzada). Lentamente subo agarrándome a las estrías en el cemento y empiezo a entrar en este día fantástico. Los castaños están a plena marcha, ocupando sus hojas grandes el espacio que les pertenece. Los campos que no tienen viñedos están llenos de yerbas y flores silvestres.
Cuanto más arriba mejores vistas. No sé dónde mirar, es todo tan bonito y tan espectacular. Tengo perspectivas nuevas de la costa más allá de San Juan de la Rambla: el mar brilla hacia la punta de Teno. También brilla la costa hasta Tacoronte y las vistas sobre Los Nateros también son inéditas para mí. En vertical hacia el mar destaca la llanura de La Quinta con su finca grande en medio. La luz sobre las laderas de la montaña es también muy buena. En las laderas de Santa Úrsula, La Victoria y La Matanza se distingue todo, cada casa, cada huerta, cada árbol. En el verde más claro localizo en lo alto de Los Nateros el pequeño caserío de La Vica. El otro hito es la casa azul de Potigaiga. El paisaje no es para mí una sucesión de montañas y barrancos, sino que es una serie de lugares conocidos, transitados, visitados. Cada nuevo detalle que identifico me produce una gran emoción.
En la parte de arriba de la pista por donde voy subiendo se abre a la izquierda un gran llano repleto de colores de las distintas plantas de primavera: blancos, violetas, rojos, amarillos, beis, verdes. Hay grandes espacios con plantas de flores blancas, las amarillas de la yerba pajonera, el beis de una yerba alta de espigas grandes, y sobre todo el rojo de las amapolas.
Limitando este gran campo hay una fila de castaños, como protegiendo y montando guardia para proteger las flores del viento fuerte. En el momento de fotografiar este llano siento una viva emoción al tener la certeza de estar obteniendo fotos interesantes y valiosas. De esos momentos en el que la felicidad intensa que siento sé que se va a corresponder con una foto igual de intensa. El sol es un regalo que hace que todo sea una película en maravilloso color. Las nubes grises en lo alto concentran la luz aquí.
La cuesta, tan brutal como es habitual en la zona, me hace darme cuenta de por qué son tan solitarios estos caminos ¡Cualquiera viene de paseo! Sólo hay recodos al principio de la calle, el resto es una gran recta con una pendiente constante. Yo voy en un estado de trance y casi ni me doy cuenta cuando llego al camino Candelaria (800m).
Muy bonito y cómodo la pista llana cementada que tiene un murete bajo de protección. Sigo hacia la izquierda. Encuentro una parte húmeda y umbría al atravesar un barranco (La Hoya/Fuente Ravelo). El barranco es grande y ancho y muy verde. A la derecha del cauce veo un sendero que sube. Más bien una veredita. Pasa por una oquedad muy húmeda, los troncos de los castaños están cubiertos de musgo, llega muy poca luz y las hojas secas se acumulan bajo las paredes mojadas. El senderito tiene una barandilla primitiva hecha con un cable de acero y barras metálicas hincadas en el suelo. Lo justo para protegerse de resbalones. Va a dar a un campo sembrado de papas. Muy umbrío y recogido, el suelo es muy mullido, al pisar atravieso una fina costra y debajo está blando y mi pie se hunde. Las plantas de las papas están preciosas. Sigo un poco más arriba y llego a un campo esponjoso con extraños agujeros en el suelo y muchos helechos. Y aquí encuentro una caseta rústica, bueno más bien un lugar cubierto. Tiene una mesa con una colcha a modo de mantel. La mesa es una bobina para enrollar cable grueso. Muy imaginativo. Cierro los ojos y veo a varios hombres y mujeres tomando vino y asando carne de cerdo. Es el guachinche primigenio, maravilloso en este paraje perdido, escondido y rodeado de castaños, es de otro mundo.
Vuelvo al camino Candelaria y sigo a la derecha. Este camino está muy cuidado y me resulta muy atractivo, con sus líneas curvas y sus rectas remarcadas por el murito de piedra y las líneas paralelas de las estrías en el cemento. Bajo por el primer sitio que puedo (camino Monroy). La vista sobre el barranco es estupenda y delante tengo una masa amarilla de pequeñas florecitas (hierba pajonera), está delante del bosque que cubre todo el barranco y más allá sale el sol entre las nubes. Se ha empezado a nublar un poco. Tengo que bajar muy despacio, la pendiente es extraordinariamente empinada. Aquí han puesto asfalto y me puedo agarrar mejor según bajo. Por la posición de mis pies parece que me voy a poner a bailar ballet: sobre las puntas. Se ha nublado un poco. Cuando llego aproximadamente a los 600m vuelvo a atravesar el barranco por un camino (La Traviesa) que me lleva a la bifurcación del principio.
Al volver en coche por la autopista y con la luz dorada de atardecer tengo un subidón de apasionamiento. Pasión por todo y casi me pongo a llorar. Es otro éxito. Sólo lo que siento en estos cuatro o cinco minutos mientras el dorado de la tarde ilumina las paredes de la autopista junto con la sensación maravillosa de velocidad y el orden en la autopista después del caos de la excursión es en sí mismo algo absolutamente maravilloso, en estos cinco minutos casi siento más felicidad que en toda la excursión. También tengo muy claro que sería imposible sentir esto sin haber hecho esta estupenda excursión.
---------
Pulsar en el siguiente enlace para descargar el track de la excursión
Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
drive.google.com/file/d/1oA9cc6ZXEd9GkPzTmaVN7c04zhR3JsDu/view?usp=sharing
Zacatín a Camino Candelaria