• Excursión 1043. 7 Enero de 2020. Martes. (Anaga 170ª).
Urbanización Anaga. Roque Las Cabezadas. Lomo Las Casillas.
Municipio: Santa Cruz de Tenerife.
ENP: Parque Rural de Anaga
De 14.48 a 18h. De 10 a 625 a 440m.
Distancia: 5,9km. Duración: 3h 12m.
Desde la primera vez que bajando hacia Santa Cruz me fijé en las montañas que había al fondo, detrás de la ciudad, me resultaron barrocas, enrevesadas, exageradas, teatrales. Ahora que las voy conociendo todavía me sorprenden por su complejidad. Al no ser conos ni aristas regulares desde casi cualquier punto de vista pueden tener un aspecto muy diferente. Ahora que las miro a la altura de la delegación de Hacienda en Santa Cruz (después de haber salido en la 910 -14.48h) me desafían al tratar de identificar cada pico y cada fila de montañas que veo. Me sigue resultando fascinante. Y más me interesan hoy esas primeras montañas, las más cercanas, hoy que las voy a recorrer. La que sobresale en primer lugar y la más próxima a Santa Cruz es la montaña de La Leña (425m), tan picuda y tan separada del resto. Los habitantes de Santa Cruz, pienso yo, que no miran las montañas de alrededor, son parte del paisaje, son lo otro, lo que nos edificios. A mí me gustaría hacer un catálogo de las montañas que se ven desde cada calle de Santa Cruz cuando miras hacia lo lejos, hacia el final de la calle y divisas una pared verde o marrón en lo alto.
El tiempo está algo ventoso y llego pronto al principio de la excursión en la parada de Titsa que está pasado el inicio de las Ramblas (14.56h). Por la calle Elías Ramos González subo hacia la urbanización Anaga y me meto por las primeras y largas escaleras que suben tras el primer gran edificio en la calle Profesor Peraza de Ayala. Ya en la excursión 971 subí por aquí hacia la montaña de La Leña, pero hoy voy a probar una ligera variante aprovechando tres grandes tramos de escaleras. Apenas me cuesta subirlas, tras el primer tramo tuerzo a la derecha (calle Fernando H Guzmán) y en unos dos o tres minutos llego al siguiente tramo y empiezo a subirlas. Una vez arriba (calle Dr Jaime Chávez), de nuevo a la derecha y un minuto y llego al tercer tramo, el más largo. Unos 500 escalones y he subido desde 30 a 115 metros de altitud. A medida que voy subiendo voy ganando en perspectivas y haciéndolo a ritmo suave parece que subo en un ascensor. El día está alegre y se oye algo de la actividad del puerto. El viento ha amainado.
Ahora en la calle más arriba (Victoriano Darias) de esta parte de la ciudad de chalets de alta calidad tuerzo a la izquierda y rodeando el último chalet de la esquina empiezo a subir pegado a su valla. Un operario que repara la valla se echa a un lado cuando subo. El cambio es radical, ahora voy por un viejo sendero pedregoso cerca de un canal de agua más seco que el bacalao. El sendero es apenas visible pero aquí está para los restos. Paso un par de eucaliptus también secos. Ya tengo una vista completamente diáfana de Santa Cruz, aunque yo estoy más concentrado en lo de arriba que en mirar hacia atrás. Llego al canal (Catalanes) y recorro la cortada en la tosca (Cortadura Chica), sólo por verla, no es muy profunda y está casi toda a la sombra. Ahora ya me tiro monte arriba por la arista de esta loma, que junto con otra, también muy definida, encierran un pequeño barranco (Valle La Leña), en la excursión 941 subí por la otra. A mi derecha tengo el barranco Valle Tahodio, y puedo ver su interior y hasta el barranco de Valle Luis. Sin sendero propiamente dicho, avanzo por la cresta rocosa que con pocas plantas me permite el paso, algo dificultoso y enrevesado pero posible.
Voy atravesando pequeñas degolladas bajando y subiendo para atravesarlas a lo largo. Recorro hasta cinco degolladas por las crestas que tienen forma de arco. A mi izquierda y a unos 300 metros de distancia la montaña de La Leña me señala la altitud que voy alcanzando en una subida muy gradual y laboriosa. El suelo rocoso e irregular me obliga a ir muy despacio y el paso por las degolladas es siempre complicado por los constantes: retrocede, baja, avanza y sube. El día soleado y sin viento hace que la travesía sea muy agradable y que pueda disfrutar del paisaje y de las vistas hacia todas las líneas de crestas. La vegetación crasa está muy verde y lozana. Y alcanzo la planicie (390m) en la que confluyen las dos lomas que encierran el barranco de La Leña. En este llano con bancales abandonados hay una era que tampoco hoy logro localizar. Las alcachofas silvestres, con su crecimiento en forma de alfombra tupida grisácea, ocupan la planicie, aunque las alcachofas en sí son cosa del verano. Gramíneas secándose cubren el resto del terreno.
Esta planicie forma un extenso balcón hacia el barranco de Valle Tahodio. La siguiente montaña en la serie tiene una pendiente más fuerte y sin ir por el mismo camino que en la excursión 941 y un poco campo a través atravieso una zona de vegetación más densa para alcanzar el camino ancho que sube en zigzag primero y después más recto hasta lo alto del roque de Las Cabezadas (527m) con sus grandes piedras enhiestas, que hay que ver de cerca para apreciar bien. Las rodeo por la izquierda sin subirme a lo alto. Y no llego al extremo del roque, sino que bajo un poco antes a la gran degollada (473m) sin ningún sendero visible, destrepando entre las pencas y las tabaibas y los cornicales. Es muy complicado. La siguiente elevación (Cabezadas del Medio, 523m) la paso por la ladera izquierda, sin apenas subir desde el nivel de la degollada, y con un sendero más o menos claro entre la vegetación más húmeda y fresca y abundante. Estoy ahora por la parte superior del extenso sistema de bancales que cubría toda esta ladera y del que solo perviven los muros bajos de piedra. Atravieso un terreno bastante llano antes de encarar la siguiente montaña (Pico La Sabina).
Tomo un sendero claro y estrecho tras los bancales para empezar a subir y no subo demasiado sino que me desvío por un sendero a la derecha que parece rodear el pico. Bien definido en la vegetación húmeda y mojada y resbaladiza describe un gran arco para rodear la montaña y después empezar a subir más hasta llegar a la degollada (Mohines) pasado el Pico La Sabina (608m). Al ir subiendo hacia la degollada veo el sendero que la rodea más arriba. Vale. Todo va bien. Ahora enfilo una elevación (Mohines, 612m) rematada por una gran torre de electricidad. La vegetación es más agreste ahora, más leñosa y seca. Y desde aquí me doy cuenta de que no puedo alcanzar mi objetivo de hoy que era llegar hasta la puerta de la finca Ascanio, hasta el principio del camino que baja hacia la presa de Tahodio, pero ya me doy cuenta de que no me va a dar tiempo, estos días cortos de luz me tienen limitado. Vale. No importa, lo dejo para otro día, pero de momento sí puedo seguir un rato más. Según el mapa me faltan tres picos más y una larga bajada por cresta rocosa hasta la puerta de la finca de Ascanio.
Encuentro un sendero que pronto empieza a bajar y llego a una pequeña degollada donde descubro alambre de espino en el suelo y después empiezo a subir entre la vegetación tupida y muy cerrada. Existe un pasillo que poco a poco sube hacia otro pico, bajo un poco y vuelvo a subir para llegar al segundo pico tras la torre. Y ya tengo una perspectiva de la bajada hasta la puerta de la finca. Y aquí es cuando me doy la vuelta. Quiero hacerlo sin agobios, disfrutando cada paso, y es que además una vez allí, en la puerta, tengo otro plan. Regreso por donde he venido y evitando el alambre de espino, que siempre me da muy mal fario, me da la sensación que los pinchos del alambre están contaminados de todas las bacterias del mundo que están esperando ahí para entrar en mi torrente sanguíneo en cuanto me rasguen la piel.
Llego a la torre sano y salvo y empiezo la bajada hacia el Lomo de Las Casillas. El camino no es difícil, no es fácil tampoco, no lo controlo, pero me dejo ir y me va llevando, me gusta este camino rojizo entre las plantas seconas. En el taller de coches paso como un faquir entre los coches pegados entre sí como arenques en salazón. Bajo la larga escalera y llego a la parada (18h). El gatito negro que espera a que alguien le traiga la comida me mira con tristeza y se acerca. Me toca esperar un rato a la guagua (18.25h). La siguiente excursión para ir a la puerta de la finca la empezaré desde aquí, desde el Lomo de Las Casillas, una excusa perfecta para tomar una línea de Titsa que me encanta: la 912.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Cordillera Los Campitos