• Excursión 1309. 30 Agosto de 2021. Lunes. (Anaga 211ª).
Cueva Bermeja. El Chiguel. El Cercado
Municipio: Santa Cruz de Tenerife
ENP: Parque Rural de Anaga
De 14.50 a 20.25h. De 10 a 695 a 10m.
Distancia: 12km. Duración: 5h 35m.
Durante el fin de semana me he estado acordando de todas esas ocasiones en que veo el Chiguel, desde la autopista del Sur cuando vuelvo en guagua hacia Santa Cruz. Acordando de la emoción que me produce y de la tremenda nostalgía que me produce. Siempre me parece imponente como destaca entre los otros picos con su característica forma de M ancha. Pero al mismo tiempo parece inalcanzable entre tantas montañas. Hoy, lunes, siento un gran impulso a subirlo. Y me decido a subirlo: sin cálculos de tiempo, sin repasos de las anteriores excursiones, sin mapas y empezando por el lomo de Cueva Bermeja.
En guagua voy desde Santa Cruz (14.34h) hasta Cueva Bermeja. Me bajo (14.50h) al lado del gran silo. Camino hasta la cementera y subo hacia las calles de escaleras de Cueva Bermeja. Por la calle más directa (Río Yukón) y sus interminables escalones y con un sol de justicia subo lentamente mirando hacia la derecha, hacia el mar (las casas bajas, pequeñas, están a la izquierda). Unos hombres están trabajando en un patio, qué urgencia, qué mal rollo entre ellos. No me ven. Sigo subiendo en zigzag por las escaleras. En lo alto giro a la izquierda y sorprendo a un hombre joven y una mujer, muy quietos, que me saludan con un inseguro “buenos días”. Soy muy consciente del mi aspecto de explorador cuando paso a su lado. Por aquí mismo un sendero sube a la loma, pero yo hoy prefiero ir hasta el final de la calle y subo por la ladera sin sendero entre las piedras y las tuneras hacia lo alto de la loma. Lo quiero hacer así para probar unos zapatos nuevos (Trekstar Black Bolt). La subida a la loma es esforzada y nada fácil pero hoy es lunes, ahora es lunes y yo estoy fresco y fuerte. La trepo sin darme prisa y con manos y pies superando los salientes rocosos hasta la cresta (15.25h). Los zapatos responden perfectamente. Hace mucho calor, 34, 35º, yo lo aguanto bien, pero me asusta un poco cuando lo veo en el reloj, sobre todo en las zonas donde no hay ni una brizna de brisa. Sigo a la izquierda por la arista rocosa de puntas y rellanos. Paso una torre de electricidad (230m) por la izquierda, me inquieta pasar por debajo. Encaro la pendiente fuerte con determinación y voy subiendo por la arista despacio. Me afecta psicológicamente cuando leo en el reloj que hay 38º. Tengo que superar esta pendiente (de unos 150 metros de desnivel) y llegar al borde de una planicie inclinada, una mesa. Cuando ya he subido más de la mitad me tengo que ir echando hacia la izquierda (el track es difícil de reproducir) para evitar una parte totalmente vertical a la que me ha llevado la subida por la arista. Por momentos me parece que hay un viejo sendero para ir hacia una parte menos inclinada, pero creo que es un auto engaño. Tengo que trepar varias veces rocas salientes y pasar por un canal vertical, es largo, hace mucho sol. Voy bien de fuerzas. Voy despacio, sobrado. Y así poco a poco logro llegar hasta el borde de la mesa (16.05h, 400m). La vegetación está muy seca, los inciensos, balos y tabaibas están escuálidos pero vivos, a las tuneras les va ligeramente mejor, el suelo es arenoso en la mesa. Apenas echo la vista atrás, para mirar el puerto, sus grandes grúas, la ciudad. Las cagadas de cabra, muy abundantes, son muy blancas. Voy bien. Ya he superado una buena barrera. Pero yo estoy fijado en lo que me queda, en el perfil de los picos hasta lo alto del Chiguel. Me acuerdo bien de toda esta subida de cuando hice esta travesía (excursión 1058), aunque entonces era febrero y además un jueves (excursión de todo el día). Hoy es agosto y no es jueves. Es decir, caluroso y con tiempo restringido. Me fascina la línea de los picos donde destaca uno en forma de muela y el arqueado del Chiguel. Subo al primer pico (465m) y después bajo hasta el naciente de un barranco (Incensial) para seguir subiendo por un terreno fácil hasta una serie de pequeños picos y llegar a una degollada (Paso el Perro, 16.35h, 490m). A mi izquierda se extiende la ladera larga del barranco de Cueva Bermeja, sé que los manchones verdes son almácigos, pero es muy difícil de creer, bajo este sol y esta sequedad, lo bien que les va aquí. Los almácigos son los perfectos árboles del bosque termófilo. Ahora me toca el arrechucho final hasta lo alto del Chiguel. Con pendiente creciente voy subiendo y en las inmediaciones del roque en forma de muela tengo que subir por senderos de cabras: libres de paso al nivel del suelo, pero a la altura de mi tronco están cruzados de tabaibas. Descubro un mini almácigo, pequeño y con las hojas pequeñísimas. Subo en dirección al roque y en su base sigo por la izquierda y cuando lo he superado el recorrido es más claro, “sólo” hay que seguir subiendo por la arista en zigzag. Como está arqueado el Chiguel hasta por tres veces parece que he llegado a lo alto, pero yo ya lo sé y no me desanimo por estos espejismos. Algo cansado de subir las piernas en los grandes escalones llego a lo alto del Chiguel (17.15h, 695m).
Todo está despejado pero el esfuerzo a pleno sol me ha dejado algo traspuesto y apenas lo puedo disfrutar. Disfrutar de haber llegado a lo alto y las vistas desde aquí. Y es que todavía me falta un montonazo. No me puedo relajar con triunfalismos. Bajo del pico por el otro lado, hacia unas pequeñas sabinas que crecen entre las rocas. Paso una primera pequeña degollada y rodeo una pequeña elevación hasta una segunda pequeña degollada por donde sigo por un pequeño sendero que parece al final no tener continuación, pero sí la tiene. Destrepo hacia la derecha y sigo por un trozo de sendero antes de seguir bajando sin camino claro hacia una loma que está hacia la izquierda. La ladera bajo el segundo pico (a mi izquierda según bajo) está trenzada de pequeños senderillos, no me desanimo, sé que el sendero mío lo voy a ver clarito cuando llegué a esa altura. La bajada es por rocas yendo para la izquierda o para la derecha según toca hasta que llego al llano de la loma. Y aquí lo encuentro, encuentro el sendero que sale a la izquierda y va por la ladera por un terreno de plantas secas bajas, nada obtrusivas, donde está perfectamente marcado el sendero que va rodeando pliegues y pasando minúsculos cauces. Así paso varios hasta superar un saliente rocoso y bajar hacia otro cauce y aquí es donde empiezan los problemas. Ya los tuve en la otra travesía (excursión 1058) y los vuelvo a tener ahora. La cuestión es que en el paso del siguiente cauce el sendero no sigue a la misma altitud, sino que hay que bajar un poco, pero no me acuerdo de cuánto es ese poco. Y el otro problema es que la ladera ahora es de pencas, de repente hay pencas por todos lados. Bajo demasiado y no lo veo, subo, lo intento a las bravas por un sendero poco claro y de repente pierdo el pie y me caigo aparatosamente en una pequeña pendiente sobre tuneras. Es un buen revolcón, estoy lleno de espinas grandes por las piernas y en los brazos. Me logro quitar las más grandes, pero ahora no me puedo entretener en esto. Tengo un buen rasguño en el codo, sangrante, un glúteo golpeado y un golpe en una mano, en el dorso externo de la mano izquierda. Nada parece realmente preocupante. Vuelvo al cauce y ahora con más calma sí logro dar con el sendero correcto para superar esta ladera de tuneras y ya en la siguiente ladera no hay y puedo fácilmente alcanzar la dorsal (cresta) de pequeños picos rocosos. Es una serie de picos, un sube y baja sobre rocas puntiagudas, aunque bien rugosas y mis zapatos siguen respondiendo perfectamente, se portan. (Ha sido una buena compra, lo de la caída no ha tenido que ver, fue porque cuando me iba a agarrar a una rama me di cuenta de que era una tunera y la solté instintivamente y entonces perdí el pie. No fue por falta de agarre de los zapatos.)
Pero esta es una travesía muy técnica que tengo que hacer despacio. Lo más difícil ya lo he superado pero lo que me queda no es nada fácil. Se trata de subir pequeños picos, bajarlos, rodearlos, pisarlos y siempre tratando de no arriesgarme a otra caída. Llego a la degollada del Pino (18.28h, 550m). En la excursión 1058, desde aquí, bajé hacia el Pelotón (a la izquierda), hoy quiero hacer la travesía hasta El Cercado, más larga. Pero antes me tengo que curar las heridas y sacarme todas las espinas que pueda. Me lavo el codo, lo seco y le pongo cristalmina. Me saco enormes púas de las pantorrillas (también golpeada la izquierda), del brazo y también muchas pequeñas en las manos. Me duele bastante la mano izquierda pero no veo claramente dónde, y tengo montones de púas rotas y clavadas en la palma de la mano. Diez minutos curándome y ya sigo (18.38h). El tramo que tengo por delante ya lo hice en otra excursión (la 1009) y no lo recuerdo especialmente difícil, fue en octubre, un lunes. Sin embargo, ahora con el pequeño trauma no me resulta tan fácil, aunque tampoco complicado. Va por una ladera y pasa por tramos con un viejo canal relleno de tierra y rodea un gran cardón. Después baja por rocas hasta una pequeña plataforma por donde me echo a la izquierda para empezar a bajar por una ladera sin camino concreto pero muchos sitios por donde poder hacerlo, algo que me crea una ligera inseguridad. Paso por un mini desfiladero y después bajo por terreno rocoso o arenoso hacia un aprisco con cabras. Poco antes de llegar al aprisco y tras pasar el cauce de un barranquillo con laureles me echo a la derecha por un senderillo y después bajo por terrazas para volver a cruzar el cauce y llego a un sendero muy claro que me va llevando por el lateral de este barranco (Arbolitos) hacia el palmeral. Va bajando y llaneando y cuando llego al Cercado tengo que hacer un recorrido rocambolesco cruzando por lo menos cuatro pequeños cauces de barranquillos (algunos llevan agua) entre palmeras en un lugar precioso y salvaje para salir por fin a la carretera (19.33h) en El Cercado (La Viña Vieja). Llamo al taxi pero no consigo que me hagan caso y me veo obligado a bajar caminando hasta San Andrés (20.23h).
(Seis días después, cuando escribo la crónica de la excursión, todavía me estoy quitando púas de las manos y no puedo usar bien la mano izquierda, debo tener alguna pequeña rotura en el dedo meñique que he inmovilizado uniéndolo al anular con cinta).
En días posteriores me doy cuenta de que lo del dedo meñique es una gran púa que tengo enterrada en la base. Me hacen una resonancia y la localizan, tiene más de dos centímetros. Tres semanas después un traumatólogo me dice que la deje ahí, que no merece la pena abrirme por eso y que se reabsorberá. Punto final.
Pulsar en el siguiente enlace para descargar el track de la excursión
Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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