• Excursión 1509. 5 Septiembre de 2023. Martes.
La Cisnera. Barranco Bijagua
Municipios: Arico
De 15.05 a 19.23h. De 530 a 220 a 530m.
Distancia: 10,5k. Duración: 4h 18m.
Completo el recorrido por el cauce del barranco de Bijagua que empecé en la excursión 1505. Entre los 200 metros de altitud y las cercanías de la Villa de Arico. En este tramo empiezo rodeando un espectacular salto con grandes piedras, después por el cauce sigo y también tengo que rodear dos saltos más hasta un desfiladero estrecho con un gran charco sobre terreno basáltico. Sigo y paso bajo un canal y rodeo por la izquierda otro salto y llego a un gran salto que evito por la derecha, por zona de viejas terrazas y por lomas sigo hasta la Villa de Arico
Regreso al barranco de Bijagua para completar el recorrido del barranco entre la autopista y la carretera general del Sur que empecé en la excursión 1505. Después de sopesarlo mucho me decido por ir en coche hasta La Cisnera. Yo preferiría subir caminando desde la autopista hasta el sitio donde dejé el recorrido del barranco (200m), pero como pretendo terminar en la carretera general del Sur, después tendría que bajar caminando hasta la autopista (una hora aprox.), prefiero emplear mi tiempo disponible (unas cuatro horas) para recorrer el barranco. Así y todo, tendré que bajar desde La Cisnera hasta el sitio por donde dejé el recorrido del barranco (200m).
Los cielos están nublados y grises. E incluso cuando me bajo del coche en La Cisnera está lloviendo fino y con algo de fresco. Nada que ver con el calor que hacía en la otra excursión por aquí. Dejo el coche frente al número 4 de la calle Carretera General La Cisnera. Me consuelo pensando que al menos el calor hoy no será un problema, aunque no sé si prefiero calor a este tiempo triste y lluvioso. Enseguida rebaso un pequeño grupo de casas pegadas entre sí y a la carretera y salgo a campo abierto, por donde, diseminadas hay algunas grandes fincas con sus buenas vallas y muros. A la izquierda discurre el barranco de Bijagua sin ningún elemento espectacular, tierras grises y marrones y apenas ocupación humana. Al llegar (440m) a una curva a derechas el paisaje se abre, hay un gran desnivel por debajo, que la carretera negocia con un lazo doble sin posibilidad de atajar. Las laderas están cubiertas de vegetación baja de matorriscos, tabaibas, pencas, cornicales y bejeques. En esa curva (440m) fue por donde me desvié, a la izquierda, para recorrer un tramo del canal del Estado (excursión 1269), un tramo con una tubería vertical por donde hoy es muy probable que vuelva a pasar. Vamos a ver. Bajo por el doble lazo tranquilamente, no me empeño en buscar un atajo, aunque parece que podría haber uno. Más abajo, tras las dos curvas de 180º me llega el ruido de taladros, un hombre está arreglando el techo de una caseta. Una caseta modesta en una pequeña parcela vallada.
El cielo sigue gris y ha parado la lluvia. Cuando la pendiente se suaviza tras el doble lazo voy pasando grandes fincas con invernaderos a ambos lados de la carretera. Me gusta el olor a plantas húmedas y también el del polvo humedecido, el polvo en los bordes de la carretera donde crecen los espigados tabacos morunos con sus flores en forma de campanilla y su aspecto lánguido. Se me hace largo. Consulto varias veces el altímetro. Tras unos cuarenta minutos (3,2km) por fin llego al sitio (260m) por donde voy a acceder al barranco. Es una pequeña hoya (Hoya La Majaita), a la izquierda de la carretera, una finca privada con dos grandes invernaderos. Como veo coches dentro de la finca hoy no voy a usar la pista de tierra de acceso a la finca, prefiero rodearla por la izquierda, unos metros antes de la entrada a la pista de tierra e ir campo a través. Paso el cauce, muy cubierto de plantas, de un pequeño barranquillo (empieza aquí) y empato con un sendero al otro lado que me lleva al borde del barranco de Bijagua. Ahora empieza lo bueno, sólo este borde es una maravilla, con rocas y piedras de color beis esculturales. Tengo a la vista una zona llana del cauce del barranco, una zona entre dos desfiladeros, el de la derecha ya lo recorrí cuando subí, del otro no sé nada, sólo que es muy angosto. El terreno por mi lado tiene forma circular, de anfiteatro, al otro lado la pared es algo más vertical. Y sólo recorrerlo es fantástico. Pronto encuentro un sendero que baja hacia la zona central del anfiteatro, no es que sea muy claro al principio, pero después sí se hace más sencillo. Tiene mucho desnivel y va bajando por los muros de viejas terrazas de cultivo. En su parte final hay muchos derrumbes, grandes piedras, tanto de los muros como de las paredes han rodado hasta el cauce. Es una parte caótica. Abajo, en el cauce (200m), el rabo de gato lo cubre casi todo. Me echo a la izquierda, con cierto nerviosismo, y entre enormes piedras y un suelo de arena cubierto del rabo de gato (tengo que ir tentándolo por la existencia posible de agujeros), enseguida llego a la entrada al desfiladero (Los Pilones).
Piedras enormes están atascadas en el desfiladero, lo tapan, entre ellas algunas rendijas sirven de nidos a las palomas que me asustan al salir revoloteando. El lugar me impresiona. Algunas de las enormes piedras tienen surcos profundos y de una textura suave, marcas del paso del agua. El lugar es oscuro. El olor algo acre, mezcla de polvo y los excrementos blanquecinos de las palomas. Me echo a la derecha trepando por un surco en una gran piedra, pero arriba no encuentro continuación, sólo un pequeño hueco y muy arriba. Bajo por el surco y me echo a la izquierda y ahora llego a otro sitio muy angosto, un hueco vertical que teóricamente se podría subir con una cuerda (me parece ver enganches metálicos en la parte de arriba) pero para mí completamente imposibles. El sitio me asombra, me da respeto. Está claro que esto es cosa de barranquistas, no de simples senderistas como yo. Salgo del desfiladero y empiezo a trepar por la ladera contraria a por dónde bajé al cauce. No es fácil. Sobre todo, al principio. Hay un desnivel al nivel del cauce. Empiezo a subir, pero llego a un lugar muy vertical y arriesgado entre piedras enormes y plantas que se agarran a la tierra entre las piedras. Tengo que volver a bajar y ahora echándome a la derecha logro encontrar un sitio por donde trepar y con bastante esfuerzo físico logro llegar al borde superior del barranco. Avanzo en paralelo al cauce y puedo ver, desde arriba, que el desfiladero consiste en dos “canales” entre una “isla” afilada de rocas y tierra. Desde cada sitio veo algo diferente. Tras unos cien metros largos bajo por el primer sitio que puedo. Es una bajada emocionante, todavía hay mucho desnivel, pero bastante más fácil que la subida. En cuanto bajo a las piedras grises onduladas y de formas suaves me echo a la izquierda hasta el desfiladero. Desde arriba también es fascinante. Puedo ver, unos metros más abajo, un espacio llano y ancho a la izquierda, ahí no pude acceder desde abajo. Por la derecha es muy, pero que muy estrecho, casi como un tubo de sección irregular. Vuelvo a ver agarres metálicos. Me quedo hipnotizado por el lugar, si lograse bajar hasta la zona llana estaría atrapado. Tiene una fuerza tremenda este desfiladero. Solo imaginar la fuerza del agua encauzada por aquí moviendo estas piedras se me ponen los pelos de punta.
Continúo hacia arriba. Sobre basaltos redondeados y entre paredes no muy altas en suave ascenso avanzo unos 250 metros hasta una curva (Vera Mermejo, 215m) a la derecha cuyas paredes en la parte derecha son de un material rojizo y áspero. Paso pegado entre la pared derecha y una vegetación muy densa y frondosa de balos y bajo una pared vertical (Risco Mermejo) del mismo material, tosca rojiza. Me resulta prodigiosa la variedad de materiales del barranco. Tras esta zona angosta el barranco se abre un poco y unos 200 metros más arriba me topo con un salto pequeño (225m) y ancho que no puedo superar. Retrocedo un poco, subo por la ladera derecho y tras superarlo vuelvo a bajar al cauce.
Apenas puedo atisbar los invernaderos y los viejos muros de terrazas sobre los bordes del barranco. Ahora el barranco se abre un poco y transito por una zona de rocas, piedras y mucho rabo de gato. El paso es algo dificultoso, tras unos diez minutos (600 metros) desde el salto llego a otro (Saltadero Achacay). Este es un gran salto (unos quince o veinte metros de alto) que tiene en su base unos enormes balos y una vegetación muy cerrada. Remata una zona algo llana, producto de la caída durante milenios del agua del salto. Con cierta dificultad me meto entre las plantas hacia la izquierda y puedo superarlas hasta llegar a una zona de grandes rocas grises de formas muy redondeadas por las que me cuesta trepar. Arriba me echo a la derecha hasta una tubería que sube por la ladera y por un “medio” sendero alrededor de la tubería subo hasta una zona (275m) más alta que el salto. Enseguida me echo a la derecha para ver la parte de arriba del salto. Es otro pequeño desfiladero entre el saltadero Achacay y otro más pequeño. Otra zona inaccesible para mí, otro sitio para quedarse atrapado.
Por rocas grises sigo subiendo por el cauce del barranco que ahora tiene una sección muy abierta, es muy llano, por aquí hay un pozo de extracción de agua (Pozo Saltadero de los Abejones) y en unos 250 metros cruzo una pista (290m). El siguiente tramo del cauce ya lo conozco (excursión 1269) de la vez que estuve recorriendo el canal del Estado. Por un sendero bien marcado y muy llano en unos 300 metros llego a otro desfiladero que empieza por una parte emocionante, hay que rodear un gran charco (debe tener agua permanentemente) apoyando los pies en unos hierros hincados en las paredes (pequeñas plataformas), y sujetándome a una cuerda. Esto me energetiza. Progresivamente el desfiladero se va estrechando con el cauce atestado de grandes piedras de perfiles redondeados. Tiene pequeños saltos, fáciles la mayoría, hasta uno que me cuesta muchísimo superar. Todo está tan redondeado, liso, sin grietas que tengo que usar todo mi cuerpo y una gran decisión para lograr subir. Casi me cansa esto más que todo lo que he recorrido hoy. Toda una prueba. La alternativa hubiese sido muy complicada. Poco después llego a la gran tubería (canal del Estado) que baja vertical de la izquierda, cruza por un acueducto y sube, también muy vertical, a la derecha (lo de sube y baja lo digo únicamente por la dirección del agua). Me fijo que en la tubería de la derecha han puesto, a media altura, una puerta de madera para impedir el paso. Sigo subiendo por el cauce, ahora la vegetación es muy densa y me lío un poco yendo por la parte peor. Menos mal que no es muy larga. Llego a otro desfiladero cuya primera parte puedo subir por una cuerda y sobre escalones de hierro, pero después me encuentro con una zona imposible para mí donde veo agarres metálicos. Vale. Par poder superar esta zona tengo que regresar hasta el acueducto (320m). Sin pensármelo mucho elijo subir, mirando hacia arriba, por la ladera izquierda. Podría subirme a la tubería, pero prefiero zigzaguear por la ladera. Tiene una gran pendiente y es más una trepada que otra cosa. Voy subiendo y echándome hacia la derecha. Tras ascender casi unos cien metros (400m) llaneo hacia la derecha y empiezo a bajar.
Me deja agotado esta subida. Me siento un rato y me tomo unas almendras. La vegetación de lengua de pájaro, jaras, amagantes, bejeques, tabaibas y matorriscos es muy frondosa, aromática, preciosa. Avanzando y bajando me voy acercando al cauce, no siempre puedo ir recto, a veces tengo que rodear salientes rocosos y por fin, llego al cauce ancho y llano (360m). Giro a la izquierda y enseguida tengo delante otro gran salto (Saltadero de Cha Miliana), que no luce como podría, el cielo gris y pasmado y algo oscuro no da para más. Avanzo unos cien metros y me echo a la derecha para empezar a subir por una ladera con muros, medio caídos y muy antiguos, de terrazas por donde hay un naciente que creo localizar (galería Barranco de Pedro Bermejo) en una oquedad bajo unas piedras. Voy descubriendo en la subida hitos que parecen marcar una trayectoria de subida, en realidad, se puede subir por muchos lados, y no creo que ese (el de los hitos) sea el óptimo. En todo caso es bastante trabajoso por las piedras que hay por todos lados y tener que evitar una pared larga vertical. Durante la subida voy teniendo diferentes perspectivas del gran salto y de las paredes grises por ambos lados. Es un espectáculo a medias por la grisura del cielo.
Tras superar la ladera me echo a la izquierda (435m) y atravieso una zona antigua de nateros (terrazas en un cauce de barranquillo) y me echo otro poco a la izquierda y sigo por la arista de una loma muy llana (475m). Ahora no tengo muy claro cómo seguir. Puedo bajar de nuevo al cauce, pero creo que ya lo que queda no tiene nada vistoso o emocionante. Puedo cruzar el cauce del barranco (Bijagua) hasta la carretera general de La Cisnera, por donde bajé al principio de la excursión. Finalmente opto por echarme a la derecha atravesando viejas terrazas para tratar de alcanzar una calle de la Villa de Arico. No hay sendero. Se nota. Subo por la izquierda de las terrazas, atravieso un canal abierto (canal Intermedio, 510m) que lleva mucha agua. Y después sigo subiendo por una zona de tuneras que afectadas por una enfermedad y casi secas no suponen un gran problema para superarlas. Alcanzo la valla de la parcela de una casa, me echo a la derecha para rodearla y milagrosamente encuentro un pasillo entre dos parcelas por el que puedo llegar a una calle (El Carmen) de la villa de Arico.
Empieza a llover fino. Abro el paraguas. Subo por la calle de casas antiguas, algunas reformadas, casas de ventanas pequeñas, casas estrechas, hasta la carretera general del Sur. Me echo a la izquierda y enseguida salgo del pueblo y tras dos o tres curvas me meto a la izquierda por un camino señalizado (un camino real). Bajo hasta el cauce del barranco de Bijagua (La Fuente), lo cruzo, remonto; el sendero está algo abandonado, lo invaden muchas plantas. Merece la pena de todas formas para evitar el tráfico de la carretera. Salgo del barranco por una zona de casas de aspecto abandonado. Cruzo una calle. Bien señalizado por carteles me echo a la izquierda y enseguida a la derecha para meterme en otro barranco (Zumbadera) con un precioso tramo de camino real empedrado. Tras el barranco sigo por una calle y en un par de minutos llego a la calle donde dejé el coche completando esta buena excursión circular.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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La Cisnera - Barranco Bijagua