• Excursión 1185. 9 Diciembre de 2020. Miércoles.
Bosque de Tacoronte por La Hornaca.
Municipio: Tacoronte
De 14.40 a 18.15h. De 900 a 1170 a 900m.
Distancia: 12,8km. Duración: 3h 35m.
Recorrido por el bosque húmedo de laurisilva en la parte alta de las medianías de Tacoronte. Por senderos y pistas entre las fayas y los brezos jóvenes y también por un bosque maduro de laureles con zonas de pinares
Mi objetivo de hoy es recorrer el bosque de Tacoronte en un día húmedo y lluvioso. Es mi octava excursión desde el mes de junio explorando este bosque inagotable con una complejidad tremenda de senderos, caminos y pistas (véase la excursión 1105).
Empiezo cerca del cruce de las calles Carril Alto y Candelaria Monte. Vengo protegido con el chaquetón y el paraguas, los pantalones impermeables también los traigo, pero no me van a hacer falta. Echo a caminar hacia arriba por la calle de la Hornaca. El suelo está negro y brillante y las hojas secas de los castaños casi han perdido su forma y se agrupan en tiras siguiendo la corriente de la calle. En las fincas de la parte izquierda de la calle los castaños todavía tienen hojas. Es tan melancólico empezar así. En unos cinco minutos llego a un cruce de pistas y tomo a la derecha por otra pista (960m). En un minuto (100 metros) llego a una barrera y trepo un monturrio de tierra (que hay a la izquierda) para alcanzar el sendero que sale de aquí en perpendicular a la pista. Avanzo por el sendero que va por un bosque bastante cerrado de fayas y brezos y en unos metros en la primera bifurcación (waypoint A) NO sigo a la izquierda, sino recto hacia arriba. Es un sendero delicioso, húmedo, bien trazado, lo usan los ciclistas. Al llegar a una pista (waypoint B, 980m) sigo subiendo por un sendero al lado del cauce de un barranquillo unos dos minutos (150 metros) hasta dar a una pista (Montaña el Haya, waypoint C, 1000m). Recorro unos cinco o diez metros de la pista hacia la izquierda y me meto por otro sendero que hay a la izquierda, también serpenteante, es un sendero surco entre los tronquitos de los brezos, que baja algo resbaladizo. El olor a madera y a humedad y a tierra es intenso y parece que me da alas. Todavía no llueve. Al llegar al waypoint A tuerzo a la izquierda para volver a subir por el mismo tramo de antes. Pero ahora al llegar al waypoint B sigo por la pista hacia la derecha.
Tras unos 200 metros me desvío por un sendero a la izquierda y en un minuto cruzo la pista de la Montaña del Haya y sigo por otro sendero estrecho entre los arbolitos que describe una gran curva hacia la izquierda primero y hacia la derecha después para encarar una recta larga. En esta recta se ha formado un pequeño arroyito y abundan las capitanas en los lados del camino que enmarcan el camino junto con los troncos negros (efecto de la lluvia) y finos de los laureles y componen una imagen muy atractiva. Ahora sí que llueve y tengo la doble sensación de protección, bajo el paraguas y psicológicamente al contemplar la belleza de este lugar, que me da una fuerza extra para hacerme inmune al agua y al mal tiempo. Ahora subo lentamente por este camino mullido, húmedo, mojado y en unos dos minutos llego y cruzo una pista (La Esperanza, 1020m) y sigo en ascenso ligero por un sendero más estrecho (Sendero Cooper) que a los 200 metros corta un camino (1040m) y sigue por el bosque ahora con árboles más altos y de troncos más gruesos y que me va llevando serpenteante y subiendo y en unos diez minutos llego a otra pista ancha (Cuatro Veredas, BC1 Ruta Norte, 1100m) y por ella tiro hacia la derecha.
Por esta pista ancha que se hace todavía más ancha al pasar por un claro donde hubo mucho eucaliptus estoy más indefenso frente a la lluvia que ya cae más regular y fina. Caliente bajo el chaquetón y con el calor que me da el esfuerzo físico voy estupendamente. A los diez minutos cortos confluyo con una pista muy ancha de firme bastante liso (Fuente Fría, 1090m) y sigo por ella hacia la izquierda, hacia arriba. Es una pista que en este entorno parece una autopista y por donde no es raro ver coches transitando. No entro a una pista que sale a la derecha, sino que sigo subiendo y en una curva a derechas (1100m) encuentro una pista no muy ancha que sale a la izquierda y me meto a explorarla. No la conocía. Al poco me encuentro con un grupo de hombres que están trabajando junto a un camión, no sé qué pueden estar haciendo aquí, pero desde luego que no vienen protegidos contra la lluvia. Un hombre tosco que lleva un gorrito de fieltro está mojándose a base de bien pero no parece preocupado por eso sino por seguir las indicaciones que le da otro hombre, no parece que estén pasando un buen rato, están todos demasiado preocupados. No me da para preguntarles nada, enseguida me doy la vuelta. Ya vendré otro día para saber qué estaban haciendo aquí. Me imagino que aclarando el monte.
Vuelvo a la pista Fuente Fría y sigo subiendo por esta pista súper ancha. A los cinco minutos encuentro otra pista a la izquierda (1150m) y me meto por ella, a ver a dónde lleva, no viene en el mapa, no viene en ningún mapa. La pista llanea y según el mapa va en paralelo a la pista de El Rayo, que está cerca por arriba. La pista es más bien estrecha pero practicable y cómoda para caminar y tras unos 9 minutos de caminarla (800 metros) se termina en una zona donde están talando tronquitos pequeños para aclarar el monte. No tiene salida y tampoco ninguna comunicación a lo largo de ella con la pista de El Rayo. Regreso bajo la lluvia a la pista Fuente Fría. Subo otro poco más y me desvío a la derecha por otra pista (El Rayo, 1190m). Por la pista de El Rayo los árboles son muy altos, el suelo está muy blando con hojas secas y charcos. En cuanto llego al sendero PR (Las Lagunetas a Las Calderetas) me meto por él, a la derecha, para empezar a bajar. Este tramo de sendero entre esta pista y la siguiente (Los Covachos) es uno de los que más me gustan de toda este PR y de todos los del Norte. Es un sendero precioso, cada esquina y cada rincón es una maravilla, baja sobre un firme rocoso e irregular por dentro de un bosque de árboles antiguos y hoy está en su mejor momento. Bajo la lluvia, los brillos de las hojas y los troncos, y todo con una humedad que lo satura todo con un olor fantástico y profundo. Voy en vilo bajando por aquí, y mira que me gusta este camino en verano, pero en invierno es insuperable. Lo bajo despacio saboreando cada paso. Un poco antes de llegar a una pista (Los Covachos) visito un momento, a la derecha del sendero, la galería Dieciocho de Mayo 2 con sus enormes castaños y sus musgos por todos lados.
Bajo y cruzo la pista de Los Covachos (1100m) y sigo bajando por el sendero PR. En unos cinco minutos cortos (350 metros) me desvío por un camino que sale a la derecha. Este camino o sendero ancho va llaneando por el monte y me gusta porque es más relajado y descansado de recorrer que bajar por roca y tierra húmeda. Es un camino largo y bien marcado, por el bosque no maduro y me gusta mucho que sea largo (tiene casi un kilómetro de longitud) y no me gusta terminarlo y tener que salir a la pista ancha y desangelada de la Fuente Fría. Bajo por la pista unos 800 metros y tuerzo a la derecha (1040m) para seguir por otra pista que llanea (Cruz de Fune) y enseguida llego a la Cruz de Fune, donde las calas están preciosas. Sigo y no entro a a una pista que baja a la izquierda (Montaña el Haya), sino por un sendero, un poco después, que baja (Vereda Cha Rosa), es un sendero antiguo claro y bien trazado y en unos 200 metros cuando llego a la pista de la Montaña del Haya sigo a la derecha por ella. Hoy está pista de tramos largos es fantástica, bajo la lluvia ligera el firme es muy blando y agradable de caminar y puedo evitar fácilmente los pocos charcos que hay en la pista. Ya voy de retirada y al ir bajando puedo todavía disfrutarlo y apreciarlo sin estar agobiado por el tiempo y que se me vaya a hacer de noche (he empezado antes de las tres).
Al llegar al cruce de pistas (waypoint C) vuelvo a bajar por el mismo sendero que al principio de la excursión que me lleva al waypoint A y de ahí me echo a la derecha por otro sendero que va en paralelo a la pista con la barrera y llego en un minuto a un cruce de pistas por donde ya bajo por la calle de La Hornaca hasta donde empecé. Aquí el propietario de la casa me afea el haber dejado el coche al lado de su casa sin haberle preguntado antes. Es verdad, y me disculpo. Lo suelo hacer, pero su casa me pareció tan abandonada que no pensé que vivía nadie ahí.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Bosque de Tacoronte por la Hornaca