• Excursión 953. 5 Junio de 2019. Miércoles.
Picacho Los Lázaro.
Municipios: Tegueste. La Laguna
De 15.20 a 18.56h. De 190 a 310 a 170 a 485 a 180m.
Distancia: 9,2km. Duración: 3h 36m
Repasando en mi diario las primeras excursiones por Tegueste, he estado leyendo las excursiones por el barrio de El Pico en Tegueste y el picacho de Los Lázaro (excursión 36). Ahora me siento con mucha más seguridad que entonces y quiero investigar esa zona con más detalle, y ver si puedo recorrer las cumbres de esa pequeña cadena montañosa. Esta cadena tiene forma de y griega: las dos tiras de la y griega dan al mar, a la carretera que va de Valle Guerra a Tejina, y encierran un pequeño valle, la punta de la y griega es una sucesión de picos que llegan hasta Valle Molina y que separa dos valles que se han cultivado con viñedos desde hace siglos y que también separa los municipios de Tegueste y La Laguna (excursiones 22 y 23).
Subo a Tacoronte en coche y dejo el coche en el aparcamiento del mercado. Me toca esperar bastante rato en la parada de Titsa de la puerta del mercado y soy el único pasajero en subirse cuando aparece la 057 (15.04h). De asientos duros y diseño moderno la guagua va rapidita. Me siento maravillosamente yendo en guagua, me siento realmente de viaje, ligero, sin la responsabilidad de conducir y la preocupación por el coche. En poco más de un cuarto de hora me estoy bajando al lado del colegio público pasado Valle Guerra. Avanzo hacia Tejina y pronto paso las naves de las empaquetadoras y las fincas de plátanos. El tráfico a esta hora no es fuerte y este recorrido es muy agradable por lo llano y por las vistas al mar y hacia la montaña. Montaña que es el valle de la pequeña cadena montañosa. Un valle que encierra una gran finca de plataneras. El primer portón que me encuentro está cerrado, pero el segundo está completamente abierto, y a juzgar por el estado de las puertas me da la impresión de que siempre están abiertas. Subo confiado hacia la montaña, pasando al lado de las plataneras con su ligero olor característico. A la izquierda están las instalaciones de una depuradora de agua, en su propio recinto vallado, y con su propia entrada desde la carretera. Llego al final de las plataneras y encaro la subida por una pista algo pedregosa, pero ancha y bastante recta que sube con pendiente constante. La vegetación es densa, de tabaibas, cornicales, inciensos, guaydiles, bejeques, y algunos grupos de eucaliptus. A la izquierda tengo un barranquillo pequeño e impenetrable (Finca Mirabal), tanto como la ladera a la derecha. Y todo el valle está cubierto de plantas con algunos grupos de eucaliptus en lo alto. Un canal recorre la ladera, pero muy estrecho, y no me da la impresión de que se pueda ir a su lado. Paso un gran depósito de agua y me acuerdo de cuando lo vi desde lo alto del pico de Los Lázaro (parecía más pequeño), pico que tengo a la vista en la confluencia de las dos tiras convergentes que cierran el valle. A la derecha y no muy lejos de la pista va una gran tubería. Y llego al final de la pista (310m) y no hay ninguna continuación, ni un mal senderillo, nada. Bajo, y enseguida descubro un sendero que sale a la izquierda, pero pronto me doy cuenta de que sólo lleva a unas guías metálicas para colocar colmenas y a la tubería metálica. No me atrevo a subir por encima de la tubería, teóricamente podría subir por ella hasta el canal. Pero todavía tengo muchas cosas que ver hoy. Lo dejo.
Regreso por la pista y no localizo ninguno de los senderos que aparecen en el mapa y que suben desde la confluencia con las fincas de las plataneras hacia la ladera derecha (según bajo). Lo dejo. Sigo bajando y cuando estoy cerca del portón que parecía tan permanentemente abierto me doy cuenta de mi error, está completamente cerrado. Vale. Las hojas de la puerta tienen pinchos en lo alto, pero puedo trepar por un pequeño espacio entre el pilar y la puerta y saltar afuera. Salvado. Tema resuelto. Sigo hacia Tejina y subo por la increíblemente empinada cuesta que lleva al barrio del Pico (Camino Pico Bermejo). A la mitad me agobio muchísimo cuando empiezo a notar el pinchazo de una púa en la planta del pie y además de repente siento un calor tremendo. Me tengo que parar, descalzarme, quitarme el calcetín y con unas pinzas (que siempre llevo en la mochila) quitarme una púa de tunera de la planta del pie ¿desde cuándo estaría ahí? Y suerte tengo de localizarla, son tan finas. Vale. Segundo round. Sigo subiendo por la pendiente inverosímil y llego hasta la parte llana, y me da tiempo de ver el pico de roca rojiza con su cruz de madera que da nombre a este barrio (El Pico, excursión 35). La calle ahora va en ligera subida y tiene algunas vistas fantásticas, a la izquierda, de la mesa de Tejina. Avanzo por esta calle (Camino Pico Bermejo) hasta la calle Camino La Mar por donde tuerzo a la derecha.
Ahora voy recto hacia la montaña y llego a una zona de invernaderos. El recorrido para subir al pico de Los Lázaro sigue prácticamente en línea recta hacia la ladera, pero yo de momento lo dejo porque quiero localizar un acebuche (El Olivo) que hay por aquí. Así que tuerzo a la izquierda y por un canal ancho, o barranquillo somero y domesticado (El Espinal), que va entre invernaderos y unos 200 metros después tuerzo a la derecha (me obliga su disposición) y empiezo a subir la ladera y ya localizo la masa del árbol, el acebuche, destaca por su verde oscuro. Pero antes tengo que pasar por delante de una granja ¿de gallinas? que tiene un ventilador potente en marcha y que despide un olor fuerte y penetrante, es una mezcla de excrementos y pienso que se convierten enseguida en mis pituitarias en olor a beicon frito. Poco después de este carrusel de olores ya llego al frondoso y enorme acebuche. Sus hojas pequeñas recuerdan mucho a las del olivo, son de la misma familia (olea cerasiformis), pero lo que más me llama la atención es lo frescas que están las hojas y el gran espacio, el gran volumen que ocupa todo el árbol, es una cosa realmente milagrosa que este árbol siga aquí y no lo hayan talado, me emociona cuando veo las pequeñas aceitunitas que ya están surgiendo por todos lados. Este árbol viene en el libro de árboles monumentales de Tenerife, copio del libro el testimonio de un vecino de la zona: “antes de la guerra de África había bastantes árboles, pero se cortaron por la necesidad de esa época”. Rodeo el árbol y cuando ya retorno veo que al final de la pista hay una verdadera montaña de bolsas de pienso. En realidad, todo esto se conjura para proteger al árbol en esta “esquina” remota del valle del Socorro.
Regreso hasta la calle del Camino La Mar y ahora sí enfilo para la montaña. Tras un campo de papas subo por la derecha de un gran depósito de agua y por encima sigo a la izquierda sobre un canal cubierto de losas, muchas rotas. Las vistas hacia el valle de Tegueste y la mesa de Tejina son estupendas, pero tengo que ir con mucho cuidado, hay muchos huecos en el canal y está muy rodeado de plantas. Paso por encima y a unos metros del feraz acebuche. Tras unos doscientos metros por encima del canal llego a un cartel que dice “Casa Rural Los Lázaro” o algo parecido y de donde surge el sendero que sube hacia el picacho. Sendero que, por cierto, no aparece en el mapa de OSM. El sendero de subida es fantástico todo el rato, con tramos arenosos y resbaladizos, otros sobre roca dura, alguna cueva, serpenteando hacia arriba y rodeado de una vegetación baja y muy densa donde hay guaydiles, cornicales, bejeques, tabaibas, alguna penca, y también espineros negros, y todo exhala un aroma intoxicante, algo acre y fuerte, lo que sumado al esfuerzo físico y la emoción del sendero y las vistas hacen que la subida me guste todo el rato y que no quiera que acabe nunca y cuando llego a lo alto (460m, Picacho Los Lázaro) ya empato con las vistas desde lo alto y de la propia cresta rocosa que es muy interesante y variada.
Desde aquí miro hacia el valle por donde he estado subiendo y veo el depósito grande y vacío de agua. Me asombra ver lo cubiertas que están de vegetación todas estas laderas, y también que no hayan declarado este lugar paisaje protegido o algo similar. Tengo vistas hacia la llanura de plataneras e invernaderos que se extienden hacia el mar; hacia la izquierda está la montaña de Guerra, por detrás de mí y hacia arriba está la cresta rocosa con varios picos (uno un poco más alto que este), en fin, un mirador fantástico. Rodeo las rocas de este pico y me doy cuenta de que puedo seguir, de que se puede ir por lo alto de las crestas, con rocas duras y de formas caprichosas, entre bejeques, tabaibas y espineros. Y voy avanzando y pasando algunos picos con vistas ahora a la gran balsa del valle Molina, por la izquierda, y las grandes haciendas, a la derecha, en el valle del Boquerón. Y paso dos picos más, y todo el rato el sitio es fantástico por las plantas y las formas de las rocas. Llego a una valla caída y sigo por un camino más anchito hasta el pico más alto de todos (485m). Creo entrever un sendero por debajo que se toma un poco antes de subir a este pico, y por el que podría continuar y culminar todas estas cumbres, pero eso lo dejo para otro día, ya he tentado lo suficiente a la suerte por hoy. Me gusta todavía más el regreso por la cresta, por donde sólo hay un paso complicado, que conviene memorizar, entre la vegetación.
De vuelta al pico de Los Lázaro sin sobresaltos inicio la bajada por esta ladera aromática y a una hora con menos calor. Al llegar al canal, donde el cartel de la casa rural, tuerzo a la derecha y tras una ligera bajada sigo por una pista muy recta llena de hinojos y yerbas cortas secas, pista más o menos paralela al camino La Mar, y me doy cuenta nada más empezar que podía haber accedido a este camino/pista desde debajo del acebuche, sin tener que haber dado toda esa vuelta. Me encanta esta pista tan recta y voy emocionado ahora por saber si tendrá salida o no. Es muy llana y después de todo lo que he vivido en la excursión de hoy me siento con confianza. Llego a una verja, pero se puede abrir, la vuelvo a dejar cerrada. Y llego a las inmediaciones de lo que debe ser la casa rural, bueno, casi me parece que voy por dentro de esa finca, el caso es que veo otra puerta y ahora me salgo por la derecha a una calle/pista que va en paralelo a por donde he venido pasando por encima de hojas secas de palmeras. Y de ahí, enseguida llego a otra puerta, abierta y salgo por el número 10 de la calle de Los Mohos. Sigo por la calle hacia la izquierda hasta desembocar en la calle Pico Bermejo y regresar por la pendiente extrema, ahora cuesta abajo, a la carretera Valle Guerra- Tejina. Una pareja mayor, que yo, está esperando la guagua bajo la marquesina (18.56h). De nuevo me toca esperar un buen rato hasta que aparece la 051 (19.22h). Mientras me entretengo con los caminantes que pasan/pasean/corren/caminan deprisa por este circuito tan agradable. Cuando llega la guagua me siento maravillosamente.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Picacho Los Lázaro