• Excursión 1379. 8 Febrero de 2022. Martes.
Hoya Los Pablos.
Municipios: La Guancha. Icod de los Vinos
De 14.58h a 19.26h. De 210 a 250 a 220 a 300 a 260 a 290 a 245 a 370 a 340 a 430 a 390 a 500 a 460 a 560 a 210 a 235 a 210m.
Distancia: 14,3km. Duración: 4h 28m
Recorrido por caseríos dispersos cerca de la costa por terrenos urbanos y agrícolas y por pistas y caminos por un bosque y por canales, más una larga bajada hasta la carretera general y breve visita a un parque recoleto
Tercera excursión por la zona de Buen Paso ¡Cuánto me falta todavía por recorrer! Qué bueno. El día es alegre, soleado, sin viento, todavía con algo de calima, poca cosa ya. De nuevo dejo el coche en la zona comercial en la carretera general en Buen Paso. Cruzo la carretera por el puente peatonal, y me echo a la derecha (hacia La Guancha), y en unos dos minutos tuerzo a la izquierda por una calle (Concepción del Castillo), que avanzado unos cien metros tiene un buen mirador hacia la costa. Sigo unos metros más por la calle y giro a la derecha en la siguiente calle (Banot), una calle estrecha y tranquila con casas anodinas pero agradables de aspecto, de esos lugares que a veces fantaseo que me gustaría vivir. Tuerzo a la derecha en la siguiente calle (Vizconde Buen Paso) y por ella cruzo, por un puente, la carretera general. Subo hasta la ermita (María de la O), que ya me resulta familiar, y giro a la izquierda y después a la izquierda otra vez (calle Echeide las dos veces) por donde desciendo hasta continuar más o menos en paralelo a la carretera (Calle Los Moriscos). Esta calle llega un momento en que va muy cerca de la carretera general y al lado de un pequeño parque (Infantil del Buen Paso) con mucha vegetación y recoleto, con apartados con mesas, en uno de ellos un grupo de personas están jugando a las cartas, hablando de esa manera que se habla jugando a las cartas, con frases cortas y palabras contundentes (burro dice una). Sigo por la calle, ahora en ligera subida y cruzo la autopista (la circunvalación) por un puente no muy ancho y cómodo que también pueden usar vehículos. Cruzando el puente y mirando hacia adelante tengo a la vista dos pequeñas elevaciones, la de la izquierda algo más baja, que son mi siguiente objetivo.
Tras cruzar el puente llego a unas casas y giro a la derecha por una calle con mucha pendiente (Camino Los Moriscos). En el lado izquierdo de la calle voy pasando casas pequeñas, a la derecha tengo una gran finca agrícola vallada. Unos 200 metros más arriba me echo a la izquierda en una bifurcación (calle Las Longueras) (en la bifurcación el ramal derecho tiene un cartel de calle sin salida, pero sí la tiene, al menos para caminantes). Paso el barranco somero por el que el otro día subí (excursión 1375) y sigo adelante, hacia arriba, cruzo una calle (Los Guzmanes) y sigo en subida hasta que llego en perpendicular a otra calle (Las Montañetas). Enfrente tengo la elevación más alta, pero no puedo alcanzarla, es todo terreno privado. Me echo a la izquierda hacia la segunda que es algo más baja. Ya desde aquí las vistas son amplias y ya he subido bastante sobre la Hoya de Pablos con vistas a la rotonda de la carretera general. Las vistas no son perfectas, le falta nitidez, todavía hay mucho polvo en suspensión del último episodio de calima. En menos de cinco minutos llego a una bifurcación, elijo a la derecha y enseguida me meto (a la izquierda) por la entrada en cuesta arriba hacia una casa. Pensando que voy a toparme con un portón, me alegra cuando veo que hay un camino por delante de la casa y que va rodeando esta elevación (280m). Sigue después un sendero y cuando de nuevo tengo vistas a la rotonda de abajo compruebo que este sendero sólo lleva a unas huertas en la parte de debajo de la ladera y no tiene comunicación aparente con el pequeño barrio con casas y huertas de abajo (Las Cucharas). Sin embargo, me pongo algo nervioso, me emociono cuando veo que puedo seguir por debajo del muro de la casa apoyándome en el muro y caminando sobre una tubería metálica gruesa.
Este es el tipo de situación complicada que me gusta tanto. Un hombre que trabaja abajo en Las Cucharas en una huerta se ha parado y me mira, muevo los brazos saludándolo, él me devuelve el gesto. Sigo. Puedo avanzar un buen trecho por encima de la tubería y cuando esta se desvía hacia abajo sigo por otra tubería de plástico de un diámetro mucho menor pero suficiente. Finalmente, también esa desaparece y tengo que bajar por la ladera sobre rabo de gato hasta una vieja pista muy cubierta de plantas y en unos 30 metros vuelvo a subir por la ladera hasta el muro y sigo a su lado luchando con las vinagreras grandes y medio secas y … logro salir a una calle. Fantástico, mi primera aventura del día y me ha salido bien. Estoy en la misma bifurcación de antes y de nuevo voy a la derecha, y ahora paso de largo la entrada a la casa en lo alto de la elevación y sigo hacia abajo. En cien metros tuerzo a la derecha por una carretera ancha (Los Adernos) y empiezo a rodear una gran finca, o a lo mejor son varias, donde está la elevación más alta.
La rodeo para ver si encuentro un sendero o una manera de meterme, pero después de recorrer más de un km rodeándola, caminando por esta carretera ancha con muros de piedra, no encuentro nada de nada. Me meto a la derecha por la primera calle que puedo (Hoya Lasa). Subo por la calle que tiene mucho desnivel y con el escrutinio callado de una mujer que me mira cuando me paro a ver la ropa tendida de la casa. Cuando la veo salgo de mi concentración y la saludo, me contesta algo reticente. Son solo trapos los que hay tendidos, pero siempre me fascinan los tendederos. Al final de la calle llego justamente al sitio por donde salí de recorrer la arista de una loma en la excursión anterior por aquí. Por un momento me dan ganas de subir por ahí, por la loma boscosa, pero prefiero investigar terrenos nuevos aunque de entrada no parezcan muy interesantes. Sigo hacia la izquierda. Toda esta zona está recorrida por viejas corrientes de lava, algunas más prominentes que otras y voy a la búsqueda de otra por donde pueda subir hacia la carretera de arriba, la que une La Guancha con Icod. Tras avanzar unos 300 metros por la calle y al pasar la puerta metálica grande de una finca encuentro un sendero que sube a la derecha. Fantástico. Tiene incluso restos de empedrado y aunque no va por la arista de una loma es prometedor y emocionante, paso una casa en ruinas y sigo subiendo hasta un llanito donde no puedo seguir subiendo. Pero en el mismo llanito encuentro otro sendero hacia la derecha, lo sigo y me lleva a un canal cubierto en buen estado por donde sigo hasta la arista de una loma. No me lo puedo creer. Me ponto a subir por la loma, por encima de un canal estrecho seco y descubierto que atraviesa una zona de vegetación muy densa y cerrada y llego a una finca (la entrada debe ser la que pasé antes de encontrar el sendero). Subo por la pista que lleva a la finca y cuando termina intento seguir por la arista, pero al encontrarme una telaraña enorme me doy cuenta de que no hay continuación por aquí, tiene pinta de haber existido un camino pero ahora está tupido de vegetación y es imposible de pasar.
Ahora la alternativa es echarme a la derecha, hacia otra finca, pero las telarañas ahí son todavía más grandes y una tiene una bolsa inmensa, me imagino con cientos de arañitas. Por otro lado, la finca tiene una buena casa y aunque logre cruzarla me voy a encontrar con una verja alta. Lo dejo. Regreso por donde he venido. Me he quedado cerca de alcanzar la carretera, a menos de cien metros, pero es imposible. Bajo tranquilo aceptándolo. Abajo en la calle (carretera de la Balsa) sigo hacia la derecha y enseguida estoy rodeando una inmensa balsa de agua (Balsa de La Tabona). La calle al rodear la balsa se va elevando sobre ella. Un poco después paso la entrada a una finca (a la izquierda) y en menos de un minuto llego a una bifurcación donde encuentro, en el centro, entre los dos ramales, un sendero. ¡Bien! ¡Muy bien! Me meto. Esto es lo mío. El sendero está en buen estado, parece frecuentado, atraviesa un pinar. Sin embargo, no he subido demasiado cuando me encuentro con un pino que lo tapa todo, temo que termine aquí, pero no puede ser, no se corresponde con el buen estado del sendero. Exploro un poco alrededor y encuentro, a la izquierda, de nuevo el sendero, tan claro como antes. Y me lleva hasta la carretera La Guancha-Icod (TF-342), salgo por una curva de la carretera, un mirador (La Crucillada).
Aunque no haya encontrado otra loma por dónde subir el hallazgo de este sendero ha merecido la pena el largo rodeo. Ha sido una buena manera de llegar a la carretera. Me echo a la derecha y enseguida estoy pasando El Pinalete, con sus distribuidores de agua en pleno funcionamiento y su aspecto cuidado y prometedor. No me doy cuenta si está o no abierto el restaurante (El Pinalete). Sigo por la carretera y me asombra el tamaño de los cedros, son enormes, de troncos muy estriados y rectos, con las hojas muy arriba, tan arriba que me cuesta un rato reconocerlos como cedros. Tienen una belleza exótica, parecen árboles que han pasado todo tipo de vicisitudes. Uno está completamente seco pero enhiesto. Seguro que aguanta todavía muchos años así ¡Hay tantos cedros en esta carretera! Camino unos diez minutos (800 metros) por la carretera y tras pasar una calle (La Viña) a la izquierda con entrada en oblicuo y un poco antes de la arista por donde el otro día bajé hasta la calle Hoya Lasa me subo por una laderita boscosa con pinos.
Es dificultoso subir la ladera y arriba aunque estrecha es llana y puedo avanzar, pero me topo con una caída, no tiene continuación. Regreso a la carretera. Sigo hacia la izquierda. Rodeo la curva y sigo por la carretera. Enfrente tengo otra arista boscosa, alta y parece que estrecha y cuando estoy pensando cómo podré subirla y llego a la siguiente curva de la carretera, encuentro un camino ancho a la izquierda que sale de la propia curva ¡Maravilloso! Cuando empiezo a caminarlo miro hacia arriba y me cuesta trabajo saber por dónde va a subir, lo que veo son tres paredones, dos a los lados y uno enfrente, recubiertos de pinos y muy verticales. Los tres lados de una gran hoya. Pero el camino me va llevando bastante recto, sobre todo hacia la izquierda de la pared de enfrente. Aunque pronto pierdo de vista las paredes cuando me adentro en el sendero que más arriba es más ancho y rocoso. Paso un pequeño memorial con flores secas. Sigo subiendo y llego a un SL (un sendero local, marcas verde y blanca). Este camino por donde he subido no lo tenía en el mapa y ahora al localizar el SL ya me ubico. Me echo por un camino a la derecha, que no es el SL y por el bosque de pinos no tardo mucho, tras dos tramos rectos, en llegar al canal de La Guancha que baja recto por la arista de una loma. Bajo por él. Mi objetivo ahora es ver si puedo bajar por la arista boscosa por donde va este canal, cuando el canal se desvía a la izquierda y abandona la loma yo sigo recto hacia abajo por la arista de la loma. No encuentro ningún sendero claro por la ladera, pero sí veo muy cerca unas construcciones de madera. Bajo con mucho cuidado entre los pinos y llego a una construcción con el techo parcialmente hundido. Con cuidado piso por el borde y bajo hasta la puerta. Ocupa todo el espacio, es un distribuidor de cemento circular lleno de agua corriendo, es profundo y está subdividido por dentro con muritos formando paneles, es como una gran turbina. Me asusta. Temo caerme dentro y que me absorba, casi ni veo su fondo donde con mucho esfuerzo logro distinguir una tubería metálica cruzándola. Me tengo que apoyar, inseguro, en la pared para poder tomarle una foto.
Afuera descubro un canal, el que trae el agua a esta “turbina” ¡Qué bueno! Parcialmente descubierto lo sigo hacia la derecha, hacia la hoya por donde acabo de subir. Algunos tramos son más complicados, en general, se transita bien, ya sea por encima, por un lado, o sobre las rocas irregulares que lo tapan. Atraviesa la ladera de monteverde. Y llega a… el memorial blanco con flores secas. Debe ser para recordar a algún trabajador del canal. El canal continua al otro lado del camino, pero cuando veo que va descubierto lo dejo, otro día. Regreso al camino y vuelvo a subir, al llegar al SL vuelvo a torcer a la derecha y al llegar al canal por la loma subo por él. Tengo que subir por el canal, es la única posibilidad, liso y bien cuidado es como una alfombra que atraviesa el pinar. Ahora estoy buscando una pista que, más arriba, sale a la derecha, hacia la hoya de la derecha (Las Sorribas) pero me paso de largo. Lo cual me sirve para descubrir unas viejas construcciones de piedra, no me acordaba de ellas de la otra vez que recorrí el canal bajando, deben ser muy antiguas, son varias casetas pegadas cubiertas de líquenes y muy oscuras. Al darme cuenta de que me pasado regreso algo apurado, el atardecer está cercano. Bajando por el canal, cuanto me gusta bajar por él, por fin, encuentro la pista (bajando está a la izquierda). No muy ancha al principio después sí es muy clara. A pesar de que vagamente me acuerdo de que tengo que subir recto, sin desviarme, en una bifurcación (punto A, este desvío no está reflejado en el track de la excursión) me echo a la derecha y poco después en otra bifurcación a la izquierda, pronto es un camino y después se estrecha y baja al cauce de un barranco (La Gotera) y por encima, a la izquierda, veo casas. Está claro que no es por aquí, podría subir hacia las casas por la ladera, pero es demasiado complicado. Regreso al punto A y sigo subiendo. Es por aquí. Aunque todavía tengo que subir un buen rato.
Llego a unas fincas rodeadas de muros y después tuerzo a la derecha (560m) y me mantengo a la derecha hasta las casas de un pequeño caserío (La Florida/Las Sorribas). Y bajo por la calle más ancha (Caserío La Florida/Caserío de Belmonte). Ya está anocheciendo cuando localizo una pequeña venta en el margen derecho de la calle. Es muy pequeña, y tiene todas las paredes recubiertas de verduras, frutas y botes de comida con un pequeño armario de cristal con productos de limpieza. Enseguida, sale una mujer por un lado, parece una actriz que sale de las bambalinas, y su tienda parece un retablo con cada centímetro cuadrado relleno de colores y formas. Le compro una botella pequeña de agua. Ella se disculpa por obligarme a ponerme la mascarilla a pesar de que prácticamente le compro la botella desde la puerta. Al salir le digo que tiene una tienda muy apañada y ella sonríe modesta. Sigo bajando y cuando llego a la carretera de La Guancha (TF-342) ya es de noche. Me echo a la izquierda y enseguida me meto por una calle (Camino Los Moriscos) que baja, a la derecha. Es un callejón con casas pequeñas que parece no tener salida, pero la tiene. (Toda esta larga bajada es sin mapa, simplemente bajando lo más recto que puedo hacia la carretera general). Después de pasarlas sigo por un camino de cemento que después es de tierra hasta que cuando llego a otro grupo de casas ya es de cemento y bajo y bajo… hasta volver a cruzar la autopista por el mismo puente que al principio y cuando llego al parque recoleto lo recorro por dentro.
El suelo del parque es de piedras formando olas. Lo cubre un gran parterre y tiene apartados en la parte izquierda donde veo a personas hablando, trabajando con ordenadores o jugando. Al fondo unos niños juegan en un recinto circular. Me gusta, es tan acogedor, a pesar del tráfico de la carretera. Salgo y ya sigo por la propia carretera por el arcén, Ahora ya sólo pienso en volver a mi coche, y ya es totalmente de noche cuando llego al lado del bazar chino Miniya, donde he dejado el coche. No lo puedo evitar, entro y compro un par de cosas. Me gustan los bazares chinos.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Buen Paso - Hoya Los Pablos